La iglesia es el lugar sagrado en el que no solo se ofician ceremonias religiosas, sino donde también la gente acude a orar, buscar consuelo o meditar. Es un espacio que solo alberga el bien, y donde el mal no tiene cabida. Claro que de vez en cuando hay excepciones que confirman la regla, y nos muestran que este recinto divino puede ser capaz de albergar las peores pesadillas y tormentos. Ya en 1989 Michele Soavi nos mostró la parte más oscura de esta zona sacra en la fallida cinta El engendro del diablo. Y ahora Alberto M. Caliani en su nuevo trabajo nos presenta la cara más oscura de este santo espacio.
La trama del libro nos cuenta como en 2005 la iglesia de San Jorge situada en Ceuta es clausurada por la muerte de su párroco en extrañas circunstancias. Ocho años después la diócesis envía al padre Ernesto Larranz a modo de castigo por una agresión a un menor. Antes de que comiencen las obras de restauración, Ernesto y su compañero Felix descubren una cripta secreta en donde encuentran una talla barroca de aspecto aterrador. El hallazgo supondrá el inicio de una serie de fenómenos terroríficos.
Con su tercer trabajo Alberto Caliani vuelve al género de terror, tras los relatos de su antología en solitario No apagues la luz y de colaborar en Historia se escribe con Z, y después de sus incursiones en las novelas de aventuras e histórica con El secreto de boca verde y La conspiración del rey muerto respectivamente. Su regreso al horror no podía haber sido mejor, al ofrecernos una obra que se va volviendo más oscura y terrorífica a medida que los sucesos paranormales e inexplicables se van sucediendo.
La acción de la novela tiene lugar durante 19 días del mes de febrero. A través de sus 13 capítulos más un epílogo, el autor nos va desgranando el día a día de los diversos protagonistas, además de los dos ya mencionados, que se verán envueltos en los eventos terroríficos. Estos personajes son: Juan Antonio arquitecto técnico encargado de la remodelación, Manolo un devoto cristiano que trabaja de banquero, Maite compañera de Juan Antonio, Hidalgo un policía con un don especial, Saíd musulmán que vive cerca de la iglesia y Marisol, hija de Juan Antonio. Todos estos sujetos tendrán un papel de vital importancia según van apareciendo los eventos terroríficos .
El autor nos va introduciendo en el horror poco a poco, nos coge de la mano y nos sirve de guía en este viaje por la oscuridad. Una vez ya estamos metidos dentro nos abandona en este particular viaje al mundo de las tinieblas para que sigamos por nuestra cuenta, especialmente a mitad del libro cuando la atmósfera se va haciendo más opresiva y poco a poco se nos van desvelando los detalles que rodean al misterio de la iglesia.
Dos son los elementos a destacar de la novela: el primero es la construcción de los personajes. Todos ellos tienen aristas, distan mucho de ser perfectos y en los momentos finales han de sacar al héroe que llevan dentro si quieren salir victoriosos de su lucha contra el mal. De esta forma el padre Ernesto se nos revela como alguien con mucho temperamento y que en ocasiones ve cuestionada su fe, Juan Antonio está enamorado de su esposa pero no puede evitar sentirse atraído por Leire la pareja de Maite y Manolo se nos presenta como alguien muy devoto pero con problemas con el alcohol, que se van agravando a medida que los acontecimientos se van sucediendo. Como se puede ver estos protagonistas se nos revelan como seres humanos normales y corrientes, con sus virtudes y sus defectos.
El segundo es como maneja el autor el terror. En un primer momento va creando el suspense necesario, para luego dar rienda suelta a la pesadilla que se esconde dentro de la iglesia. Especialmente en su tercio final cuando el enemigo al que han de hacer frente los protagonistas revela el verdadero alcance de su poder. Es en estos momentos cuando el escritor nos sumerge en un infierno sobre la tierra por la descripción que hace de lo que está sucediendo en el recinto sagrado. Uno puede cerrar los ojos un instante, e imaginarse las imágenes dentro de nuestra cabeza y soñar como pueden lucir en pantalla grande. Es en el final de la obra cuando Alberto pone toda la carne en el asador y nos ofrece una de las conclusiones más bestias dentro del panorama fantástico patrio. No tanto por la sangre sino por la descripción que hace de los acontecimientos.
Un libro que nos atrapa desde sus primeras páginas y cuya lectura nos mantiene enganchados en todo momento. Por si esto fuera poco la edición en tapa dura incluye, a modo de extra, los relatos que el autor sacó online para ir abriendo boca hasta el lanzamiento de su obra y en los que se nos narraban los hechos acaecidos antes del arranque de la novela y que están relacionados con la iglesia. Si esto fuera un DVD o un Bluray, se podría afirmar sin temor a equivocarse que estas historias serían las escenas eliminadas que se tuvieron que descartar para aligerar el metraje.
Tal y como nos confesó el autor en la presentación de La iglesia, esta sería su segunda novela. Pero tuvo que
dejarla aparcada para centrarse en La conspiración del rey muerto. Una
vez acabada pudo retomar la obra que había dejado inconclusa. Y a tenor de los resultados el tiempo en barbecho le ha sentado más que bien. Con esta nueva novela Alberto se nos revela como un autor que es capaz de saltar de un género a otro sin problema alguno y que consigue hacer sus obras realmente entretenidas, a pesar del volumen de las mismas.
Una novela imprescindible para los amantes del terror patrio y que nos muestra que aquí también se pueden crear historias de terror sin necesidad de desplazarse a otros países.
viernes, 31 de marzo de 2017
jueves, 30 de marzo de 2017
documental: La generación que cambió Hollywood
Los aficionados al cine tienen varios libros de cabecera con los que complementar su pasión por el séptimo arte. Además de las biografías dedicadas a sus actores y/o directores favoritos, monografías sobre fotografía, guión o dirección existe un libro que cualquier seguidor de la gran pantalla no debería dejar pasar. Su título es Moteros tranquilos, toros salvajes escrito por Peter Biskind. En este volumen el autor se dedica a analizar a la generación de realizadores que cambiaron la historia de Hollywood.
Dirigido y guionizado por Kenneth Bowser en 2003, el documental supone la traslación en imágenes del libro de Biskind. Con declaraciones de algunos de los implicados como Peter Bogdanovich, Richard Dreyfuss, Cybill Sheperd, Dennis Hopper o Peter Fonda los espectadores conocerán de primera mano como un grupo de realizadores entre los que se encontraban Martin Scorsese, Francis Ford Coppola, Steven Spielberg, Sam Peckinpah o George Lucas cambiaron el modo de hacer películas.
Los años finales de los sesenta y la década 70 fueron una época convulsa para el cine estadounidense. La gente ya no acudía a las salas de cine, preferían quedarse en casa viendo la televisión y el entretenimiento gratuito que la misma les proporcionaba. Los estudios, que antaño estaban dominados por los grandes nombres como el de Jack Warner o Darryl F. Zanuck, se veían incapaces de competir contra la pequeña pantalla y las grandes corporaciones no tardarían en hacerse con el control de estos estudios como ocurrió con la Paramount. Las nuevas generaciones de cinéfilos dieron la espalda a Hollywood y pusieron sus ojos en el cine que se hacía en Europa y en directores como Jean Luc Godard o François Truffaut.
A modo de respuesta esta generación de directores provenientes en su mayoría de la UCLA, Universidad de California de Los Ángeles, enseñaron a los estudios que no hacían falta grandes estrellas para atraer a las masas de nuevo a las salas de cine. Tan solo había que escuchar al público, especialmente al adolescente que abarrotaba los autocines. Las cintas que dieron el pistoletazo de salida a esta nueva forma de hacer cine fueron Easy Rider y Bonnie y Clyde, dirigidas por Dennis Hopper y Arthur Penn respectivamente. Estas producciones mostraban escenas violentas, gente drogándose, desnudos o un lenguaje soez que no se había visto hasta entonces. Una muestra más que los tiempos en la meca del cine estaban cambiando, y que Hollywood debía de hacerlo si quería recuperar el esplendor de antaño.
Algunos de los realizadores que llegaron a dominar la década de los setenta, y posteriormente en los ochenta, salieron de la factoría de Roger Corman. Director y productor famoso que se ha caracterizado por no tener un solo fracaso de taquilla en su amplia carrera cinematográfica en cualquiera de las dos facetas mencionadas. De esta forma directores como Francis Ford Coppola o Martin Scorsese realizaron Demencia 13 y El tren de Bertha respectivamente, los cuales les servirían para aprender a rodar de manera rápida y ahorrando costes. Algo que Scorsese puso en práctica a la hora de realizar Malas Calles.
Como no podía tratarse de otra forma al hablar de la década de los 70, el documental hace referencia a los éxitos de taquilla que supusieron Tiburón y La guerra de las galaxias. Ambas producciones cambiaron la forma de entender el cine hasta el momento de su estreno. Gracias a estos filmes se creó el término blockbuster, producciones cinematográficas con una gran inversión tanto a la hora de realizarlas como en publicidad y productos derivados como camisetas, figuras, juegos de mesa, etcétera.
Hablar de la época en la que éstas producciones vieron la luz es hablar también de alcohol, sexo y drogas. Algo a lo que directores como Dennis Hopper o Sam Peckinpah eran adictos, y que el realizador de Grupo Salvaje no escondía en absoluto. Lo que les acabaría pasando factura a ambos en alguna que otra ocasión a lo largo de su carrera.
El único pero que se le puede encontrar al documental es la falta de declaraciones de Spielberg o Lucas. Sin duda hubiera resultado bastante interesante el conocer su opinión acerca de la época en la que empezaron a dar sus primeros pasos en la gran pantalla.
Un documental imprescindible tanto para los amantes del libro de Biskind, como para aquellos que quieran saber más sobre la época en la que el cine cambió. Sus dos horas de duración pasan en un suspiro, gracias a un buen montaje, las declaraciones de los participantes y a la división en diversas partes y que abarcan algunos de los puntos aquí mencionados.
Dirigido y guionizado por Kenneth Bowser en 2003, el documental supone la traslación en imágenes del libro de Biskind. Con declaraciones de algunos de los implicados como Peter Bogdanovich, Richard Dreyfuss, Cybill Sheperd, Dennis Hopper o Peter Fonda los espectadores conocerán de primera mano como un grupo de realizadores entre los que se encontraban Martin Scorsese, Francis Ford Coppola, Steven Spielberg, Sam Peckinpah o George Lucas cambiaron el modo de hacer películas.
Los años finales de los sesenta y la década 70 fueron una época convulsa para el cine estadounidense. La gente ya no acudía a las salas de cine, preferían quedarse en casa viendo la televisión y el entretenimiento gratuito que la misma les proporcionaba. Los estudios, que antaño estaban dominados por los grandes nombres como el de Jack Warner o Darryl F. Zanuck, se veían incapaces de competir contra la pequeña pantalla y las grandes corporaciones no tardarían en hacerse con el control de estos estudios como ocurrió con la Paramount. Las nuevas generaciones de cinéfilos dieron la espalda a Hollywood y pusieron sus ojos en el cine que se hacía en Europa y en directores como Jean Luc Godard o François Truffaut.
A modo de respuesta esta generación de directores provenientes en su mayoría de la UCLA, Universidad de California de Los Ángeles, enseñaron a los estudios que no hacían falta grandes estrellas para atraer a las masas de nuevo a las salas de cine. Tan solo había que escuchar al público, especialmente al adolescente que abarrotaba los autocines. Las cintas que dieron el pistoletazo de salida a esta nueva forma de hacer cine fueron Easy Rider y Bonnie y Clyde, dirigidas por Dennis Hopper y Arthur Penn respectivamente. Estas producciones mostraban escenas violentas, gente drogándose, desnudos o un lenguaje soez que no se había visto hasta entonces. Una muestra más que los tiempos en la meca del cine estaban cambiando, y que Hollywood debía de hacerlo si quería recuperar el esplendor de antaño.
Algunos de los realizadores que llegaron a dominar la década de los setenta, y posteriormente en los ochenta, salieron de la factoría de Roger Corman. Director y productor famoso que se ha caracterizado por no tener un solo fracaso de taquilla en su amplia carrera cinematográfica en cualquiera de las dos facetas mencionadas. De esta forma directores como Francis Ford Coppola o Martin Scorsese realizaron Demencia 13 y El tren de Bertha respectivamente, los cuales les servirían para aprender a rodar de manera rápida y ahorrando costes. Algo que Scorsese puso en práctica a la hora de realizar Malas Calles.
Como no podía tratarse de otra forma al hablar de la década de los 70, el documental hace referencia a los éxitos de taquilla que supusieron Tiburón y La guerra de las galaxias. Ambas producciones cambiaron la forma de entender el cine hasta el momento de su estreno. Gracias a estos filmes se creó el término blockbuster, producciones cinematográficas con una gran inversión tanto a la hora de realizarlas como en publicidad y productos derivados como camisetas, figuras, juegos de mesa, etcétera.
Hablar de la época en la que éstas producciones vieron la luz es hablar también de alcohol, sexo y drogas. Algo a lo que directores como Dennis Hopper o Sam Peckinpah eran adictos, y que el realizador de Grupo Salvaje no escondía en absoluto. Lo que les acabaría pasando factura a ambos en alguna que otra ocasión a lo largo de su carrera.
El único pero que se le puede encontrar al documental es la falta de declaraciones de Spielberg o Lucas. Sin duda hubiera resultado bastante interesante el conocer su opinión acerca de la época en la que empezaron a dar sus primeros pasos en la gran pantalla.
Un documental imprescindible tanto para los amantes del libro de Biskind, como para aquellos que quieran saber más sobre la época en la que el cine cambió. Sus dos horas de duración pasan en un suspiro, gracias a un buen montaje, las declaraciones de los participantes y a la división en diversas partes y que abarcan algunos de los puntos aquí mencionados.
martes, 28 de marzo de 2017
pelicula: Jersey Boys
A lo largo de su carrera el actor y director Clint Eastwood ha tocado la mayoría de los géneros cinematográficos, por lo que el del biopic musical no le es extraño en absoluto. En 1988 estrenó Bird cinta biográfica del saxofonista Charlie "Bird" Parker, y en 2014 llevó a la gran pantalla la historia de cuatro jóvenes de Nueva Jersey que se acabaron convirtiendo en un icóno del rock gracias a canciones como "Sherry, Walk like a man o Big girls don´t cry". Este cuarteto fue Frankie Valli and the Four Seasons.
Dirigida por Clint Eastwood en 2014 y con guión de John Logan y Rick Elice según el libro de Marshall Rickman, la cinta está ambientada en la década de los cincuenta y nos cuenta como Frankie Valli (John Lloyd Young), Bob Gaudio (Erich Bergen), Nick Massi (Michael Lomenda) y Tommy DeVito (Vincent Piazza) son cuatro jóvenes que logran encauzar sus vidas al fundar el grupo The Four Seasons liderado por Valli.
Además de los intérpretes arriba nombrados, en papeles secundarios destacan Christhoper Walken como el mafioso Gyp DeCarlo que ayudará a Valli, Reneé Marino como Mary Delgado primera esposa de Frankie Valli o Joey Russo como el actor Joe Pesci, que en su juventud era amigo de los Four Season.
Cuando un director que cuenta con una amplia carrera a sus espaldas estrena una película, y la misma no acaba de convencer del todo a público y/o crítica enseguida se la tacha como de obra menor. La razón principal de tal etiqueta es que su nueva propuesta no alcanza la calidad o el nivel de otras producciones anteriores. En realidad estas películas no son malas en absoluto, tienen buena factura y están bien interpretadas, pero por alguna razón que no entiendo los críticos más sesudos las califican de esta manera. Como si crear obras maestras o grandes filmes fuera tan fácil como pulsar un botón. El cine fue hecho para entretener, algo de lo que no parecen darse cuenta. Y al menos en mi opinión cualquier "obra menor" de realizadores como Eastwood o Spielberg logra ser más interesante que cualquiera de las que se estrenan en los cines.
Es lo que ocurre en el caso de la entrada de hoy. Cierto que si la comparamos con otras producciones de Eastwood como Sin Perdón o Million Dollar Baby, la cinta resulta perdedora pero no es el horror que algunos críticos afirman. Los números musicales están bien dirigidos, los actores están más que correctos y tanto la ambientación como la historia resultan lo bastante interesantes para mantener a los espectadores entretenidos durante sus casi dos horas y veinte de metraje que pasan en un suspiro. Esto se debe tanto al talento de Eastwood tras las cámaras, como a la labor de sus intérpretes destacando Piazza por encima de todos. Su rol como Tommy DeVito hace que pases de quererle a odiarle en cuestión de segundos siendo uno de los grandes motores del film junto a Young interpretando a Valli. Y por supuesto Walken quien aprovecha sus pocos instantes en pantalla para demostrar que es uno de los grandes robaescenas del cine.
