Felices fiestas a todos. La entrada de hoy supone un regreso a la infancia y a sacar al niño que todos llevamos dentro, puesto que voy a reseñar un libro infantil escrito por una autora que ya ha aparecido por aquí en otras ocasiones, y de nuevo vuelve a hacer equipo con el ilustrador con el que unió fuerzas en su anterior colaboración. Un libro que a la vez que entretiene a los más pequeños de la casa, también busca educarles en valores como la amistad o el cuidado del medio ambiente.
Escrito por Ana Coto Fernández y con ilustraciones de Kike Alapont, el libro nos cuenta como el grupo de rock Dubbi Kids, integrado por Carlota, Bruno, Bicho palo y Señor Serio, reciben una invitación para tocar en la fiesta de graduación de Superhéroelandia. Será un viaje repleto de aventuras, emoción, risas y mucho rock.
Tal y como he indicado en el párrafo que inauguraba esta entrada, el libro no solo entretiene a los niños, sino que también les enseña mientras que avanzan en su lectura. Varias son las moralejas que pueden extraer una vez han acabado el libro, como la de no juzgar a las personas, el valor de la amistad o el no rendirse a las primeras de cambio.Todo ello bajo el tamiz de un cuento destinado a los pequeños de la casa.
La autora vuelve a conseguir sacar a nuestro niño interior. Si ya en su anterior colaboración con el ilustrador advertía a los niños sobre el bullying, aquí consigue educarles sobre el medio ambiente o sobre el amor a nuestros mayores. Todo ello utilizando un lenguaje que se adapta a los más pequeños de la casa, con un vocabulario comprensible para los niños y con situaciones que arrancarán más de una carcajada.
Con este libro la escritora se confirma como una de las nuevas voces a seguir dentro de la literatura infantil. Las historias son sencillas y consiguen enganchar, nos transportan a mundos mágicos y hacen que los lectores, de cualquier edad, quieran conocer más aventuras de los protagonistas.
Las ilustraciones suponen el complemento perfecto a las palabras. Gracias a sus dibujos los niños pueden visualizar mejor y ver como son los personajes descritos por la autora. El estilo del ilustrador se ajusta como un guante a las palabras de la autora. Los personajes parecen de dibujos animados, y su estética supone una mezcla entre el estilo japones de dibujos animados tipo Shin Chan junto con el americano visto en los Looney Tunes o los Autos Locos.
Por si el libro no fuera suficiente, se encuentra complementado por CD con canciones que se encuentran dentro del libro e interpretadas por el grupo Dubbi Kids, por lo que la interacción está asegurada. Mientras uno lee el texto lo puede acompañar con la canción correspondiente o primero leer el volumen y luego poner las canciones. El resultado será el mismo, diversión asegurada para los más pequeños. El grupo consigue unas melodías muy divertidas y que sin duda harán pasar a un buen rato a los más pequeños, tal y como demuestra el videoclip oficial que da título a la obra:
Un regalo perfecto para estas Navidades para los más pequeños. Un libro que además de entretener consigue educar en valores.
Dentro de nuestra literatura pulp existen grandes nombres de este género. Curtis Garland, Marcial Lafuente Estefanía, Lou Carrigan o Jose Mallorquí son algunos escritores destacados en esta categoría literaria. Precisamente a Mallorquí le debemos uno de los grandes iconos dentro de nuestra literatura de evasión como fue El Coyote, a quién ahora se une Duke un multimillonario amante de las aventuras y que bebe de Doc Savage, el hombre de bronce. Una de las figuras más reconocidas dentro del pulp americano.
Escritos por Jose Mallorquí, con el seudónimo de J. Figueroa Campos, las aventuras del multimillonario de origen español Duke Straley abarcaron diez libros, donde nuestro protagonista se enfrentaba entre otras amenazas a científicos locos, mafiosos o sociedades secretas. Pero Duke no está solo en sus peripecias, ya que entre otros cuenta con la ayuda de la abogada Susana Cortiz; su mejor amigo Bob Dennison; el capitán de policía Max Mehl y la hermana de Duke Betty.
Libros muy entretenidos y que cumplen de sobra con la función con la que fueron creados, que no es otra que la de entretener. Si bien conocía el personaje de El Coyote, no había tenido la oportunidad de leer nada de Mallorquí hasta que cayeron en mis manos los dos volúmenes que recopilan las diez novelas protagonizadas por Duke.
Si hay algo que caracteriza a la literatura de evasión es que va directa al grano. Un par de capítulos le bastan, no solo a Mallorquí sino también a otros autores que se movieron en este género, para meter a los lectores en situación. Una vez puestas las cartas sobre el tapete, no paran de sucederse las aventuras hasta llegar a una conclusión en la que el misterio queda resuelto, los villanos ven frustrados sus planes y nuestro héroe se alza con la victoria.
