Como aficionado a la lucha libre, no pude sino alegrarme cuando me enteré del estreno de la serie de hoy, la cual he tardado en ver, pero la espera ha merecido la pena. Ya que, a pesar de durar solo dos temporadas, debido a su cancelación. llama bastante la atención como para reivindicarla a pesar que tan solo han transcurrido dos años desde que acabase. Esperemos que, en un futuro, alguien se decida a darle esa tercera temporada, sobre todo teniendo en cuenta como finaliza la segunda.
Creada por Michael Wandron, la serie nos narra como en un pequeño pueblo de Georgia, Jack Spade, Stephen Amell, y su hermano Ace, Alexander Ludwing, representan los papeles de heel, villano, y face, héroe, respectivamente en la división de lucha creada por su padre Tom, David James Elliot.
Además de estos intérpretes, en el reparto también nos encontramos con Alison Luff dando vida a Staci, esposa de Jack; Kelli Berglund interpretando a Crystal interés amoroso de Ace; Mary McCormack en el rol de Willie, mano derecha de Jack en el negocio o Chris Bauer como Wild Bill Hancock, antiguo amigo de su padre y estrella en declive del negocio del wrestling.
Serie bastante interesante donde se nos muestran los entresijos de la lucha libre. Tanto en la relación que se establece entre los luchadores, como por los apuros que pasan para llevar adelante su modo de ganarse la vida, lo que creará no pocas tensiones entre los protagonistas principales. Ya sea por su forma de ver el negocio, como por sus relaciones personales.
Los que somos aficionados al mundo del wrestling, no podemos sino alegrarnos de que se hagan serie como esta, no solo por ver algunas acrobacias típicas de este mundo, sino también por la aparición de algunos luchadores reales como CM Punk, que aparece con su nombre real Phil Brooks o Mick Foley, aquí interpretando a Dick Valentino, un podcaster.
Uno de los aspectos a destacar de la serie, es la interpretación de sus protagonistas principales. Amell tiene no pocas ocasiones para lucir sus dotes dramáticas, y demuestra que es algo más que una cara bonita, lo mismo se puede decir de su compañero de reparto, un Ludwing ya alejado de su rol como Björn en Vikingos.
En no pocas ocasiones, las tensiones entre ambos hermanos son el motor principal de la trama principal de la serie, debido a su forma de ver el negocio. Mientras que Amell lo quiere tener todo controlado, y hacerlo más familiar, Ludwing apuesta por hacerlo más para adultos, lo que causará no pocas fricciones entre ellos.
Otro de los elementos que me llamaron la atención, fue que es una serie destinada a un público adulto puesto que en no pocos momentos veremos desnudos, tacos, violencia y, en un par de ocasiones, temática que toca el suicido. Es decir, aspectos que no se suelen ver en las series destinadas para toda la familia. En este aspecto, hay que aplaudir la valentía de sus responsables a la hora de mostrarnos estos matices que no suelen estar presentes.
Pero no solo hay drama, también nos encontramos con instantes de acción y, de vez en cuando, humor que sin duda supone un alivio para los espectadores, lo que ayuda a aligerar la trama. Y, como no podía ser de otra forma, veremos como los actores en sus roles de luchadores, ensayan sus escenas de lucha con las que luego harán las delicias de la audiencia que irá a ver su espectáculo en directo.
Es una pena que la serie sufriera una cancelación, sobre todo teniendo en cuenta como finaliza la segunda temporada. Tranquilos que no voy a decir como es la conclusión, pero nos deja con no pocos interrogantes y nos hace querer saber como va a continuar ya que deja con un par de cabos sueltos que, de haberse producido la tercera temporada, hubieran sido bastante el motor principal de la temporada siguiente.
No es la primera vez que una serie sufre una cancelación, dejando en el aire tramas y futuros eventos. Ahora mismo se me viene a la cabeza los casos de Carnivale o, de forma más reciente, Chucky. Esto es algo que cabrea, puesto que en no pocas ocasiones nos dejan con la miel en los labios. Pero ya sabemos que esto es un negocio, en donde lo que prima son los beneficios y, si las audiencias no acompañan, pues se cierra el grifo y a otra cosa mariposa.
Ambos personajes lo hacen genial, pero el resto del reparto no se queda corto en absoluto. Resulta complicado escoger a un favorito, puesto que cada uno de ellos tiene su instante de lucimiento, ya que tienen que lidiar con sus propios problemas alejados del ring, aunque algunos de los mismos estén relacionados con el espectáculo con el que se ganan parte de su sueldo.
Tanto si os gusta el mundo de la lucha libre, como si os gustan los protagonistas principales, esta es una serie que no deberíais dejar pasar.
A continuación la intro:
Espero que os haya gustado la entrada de hoy.