En no pocas ocasiones a lo largo de la película los actores rompen la cuarta pared para dirigirse a los espectadores, tal y como hacía el personaje encarnado por Ray Liotta en Uno de los nuestros o de forma más reciente Ryan Reynolds en Deadpool. De esta forma los protagonistas narran a la audiencia lo que sienten en esos momentos. Baste citar como ejemplo el final de la cinta en el que unos maduros Four Seasons narran a los espectadores cuales son sus sensaciones al volver a juntarse con aquellos que fueron parte importante de su vida al ser introducidos en el Rock and Roll Hall of Fame.
La cinta nos presenta el inicio, auge y caída de un grupo de amigos que lo tuvieron todo, pero que por diversas circunstancias lo perdieron de igual forma. No resulta complicado establecer un paralelismo entre el film de Eastwood, salvando las distancias, con los dirigidos por Martin Scorsese como la ya mencionada Uno de los nuestros o Casino o Brian DePalma en Scarface que nos narraban la historia de un mafioso que lo tuvo todo y que de igual forma lo perdió por tomar las decisiones incorrectas.
El film nos presenta unos cuantos momentos amargos, quedando los instantes de humor reducidos al mínimo. Lo que Eastwood nos muestra es la cara más triste de las bandas, lo que se oculta detrás del éxito,lo que han dejado atrás y la lucha de egos que se establece entre sus miembros que sobre un escenario han de dejar aparcadas para ofrecer a sus seguidores una gran actuación, a pesar que una vez se bajen del mismo apenas se puedan soportar. Algo que se puede comprobar en la secuencia que transcurre en casa del personaje encarnado por Christhoper Walken, donde todo lo que llevaban callando durante años estalla.
Una película que no pasará a la historia del cine, pero que merece un visionado para mostrar a los espectadores una nueva muestra del talento de Eastwood como realizador y que satisfacerá tanto a los aficionados a los musicales como aquellos que sean seguidores del realizador de Gran Torino.
En resumidas cuentas:
Lo mejor: la labor de Eastwood tras las cámaras, Walken, Piazza y Young y los números musicales.
Lo peor: que a pesar de su buena factura se le considere una obra menor.
La secuencia: la primera reunión de los Four Season cantando una canción compuesta por Gaudio.
La imagen: Gyp DeCarlo llorando mientras oye interpretar a Valli My mother´s eyes.
El momento: el número musical que supone el punto y final a la cinta.
A continuación el trailer:
Dirigida por Clint Eastwood en 2014 y con guión de John Logan y Rick Elice según el libro de Marshall Rickman, la cinta está ambientada en la década de los cincuenta y nos cuenta como Frankie Valli (John Lloyd Young), Bob Gaudio (Erich Bergen), Nick Massi (Michael Lomenda) y Tommy DeVito (Vincent Piazza) son cuatro jóvenes que logran encauzar sus vidas al fundar el grupo The Four Seasons liderado por Valli.
Además de los intérpretes arriba nombrados, en papeles secundarios destacan Christhoper Walken como el mafioso Gyp DeCarlo que ayudará a Valli, Reneé Marino como Mary Delgado primera esposa de Frankie Valli o Joey Russo como el actor Joe Pesci, que en su juventud era amigo de los Four Season.
Cuando un director que cuenta con una amplia carrera a sus espaldas estrena una película, y la misma no acaba de convencer del todo a público y/o crítica enseguida se la tacha como de obra menor. La razón principal de tal etiqueta es que su nueva propuesta no alcanza la calidad o el nivel de otras producciones anteriores. En realidad estas películas no son malas en absoluto, tienen buena factura y están bien interpretadas, pero por alguna razón que no entiendo los críticos más sesudos las califican de esta manera. Como si crear obras maestras o grandes filmes fuera tan fácil como pulsar un botón. El cine fue hecho para entretener, algo de lo que no parecen darse cuenta. Y al menos en mi opinión cualquier "obra menor" de realizadores como Eastwood o Spielberg logra ser más interesante que cualquiera de las que se estrenan en los cines.
Es lo que ocurre en el caso de la entrada de hoy. Cierto que si la comparamos con otras producciones de Eastwood como Sin Perdón o Million Dollar Baby, la cinta resulta perdedora pero no es el horror que algunos críticos afirman. Los números musicales están bien dirigidos, los actores están más que correctos y tanto la ambientación como la historia resultan lo bastante interesantes para mantener a los espectadores entretenidos durante sus casi dos horas y veinte de metraje que pasan en un suspiro. Esto se debe tanto al talento de Eastwood tras las cámaras, como a la labor de sus intérpretes destacando Piazza por encima de todos. Su rol como Tommy DeVito hace que pases de quererle a odiarle en cuestión de segundos siendo uno de los grandes motores del film junto a Young interpretando a Valli. Y por supuesto Walken quien aprovecha sus pocos instantes en pantalla para demostrar que es uno de los grandes robaescenas del cine.
En no pocas ocasiones a lo largo de la película los actores rompen la cuarta pared para dirigirse a los espectadores, tal y como hacía el personaje encarnado por Ray Liotta en Uno de los nuestros o de forma más reciente Ryan Reynolds en Deadpool. De esta forma los protagonistas narran a la audiencia lo que sienten en esos momentos. Baste citar como ejemplo el final de la cinta en el que unos maduros Four Seasons narran a los espectadores cuales son sus sensaciones al volver a juntarse con aquellos que fueron parte importante de su vida al ser introducidos en el Rock and Roll Hall of Fame.
La cinta nos presenta el inicio, auge y caída de un grupo de amigos que lo tuvieron todo, pero que por diversas circunstancias lo perdieron de igual forma. No resulta complicado establecer un paralelismo entre el film de Eastwood, salvando las distancias, con los dirigidos por Martin Scorsese como la ya mencionada Uno de los nuestros o Casino o Brian DePalma en Scarface que nos narraban la historia de un mafioso que lo tuvo todo y que de igual forma lo perdió por tomar las decisiones incorrectas.
El film nos presenta unos cuantos momentos amargos, quedando los instantes de humor reducidos al mínimo. Lo que Eastwood nos muestra es la cara más triste de las bandas, lo que se oculta detrás del éxito,lo que han dejado atrás y la lucha de egos que se establece entre sus miembros que sobre un escenario han de dejar aparcadas para ofrecer a sus seguidores una gran actuación, a pesar que una vez se bajen del mismo apenas se puedan soportar. Algo que se puede comprobar en la secuencia que transcurre en casa del personaje encarnado por Christhoper Walken, donde todo lo que llevaban callando durante años estalla.
Una película que no pasará a la historia del cine, pero que merece un visionado para mostrar a los espectadores una nueva muestra del talento de Eastwood como realizador y que satisfacerá tanto a los aficionados a los musicales como aquellos que sean seguidores del realizador de Gran Torino.
En resumidas cuentas:
Lo mejor: la labor de Eastwood tras las cámaras, Walken, Piazza y Young y los números musicales.
Lo peor: que a pesar de su buena factura se le considere una obra menor.
La secuencia: la primera reunión de los Four Season cantando una canción compuesta por Gaudio.
La imagen: Gyp DeCarlo llorando mientras oye interpretar a Valli My mother´s eyes.
El momento: el número musical que supone el punto y final a la cinta.
A continuación el trailer:
domingo, 26 de marzo de 2017
documental: Listen to me Brando
Marlon Brando fue uno de los mejores actores de la historia del cine y uno de los mejores exponentes del método Stalisnavski de interpretación. Para algunos será Stanley Kowalski, para otros el Coronel Kurtz, para los aficionados al cómic será Jor-El, pero para un servidor será siempre Don Vito Corleone. Todos estos personajes y muchos más están presentes en un documental realizado con extractos de sus cintas más famosas, fotografías, entrevistas y sobre todo por la gran cantidad de archivos de audio que sirven de nexo de unión para este reportaje.
Dirigido por Stevan Railey en 2015 y que se ocupa también del guión junto con Peter Ettedgui, el documental supone un acercamiento a la figura de este astro del séptimo arte. Su vida profesional y personal son analizadas con detalle en un reportaje que hará las delicias, tanto de los aficionados al cine como de aquellos seguidores del que fuera protagonista de La ley del silencio.
Con una duración cercana a las dos horas, el documental es una verdadera gozada. Desde que debutara en Hombres, la carrera de Brando supuso una de las más intensas a la par que interesantes del séptimo arte. Provisto de un gran talento a la hora de dar vida a sus personajes, como de una personalidad difícil de controlar ambos elementos dieron como resultado a una figura icónica del séptimo arte.
El principal atractivo del documental reside en que es el propio Brando quien ejerce de narrador de la historia de su vida mediante los numerosos archivos de audio que grabó en vida. Todo lo que los espectadores van a ver y oír es al intérprete hablando de sí mismo, por lo que tan solo vamos a conocer su opinión. Lo que no quita para que aparezcan aquellos aspectos menos amables de su faceta personal: las declaraciones en contra de Coppola, el controvertido rodaje de El último tango en París, la condena en la cárcel de uno de sus hijos y el posterior suicido de su hija tengan cabida en el metraje.
Si bien algunas de las anécdotas que aparecen en el documental me eran conocidas, otras en cambio han sido una sorpresa. Baste citar como ejemplo más claro el nacimiento de su primer hijo: al nacer el intérprete se negó a que su padre viera a su primer nieto debido a la mala relación que existía entre ambos.
Pese a que ya por oír a Brando en versión original ya merece la pena darle una oportunidad, el documental se hubiera visto enriquecido, al menos en mi opinión, si el director hubiera incluido entrevistas u opiniones de aquellas personas que llegaron a coincidir en algún momento con Brando. Conocer otros puntos de vista hubieran enriquecido más si cabe este reportaje.
Pero lo indicado en el párrafo anterior, es el único lunar que se le puede encontrar a un documental de 10. Este reportaje permite sumergirse a los espectadores y conocer más a una de las figuras clave del séptimo arte. Si bien tiene en su contra unos cuantos fiascos tanto taquilleros como interpretativos, a su favor cuenta con no pocas interpretaciones memorables lo que hace que la balanza se acabe inclinando en favor de lo bueno.
En resumidas cuentas:
Lo mejor: todo.
Lo peor: nada destacable.
La imagen: Brando derrumbándose ante las cámaras de televisión tras una tragedia personal.
El momento: el inicio del documental con una recreación digital de la cabeza de Brando mientras oímos su voz.
La secuencia: el final del documental que coincide con la muerte del personaje de Marlon Brando en El Padrino.
A continuación el trailer:
Dirigido por Stevan Railey en 2015 y que se ocupa también del guión junto con Peter Ettedgui, el documental supone un acercamiento a la figura de este astro del séptimo arte. Su vida profesional y personal son analizadas con detalle en un reportaje que hará las delicias, tanto de los aficionados al cine como de aquellos seguidores del que fuera protagonista de La ley del silencio.
Con una duración cercana a las dos horas, el documental es una verdadera gozada. Desde que debutara en Hombres, la carrera de Brando supuso una de las más intensas a la par que interesantes del séptimo arte. Provisto de un gran talento a la hora de dar vida a sus personajes, como de una personalidad difícil de controlar ambos elementos dieron como resultado a una figura icónica del séptimo arte.
El principal atractivo del documental reside en que es el propio Brando quien ejerce de narrador de la historia de su vida mediante los numerosos archivos de audio que grabó en vida. Todo lo que los espectadores van a ver y oír es al intérprete hablando de sí mismo, por lo que tan solo vamos a conocer su opinión. Lo que no quita para que aparezcan aquellos aspectos menos amables de su faceta personal: las declaraciones en contra de Coppola, el controvertido rodaje de El último tango en París, la condena en la cárcel de uno de sus hijos y el posterior suicido de su hija tengan cabida en el metraje.
Si bien algunas de las anécdotas que aparecen en el documental me eran conocidas, otras en cambio han sido una sorpresa. Baste citar como ejemplo más claro el nacimiento de su primer hijo: al nacer el intérprete se negó a que su padre viera a su primer nieto debido a la mala relación que existía entre ambos.
Pese a que ya por oír a Brando en versión original ya merece la pena darle una oportunidad, el documental se hubiera visto enriquecido, al menos en mi opinión, si el director hubiera incluido entrevistas u opiniones de aquellas personas que llegaron a coincidir en algún momento con Brando. Conocer otros puntos de vista hubieran enriquecido más si cabe este reportaje.
Pero lo indicado en el párrafo anterior, es el único lunar que se le puede encontrar a un documental de 10. Este reportaje permite sumergirse a los espectadores y conocer más a una de las figuras clave del séptimo arte. Si bien tiene en su contra unos cuantos fiascos tanto taquilleros como interpretativos, a su favor cuenta con no pocas interpretaciones memorables lo que hace que la balanza se acabe inclinando en favor de lo bueno.
En resumidas cuentas:
Lo mejor: todo.
Lo peor: nada destacable.
La imagen: Brando derrumbándose ante las cámaras de televisión tras una tragedia personal.
El momento: el inicio del documental con una recreación digital de la cabeza de Brando mientras oímos su voz.
La secuencia: el final del documental que coincide con la muerte del personaje de Marlon Brando en El Padrino.
A continuación el trailer:
jueves, 23 de marzo de 2017
serie: Castle
Hay series en la televisión a las que uno tiene un especial cariño, bien sea por los protagonistas, por su argumento, los escenarios en los que transcurre son algunos elementos o todos los que hace que uno se enganche o no a un determinado show. En mi caso son los dos primeros ejemplos que he citados los que consiguieron que me hiciera adicto a esta ficción televisiva, que durante 8 temporadas alternó el humor con el suspense y que mantuvo enganchados a los espectadores que semana tras semana seguían las aventuras de ambos personajes.
Creada por Andrew W. Marlowe y emitida de 2009 a 2016 y con un total de 173 capítulos, la serie nos contaba como el escritor de novelas de suspense Richard Castle (Nathan Fillion) está en un bloqueo creativo y es reclamado por la policía cuando un criminal recrea los asesinatos de sus novelas. Al colaborar para probar su inocencia, conocerá a la detective Kate Beckett (Stana Katic) que se acabará convirtiendo en su musa y a la que acompañará mientras resuelven casos juntos. La atracción entre ambos no tardará en aparecer.
Serie que pese a no ser novedosa en absoluto, tenía en su pareja protagonista un gran punto a su favor. La química entre ambos era más que evidente y el carisma que Nathan Fillion desprendía en Firefly, a la que se permite un guiño en la segunda temporada de la serie, aquí queda más que confirmado. Pese a que en ocasiones Castle pueda llegar a ser un poquito infantil, demuestra ser un gran padre y servir de gran ayuda a la policía en no pocas ocasiones a la hora de resolver los casos.
Otro de los elementos que juega a favor de la serie es el plantel de secundarios. Además de los protagonistas principales, nos encontramos con la madre e hija adolescente de Castle, interpretadas por Susan Sullivan y Molly C. Quinn respectivamente, a los detectives Ryan y Esposito, Seamus Dever y Jon Huertas respectivamente, y a la forense Lanie Parish, Tamala Jones. Todos ellos tienen su momento de lucimiento y sirven como contrapunto a los personajes encarnados por Nathan Fillion y Stana Katic.
La serie contaba con capítulos autoconclusivos y se podía seguir sin mayor problema si uno se había perdido el capítulo de esa semana. Y es que la formula que se repetía capítulo tras capítulo era la misma: asesinato, investigación, humor, resolución del mismo y a otra cosa mariposa. Pero como se suele decir, en su sencillez radica su belleza. Otros shows como House, Bones o cualquiera de los CSI tenían un esquema parecido y eran éxitos. El secreto de su popularidad se puede explicar en que son programas que no te hacen pensar mucho, te entretienen y son la excusa ideal para pasar un rato entretenido.
La acción de la serie tenía lugar en Nueva York, pese a que en algunas ocasiones se trasladara a otras localizaciones como Los Ángeles, Washington e incluso una vez los protagonistas cruzaron el charco para resolver un caso en París. Algo ha de tener La Gran Manzana para que haya servido de localización a tantas producciones, ya sea tanto en la pequeña como en la gran pantalla.
A medida que la serie avanzaba también lo hacían sus personajes. Casi desde que comienza la serie, los espectadores tienen claro que los dos protagonistas van a acabar juntos. Mantienen esa relación de "te pincho pero no puedo vivir sin ti" que se había visto en otras producciones como Luz de luna o Bones. Los personajes van evolucionando, según transcurrían las temporadas los protagonistas nos van revelando capas que antes permanecían ocultas.
Ya en la última temporada las tensiones entre ambos protagonistas hicieron que la serie se cancelase y no renovase por una novena temporada. Por lo menos los productores se encargaron de dar un final cerrado y cerrar las tramas que pudieran quedar abiertas. De esta forma dieron una conclusión satisfactoria a un show que, a pesar de su encanto, ya daba síntomas de agotamiento. Algo que quedó claro en la última temporada cuando durante buena parte de la misma, los protagonistas principales apenas compartían planos juntos.
