Sí a un aficionado al cine del terror, se le pregunta por máximos iconos del mismo, los primeros nombres que se le vienen a la cabeza serán Freddy, Jason, o Michael Myers. Alguno que otro quizá pueda añadir a Leatherface o Chucky. Pero casi ninguno, o muy pocos, citarán a Pinhead, el máximo exponente del piercing y representante máximo de la raza de los cenobitas. En la entrada de hoy, se analizará tanto el libro que dio origen a la saga, como a cada una de las cintas que la componen.
Con prólogo a cargo de Pilar Pedraza y escrito por Sergio Colmenar, el presente ensayo se encarga de analizar de manera bastante amena, y de forma bastante pormenorizada, todo lo que rodea a los personajes imaginados por Clive Barker, una de sus creaciones más famosas, junto con Candyman y los protagonistas de Cabal, que a su vez dieron origen a esa maravilla de cinta llamada Razas de Noche.
Cuando uno lee este tipo de ensayos, espera encontrarse las razones de porque el autor ama la película a la que ha dedicado el libro. Lo que uno no espera encontrarse, es semejante pasión. Sergio ama esta película, algo que se nota desde la introducción, cuando nos cuenta como la descubrió, y el modo en que le voló los sentidos en cuanto le dio al play puesto que no pudo disfrutarla y la dejo grabando. Ojo que la descubrió con tan solo 9 tiernos añitos, edad a la que muchos todavía no han visto de terror. Y eso que ya, tal y como nos confiesa, ya había visto Pesadilla en Elm Street, pero una cosa es enfrentarse a Frreddy, y otra muy distinta en hacerlo a Pinhead. Ante el representante de los cenobitas, el asesino de las cuchillas queda como una hermanita de la caridad.
Si bien he visto las tres primeras cintas y más o menos comparto la opinión del autor con respecto a las mismas, si bien he de revisionarlas, sobre todo la segunda, mantengo un recuerdo más o menos fresco de la primera y la tercera a pesar de que hace mucho de que no las veo, me quedé en la tercera. Una vez leído el ensayo, creo que hice bien. Ya que una vez acabé de leerlo, la sensación que me quedó es que a partir de la cuarta, había buenas ideas, pero no buenos guiones.
Es decir, los guiones a partir de los que se escribieron las películas iban a ser utilizados para otras películas, y se reciclaron para las nuevas partes de Pinhead y cía. Algo que al autor parece molestarle, puesto que no para de decirlo, sobre todo a raíz de la cuarta cinta, momento en el que si no me equivoco la saga pasó a las manos de Miramax, excepto en las dos últimas partes, sobre las que sería mejor correr un tupido velo, tanto por argumento, como presupuesto.
Si hay un nombre ligado a Hellraiser, aparte del creador Barker, es del Doug Bradley, que encarnó a Pinhead durante las 8 cintas de la saga. El intérprete inglés aporta su presencia y buen hacer, a un personaje que ya acojona con su presencia, y que no necesita de chistes como Freddy, o de elementos punzantes, como Jason o Myers, para hacer de las suyas y cobrarse víctimas.
La única pega, por así decirlo, que se le puede poner al libro, es que no incluya entrevistas con Barker o con Bradley. Sin duda, su opinión acerca del devenir de la saga hubiera sido más que interesante. Pero, como he dicho, es algo que se puede perdonar. Ya que el ensayo, tal y como he mencionado hace unas líneas, prefiere centrarse en como se hicieron las películas, y los diferentes procesos de creación que atravesaron hasta el momento de su estreno, algunas de ellas directas a vídeo, sobre todo en el caso de las últimas partes de la saga.
Pero no solo de películas vive el universo Hellraiser. Desde la tan ansiada, y esperada serie producida por HBO, pasando por cómics, un fallido videojuego, y por supuesto figuras centradas en cenobitas, con Pinhead a la cabeza, algunas de las cuales se nos muestran en el libro y que forman parte de la colección privada del autor, todo vale para saciar el hambre saber más, y completar la creación de Barker.
Algunas de estas figuras, por cierto, son una verdadera pasada. El detalle de las mismas te dejan con la boca abierta. Y eso, naturalmente, es algo que se paga. Tal y como nos confiesa el autor con una de las que forman parte de su colección.
Algunos de los que se acerquen al libro, tal vez les escandalice el lenguaje demasiado directo por parte del escritor. A mí, no me molestó de forma particular. Incluso me arrancó una sonrisa y una carcajada de vez en cuando, e incluso llegué a decir: "hala que bestia xd", en alguna que otra ocasión, puesto que no me esperaba que soltase esa bestialidad, y menos en un ensayo que, se supone, tiene que ser serio. Pero estamos hablando de Hellraiser, un film que no se caracteriza precisamente por su finura y galantería a la hora de mostrar la violencia.
Tanto si sois fans de la saga, como si os queréis acercar a la misma, este es el mejor libro para hacerlo. La editorial ha vuelto a dar en el clavo a la hora de ofrecer a los aficionados al cine de terror y ensayos, ofreciendo un producto de calidad, tanto a la hora de maquetarlo, como en contenidos, información y fotografías. Un acierto a la hora de regalar ahora que se acerca el día del libro.