En definitiva es una serie que no pasará a la historia de los mejores shows de la historia de la televisión, pero que al menos cumple con creces el objetivo para el que fue creada y es el de entretener al espectador. Si os gustan las series policíacas con un toque diferente, no lo dudéis y dadle una oportunidad a Castle. Seguro que no os arrepentiréis.
A continuación la intro:
Creada por Andrew W. Marlowe y emitida de 2009 a 2016 y con un total de 173 capítulos, la serie nos contaba como el escritor de novelas de suspense Richard Castle (Nathan Fillion) está en un bloqueo creativo y es reclamado por la policía cuando un criminal recrea los asesinatos de sus novelas. Al colaborar para probar su inocencia, conocerá a la detective Kate Beckett (Stana Katic) que se acabará convirtiendo en su musa y a la que acompañará mientras resuelven casos juntos. La atracción entre ambos no tardará en aparecer.
Serie que pese a no ser novedosa en absoluto, tenía en su pareja protagonista un gran punto a su favor. La química entre ambos era más que evidente y el carisma que Nathan Fillion desprendía en Firefly, a la que se permite un guiño en la segunda temporada de la serie, aquí queda más que confirmado. Pese a que en ocasiones Castle pueda llegar a ser un poquito infantil, demuestra ser un gran padre y servir de gran ayuda a la policía en no pocas ocasiones a la hora de resolver los casos.
Otro de los elementos que juega a favor de la serie es el plantel de secundarios. Además de los protagonistas principales, nos encontramos con la madre e hija adolescente de Castle, interpretadas por Susan Sullivan y Molly C. Quinn respectivamente, a los detectives Ryan y Esposito, Seamus Dever y Jon Huertas respectivamente, y a la forense Lanie Parish, Tamala Jones. Todos ellos tienen su momento de lucimiento y sirven como contrapunto a los personajes encarnados por Nathan Fillion y Stana Katic.
La serie contaba con capítulos autoconclusivos y se podía seguir sin mayor problema si uno se había perdido el capítulo de esa semana. Y es que la formula que se repetía capítulo tras capítulo era la misma: asesinato, investigación, humor, resolución del mismo y a otra cosa mariposa. Pero como se suele decir, en su sencillez radica su belleza. Otros shows como House, Bones o cualquiera de los CSI tenían un esquema parecido y eran éxitos. El secreto de su popularidad se puede explicar en que son programas que no te hacen pensar mucho, te entretienen y son la excusa ideal para pasar un rato entretenido.
La acción de la serie tenía lugar en Nueva York, pese a que en algunas ocasiones se trasladara a otras localizaciones como Los Ángeles, Washington e incluso una vez los protagonistas cruzaron el charco para resolver un caso en París. Algo ha de tener La Gran Manzana para que haya servido de localización a tantas producciones, ya sea tanto en la pequeña como en la gran pantalla.
A medida que la serie avanzaba también lo hacían sus personajes. Casi desde que comienza la serie, los espectadores tienen claro que los dos protagonistas van a acabar juntos. Mantienen esa relación de "te pincho pero no puedo vivir sin ti" que se había visto en otras producciones como Luz de luna o Bones. Los personajes van evolucionando, según transcurrían las temporadas los protagonistas nos van revelando capas que antes permanecían ocultas.
Ya en la última temporada las tensiones entre ambos protagonistas hicieron que la serie se cancelase y no renovase por una novena temporada. Por lo menos los productores se encargaron de dar un final cerrado y cerrar las tramas que pudieran quedar abiertas. De esta forma dieron una conclusión satisfactoria a un show que, a pesar de su encanto, ya daba síntomas de agotamiento. Algo que quedó claro en la última temporada cuando durante buena parte de la misma, los protagonistas principales apenas compartían planos juntos.
En definitiva es una serie que no pasará a la historia de los mejores shows de la historia de la televisión, pero que al menos cumple con creces el objetivo para el que fue creada y es el de entretener al espectador. Si os gustan las series policíacas con un toque diferente, no lo dudéis y dadle una oportunidad a Castle. Seguro que no os arrepentiréis.
A continuación la intro:
miércoles, 22 de marzo de 2017
documental: Descubriendo a John Cazale
Dentro del mundo del cine hay actores que han pasado por derecho propio a formar parte de su historia pese a tener una carrera corta. El primer nombre que se le viene a la gente a la cabeza es James Dean, pero luego hay otro actor que pese a intervenir en tan solo 5 películas siempre será recordado por el rol de Fredo Corleone y que le hizo saltar al estrellato. Una carrera compuesta por tan solo cinco títulos, pero todos ellos nominados a premios de la academia ya sea en la categoría de mejor película o mejor actor. Un record que hasta ahora no ha sido superado por ningún otro intérprete.
Documental de 2009 dirigido por Richard Shepard y producido por la HBO, lo que añade un plus de calidad, el reportaje con una duración de 40 minutos permite a los espectadores conocer algo más sobre la figura de este actor y que será recordado por los espectadores más cinéfilos como Fredo Corleone en las dos cintas de El Padrino. A pesar que también destacó en roles secundarios en El cazador, Tarde de perros y La conversación.
Más que interesante documental que cuenta con testimonios tanto de intérpretes que trabajaron con el fallecido actor, como Al Pacino, Robert De Niro, Gene Hackman o la que fue su pareja Meryl Streep, como de directores como Francis Ford Coppola y Sydney Lumet que le dirigieron en las dos primeras partes de El padrino y La conversación en el caso del primero, y Tarde de Perros en el caso del segundo y de actores que se declaran seguidores del fallecido artista como Sam Rockwell, Philip Seymur Hoffman o Steve Buscemi.
Con una duración cercana a los 40 minutos es un documental que sabe a poco. Además de algunas de las escenas más famosas de los filmes en los que intervino, el reportaje se complementa con fotografías, tanto personales como de obras de teatro en las que actuó y donde fue galardonado como Actuación distinguida o The Indian Wants the Bronx. En la segunda coincidiría por primera vez con Al Pacino, que sería su compañero de reparto en 3 de las cinco cintas en las que participó.
Si hay algo en lo que todos los entrevistados coinciden acerca de las actuaciones de Cazale, es como podía transmitir tanto con tan solo un gesto o una mirada. Algo que queda reforzado con la secuencia o el momento en cuestión al que hacen referencia. De esta forma el espectador puede darse cuenta de detalles que se le pasaron cuando vio la actuación del fallecido intérprete por primera vez.
Uno de los momentos más emocionantes del documental es cuando Meryl Streep recuerda su relación con el fallecido actor y de como, a pesar de su enfermedad, fue capaz de concluir su participación en El cazador en la que sería su obra póstuma. Cuando empezó a rodar la galardonada cinta de Michael Cimino, ya estaba enfermo de cáncer de pulmón y las compañías de seguros no se arriesgaron a pagar los costes en caso de que no pudiera completar sus escenas a tiempo, y tener que cambiar de actor a mitad de rodaje con el gasto que ello conllevaba. Su compañero de reparto Robert De Niro se encargó de cubrir los costes y afortunadamente Cazale pudo hacer todas sus escenas. Pero por desgracia no pudo llegar a ver terminada la película, puesto que falleció poco después de haber hecho todas sus escenas.
Es una verdadera pena que este intérprete falleciera a la prematura edad de 42 años, seguro que todavía le quedaban por ofrecer a los espectadores buenos papeles. Algo que se puede comprobar en las cintas ya mencionadas, en donde a pesar de ofrecer grandes actuaciones no vio recompensada su labor con ninguna nominación en la categoría de actor secundario.
Un documental imprescindible para acercarse y conocer más acerca de la figura de John Cazale. A modo de curiosidad el título original es I knew it was you, frase pronunciada en El Padrino II por Michael Corleone a su hermano Fredo y que marcará el destino del personaje.
En resumidas cuentas:
Lo mejor: Todo.
Lo peor: la escasa duración del documental.
La imagen: Meryl Streep emocionada recordando su relación con Cazale.
El momento: Steve Buscemi recordando su participación en un capítulo de Los Simpson y de como el personaje que le acompaña guarda un parecido más que razonable con el papel encarnado por John Cazale en Tarde de perros.
A continuación el trailer:
Documental de 2009 dirigido por Richard Shepard y producido por la HBO, lo que añade un plus de calidad, el reportaje con una duración de 40 minutos permite a los espectadores conocer algo más sobre la figura de este actor y que será recordado por los espectadores más cinéfilos como Fredo Corleone en las dos cintas de El Padrino. A pesar que también destacó en roles secundarios en El cazador, Tarde de perros y La conversación.
Más que interesante documental que cuenta con testimonios tanto de intérpretes que trabajaron con el fallecido actor, como Al Pacino, Robert De Niro, Gene Hackman o la que fue su pareja Meryl Streep, como de directores como Francis Ford Coppola y Sydney Lumet que le dirigieron en las dos primeras partes de El padrino y La conversación en el caso del primero, y Tarde de Perros en el caso del segundo y de actores que se declaran seguidores del fallecido artista como Sam Rockwell, Philip Seymur Hoffman o Steve Buscemi.
Con una duración cercana a los 40 minutos es un documental que sabe a poco. Además de algunas de las escenas más famosas de los filmes en los que intervino, el reportaje se complementa con fotografías, tanto personales como de obras de teatro en las que actuó y donde fue galardonado como Actuación distinguida o The Indian Wants the Bronx. En la segunda coincidiría por primera vez con Al Pacino, que sería su compañero de reparto en 3 de las cinco cintas en las que participó.
Si hay algo en lo que todos los entrevistados coinciden acerca de las actuaciones de Cazale, es como podía transmitir tanto con tan solo un gesto o una mirada. Algo que queda reforzado con la secuencia o el momento en cuestión al que hacen referencia. De esta forma el espectador puede darse cuenta de detalles que se le pasaron cuando vio la actuación del fallecido intérprete por primera vez.
Uno de los momentos más emocionantes del documental es cuando Meryl Streep recuerda su relación con el fallecido actor y de como, a pesar de su enfermedad, fue capaz de concluir su participación en El cazador en la que sería su obra póstuma. Cuando empezó a rodar la galardonada cinta de Michael Cimino, ya estaba enfermo de cáncer de pulmón y las compañías de seguros no se arriesgaron a pagar los costes en caso de que no pudiera completar sus escenas a tiempo, y tener que cambiar de actor a mitad de rodaje con el gasto que ello conllevaba. Su compañero de reparto Robert De Niro se encargó de cubrir los costes y afortunadamente Cazale pudo hacer todas sus escenas. Pero por desgracia no pudo llegar a ver terminada la película, puesto que falleció poco después de haber hecho todas sus escenas.
Es una verdadera pena que este intérprete falleciera a la prematura edad de 42 años, seguro que todavía le quedaban por ofrecer a los espectadores buenos papeles. Algo que se puede comprobar en las cintas ya mencionadas, en donde a pesar de ofrecer grandes actuaciones no vio recompensada su labor con ninguna nominación en la categoría de actor secundario.
Un documental imprescindible para acercarse y conocer más acerca de la figura de John Cazale. A modo de curiosidad el título original es I knew it was you, frase pronunciada en El Padrino II por Michael Corleone a su hermano Fredo y que marcará el destino del personaje.
En resumidas cuentas:
Lo mejor: Todo.
Lo peor: la escasa duración del documental.
La imagen: Meryl Streep emocionada recordando su relación con Cazale.
El momento: Steve Buscemi recordando su participación en un capítulo de Los Simpson y de como el personaje que le acompaña guarda un parecido más que razonable con el papel encarnado por John Cazale en Tarde de perros.
A continuación el trailer:
domingo, 19 de marzo de 2017
libro: Aquel extraño hombre alto
Dentro del género de terror, ya sea literario o cinematográfico, parece estar todo inventado. Los autores, guionistas o directores suelen volver una y otra vez a los mismos temas recurrentes, como zombis, vampiros o psicópatas por citar unos ejemplos, pero aportando un nuevo punto de vista. Por ello es grato encontrarse con un tipo de monstruo que no había sido explorado o adaptado de forma previa. Es lo que ocurre con aquel extraño hombre alto, creación de Iván Ruso y que se compone tan solo de ramas y raíces secas pero que es capaz de provocar pesadillas y masacres a todo aquel que se cruza en su camino. Adentrémonos en sus dominios para saber más acerca de este ser, cuyos orígenes nunca quedan del todo claros.
Con un prólogo a cargo de Javier Martos que también se ocupa del epílogo y de coordinar las historias, y una introducción de Iván Ruso que se encarga de las ilustraciones interiores, la presente antología consta de 13 relatos en la que diversos autores nos dan su propia visión de la creación de Iván Ruso. Como suele ser norma habitual dentro del blog haré un breve resumen de cada uno de los relatos sin desvelar demasiados detalles importantes de la trama:
- Aquel extraño hombre alto a cargo de Juan De Dios Garduño y Pablo García Naranjo: cuando el periodista Doug Noonan llega a la población de Wounded Knee para hacer un reportaje, lejos está de imaginar la pesadilla que está a punto de vivir. Dos buenos autores de terror unen sus fuerzas para abrir fuego en este primer relato de la antología. Una historia que se va volviendo más terrorífica a medida que uno avanza en su lectura.
- Myth Buster de Antonio Sánchez Vázquez: un programa de telerrealidad sobre monstruos se desplaza a Pine Shadow Falls para investigar acerca de la leyenda de aquel extraño hombre alto. Pero en algunas ocasiones hay historias que no merecen ser descubiertas. Segundo relato en donde el autor no ha escatimado en las dosis de sangre, sobre todo en su parte final cuando los miembros del equipo se encuentren frente a frente con el mito al que han ido a investigar.
- Pequeña Rebeca por Sara Oliveira Ávila: narrado en primera persona, un padre vuelve a ver una sesión grabada en vídeo de su hija Rebeca con un psicólogo, en donde la pequeña narra sucesos violentos en los que ha intervenido aquel extraño hombre alto. Y como se solía decir en el 1,2,3 hasta aquí puedo leer. Un buen relato cargado de misterio que gira hacia el terror en sus instantes finales, y que mantiene enganchado a los lectores desde los primeros párrafos.
- La partida de Álvaro de la Riva: la nave Asarania VII se dispone a abandonar una tierra desértica en busca de un futuro mejor en el planeta Esqueria. Pero antes de despegar Matías Guerra, oficial de mantenimiento de la nave, sale a buscar un coco. Y de nuevo poco más puedo decir para no desvelar las sorpresas que hay en la historia. Acertada mezcla de ciencia ficción y terror en donde el aquel extraño hombre alto hace de las suyas en un futuro lejano. Aquí se nos narra un posible origen del hombre alto y la conclusión queda abierta a nuevas aventuras de este ser sobrenatural.
- Algo sobrevivió de Ed Kürten: cuando Frank se presenta voluntario para la operación Ogigia para volver a repoblar la tierra, no se imagina la pesadilla que está a punto de vivir con su familia y en la que el extraño hombre alto tendrá un papel determinante. Otra vez más la ciencia ficción y el terror vuelven a unir sus fuerzas para ofrecernos un relato que se va volviendo más opresivo y sangriento a medida que el mismo llega a su conclusión.
- En un claro del bosque por Sergio Llamas: a través de un flashback un hombre recuerda como su hijo se suicidó debido a su encuentro con el hombre alto, y las circunstancias que le llevaron a conocer a Max en el funeral de su hijo fallecido. Las cuales les llevaran a investigar al extraño hombre alto en el bosque donde este ser mora. Buen relato en donde la cordura de protagonista se verá puesta a prueba y cuyo climax en la autocaravana resulta bastante opresivo.
- El hijo bastardo del bosque por Juanma Nova García: la historia tiene lugar en el año 1817 en Francia, Pierre es un niño que se ve acosado por las pesadillas del extraño hombre alto, lejos está de imaginar que el motivo de sus malos sueños puede ser más real de lo que el cree. De nuevo otro relato en el que se nos explica otro origen de este ser sobrenatural y que recuerda a los cuentos de hadas pero en su faceta más oscura, con un tono acorde al de la presente antología.
- Lo que se oculta en cada corazón de Bea Magaña: relato ambientado en los años 20 en la localidad de Ichart, donde Paul Garnier va en busca de trabajo tras haber sido testigo de una masacre en un bar. Este hecho hará que su camino se cruce de manera fortuita con el hombre alto. Relato bastante curioso y que se aleja de la estela de misterio y terror que hasta la aparición de esta historia, marcaban el tono de la presente antología.
- Ramas dulces por Rain Cross: en el pueblo de East Mills Jake Jenkins es interrogado por los oficiales de policía Madison Smith y Alfred Rollins, acerca de la desaparición de su hermano Timothy y que guarda relación con la leyenda del hombre alto. Relato que supone un acercamiento por parte de la autora a la leyenda del Slenderman, pero que también recuerda al reverso oscuro de la parte final del flautista de Hamelin. Historia ambientada en una única localización y que nos muestra que los niños no son tan inocentes como uno puede creer.
- Santa Tola de la montaña de Cristina Béjar: Clara es la hija de Rosario una madre soltera que va a ganarse la vida a Gran Bretaña, quedando la niña al cuidado de su abuela Amalia que la deja en un convento para que las monjas se hagan cargo de su educación. Los sucesos extraños no tardan en sucederse coincidiendo con la llegada de la pequeña al lugar. De nuevo nos encontramos con un relato en el que los niños vuelven a cobrar protagonismo y cuyo final resulta sorprendente. Conclusión en la que la autora da rienda suelta a su vena más sádica y que pilla por sorpresa a los lectores, en una historia cuya atmósfera se va volviendo más opresiva a medida que se acerca el fin.
- Madrigueras extrañas por Miguel Chamizo: ambientada en Maine en dos épocas. En 1979 los hermanos Bruce y Steve están de acampada con su padre Bruce, quien les cuenta la historia del grupo de rock Run White Rabbit Run que grabó un disco con una canción maldita. Al poco de concluir la historia desaparece de manera misteriosa. En 1985 los hermanos han crecido y forman un grupo de rock con Adrian, amigo de Bruce que ha conseguido el disco maldito lo que traerá funestas consecuencias. De nuevo un relato que juega más con el misterio que con el terror, y que consigue atrapar a los lectores desde las primeras páginas, en una historia que no consigue llegar al nivel de las otras historias de la antología pero que resulta entretenida.
- El asesino del extraño hombre alto de Tony Jiménez: Rick se dirige a una cabaña abandonada en la que pasó parte de su vida para intentar cazar al extraño hombre alto, causante de su tragedia familiar. Relato que tira más por la acción, no es complicado ver en Rick a un Charles Bronson o Liam Nesson en busca de venganza por la perdida de un ser querido, que por el terror y misterio que es la tónica dominante en los relatos, tal y como ocurre en el relato de Bea Magaña. Un relato que va ganando velocidad a medida que se acerca la conclusión, la cual queda abierta a la interpretación que los lectores hagan de la misma.
- Hierba de verano, gusano de invierno por Toluuuu: en el Himalaya Nitram y su hijo Mandas se dedican a recolectar el hongo Yarsagumba para ganarse la vida. Lo que no imaginan son las consecuencias que ello traerá, cuando en su camino se cruce el extraño hombre alto. Relato que no se asemeja a ninguno de los anteriores de la presente antología, al presentarnos al hombre alto más como una especie de héroe que como el villano. La historia supone un buen broche de oro a una antología que nos presenta un nuevo monstruo y que esperemos no tarden en ver la luz nuevos relatos con él de protagonista.
El epílogo a cargo de Javier Martos nos presenta algunas de las historias como si fueran reales, y lo que hemos estado leyendo son los testimonios de los autores que han cruzado su camino con el hombre alto.
Que algunos de los relatos estén ambientados en Maine no resulta extraño, puesto que esta localización ha servido para que Stephen King enmarque gran parte de sus novelas. Así los escritores que participan en la presente antología, rinden su particular homenaje al maestro del suspense al localizar en estos lugares sus historias.
Las ilustraciones que acompañan a la antología son impresionantes, ya sean las que aparecen al cierre de las historias realizadas en blanco y negro como las que ponen punto y final al volumen a pleno color, con una paleta de naranjas, amarillos y rojos, nos muestran al hombre alto en todo su esplendor y los lugares donde habita.
Si os gustan las antologías de terror que se salen de lo habitual y realizada por autores patrios, no lo dudéis y haceros con ella. Seguro que no os vais a arrepentir.
Con un prólogo a cargo de Javier Martos que también se ocupa del epílogo y de coordinar las historias, y una introducción de Iván Ruso que se encarga de las ilustraciones interiores, la presente antología consta de 13 relatos en la que diversos autores nos dan su propia visión de la creación de Iván Ruso. Como suele ser norma habitual dentro del blog haré un breve resumen de cada uno de los relatos sin desvelar demasiados detalles importantes de la trama:
- Aquel extraño hombre alto a cargo de Juan De Dios Garduño y Pablo García Naranjo: cuando el periodista Doug Noonan llega a la población de Wounded Knee para hacer un reportaje, lejos está de imaginar la pesadilla que está a punto de vivir. Dos buenos autores de terror unen sus fuerzas para abrir fuego en este primer relato de la antología. Una historia que se va volviendo más terrorífica a medida que uno avanza en su lectura.
- Myth Buster de Antonio Sánchez Vázquez: un programa de telerrealidad sobre monstruos se desplaza a Pine Shadow Falls para investigar acerca de la leyenda de aquel extraño hombre alto. Pero en algunas ocasiones hay historias que no merecen ser descubiertas. Segundo relato en donde el autor no ha escatimado en las dosis de sangre, sobre todo en su parte final cuando los miembros del equipo se encuentren frente a frente con el mito al que han ido a investigar.
- Pequeña Rebeca por Sara Oliveira Ávila: narrado en primera persona, un padre vuelve a ver una sesión grabada en vídeo de su hija Rebeca con un psicólogo, en donde la pequeña narra sucesos violentos en los que ha intervenido aquel extraño hombre alto. Y como se solía decir en el 1,2,3 hasta aquí puedo leer. Un buen relato cargado de misterio que gira hacia el terror en sus instantes finales, y que mantiene enganchado a los lectores desde los primeros párrafos.
- La partida de Álvaro de la Riva: la nave Asarania VII se dispone a abandonar una tierra desértica en busca de un futuro mejor en el planeta Esqueria. Pero antes de despegar Matías Guerra, oficial de mantenimiento de la nave, sale a buscar un coco. Y de nuevo poco más puedo decir para no desvelar las sorpresas que hay en la historia. Acertada mezcla de ciencia ficción y terror en donde el aquel extraño hombre alto hace de las suyas en un futuro lejano. Aquí se nos narra un posible origen del hombre alto y la conclusión queda abierta a nuevas aventuras de este ser sobrenatural.
- Algo sobrevivió de Ed Kürten: cuando Frank se presenta voluntario para la operación Ogigia para volver a repoblar la tierra, no se imagina la pesadilla que está a punto de vivir con su familia y en la que el extraño hombre alto tendrá un papel determinante. Otra vez más la ciencia ficción y el terror vuelven a unir sus fuerzas para ofrecernos un relato que se va volviendo más opresivo y sangriento a medida que el mismo llega a su conclusión.
- En un claro del bosque por Sergio Llamas: a través de un flashback un hombre recuerda como su hijo se suicidó debido a su encuentro con el hombre alto, y las circunstancias que le llevaron a conocer a Max en el funeral de su hijo fallecido. Las cuales les llevaran a investigar al extraño hombre alto en el bosque donde este ser mora. Buen relato en donde la cordura de protagonista se verá puesta a prueba y cuyo climax en la autocaravana resulta bastante opresivo.
- El hijo bastardo del bosque por Juanma Nova García: la historia tiene lugar en el año 1817 en Francia, Pierre es un niño que se ve acosado por las pesadillas del extraño hombre alto, lejos está de imaginar que el motivo de sus malos sueños puede ser más real de lo que el cree. De nuevo otro relato en el que se nos explica otro origen de este ser sobrenatural y que recuerda a los cuentos de hadas pero en su faceta más oscura, con un tono acorde al de la presente antología.
- Lo que se oculta en cada corazón de Bea Magaña: relato ambientado en los años 20 en la localidad de Ichart, donde Paul Garnier va en busca de trabajo tras haber sido testigo de una masacre en un bar. Este hecho hará que su camino se cruce de manera fortuita con el hombre alto. Relato bastante curioso y que se aleja de la estela de misterio y terror que hasta la aparición de esta historia, marcaban el tono de la presente antología.
- Ramas dulces por Rain Cross: en el pueblo de East Mills Jake Jenkins es interrogado por los oficiales de policía Madison Smith y Alfred Rollins, acerca de la desaparición de su hermano Timothy y que guarda relación con la leyenda del hombre alto. Relato que supone un acercamiento por parte de la autora a la leyenda del Slenderman, pero que también recuerda al reverso oscuro de la parte final del flautista de Hamelin. Historia ambientada en una única localización y que nos muestra que los niños no son tan inocentes como uno puede creer.
- Santa Tola de la montaña de Cristina Béjar: Clara es la hija de Rosario una madre soltera que va a ganarse la vida a Gran Bretaña, quedando la niña al cuidado de su abuela Amalia que la deja en un convento para que las monjas se hagan cargo de su educación. Los sucesos extraños no tardan en sucederse coincidiendo con la llegada de la pequeña al lugar. De nuevo nos encontramos con un relato en el que los niños vuelven a cobrar protagonismo y cuyo final resulta sorprendente. Conclusión en la que la autora da rienda suelta a su vena más sádica y que pilla por sorpresa a los lectores, en una historia cuya atmósfera se va volviendo más opresiva a medida que se acerca el fin.
- Madrigueras extrañas por Miguel Chamizo: ambientada en Maine en dos épocas. En 1979 los hermanos Bruce y Steve están de acampada con su padre Bruce, quien les cuenta la historia del grupo de rock Run White Rabbit Run que grabó un disco con una canción maldita. Al poco de concluir la historia desaparece de manera misteriosa. En 1985 los hermanos han crecido y forman un grupo de rock con Adrian, amigo de Bruce que ha conseguido el disco maldito lo que traerá funestas consecuencias. De nuevo un relato que juega más con el misterio que con el terror, y que consigue atrapar a los lectores desde las primeras páginas, en una historia que no consigue llegar al nivel de las otras historias de la antología pero que resulta entretenida.
- El asesino del extraño hombre alto de Tony Jiménez: Rick se dirige a una cabaña abandonada en la que pasó parte de su vida para intentar cazar al extraño hombre alto, causante de su tragedia familiar. Relato que tira más por la acción, no es complicado ver en Rick a un Charles Bronson o Liam Nesson en busca de venganza por la perdida de un ser querido, que por el terror y misterio que es la tónica dominante en los relatos, tal y como ocurre en el relato de Bea Magaña. Un relato que va ganando velocidad a medida que se acerca la conclusión, la cual queda abierta a la interpretación que los lectores hagan de la misma.
- Hierba de verano, gusano de invierno por Toluuuu: en el Himalaya Nitram y su hijo Mandas se dedican a recolectar el hongo Yarsagumba para ganarse la vida. Lo que no imaginan son las consecuencias que ello traerá, cuando en su camino se cruce el extraño hombre alto. Relato que no se asemeja a ninguno de los anteriores de la presente antología, al presentarnos al hombre alto más como una especie de héroe que como el villano. La historia supone un buen broche de oro a una antología que nos presenta un nuevo monstruo y que esperemos no tarden en ver la luz nuevos relatos con él de protagonista.
El epílogo a cargo de Javier Martos nos presenta algunas de las historias como si fueran reales, y lo que hemos estado leyendo son los testimonios de los autores que han cruzado su camino con el hombre alto.
Que algunos de los relatos estén ambientados en Maine no resulta extraño, puesto que esta localización ha servido para que Stephen King enmarque gran parte de sus novelas. Así los escritores que participan en la presente antología, rinden su particular homenaje al maestro del suspense al localizar en estos lugares sus historias.
Las ilustraciones que acompañan a la antología son impresionantes, ya sean las que aparecen al cierre de las historias realizadas en blanco y negro como las que ponen punto y final al volumen a pleno color, con una paleta de naranjas, amarillos y rojos, nos muestran al hombre alto en todo su esplendor y los lugares donde habita.
Si os gustan las antologías de terror que se salen de lo habitual y realizada por autores patrios, no lo dudéis y haceros con ella. Seguro que no os vais a arrepentir.
jueves, 16 de marzo de 2017
libro: Pasaporte de bruja
Hoy de nuevo vuelve a aparecer por este blog una autora que llevaba tiempo sin hacerlo. El libro es continuación de su obra, ya reseñada aquí hace algún tiempo, Brujas, magos e incrédulos en la España del Siglo de Oro. Una vez más la escritora nos descubre las partes más curiosas y que permanecían desconocidas, para ofrecernos un ensayo que gustará tanto a los amantes de la historia como a los que quieran saber más acerca de estos seres mágicos y del papel que jugaron no solo en la historia, sino también de la influencia que tuvieron dentro de nuestra literatura y pintura.
Escrito por María Lara Martínez y con prólogo a cargo de Laura Lara Martínez, el libro supone un ensayo muy ameno que realiza un estudio detallado de la brujería tanto en nuestro país como al otro lado del charco. A través de sus 8 capítulos la escritora muestra a los lectores que no todas las brujas eran malas, ya que algunas eran curanderas que solo buscaban hacer el bien en la gente.
Una vez más la autora ha vuelto a conseguir que recuerde la razón de porque me gusta la historia. Mediante un lenguaje ameno la autora nos presenta la figura de estas hechiceras que ya forman parte del imaginario colectivo, y cuyo término vale tanto como apelativo cariñoso como para usar en tono despectivo. Todo depende de como se diga.
Resulta cuanto menos curioso comprobar como en no pocas ocasiones, eran el miedo y la incultura de la gente lo que hacía que estas mujeres fueran juzgadas por la inquisición. Este tribunal no solo se encargaba de emitir autos en contra de judíos y musulmanes para que abrazaran la religión cristiana, sino que también los emitieron contra estas mujeres que, salvo en raras ocasiones, se dedicaban a hacer buenas obras entre la población puesto que se dedicaban a curar los males que tenían las personas que acudían a ellas.
A la hora de hablar de la brujería en España, resulta imprescindible hablar de Zugarramurdi ya que fue en esta población navarra donde se llevaron a cabo los juicios contra las brujas. Pero no solo había brujas en esta localidad navarra, puesto que también se encontraban en Levante, Cataluña, las dos Castillas o Galicia, de aquí viene el famoso dicho "haberlas, haylas, el caso es encontrarlas". Es en estas tierras donde se encuentra una de las brujas más famosas como fue María Soliña, y que fue acusada injustamente de brujería por personas que la tenían envidia por su posición económica. Pero al no poder juzgarla por algo material, fue juzgada debido a que sus delatores afirmaban que la veían por la noche bajar a la playa a realizar sortilegios para que el mar le devolviese los cuerpos de su marido y su hermano, fallecidos en una cruenta batalla contra los turcos.
Un aspecto que me resultó bastante curioso fue uno de los métodos que utilizaban los tribunales a la hora de juzgar si una mujer era bruja o no. Este era el de arrojarla al agua y si flotaba se le consideraba que era bruja. Mientras leía este pasaje, no pude evitar acordarme de la famosa escena de Los caballeros de la mesa cuadrada de los Monty Python. Algo que pensaba que era inventando no era así.
Otro hecho que me sorprendió es que Halloween ya se celebraba aquí desde hace siglos. Las fiestas que aquí se realizaban servían para salvar las almas de aquellos que habían fallecido y para alejar los malos espíritus, que se alejan con el tañido de las campanas tal y como afirma la autora en un cuento que le contaba su abuelo en Villaconejos de Trabaque (Cuenca).
Pero la brujería no solo tenía lugar en nuestro país, en Sudamérica también existían estas mujeres que utilizaban sus dones tanto para beneficiar a las que acudían a ellas como para perjudicar a otros. Para ello se servían de jabones a los que habían lanzado un maleficio y que enterraban en la puerta de aquellos que eran objeto de la maldición. Así y debido al aumento de lo que se creían brujas, tribunales encargados de juzgarlas fueron creados en localizaciones como Perú, México o Argentina. De nuevo la envidia y la incultura hacían acto de presencia.
Incluso hoy, en pleno Siglo XXI, hay países que siguen creyendo en la brujería y son capaces de las peores atrocidades posibles. No solo en países menos desarrollados como Gambia, Tanzania o en Colombia se cometieron asesinatos por la creencia que las personas que habían sido ejecutadas eran brujas maléficas, sino que también en los Estados Unidos ocurren estos asesinatos por la creencia que las víctimas eran brujas. Incluso los responsables de estas muertes se amparan en atacar a minorías religiosas, con la creencia de que son brujos como ocurrió en Kenia en 2008 cuando 11 personas fueron quemadas acusadas injustamente de un cargo de brujería.
El penúltimo capítulo del libro está dedicado a Miguel de Cervantes y la influencia que las brujas y los seres mágicos ejercieron sobre su obra, sobre todo en Don Quijote de la Mancha aunque también se puede notar la influencia que la alquimia y la magia en La ilustre fregona o El coloquio de los perros.
Una obra amena y que gustará a todos aquellos que busquen conocer más acerca de las brujas en nuestro país y como la creencia en su existencia ha llegado a nuestros días, hasta el punto que en Suazilandia pueden volar con su escoba mientras no sobrepasen los 150 metros de altura o que en Islandia se siga creyendo en la existencia de los elfos y los beneficios que estos seres mágicos pueden traer a todos aquellos que topen con ellos.
Escrito por María Lara Martínez y con prólogo a cargo de Laura Lara Martínez, el libro supone un ensayo muy ameno que realiza un estudio detallado de la brujería tanto en nuestro país como al otro lado del charco. A través de sus 8 capítulos la escritora muestra a los lectores que no todas las brujas eran malas, ya que algunas eran curanderas que solo buscaban hacer el bien en la gente.
Una vez más la autora ha vuelto a conseguir que recuerde la razón de porque me gusta la historia. Mediante un lenguaje ameno la autora nos presenta la figura de estas hechiceras que ya forman parte del imaginario colectivo, y cuyo término vale tanto como apelativo cariñoso como para usar en tono despectivo. Todo depende de como se diga.
Resulta cuanto menos curioso comprobar como en no pocas ocasiones, eran el miedo y la incultura de la gente lo que hacía que estas mujeres fueran juzgadas por la inquisición. Este tribunal no solo se encargaba de emitir autos en contra de judíos y musulmanes para que abrazaran la religión cristiana, sino que también los emitieron contra estas mujeres que, salvo en raras ocasiones, se dedicaban a hacer buenas obras entre la población puesto que se dedicaban a curar los males que tenían las personas que acudían a ellas.
A la hora de hablar de la brujería en España, resulta imprescindible hablar de Zugarramurdi ya que fue en esta población navarra donde se llevaron a cabo los juicios contra las brujas. Pero no solo había brujas en esta localidad navarra, puesto que también se encontraban en Levante, Cataluña, las dos Castillas o Galicia, de aquí viene el famoso dicho "haberlas, haylas, el caso es encontrarlas". Es en estas tierras donde se encuentra una de las brujas más famosas como fue María Soliña, y que fue acusada injustamente de brujería por personas que la tenían envidia por su posición económica. Pero al no poder juzgarla por algo material, fue juzgada debido a que sus delatores afirmaban que la veían por la noche bajar a la playa a realizar sortilegios para que el mar le devolviese los cuerpos de su marido y su hermano, fallecidos en una cruenta batalla contra los turcos.
Un aspecto que me resultó bastante curioso fue uno de los métodos que utilizaban los tribunales a la hora de juzgar si una mujer era bruja o no. Este era el de arrojarla al agua y si flotaba se le consideraba que era bruja. Mientras leía este pasaje, no pude evitar acordarme de la famosa escena de Los caballeros de la mesa cuadrada de los Monty Python. Algo que pensaba que era inventando no era así.
Otro hecho que me sorprendió es que Halloween ya se celebraba aquí desde hace siglos. Las fiestas que aquí se realizaban servían para salvar las almas de aquellos que habían fallecido y para alejar los malos espíritus, que se alejan con el tañido de las campanas tal y como afirma la autora en un cuento que le contaba su abuelo en Villaconejos de Trabaque (Cuenca).
Pero la brujería no solo tenía lugar en nuestro país, en Sudamérica también existían estas mujeres que utilizaban sus dones tanto para beneficiar a las que acudían a ellas como para perjudicar a otros. Para ello se servían de jabones a los que habían lanzado un maleficio y que enterraban en la puerta de aquellos que eran objeto de la maldición. Así y debido al aumento de lo que se creían brujas, tribunales encargados de juzgarlas fueron creados en localizaciones como Perú, México o Argentina. De nuevo la envidia y la incultura hacían acto de presencia.
Incluso hoy, en pleno Siglo XXI, hay países que siguen creyendo en la brujería y son capaces de las peores atrocidades posibles. No solo en países menos desarrollados como Gambia, Tanzania o en Colombia se cometieron asesinatos por la creencia que las personas que habían sido ejecutadas eran brujas maléficas, sino que también en los Estados Unidos ocurren estos asesinatos por la creencia que las víctimas eran brujas. Incluso los responsables de estas muertes se amparan en atacar a minorías religiosas, con la creencia de que son brujos como ocurrió en Kenia en 2008 cuando 11 personas fueron quemadas acusadas injustamente de un cargo de brujería.
El penúltimo capítulo del libro está dedicado a Miguel de Cervantes y la influencia que las brujas y los seres mágicos ejercieron sobre su obra, sobre todo en Don Quijote de la Mancha aunque también se puede notar la influencia que la alquimia y la magia en La ilustre fregona o El coloquio de los perros.
Una obra amena y que gustará a todos aquellos que busquen conocer más acerca de las brujas en nuestro país y como la creencia en su existencia ha llegado a nuestros días, hasta el punto que en Suazilandia pueden volar con su escoba mientras no sobrepasen los 150 metros de altura o que en Islandia se siga creyendo en la existencia de los elfos y los beneficios que estos seres mágicos pueden traer a todos aquellos que topen con ellos.
martes, 14 de marzo de 2017
pelicula: Kong, la isla calavera
Cuando en 1933 se estrenó King Kong, lejos estaban sus responsables de imaginar que su creación sería objeto de dos remakes, estrenados en 1976 y 2005, cintas en las que se enfrentaba a Godzilla, haber inspirado otros filmes y la que hoy aquí se reseña. De lo que no hay duda es que este monstruo ya forma parte de la historia del cine y que su silueta icónica siempre estará asociada al Empire State Building.
Dirigida por Jordan Vogt-Roberts la cinta nos cuenta como un grupo de militares liderado por el coronel Preston Packard (Samuel L. Jackson), junto con el rastreador James Conrad (Tom Hiddleston) y la fotógrafa Mason Weaver (Brie Larson) son contratados por William Randa (John Goodman) para explorar una isla desconocida en el Pacífico. Lejos están de imaginar la aventura que van a vivir, los peligros que descubrirán y al inesperado alíado que encontrarán en la figura de Hank Marlow (John C. Reilly).
Muy entretenida cinta y que es lo que tenía que haber sido el Godzilla de Gareth Edwards. Kong: la isla calavera se diferencia del film de Edwards en el espíritu de aventuras y el ritmo que Vogt-Roberts ha sabido imprimirle. De esta forma desde el comienzo de la película ya vemos a Kong, y no tenemos que esperar mucho para verle en acción ya sea enfrentándose a los militares o contra los otros monstruos que hay en la isla.
Uno de los aciertos de la cinta está en el diseño de las criaturas, que en nada se asemejan a los dinosaurios que aparecían en los Kong de Peter Jackson y el dueto Merian C. Cooper y Ernest B. Schoedsack. Lo que los responsables de efectos especiales han creado para la ocasión, es algo a lo que el simio gigante no se había enfrentado antes. Criaturas aterradoras y que pondrán a Kong en más de un aprieto. Son seres sanguinarios, rápidos y fuertes ante los que el rey de la isla calavera se enfrentará en un par de ocasiones a lo largo del metraje.
Otro de los aciertos es que la cinta, a diferencia de sus predecesoras, prescinde de la parte de Nueva York para centrar toda la acción en la isla por lo que las dosis de aventuras están aseguradas. La isla de la calavera nunca había cobrado tanto protagonismo como hasta ahora y mostrando a los espectadores rincones de la misma que nunca antes habían aparecido en pantalla. Por ello esta cinta más que una nueva versión del mito de King Kong, es un nuevo punto de vista y que sin duda le ha sentado bastante bien.
A destacar también la elección del reparto. Con este film Hiddleston demuestra que tiene madera de héroe de acción y que el smoking de cierto agente británico con licencia para matar le puede quedar bien si finalmente resulta elegido. De Jackson poco más hay que decir, salvo que nadie como él a la hora de interpretar a un militar con un carácter chulo, prepotente y que no duda en enfrentarse a Kong, pese a que el simio sea el menor de sus problemas en la isla. En cuanto a Larson supone una primera toma de contacto dentro de los blockbusters, antes de meterse en la piel de la Capitana Marvel tanto en las próximas cintas de Los Vengadores como en el film en solitario de esta heroína. El rol de Larson aquí dista mucho de ser la típica mujer florero que necesita ser salvada en todo momento, ya que no duda en empuñar las armas y arriesgarse para salvar a sus compañeros en esta aventura.
Cómo he indicado unos párrafos atrás esto es lo que debería haber sido Godzilla versión 2014. Una película ligera, entretenida y en la que el monstruo hace las suyas destruyendo todo a su paso o enfrentándose a otros como él y actuando como protector de la humanidad. Algo que el film de Edwards mostraba en su parte final y que Vogt-Roberts lo hace a lo largo de todo el film, lo que sin duda beneficia al mismo ya que no concede un segundo de respiro a los espectadores.
Si todas las películas de monstruos que están por venir, tanto la secuela de Godzilla como la de Kong y el anunciado enfrentamiento entre ambos, mantienen el nivel de entretenimiento y espectáculo que se ofrece en Kong: la isla calavera tienen mi entrada asegurada. Esperemos que los directivos hayan tomado buena nota de como hay que hacer un film de monstruos gigantes y dejen trabajar en paz tanto a los directores como a los guionistas.
Por cierto una vez acaben las letras no os vayáis de la sala, puesto que existe una escena postcréditos que nos anticipa lo que está por llegar.
En resumidas cuentas:
Lo mejor: el ritmo, el uso de los efectos especiales y la labor del director.
Lo peor: nada destacable.
La secuencia: el enfrentamiento final entre Kong y el líder de los monstruos.
La imagen: Kong rodeado por las llamas y el coronel Packard frente al simio.
El momento: la llegada de los militares a la isla y su encuentro con Kong.
A continuación el trailer:
Dirigida por Jordan Vogt-Roberts la cinta nos cuenta como un grupo de militares liderado por el coronel Preston Packard (Samuel L. Jackson), junto con el rastreador James Conrad (Tom Hiddleston) y la fotógrafa Mason Weaver (Brie Larson) son contratados por William Randa (John Goodman) para explorar una isla desconocida en el Pacífico. Lejos están de imaginar la aventura que van a vivir, los peligros que descubrirán y al inesperado alíado que encontrarán en la figura de Hank Marlow (John C. Reilly).
Muy entretenida cinta y que es lo que tenía que haber sido el Godzilla de Gareth Edwards. Kong: la isla calavera se diferencia del film de Edwards en el espíritu de aventuras y el ritmo que Vogt-Roberts ha sabido imprimirle. De esta forma desde el comienzo de la película ya vemos a Kong, y no tenemos que esperar mucho para verle en acción ya sea enfrentándose a los militares o contra los otros monstruos que hay en la isla.
Uno de los aciertos de la cinta está en el diseño de las criaturas, que en nada se asemejan a los dinosaurios que aparecían en los Kong de Peter Jackson y el dueto Merian C. Cooper y Ernest B. Schoedsack. Lo que los responsables de efectos especiales han creado para la ocasión, es algo a lo que el simio gigante no se había enfrentado antes. Criaturas aterradoras y que pondrán a Kong en más de un aprieto. Son seres sanguinarios, rápidos y fuertes ante los que el rey de la isla calavera se enfrentará en un par de ocasiones a lo largo del metraje.
Otro de los aciertos es que la cinta, a diferencia de sus predecesoras, prescinde de la parte de Nueva York para centrar toda la acción en la isla por lo que las dosis de aventuras están aseguradas. La isla de la calavera nunca había cobrado tanto protagonismo como hasta ahora y mostrando a los espectadores rincones de la misma que nunca antes habían aparecido en pantalla. Por ello esta cinta más que una nueva versión del mito de King Kong, es un nuevo punto de vista y que sin duda le ha sentado bastante bien.
A destacar también la elección del reparto. Con este film Hiddleston demuestra que tiene madera de héroe de acción y que el smoking de cierto agente británico con licencia para matar le puede quedar bien si finalmente resulta elegido. De Jackson poco más hay que decir, salvo que nadie como él a la hora de interpretar a un militar con un carácter chulo, prepotente y que no duda en enfrentarse a Kong, pese a que el simio sea el menor de sus problemas en la isla. En cuanto a Larson supone una primera toma de contacto dentro de los blockbusters, antes de meterse en la piel de la Capitana Marvel tanto en las próximas cintas de Los Vengadores como en el film en solitario de esta heroína. El rol de Larson aquí dista mucho de ser la típica mujer florero que necesita ser salvada en todo momento, ya que no duda en empuñar las armas y arriesgarse para salvar a sus compañeros en esta aventura.
Cómo he indicado unos párrafos atrás esto es lo que debería haber sido Godzilla versión 2014. Una película ligera, entretenida y en la que el monstruo hace las suyas destruyendo todo a su paso o enfrentándose a otros como él y actuando como protector de la humanidad. Algo que el film de Edwards mostraba en su parte final y que Vogt-Roberts lo hace a lo largo de todo el film, lo que sin duda beneficia al mismo ya que no concede un segundo de respiro a los espectadores.
Si todas las películas de monstruos que están por venir, tanto la secuela de Godzilla como la de Kong y el anunciado enfrentamiento entre ambos, mantienen el nivel de entretenimiento y espectáculo que se ofrece en Kong: la isla calavera tienen mi entrada asegurada. Esperemos que los directivos hayan tomado buena nota de como hay que hacer un film de monstruos gigantes y dejen trabajar en paz tanto a los directores como a los guionistas.
Por cierto una vez acaben las letras no os vayáis de la sala, puesto que existe una escena postcréditos que nos anticipa lo que está por llegar.
En resumidas cuentas:
Lo mejor: el ritmo, el uso de los efectos especiales y la labor del director.
Lo peor: nada destacable.
La secuencia: el enfrentamiento final entre Kong y el líder de los monstruos.
La imagen: Kong rodeado por las llamas y el coronel Packard frente al simio.
El momento: la llegada de los militares a la isla y su encuentro con Kong.
A continuación el trailer:
domingo, 12 de marzo de 2017
libro: El templo celestial
Tal y como ocurrió con la entrada anterior, la de hoy vuelve a estar protagonizada por los tres dragones de oro. Pero en esta ocasión su nueva aventura está escrita por Raúl Montesdeoca, que ya hiciera lo propio con Dinastía Drácula, secuela directa de Cazadores de vampiros de Lem Ryan. Ahora Montesdeoca recoge el testigo de Garland para traer de nuevo a la palestra a estos tres budokas, en su lucha contra una amenaza como no habían visto antes.
Secuela directa de las aventuras incluidas en los volúmenes reseñados en la entrada anterior, Montesdeoca nos narra como Cole, Tiger y Shang se enfrentarán al misterio que alberga el templo celestial y que está relacionado no solo con el pasado de Shang, sino también con algunos enemigos que creían extinguidos.
Montesdeoca sabe imprimir un plus más de acción a las aventuras de estos tres luchadores. Sube un punto las dosis de adrenalina que ya encontrábamos en los originales de Garland. Prueba de ello es que aquí apenas hay instantes de respiro, desde que comienza la novela no paran de sucederse las peleas y las dosis de misterio quedan en un segundo plano.
Novela que recupera la esencia de los bolsilibros, al condensar en menos de 100 páginas una nueva aventura de estos tres justicieros expertos en artes marciales. Lo que se demuestra que lo bueno, si breve, dos veces bueno. Pero de nuevo al ir todo tan rápido uno se queda con ganas de más, lo que es característico de este tipo de literatura.
Pero algo que no me gustó fue como termina. La conclusión del libro hace que uno se quede con un par de interrogantes, con ganas de tener en sus manos la nueva aventura de los dragones y que las preguntas que han quedado sin respuesta queden aclaradas. Algo que espero suceda en un futuro, puesto que si bien la finalización de la obra cierra la trama, uno quiere conocer la misteriosa identidad que se esconde tras el misterioso líder del templo celestial. Algo que queda más o menos claro al presentarnos a un personaje icónico, que tuvo los rasgos de Boris Karloff y Christopher Lee en la gran pantalla y de Nicolas Cage en el falso tráiler dirigido por Rob Zombie.
El autor ha sabido plasmar el espíritu de las novelas de Garland en esta nueva aventura. Nos volvemos a encontrar en la década de los 70, pero el escritor aporta su particular visión sobre los tres dragones. Me pareció ver, a medida que avanzaba en la lectura, como la influencia de comics y cine de acción quedaban plasmadas en las páginas de esta nueva entrega de las peripecias de estos justicieros.
Uno de los mejores instantes tiene lugar en la parte final del libro, con una batalla a dos bandas entre nuestros protagonistas y los guardaespaldas del villano. Uno puede dejar de leer por un instante, cerrar los ojos e imaginarse lo mismo plasmado en imagen real. Los combates que aquí se nos describen resultan más violentos y explícitos que los imaginados por Garland.
Y es que el autor de el templo celestial se vale de un lenguaje bastante cinematográfico, para meternos de lleno en las nuevas peripecias de estos budokas. El estilo de Montesdeoca no tiene que ver con el de Garland, mientras que el segundo alternaba momentos de acción con otros más tranquilos el primero nos trae una novela que si fuera película podía ser perfectamente una que perteneciera a la productora Cannon.
Esta es la característica principal de la literatura de evasión, la de hacer pasar un rato entretenido a todos aquellos que se acerquen a sus páginas. Algo que la editorial Dlorean consigue, al ofrecer a sus lectores momentos de diversión garantizados con cada una de las publicaciones que han ido editando desde que llevan en el mercado.
Si os gustaron los volúmenes de los tres dragones, no dejéis pasar la oportunidad de leer esta nueva aventura de los budokas.
Secuela directa de las aventuras incluidas en los volúmenes reseñados en la entrada anterior, Montesdeoca nos narra como Cole, Tiger y Shang se enfrentarán al misterio que alberga el templo celestial y que está relacionado no solo con el pasado de Shang, sino también con algunos enemigos que creían extinguidos.
Montesdeoca sabe imprimir un plus más de acción a las aventuras de estos tres luchadores. Sube un punto las dosis de adrenalina que ya encontrábamos en los originales de Garland. Prueba de ello es que aquí apenas hay instantes de respiro, desde que comienza la novela no paran de sucederse las peleas y las dosis de misterio quedan en un segundo plano.
Novela que recupera la esencia de los bolsilibros, al condensar en menos de 100 páginas una nueva aventura de estos tres justicieros expertos en artes marciales. Lo que se demuestra que lo bueno, si breve, dos veces bueno. Pero de nuevo al ir todo tan rápido uno se queda con ganas de más, lo que es característico de este tipo de literatura.
Pero algo que no me gustó fue como termina. La conclusión del libro hace que uno se quede con un par de interrogantes, con ganas de tener en sus manos la nueva aventura de los dragones y que las preguntas que han quedado sin respuesta queden aclaradas. Algo que espero suceda en un futuro, puesto que si bien la finalización de la obra cierra la trama, uno quiere conocer la misteriosa identidad que se esconde tras el misterioso líder del templo celestial. Algo que queda más o menos claro al presentarnos a un personaje icónico, que tuvo los rasgos de Boris Karloff y Christopher Lee en la gran pantalla y de Nicolas Cage en el falso tráiler dirigido por Rob Zombie.
El autor ha sabido plasmar el espíritu de las novelas de Garland en esta nueva aventura. Nos volvemos a encontrar en la década de los 70, pero el escritor aporta su particular visión sobre los tres dragones. Me pareció ver, a medida que avanzaba en la lectura, como la influencia de comics y cine de acción quedaban plasmadas en las páginas de esta nueva entrega de las peripecias de estos justicieros.
Uno de los mejores instantes tiene lugar en la parte final del libro, con una batalla a dos bandas entre nuestros protagonistas y los guardaespaldas del villano. Uno puede dejar de leer por un instante, cerrar los ojos e imaginarse lo mismo plasmado en imagen real. Los combates que aquí se nos describen resultan más violentos y explícitos que los imaginados por Garland.
Y es que el autor de el templo celestial se vale de un lenguaje bastante cinematográfico, para meternos de lleno en las nuevas peripecias de estos budokas. El estilo de Montesdeoca no tiene que ver con el de Garland, mientras que el segundo alternaba momentos de acción con otros más tranquilos el primero nos trae una novela que si fuera película podía ser perfectamente una que perteneciera a la productora Cannon.
Esta es la característica principal de la literatura de evasión, la de hacer pasar un rato entretenido a todos aquellos que se acerquen a sus páginas. Algo que la editorial Dlorean consigue, al ofrecer a sus lectores momentos de diversión garantizados con cada una de las publicaciones que han ido editando desde que llevan en el mercado.
Si os gustaron los volúmenes de los tres dragones, no dejéis pasar la oportunidad de leer esta nueva aventura de los budokas.
viernes, 10 de marzo de 2017
libro: Los tres dragones de oro. Volúmenes I-IV
No hay duda que la irrupción de Bruce Lee en la gran pantalla supuso el boom de las artes marciales. Pese a contar con una corta carrera en el cine, el pequeño dragón hizo que esta forma de lucha oriental se diera a conocer a lo largo del globo. Al fallecer surgieron multitud de sosias y otros artistas marciales que intentaron recoger su testigo. Gracias a Lee surgieron personajes en viñetas como Shang-Chi o Puño de hierro, y en nuestro país los bolsilibros supieron aprovechar este éxito con la publicación de la colección KIAI, en la que diversos autores patrios utilizaban las artes marciales para ambientar las aventuras de sus protagonistas.
Precisamente 19 novelas de esa colección son las que componen la entrada de hoy. Las mismas se recopilaron en 4 volúmenes que salieron adelante gracias al crowfunding y que se pueden adquirir de forma independiente a pesar de que el plazo de colaborar en esta plataforma haya finalizado.
Escritas por Curtis Garland las historias nos contaban las aventuras del americano Frank Cole, el asiático Kwan Shang y la mulata Lena Tiger a quienes el azar une de forma casual. A partir de ese momento y gracias al hallazgo de un tesoro unirán sus fuerzas y pondrán sus habilidades marciales para defender a los débiles y aclarar los misterios en los que se ven envueltos. Son los nuevos defensores de la justica, son los tres dragones de oro.
Estos 19 relatos suponen una verdadera gozada para los amantes de los bolsilibros. Aventuras ligeras, que se disfrutan de principio a fin y que demuestran que España no tiene nada que envidiar a la literatura de evasión de Estados Unidos, sobre todo gracias a escritores como Lem Ryan, Marcial Lafuente Estefanía o el que hoy nos ocupa Curtis Garland. Todos ellos autores patrios pero que eran capaz de trasladarnos a localizaciones lejanas gracias sobre todo a dos factores: su imaginación y su buen hacer a la hora de crear las historias.
Los tres protagonistas están inspirados de forma clara en tres figuras del cine de acción de la época. Por la descripción que hace el autor no resulta complicado identifcar a Frank Cole con Chuck Norris, a Kwan Shang con Bruce Lee y a Lena Tiger con una de las figuras femeninas de la blaxpoitation como fue Pam Grier.
Antes de proseguir con el análisis voy a citar los tres elementos que no me acabaron de convencer del todo. El primero de ellos son algunos errores de maquetación que se pueden apreciar en cualquiera de los volumenes y que se dan de vez en cuando y que hacen que un párrafo quedé inconcluso y haya que saltar un párrafo para seguir leyendo. No ocurre de forma frecuente pero cuando esto ocurre hace que pueda resultar incómodo o molestar a los lectores más puristas.
El segundo factor que no me gustó fueron las erratas diseminadas a lo largo de cada una de las historias. No son faltas de ortografía que hace que a uno le sangren los ojos, pero son guiones, símbolos o palabras que están mal escritas que perjudican la lectura de los relatos. Esto hace que no se pueda disfrutar de igual forma de las aventuras de estos héroes. Lo que resulta una verdadera pena, ya que resta enteros a unas historias que son cien por cien literatura de evasión.
El tercero es algo característico de este tipo de literatura y que siempre diré, y es que la conclusión es demasiado precipitada. Todo se resuelve en apenas un par de páginas, si bien lo hace de forma coherente y cerrando la trama de forma satisfactoria, uno espera que se amplie algo más para seguir disfrutando de la aventura de nuestros héroes. Algo que por desgracia no ocurre, lo que hace que uno se quede con ganas de más.
A su favor cuenta con varios factores que hacen que la balanza se incline por el lado de los pros. El primero de ellos son las aventuras en las que se ven envueltos nuestros protagonistas, y que les llevará a enfrentarse desde mafiosos sin escrupulos, hasta ninjas e incluso hasta con King Kong, en el que es una de las aventuras que cuentan con más encanto de las que conforman la antología. Todas estas peripecias funcionan como si fueran un capítulo de serie de televisión. Incluso por como están organizados los capítulos recuerdan a series como El Equipo A, El coche fantástico o McGyver, pese a que las mismas transcurran una década después de la época en la que fueron escritas estas historias.
El planteamiento que se repite a lo largo de cada uno de los relatos es el mismo: asesinato, nuestros héroes entran en acción, lucha, misterio que hay que resolver y la resolución del mismo. Algo que puede resultar repetitivo no lo es en absoluto si uno entra en el juego que nos propone el autor. Hay que dejarse llevar por la propuesta del escritor y disfrutar del viaje que nos plantea el escritor.
El segundo es la labor de investigación que ha llevado el autor a la hora de documentarse para informar a los lectores de los vocablos relacionados con las artes marciales que aparecen en los relatos. Tal y como se advierte a los lectores en el prólogo del primer volumen, Garland era un apasionado y practicante de las artes marciales y ese sentimiento por esta lucha oriental es algo que quiso transmitir a la hora de plasmar las aventuras de estos tres personajes. No son pocas las ocasiones en las que aparecen estos términos, lo que demuestra la pasión del autor por este tipo de disciplina deportiva.
El tercero es el carisma de cada uno de los personajes. Si bien el autor otorga un plus de protagonismo sobre el karateka Cole, que es quién resuelve el misterio acerca de la identidad del malo en todas las ocasiones, los otros dos dragones no andan cortos de molonidad y habilidades marciales. Mientras que Shang es el más racional de los tres y un gran experto en kung-fu, Tiger es la más pasional y experta en aikido y taekwondo. Este carácter hace que los sentimientos que siente por Cole le nublen los sentidos cada vez que el luchador comparte cama con las féminas que se le ponen a tiro. Cada uno de los tres protagonistas desprenden buenas vibraciones y demuestran tener madera como héroes, y heroína, de acción.
El cuarto y no por ello menos importante, son las numerosas escenas de acción y combates que hay a lo largo de cada una de las 19 aventuras de los tres dragones. Uno puede acabar de leer un párrafo, cerrar los ojos e imaginarselo en imagen real, bien sea en pantalla grande o en la televisión, puesto que estos relatos se prestan para una adaptación. Contienen los elementos necesarios para ser adaptados: grandes dosis de entretenimiento, acción, aventuras, parajes exóticos, personajes que molan, humor y misterio.
Una lectura recomendada para todos aquellos amantes de las artes marciales, las historias repletas de acción o de cualquiera que ame el pulp. Los que se acerquen seguro que no se arrepentirán al hacerlo y es una nueva muestra del talento del que hacía gala Garland a la hora de escribir sus historias.
Precisamente 19 novelas de esa colección son las que componen la entrada de hoy. Las mismas se recopilaron en 4 volúmenes que salieron adelante gracias al crowfunding y que se pueden adquirir de forma independiente a pesar de que el plazo de colaborar en esta plataforma haya finalizado.
Escritas por Curtis Garland las historias nos contaban las aventuras del americano Frank Cole, el asiático Kwan Shang y la mulata Lena Tiger a quienes el azar une de forma casual. A partir de ese momento y gracias al hallazgo de un tesoro unirán sus fuerzas y pondrán sus habilidades marciales para defender a los débiles y aclarar los misterios en los que se ven envueltos. Son los nuevos defensores de la justica, son los tres dragones de oro.
Estos 19 relatos suponen una verdadera gozada para los amantes de los bolsilibros. Aventuras ligeras, que se disfrutan de principio a fin y que demuestran que España no tiene nada que envidiar a la literatura de evasión de Estados Unidos, sobre todo gracias a escritores como Lem Ryan, Marcial Lafuente Estefanía o el que hoy nos ocupa Curtis Garland. Todos ellos autores patrios pero que eran capaz de trasladarnos a localizaciones lejanas gracias sobre todo a dos factores: su imaginación y su buen hacer a la hora de crear las historias.
Los tres protagonistas están inspirados de forma clara en tres figuras del cine de acción de la época. Por la descripción que hace el autor no resulta complicado identifcar a Frank Cole con Chuck Norris, a Kwan Shang con Bruce Lee y a Lena Tiger con una de las figuras femeninas de la blaxpoitation como fue Pam Grier.
Antes de proseguir con el análisis voy a citar los tres elementos que no me acabaron de convencer del todo. El primero de ellos son algunos errores de maquetación que se pueden apreciar en cualquiera de los volumenes y que se dan de vez en cuando y que hacen que un párrafo quedé inconcluso y haya que saltar un párrafo para seguir leyendo. No ocurre de forma frecuente pero cuando esto ocurre hace que pueda resultar incómodo o molestar a los lectores más puristas.
El segundo factor que no me gustó fueron las erratas diseminadas a lo largo de cada una de las historias. No son faltas de ortografía que hace que a uno le sangren los ojos, pero son guiones, símbolos o palabras que están mal escritas que perjudican la lectura de los relatos. Esto hace que no se pueda disfrutar de igual forma de las aventuras de estos héroes. Lo que resulta una verdadera pena, ya que resta enteros a unas historias que son cien por cien literatura de evasión.
El tercero es algo característico de este tipo de literatura y que siempre diré, y es que la conclusión es demasiado precipitada. Todo se resuelve en apenas un par de páginas, si bien lo hace de forma coherente y cerrando la trama de forma satisfactoria, uno espera que se amplie algo más para seguir disfrutando de la aventura de nuestros héroes. Algo que por desgracia no ocurre, lo que hace que uno se quede con ganas de más.
A su favor cuenta con varios factores que hacen que la balanza se incline por el lado de los pros. El primero de ellos son las aventuras en las que se ven envueltos nuestros protagonistas, y que les llevará a enfrentarse desde mafiosos sin escrupulos, hasta ninjas e incluso hasta con King Kong, en el que es una de las aventuras que cuentan con más encanto de las que conforman la antología. Todas estas peripecias funcionan como si fueran un capítulo de serie de televisión. Incluso por como están organizados los capítulos recuerdan a series como El Equipo A, El coche fantástico o McGyver, pese a que las mismas transcurran una década después de la época en la que fueron escritas estas historias.
El planteamiento que se repite a lo largo de cada uno de los relatos es el mismo: asesinato, nuestros héroes entran en acción, lucha, misterio que hay que resolver y la resolución del mismo. Algo que puede resultar repetitivo no lo es en absoluto si uno entra en el juego que nos propone el autor. Hay que dejarse llevar por la propuesta del escritor y disfrutar del viaje que nos plantea el escritor.
El segundo es la labor de investigación que ha llevado el autor a la hora de documentarse para informar a los lectores de los vocablos relacionados con las artes marciales que aparecen en los relatos. Tal y como se advierte a los lectores en el prólogo del primer volumen, Garland era un apasionado y practicante de las artes marciales y ese sentimiento por esta lucha oriental es algo que quiso transmitir a la hora de plasmar las aventuras de estos tres personajes. No son pocas las ocasiones en las que aparecen estos términos, lo que demuestra la pasión del autor por este tipo de disciplina deportiva.
El tercero es el carisma de cada uno de los personajes. Si bien el autor otorga un plus de protagonismo sobre el karateka Cole, que es quién resuelve el misterio acerca de la identidad del malo en todas las ocasiones, los otros dos dragones no andan cortos de molonidad y habilidades marciales. Mientras que Shang es el más racional de los tres y un gran experto en kung-fu, Tiger es la más pasional y experta en aikido y taekwondo. Este carácter hace que los sentimientos que siente por Cole le nublen los sentidos cada vez que el luchador comparte cama con las féminas que se le ponen a tiro. Cada uno de los tres protagonistas desprenden buenas vibraciones y demuestran tener madera como héroes, y heroína, de acción.
El cuarto y no por ello menos importante, son las numerosas escenas de acción y combates que hay a lo largo de cada una de las 19 aventuras de los tres dragones. Uno puede acabar de leer un párrafo, cerrar los ojos e imaginarselo en imagen real, bien sea en pantalla grande o en la televisión, puesto que estos relatos se prestan para una adaptación. Contienen los elementos necesarios para ser adaptados: grandes dosis de entretenimiento, acción, aventuras, parajes exóticos, personajes que molan, humor y misterio.
Una lectura recomendada para todos aquellos amantes de las artes marciales, las historias repletas de acción o de cualquiera que ame el pulp. Los que se acerquen seguro que no se arrepentirán al hacerlo y es una nueva muestra del talento del que hacía gala Garland a la hora de escribir sus historias.
miércoles, 8 de marzo de 2017
pelicula: Condorman
El cine de superhéroes está viviendo una edad de oro, gracias a la "guerra" entre DC y Marvel que pertenece a Disney y que cuenta con un gran abanico de estos iconos del cómic. Pero hace treinta años la casa del ratón Mickey ya hizo un intento de tener a su propio héroe, en una cinta bastante entretenida que bebía bastante del cine de espías y en el que nos presentaba a un protagonista que se alejaba bastante de estos personajes de grandes poderes. Así pues hagamos un viaje al pasado para conocer a este nuevo paladín de la justicia.
Dirigida en 1981 por Charles Jarrott y con guión de Mickey Rose y Robert Sheckley, la cinta nos cuenta como el dibujante de cómics Woodrow "Woody" Wilkins (Michael Crawford) busca inspiración para hacer las aventuras de su personaje Condorman más realistas por lo que se crea un traje emulando a su creación y se lanza desde la Torre Eiffel. Cuando su amigo espía de la CIA Harry (James Hampton) le propone ir a Estambul a entregar unos papeles a la bella agente soviética de la KGB Natalia Rambova (Barbara Carrera), nuestro protagonista no se lo piensa y accede. Lejos está de imaginar las aventuras que vivirá al conocer a la mujer.
Además de los nombres ya mencionados, nos encontramos en el reparto con Oliver Reed como el villano de la función, a Dana Elcar como el superior de Harry y Jean Pierre Kalfon como la mano derecha del villano.
Hacía mucho tiempo que no veía está película, por lo que ayer volví a hacerlo. Y desde luego que el recuerdo que tenía sobre ella se mantuvo intacto. Si bien no es ninguna obra maestra, ni lo pretende, consigue el objetivo de hacer pasar un buen rato a los espectadores que es de lo que se trata cuando uno visiona este tipo de producciones.
No hay que olvidar que es una producción Disney, por lo que las dosis de violencia, palabras soeces o desnudos están reducidas al mínimo,cuando no inexistentes sobre todo en los dos últimos casos. Es una producción familiar, en donde hay mucho sentido del humor y la acción resulta muy blanca y con una ausencia total de sangre. Las peripecias en las que nuestro protagonista se ve envuelto se resuelven gracias a su ingenio y sobre todo al azar. Puesto que es bastante patoso y dista mucho del carácter y habilidades de los grandes nombres del género de espías como Jason Bourne o James Bond.
Uno de los elementos que hay que destacar es el inicio de la cinta, con unos títulos de crédito mezcla de dibujos animados e imagen real y en donde el personaje de Condorman hace de las suyas mientras le acompaña la fanfarria creada por Henry Mancini. Es una música que se ajusta como un guante al carácter divertido y desenfadado del film. Mancini tenía una gran capacidad a la hora de crear temas que transmiten buenas vibraciones, suyas son las composiciones de Remington Steele, La Pantera Rosa o La marcha del elefante bebé para Hatari.
Dos son los principales defectos que se le puede sacar a la cinta. El primero de ellos es la absoluta falta de carisma de su protagonista principal, resulta soso y eso resulta un lastre en una producción de aventuras en las que el héroe tiene que resultar simpático a la audiencia y conseguir que la misma se ponga de su lado. Algo que por desgracia no consigue transmitir Michael Crawford.
El segundo es lo desaprovechado que resulta el malo encarnado por Reed. Cierto que estamos hablando de una producción de Disney, pero que villanos animados como Jafar, Scar o Gastón por nombrar los primeros nombres que se me han venido a la cabeza resulten una amenaza para el héroe y que Reed no lo sea indica una falta de interés total, tanto por parte del guionista al crear al personaje como de Reed a la hora de encarnarlo.
La dirección por parte de Jarrott resulta correcta para una producción familiar de estas características. Sabe lo que tiene entre manos y se dedica a hacerlo lo mejor posible.
Por contra hay que destacar los parajes en los que transcurre la acción, y que nos lleva a recorrer algunos de los principales países de Europa como París, Suiza, Yugoslavia o Italia por nombrar unos cuantos y siendo bellamente retratados por la fotografía de Charles F. Wheeler.
El final de la cinta lo dejaba abierto a una posible secuela, y quién sabe si a una saga de películas con el mismo personaje. Pero su fracaso en taquilla hizo que se quedará como un único film.
Una cinta simpática que con una duración que no llega a la hora y media y en donde se demuestra que se pueden hacer cintas de espías para todos los públicos.
En resumidas cuentas:
Lo mejor: su divertido punto de partida y las localizaciones.
Lo peor: los personajes de Crawford y Reed.
La secuencia: la persecución entre los secuaces del villano y Condorman acompañado por Natalia.
La imagen: Condorman mostrando su traje a Natalia.
El momento: Condorman se presenta a Natalia en Estambul y lo que pasa a continuación.
Dirigida en 1981 por Charles Jarrott y con guión de Mickey Rose y Robert Sheckley, la cinta nos cuenta como el dibujante de cómics Woodrow "Woody" Wilkins (Michael Crawford) busca inspiración para hacer las aventuras de su personaje Condorman más realistas por lo que se crea un traje emulando a su creación y se lanza desde la Torre Eiffel. Cuando su amigo espía de la CIA Harry (James Hampton) le propone ir a Estambul a entregar unos papeles a la bella agente soviética de la KGB Natalia Rambova (Barbara Carrera), nuestro protagonista no se lo piensa y accede. Lejos está de imaginar las aventuras que vivirá al conocer a la mujer.
Además de los nombres ya mencionados, nos encontramos en el reparto con Oliver Reed como el villano de la función, a Dana Elcar como el superior de Harry y Jean Pierre Kalfon como la mano derecha del villano.
Hacía mucho tiempo que no veía está película, por lo que ayer volví a hacerlo. Y desde luego que el recuerdo que tenía sobre ella se mantuvo intacto. Si bien no es ninguna obra maestra, ni lo pretende, consigue el objetivo de hacer pasar un buen rato a los espectadores que es de lo que se trata cuando uno visiona este tipo de producciones.
No hay que olvidar que es una producción Disney, por lo que las dosis de violencia, palabras soeces o desnudos están reducidas al mínimo,cuando no inexistentes sobre todo en los dos últimos casos. Es una producción familiar, en donde hay mucho sentido del humor y la acción resulta muy blanca y con una ausencia total de sangre. Las peripecias en las que nuestro protagonista se ve envuelto se resuelven gracias a su ingenio y sobre todo al azar. Puesto que es bastante patoso y dista mucho del carácter y habilidades de los grandes nombres del género de espías como Jason Bourne o James Bond.
Uno de los elementos que hay que destacar es el inicio de la cinta, con unos títulos de crédito mezcla de dibujos animados e imagen real y en donde el personaje de Condorman hace de las suyas mientras le acompaña la fanfarria creada por Henry Mancini. Es una música que se ajusta como un guante al carácter divertido y desenfadado del film. Mancini tenía una gran capacidad a la hora de crear temas que transmiten buenas vibraciones, suyas son las composiciones de Remington Steele, La Pantera Rosa o La marcha del elefante bebé para Hatari.
Dos son los principales defectos que se le puede sacar a la cinta. El primero de ellos es la absoluta falta de carisma de su protagonista principal, resulta soso y eso resulta un lastre en una producción de aventuras en las que el héroe tiene que resultar simpático a la audiencia y conseguir que la misma se ponga de su lado. Algo que por desgracia no consigue transmitir Michael Crawford.
El segundo es lo desaprovechado que resulta el malo encarnado por Reed. Cierto que estamos hablando de una producción de Disney, pero que villanos animados como Jafar, Scar o Gastón por nombrar los primeros nombres que se me han venido a la cabeza resulten una amenaza para el héroe y que Reed no lo sea indica una falta de interés total, tanto por parte del guionista al crear al personaje como de Reed a la hora de encarnarlo.
La dirección por parte de Jarrott resulta correcta para una producción familiar de estas características. Sabe lo que tiene entre manos y se dedica a hacerlo lo mejor posible.
Por contra hay que destacar los parajes en los que transcurre la acción, y que nos lleva a recorrer algunos de los principales países de Europa como París, Suiza, Yugoslavia o Italia por nombrar unos cuantos y siendo bellamente retratados por la fotografía de Charles F. Wheeler.
El final de la cinta lo dejaba abierto a una posible secuela, y quién sabe si a una saga de películas con el mismo personaje. Pero su fracaso en taquilla hizo que se quedará como un único film.
Una cinta simpática que con una duración que no llega a la hora y media y en donde se demuestra que se pueden hacer cintas de espías para todos los públicos.
En resumidas cuentas:
Lo mejor: su divertido punto de partida y las localizaciones.
Lo peor: los personajes de Crawford y Reed.
La secuencia: la persecución entre los secuaces del villano y Condorman acompañado por Natalia.
La imagen: Condorman mostrando su traje a Natalia.
El momento: Condorman se presenta a Natalia en Estambul y lo que pasa a continuación.
martes, 7 de marzo de 2017
pelicula: Logan
El pasado viernes se estrenó en nuestras pantallas Logan, que supuso la despedida de Hugh Jackman de un personaje que le catapultó a la fama y al que ha encarnado durante 17 años. Según se pudo ver por los avances, nos íbamos a encontrar con un Lobezno más viejo, cansado y derrumbado emocionalmente. Pero solo era la punta del iceberg, lo mostrado era tan solo una mínima parte de lo que los espectadores que vayan a ver la cinta se van a encontrar. Así pues acompañemos por última vez al mutante con garras de adamantium, en su aventura más crepuscular.
Dirigida por James Mangold, que también se encarga del guión junto con Scott Frank y Michael Green la historia está ambientada en un futuro cercano donde no hay superhéroes. Aquí Logan (Hugh Jackman) enfermo sobrevive como chofer, con la única compañía del profesor Xavier (Patrick Stewart), quién le encomienda la misión de proteger a la niña Laura (Dafne Keen) de un grupo de militares liderado por el malvado Donald Pierce (Boyd Holbrook). Para ello comenzarán una huida por los Estados Unidos en donde el mutante conocerá más sobre el pasado misterioso de la joven.
La única palabra que se me ocurre para definir este film es impresionante. Tal vez se pueda afirmar que es una de las mejores cintas de superhéroes. Lo que nos ofrece su director es una visión madura y decadente de uno de los iconos de la factoría Marvel. Es un personaje que no tiene deseos por seguir viviendo y a quien la aparición de Laura le puede dar un motivo para seguir viviendo y redimirse de una vida que ha estado plagada de muerte, tanto de enemigos como de aquellos a los que ha querido.
Una de las cosas que me sorprendió fue el nivel de violencia que hay a lo largo de la cinta. Si bien ya sabía que su calificación era R, lo que aquí es para mayores de 18 años, no esperaba encontrarme con algo tan explicito. Garras amputando miembros y los chorros de sangre a causa de las heridas es algo que los seguidores de Lobezno queríamos ver desde su aparición y que ahora se nos muestra. Deadpool indicó el camino a seguir para mostrarnos una película violenta y muy alejada del tono ligero de Marvel que se había visto hasta ahora en pantalla.
Otro de los elementos a destacar es la interpretación de Jackman de un personaje que le acompañará por el resto de su carrera. El intérprete australiano nos muestra a un Logan muy alejado del espíritu que le vimos desde que lo encarnó en X-Men. No es más sabio pero ha aprendido a controlar el animal que llevaba dentro, como si se diera cuenta que el camino violento que ha llevado gran parte de su vida no le ha conducido a nada.
En estos 17 años el actor australiano ha dado muestras de su valía como intérprete en producciones como Prisioneros, su mejor interpretación sin duda alguna, o Los Miserables. Y que sin duda le habrán servido para dar vida a un personaje torturado por sus demonios del pasado.
Patrick Stewart está perfecto como un Xavier muy anciano y que ejerce de una especie de padre con el personaje de Logan. Stewart nos brinda una interpretación más que solvente y demuestra que en las cintas de superhéroes se pueden realizar buenos roles. Su química que demuestra con Jackman es más que evidente, lo que ayuda a que la cinta en ocasiones roce el drama. Algo que no suele ser habitual dentro de las producciones del género de superhéroes, en las que las actuaciones de los actores suelen quedar en un segundo plano en detrimento de la acción, humor y el uso de los efectos especiales.
Pero es Dafne Keen la que sin duda se lleva el gato al agua. La actuación que lleva a cabo invita a seguirle la pista en futuras producciones. Durante gran parte de la cinta apenas pronuncia palabra alguna, es en el tercio final cuando habla por primera vez. Por ello la interpretación que hace se basa en miradas y gestos, algo que resulta complicado para actores con más bagaje interpretativo y que la joven intérprete consigue realizar con bastante soltura.
El espíritu del western planea a lo largo de todo el metraje, género que no resulta ajeno para su director ya que dirigió el más que interesante remake El tren de las 3:10. En un par de ocasiones el realizador hace referencia a Raíces profundas, en el que un héroe cansado encuentra una razón para seguir adelante y redimirse de sus pecados, lo que también ocurre en Logan. En ambas cintas sus responsables nos muestran el camino de redención de ambos héroes.
Una cinta muy recomendable y que ha dado el pistoletazo de salida a las futuras producciones que llegarán a lo largo del año y que se encuentran enmarcadas dentro del género de cintas de superhéroes.
En resumidas cuentas:
Lo mejor. la dirección de Mangold, las interpretaciones de Jackman, Stewart y Keen, su nivel de violencia.
Lo peor: que los que se esperen una cinta de superhéroes al uso se llevarán un chasco, cuando es una de las propuestas más maduras que se han realizado dentro de este género.
La imagen: Laura cogiendo de la mano a Logan.
La secuencia: resulta complicado escoger una concreta, pero a destacar el enfrentamiento final entre Logan y X-24.
El momento: Laura mostrando sus poderes.
La frase: El mundo ya no es el que era Charles. Hace tiempo que los mutantes se extinguieron.
A continuación el trailer:
Dirigida por James Mangold, que también se encarga del guión junto con Scott Frank y Michael Green la historia está ambientada en un futuro cercano donde no hay superhéroes. Aquí Logan (Hugh Jackman) enfermo sobrevive como chofer, con la única compañía del profesor Xavier (Patrick Stewart), quién le encomienda la misión de proteger a la niña Laura (Dafne Keen) de un grupo de militares liderado por el malvado Donald Pierce (Boyd Holbrook). Para ello comenzarán una huida por los Estados Unidos en donde el mutante conocerá más sobre el pasado misterioso de la joven.
La única palabra que se me ocurre para definir este film es impresionante. Tal vez se pueda afirmar que es una de las mejores cintas de superhéroes. Lo que nos ofrece su director es una visión madura y decadente de uno de los iconos de la factoría Marvel. Es un personaje que no tiene deseos por seguir viviendo y a quien la aparición de Laura le puede dar un motivo para seguir viviendo y redimirse de una vida que ha estado plagada de muerte, tanto de enemigos como de aquellos a los que ha querido.
Una de las cosas que me sorprendió fue el nivel de violencia que hay a lo largo de la cinta. Si bien ya sabía que su calificación era R, lo que aquí es para mayores de 18 años, no esperaba encontrarme con algo tan explicito. Garras amputando miembros y los chorros de sangre a causa de las heridas es algo que los seguidores de Lobezno queríamos ver desde su aparición y que ahora se nos muestra. Deadpool indicó el camino a seguir para mostrarnos una película violenta y muy alejada del tono ligero de Marvel que se había visto hasta ahora en pantalla.
Otro de los elementos a destacar es la interpretación de Jackman de un personaje que le acompañará por el resto de su carrera. El intérprete australiano nos muestra a un Logan muy alejado del espíritu que le vimos desde que lo encarnó en X-Men. No es más sabio pero ha aprendido a controlar el animal que llevaba dentro, como si se diera cuenta que el camino violento que ha llevado gran parte de su vida no le ha conducido a nada.
En estos 17 años el actor australiano ha dado muestras de su valía como intérprete en producciones como Prisioneros, su mejor interpretación sin duda alguna, o Los Miserables. Y que sin duda le habrán servido para dar vida a un personaje torturado por sus demonios del pasado.
Patrick Stewart está perfecto como un Xavier muy anciano y que ejerce de una especie de padre con el personaje de Logan. Stewart nos brinda una interpretación más que solvente y demuestra que en las cintas de superhéroes se pueden realizar buenos roles. Su química que demuestra con Jackman es más que evidente, lo que ayuda a que la cinta en ocasiones roce el drama. Algo que no suele ser habitual dentro de las producciones del género de superhéroes, en las que las actuaciones de los actores suelen quedar en un segundo plano en detrimento de la acción, humor y el uso de los efectos especiales.
Pero es Dafne Keen la que sin duda se lleva el gato al agua. La actuación que lleva a cabo invita a seguirle la pista en futuras producciones. Durante gran parte de la cinta apenas pronuncia palabra alguna, es en el tercio final cuando habla por primera vez. Por ello la interpretación que hace se basa en miradas y gestos, algo que resulta complicado para actores con más bagaje interpretativo y que la joven intérprete consigue realizar con bastante soltura.
El espíritu del western planea a lo largo de todo el metraje, género que no resulta ajeno para su director ya que dirigió el más que interesante remake El tren de las 3:10. En un par de ocasiones el realizador hace referencia a Raíces profundas, en el que un héroe cansado encuentra una razón para seguir adelante y redimirse de sus pecados, lo que también ocurre en Logan. En ambas cintas sus responsables nos muestran el camino de redención de ambos héroes.
Una cinta muy recomendable y que ha dado el pistoletazo de salida a las futuras producciones que llegarán a lo largo del año y que se encuentran enmarcadas dentro del género de cintas de superhéroes.
En resumidas cuentas:
Lo mejor. la dirección de Mangold, las interpretaciones de Jackman, Stewart y Keen, su nivel de violencia.
Lo peor: que los que se esperen una cinta de superhéroes al uso se llevarán un chasco, cuando es una de las propuestas más maduras que se han realizado dentro de este género.
La imagen: Laura cogiendo de la mano a Logan.
La secuencia: resulta complicado escoger una concreta, pero a destacar el enfrentamiento final entre Logan y X-24.
El momento: Laura mostrando sus poderes.
La frase: El mundo ya no es el que era Charles. Hace tiempo que los mutantes se extinguieron.
A continuación el trailer:
viernes, 3 de marzo de 2017
serie: Batman 1966
Hoy se estrena en nuestras pantallas la última cinta protagonizada por Hugh Jackman dando vida a Lobezno. Por ese motivo la entrada de hoy está dedicada a una serie que cuenta con legiones de seguidores, entre los que me incluyo, y que acabé de ver hace poco y que se encuentra disponible en Blu-ray. Si bien había visto capítulos sueltos durante mi infancia en su emisión por televisión años ha, no fue hasta que la vi entera que pude hacerlo de forma cronológica y disfrutando mientras la veía. Así pues vayamos a Gotham para conocer a un Batman muy alejado del carácter serio que ha tenido en sus últimas adaptaciones a la gran pantalla, si exceptuamos La lego película y Batman: La lego película en la que su imagen es parodiada.
Creada por William Dozier y emitada entre 1966 y 1968, la serie contó con tres temporadas y 120 episodios. El argumento nos contaba como Bruce Wayne/Batman (Adam West) y Dick Grayson/Robin (Burt Ward) han de enfrentarse a los criminales de Gotham City. Estos villanos son el Joker (César Romero), El Pingüino (Burguess Meredith), El Enigma (Frank Gorshin/John Astin) y Catwoman (Julie Newmar/Eartha Kitt).
Además de esta nómina de villanos hay que nombrar entre otros a Cabeza de huevo (Vincent Price), El Rey Tut (Victor Buono), Mr. Freeze (George Sanders/Eli Wallach/Otto Preminger), Sirena (Joan Collins), Ma Parker (Sheley Winters), Olga, reina de los cosacos (Anne Baxter) o Shame (Cliff Robertson) entre otros. Como se puede apreciar todos ellos intérpretes bastante reconocidos.
En su ayuda contra el crimen los cruzados enmascarados contarán con la ayuda de su mayordomo Alfred (Alan Napier), el Comisario Gordon (Neil Hamilton), el Jefe O´Hara (Stafford Repp) y ya en la tercera temporada con Barbara Gordon/Batgirl (Yvonne Craig).
Esta es una serie que adoro, aún me acuerdo de cuando la echaban hace tiempo por las cadenas autonómicas y la veía. Hoy con el paso del tiempo uno se da cuenta de que es estúpida, muy infantil y con guiones que rozan lo absurdo. Y es precisamente esto lo que le hace ser especial, el tono pulp y campy (de no tomarse muy en serio a si misma) es la marca de este show y por lo que ha pasado a la historia de la televisión.
Varios son los elementos que han hecho de esta serie ser un clásico. El primero de ellos son las onomatopeyas que aparecían cada vez que nuestros héroes se enfrentaban al villano y sus secuaces. Ver en una pantalla sonidos típicos del cómic como KAPOW, OOOF, BONK, entre otras uno tenía dos caminos al verlo: o apagar la tele e irse a ver otra cosa o dejarse llevar y disfrutar ante lo que está viendo. Si la memoria no me falla, nunca más se han vuelto a emplear las onomatopeyas en la pequeña pantalla. Por lo que se puede decir que en esto la serie de Adam West fue pionera.
El segundo elemento eran que los capítulos, hasta su tercera temporada y aquí también ocurrió en un par de ocasiones, acababan con un cliffhanger en el que nuestros héroes eran apresados por el villano en una trampa mortal y se cortaba cuando la misma iba a matarlos. Por lo que uno tenía que ver el episodio siguiente para comprobar como se las ingeniaban para burlar a la muerte. La frase que conseguía que la gente siguiera enganchada era: "Mañana a la misma bathora, en el mismo batcanal". Muy imaginativo sin duda. Desde luego que lo hacían de la forma más estrambótica posible, lo que casaba con el tono cómico de la serie.
El tercero eran los numerosos cameos que aparecían a través de las ventanas cada vez que Batman y Robin subían escalando para sorprender a sus enemigos. Entre estas apariciones especiales hay que destacar las de Bruce Lee y Van Williams como El avispón verde y Kato, que protagonizarían un crossover con nuestros héroes, Jerry Lewis o Sammy Davis Jr.
El cuarto y por no ello menos importante fue su sintonía. Fue compuesta por Neal Hefti, y casaba como un guante con el espíritu de la serie. Una melodía que transmitía buen rollo y que ha pasado por derecho propio a la historia de la televisión y que podéis escuchar a continuación:
En definitiva una serie muy divertida, que en ningún momento se toma en serio a si misma y que hará pasar un buen rato a todos aquellos que se acerquen a verla. Hay que verla como lo que es, una comedia sin risas enlatadas y que con su duración de poco más de 20 minutos consigue el objetivo de entretener que es de lo que se trata.
Creada por William Dozier y emitada entre 1966 y 1968, la serie contó con tres temporadas y 120 episodios. El argumento nos contaba como Bruce Wayne/Batman (Adam West) y Dick Grayson/Robin (Burt Ward) han de enfrentarse a los criminales de Gotham City. Estos villanos son el Joker (César Romero), El Pingüino (Burguess Meredith), El Enigma (Frank Gorshin/John Astin) y Catwoman (Julie Newmar/Eartha Kitt).
Además de esta nómina de villanos hay que nombrar entre otros a Cabeza de huevo (Vincent Price), El Rey Tut (Victor Buono), Mr. Freeze (George Sanders/Eli Wallach/Otto Preminger), Sirena (Joan Collins), Ma Parker (Sheley Winters), Olga, reina de los cosacos (Anne Baxter) o Shame (Cliff Robertson) entre otros. Como se puede apreciar todos ellos intérpretes bastante reconocidos.
En su ayuda contra el crimen los cruzados enmascarados contarán con la ayuda de su mayordomo Alfred (Alan Napier), el Comisario Gordon (Neil Hamilton), el Jefe O´Hara (Stafford Repp) y ya en la tercera temporada con Barbara Gordon/Batgirl (Yvonne Craig).
Esta es una serie que adoro, aún me acuerdo de cuando la echaban hace tiempo por las cadenas autonómicas y la veía. Hoy con el paso del tiempo uno se da cuenta de que es estúpida, muy infantil y con guiones que rozan lo absurdo. Y es precisamente esto lo que le hace ser especial, el tono pulp y campy (de no tomarse muy en serio a si misma) es la marca de este show y por lo que ha pasado a la historia de la televisión.
Varios son los elementos que han hecho de esta serie ser un clásico. El primero de ellos son las onomatopeyas que aparecían cada vez que nuestros héroes se enfrentaban al villano y sus secuaces. Ver en una pantalla sonidos típicos del cómic como KAPOW, OOOF, BONK, entre otras uno tenía dos caminos al verlo: o apagar la tele e irse a ver otra cosa o dejarse llevar y disfrutar ante lo que está viendo. Si la memoria no me falla, nunca más se han vuelto a emplear las onomatopeyas en la pequeña pantalla. Por lo que se puede decir que en esto la serie de Adam West fue pionera.
El segundo elemento eran que los capítulos, hasta su tercera temporada y aquí también ocurrió en un par de ocasiones, acababan con un cliffhanger en el que nuestros héroes eran apresados por el villano en una trampa mortal y se cortaba cuando la misma iba a matarlos. Por lo que uno tenía que ver el episodio siguiente para comprobar como se las ingeniaban para burlar a la muerte. La frase que conseguía que la gente siguiera enganchada era: "Mañana a la misma bathora, en el mismo batcanal". Muy imaginativo sin duda. Desde luego que lo hacían de la forma más estrambótica posible, lo que casaba con el tono cómico de la serie.
El tercero eran los numerosos cameos que aparecían a través de las ventanas cada vez que Batman y Robin subían escalando para sorprender a sus enemigos. Entre estas apariciones especiales hay que destacar las de Bruce Lee y Van Williams como El avispón verde y Kato, que protagonizarían un crossover con nuestros héroes, Jerry Lewis o Sammy Davis Jr.
El cuarto y por no ello menos importante fue su sintonía. Fue compuesta por Neal Hefti, y casaba como un guante con el espíritu de la serie. Una melodía que transmitía buen rollo y que ha pasado por derecho propio a la historia de la televisión y que podéis escuchar a continuación:
miércoles, 1 de marzo de 2017
libro: Misión eliminar al nuevo mesias
La religión supone un tema peliagudo a la hora de ser objeto de mofa o burla. Baste recordar los quebraderos de cabeza que tuvieron los Monty Python cuando estrenaron La vida de Brian. Ciertos sectores de la población no llevan bien que la deidad a la que veneran sea parodiada o usada como parodia. Y es precisamente la religión la base sobre la que se asienta la entrada de hoy, un libro en el que ángeles, demonios y Dios son parodiados por el escritor en un libro con mucho humor negro. Desde aquí dar las gracias al autor por hacerme llegar un ejemplar de cortesía con el que poder hacer la reseña de hoy.
Escrito por Maiquel Da Costa la novela nos cuenta como Lucio, un demonio menor es enviado por Satanás a Madrid con la misión de eliminar al Mesías. Salvo que él es ella, se llama Eva es bajista del grupo deathcore Cerebros lobotomizados y se gana la vida como tatuadora. Para tener éxito en su misión Lucio contará con la ayuda de un grupo heavy llamado Moradores de Helheim e intentará evitar al padre Ezequiel, que cuenta con la habilidad de ver a los demonios y que será ayudado por un grupo de doce ancianos feligreses.
Como se puede comprobar por el argumento, las situaciones disparatadas, las dosis de humor negro, el lenguaje soez, la sangre, la violencia y unas gotas de sexo son los ingredientes utilizados por el autor a la hora de narrar las diversas peripecias por las que pasan tanto los personajes principales,como aquellos que aparecen en los pequeños capítulos autoconclusivos que sirven de intermedio a la trama principal.
Antes de proseguir con el análisis decir que este no es un libro apto para todos los públicos. Si sois sensibles a los temas de religión u os sentís ofendidos cada vez que se hacen bromas acerca de vuestras creencias, mejor no lo leáis. De lo contrario echaréis sapos y culebras por vuestra boca, es un libro que puede herir vuestra sensibilidad. Como muestra un botón: el autor nos presenta a Dios bebiendo mojitos y que no trata del todo bien a San Pedro.
El autor utiliza un lenguaje ágil a la hora de describir las situaciones y de dar vida a sus personajes. Nos presenta a Lucio como un demonio menor, hasta en el infierno hay clases, con unos poderes básicos y que hará lo que sea para escalar en la escala de poder del averno. Visto de este modo es un trepa que hará lo que sea con tal de obtener más poder, por ello cuando se le encomienda la misión de matar al Mesías pese a las dudas iniciales la acepta, sin imaginar como cambiará su vida desde el momento en que lo haga. A medida que avanza la trama, Lucio demostrará tener su pequeño corazoncito a pesar de que en no pocas ocasiones desate su poder, bien sea para putear al personal, por interés propio o al sacar su furia en los primeros compases del libro al no localizar a su objetivo.
En lo que respecta al personaje de Eva es un personaje que poco a poco irá siendo consciente de lo que alberga en su interior, lo que le acarreará no pocos problemas y situaciones que no podrá explicar. Eva es un personaje que viste una coraza invisible, todo lo que aparenta es fachada y pese a su carácter demuestra ser alguien sensible y que necesita mucho cariño.
Pero son los componentes de la banda de satánicos metaleros los que tienen para si los mejores golpes de humor. Tres perdedores que ven la oportunidad de sus vidas al ayudar a Lucio en su misión. Son unos personajes a los que resulta complicado no cogerles cariño, unos secundarios que cada vez que hacen acto de aparición roban el protagonismo a los personajes principales.
Dentro del libro encontramos pequeños capítulos protagonizados por algunos de los personajes más sangrientos de la historia de la humanidad. De esta forma Enrique VIII, Hitler que trabaja como dependiente en el Mcdonalds del infierno o Nerón son objeto de burla por parte del autor. Estos episodios cargados de humor negro, nos hacen querer saber más sobre ellos una vez hemos leído como es su vida en el universo de ficción que ha creado el autor.
A medida que avanzaba en su lectura no podía dejar de acordarme de Buenos presagios, novela escrita por Neil Gaiman y Terry Pratchett y de El día de la bestia, película dirigida por Alex de la Iglesia. Ambas obras sin duda han inspirado al autor a la hora de escribir su novela, ya que el punto de partida de su libro y algunos puntos del argumento guardan similitudes con ambas creaciones.
El libro resulta entretenido y cumple con el objetivo de hacer pasar un buen rato a todos aquellos que se acerquen al mismo.
Escrito por Maiquel Da Costa la novela nos cuenta como Lucio, un demonio menor es enviado por Satanás a Madrid con la misión de eliminar al Mesías. Salvo que él es ella, se llama Eva es bajista del grupo deathcore Cerebros lobotomizados y se gana la vida como tatuadora. Para tener éxito en su misión Lucio contará con la ayuda de un grupo heavy llamado Moradores de Helheim e intentará evitar al padre Ezequiel, que cuenta con la habilidad de ver a los demonios y que será ayudado por un grupo de doce ancianos feligreses.
Como se puede comprobar por el argumento, las situaciones disparatadas, las dosis de humor negro, el lenguaje soez, la sangre, la violencia y unas gotas de sexo son los ingredientes utilizados por el autor a la hora de narrar las diversas peripecias por las que pasan tanto los personajes principales,como aquellos que aparecen en los pequeños capítulos autoconclusivos que sirven de intermedio a la trama principal.
Antes de proseguir con el análisis decir que este no es un libro apto para todos los públicos. Si sois sensibles a los temas de religión u os sentís ofendidos cada vez que se hacen bromas acerca de vuestras creencias, mejor no lo leáis. De lo contrario echaréis sapos y culebras por vuestra boca, es un libro que puede herir vuestra sensibilidad. Como muestra un botón: el autor nos presenta a Dios bebiendo mojitos y que no trata del todo bien a San Pedro.
El autor utiliza un lenguaje ágil a la hora de describir las situaciones y de dar vida a sus personajes. Nos presenta a Lucio como un demonio menor, hasta en el infierno hay clases, con unos poderes básicos y que hará lo que sea para escalar en la escala de poder del averno. Visto de este modo es un trepa que hará lo que sea con tal de obtener más poder, por ello cuando se le encomienda la misión de matar al Mesías pese a las dudas iniciales la acepta, sin imaginar como cambiará su vida desde el momento en que lo haga. A medida que avanza la trama, Lucio demostrará tener su pequeño corazoncito a pesar de que en no pocas ocasiones desate su poder, bien sea para putear al personal, por interés propio o al sacar su furia en los primeros compases del libro al no localizar a su objetivo.
En lo que respecta al personaje de Eva es un personaje que poco a poco irá siendo consciente de lo que alberga en su interior, lo que le acarreará no pocos problemas y situaciones que no podrá explicar. Eva es un personaje que viste una coraza invisible, todo lo que aparenta es fachada y pese a su carácter demuestra ser alguien sensible y que necesita mucho cariño.
Pero son los componentes de la banda de satánicos metaleros los que tienen para si los mejores golpes de humor. Tres perdedores que ven la oportunidad de sus vidas al ayudar a Lucio en su misión. Son unos personajes a los que resulta complicado no cogerles cariño, unos secundarios que cada vez que hacen acto de aparición roban el protagonismo a los personajes principales.
Dentro del libro encontramos pequeños capítulos protagonizados por algunos de los personajes más sangrientos de la historia de la humanidad. De esta forma Enrique VIII, Hitler que trabaja como dependiente en el Mcdonalds del infierno o Nerón son objeto de burla por parte del autor. Estos episodios cargados de humor negro, nos hacen querer saber más sobre ellos una vez hemos leído como es su vida en el universo de ficción que ha creado el autor.
A medida que avanzaba en su lectura no podía dejar de acordarme de Buenos presagios, novela escrita por Neil Gaiman y Terry Pratchett y de El día de la bestia, película dirigida por Alex de la Iglesia. Ambas obras sin duda han inspirado al autor a la hora de escribir su novela, ya que el punto de partida de su libro y algunos puntos del argumento guardan similitudes con ambas creaciones.
El libro resulta entretenido y cumple con el objetivo de hacer pasar un buen rato a todos aquellos que se acerquen al mismo.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)