Duke comparte con Doc Savage algunas características comunes. No en vano Duke bebe, y mucho, del famoso hombre de bronce. Ambos son millonarios, con un gran intelecto, con ganas de ayudar al prójimo sin importarles lo que les pueda pasar a ellos y son grandes atletas. Pero mientras Savage fue entrenado por monjes que le concedieron habilidades casi sobrehumanas, Straley cuenta tan solo con su inteligencia, sus conocimientos para la lucha cuerpo a cuerpo y algunos gadgets tecnológicos que le sacarán de más de un apuro.
La única pega que se le puede poner a la edición son algunas pequeñas erratas y algunos errores en la maquetación, lo que hace que reste enteros a los dos volúmenes. Lo que resulta una verdadera pena, ya que la editorial hizo un gran esfuerzo a la hora de traer a los aficionados a la literatura de evasión estos dos volúmenes. Tomos que permiten rescatar del olvido a este personaje y traerle de vuelta, tanto para las nuevas generaciones como para aquellos nostálgicos de la literatura pulp patria.
El estilo literario de Mallorquí es bastante ágil y directo, no se anda por las ramas con tramas innecesarias que no llevan a ninguna parte. Cada nueva aventura de Duke es como si fuera un episodio de televisión, puesto que cuando acaba una aventura enlaza con la siguiente. Esto hace que las peripecias de nuestro protagonista apenas concedan un momento de respiro a los lectores.
Desde aquí felicitar a Dlorean por la labor que realizan a la hora de traer a los lectores aventuras no solo dentro del género pulp, sino también el steampunk o la espada y brujería.
En la variedad está el gusto, algo que se demuestra en diferentes facetas a lo largo de nuestra vida y que está de forma bastante evidente en la cultura en cualquiera de sus ámbitos. De esta forma las nuevas editoriales que van surgiendo, poco a poco van ampliando su catálogo para poder llegar a un mayor número de posibles lectores. Algo que se demuestra con la entrada de hoy, un libro de testimonios con el que la editorial Palabras de agua entra en el terreno de la no ficción, para ofrecernos un texto que refleja los testimonios de su protagonista a lo largo de los años dentro de la policía española.
Escrito por Eduardo Casas Herrer y dividido en tres partes, el autor va contando a sus lectores algunas, de las múltiples peripecias, que le han ido ocurriendo a lo largo de los años como agente de la ley. Algunas de ellas divertidas y otras no tanto, tal y como confiesa el autor en el principio del libro.
Dentro del libro existen dos partes bien diferenciadas. En la primera de ellas nos encontramos con la parte más ligera del libro, con aquellas anécdotas más divertidas y que seguro arrancarán una sonrisa a los lectores. Sonrisa que se queda congelada en la segunda mitad, en la que el autor nos desvela su trabajo como miembro de la UIT (unidad investigación tecnológica) y su lucha, junto con sus compañeros y otros miembros de la justicia, en contra de la pornografía infantil.
Este no es el primer libro que publica el autor, puesto que de forma previa ya publicó las novelas Cristal translúcido y El juez de Sueca, y el libro de divulgación La red oscura. Esta es la primera ocasión que tengo la oportunidad de leer algo de este escritor, y he de decir que me ha gustado. Y es que el argumento ya me tenía ganado, me resultó interesante y una vez acabada su lectura las esperanzas que tenía depositadas en que me gustase quedaron más que confirmadas.
El libro prefiere primero poner al espectador en situación, acerca de las primeras misiones del autor, con un carácter más ligero y divertido, para poner toda la carne en el asador en su tercera parte, en donde nos desvela parte de las operaciones en las que vio implicado. Esta son sin duda las partes más duras, las de las entradas a los domicilios de los pederastas y de lo que se encuentran dentro de sus ordenadores. Lo que más asusta de estos testimonios, es que el espectro de la pornografía infantil no es campo únicamente de adultos, sino que los adolescentes también se ven implicados en este oscuro mundo.
Lo que resulta más duro es leer como algunos de los familiares de los arrestados han de hacer frente a la cruda realidad del oscuro secreto de sus seres queridos. Mientras que otros lo afrontan de la manera más natural y eran conocedores del mismo.
Es una obra que nos revela la cara más oculta de nuestra sociedad, aquella que hemos visto en las noticias y que siempre nos deja estupefactos cada vez que aparece en los medios de comunicación. En esta ocasión lo que los lectores se van a encontrar son testimonios de primera mano por parte del autor, quién a pesar de utilizar un estilo narrativo bastante ágil consigue que algo se remueva en el interior de los lectores. Si leyéndolo uno consigue verse afectado, no quiero ni imaginar como lo debió pasar el autor al haberlo vivido de primera mano.
Con este nuevo trabajo la editorial da un paso adelante al diversificar su trabajo, y resulta un gran acierto a la hora de apostar por este nuevo formato. Tan solo espero que sea el primero de muchos libros inscritos en esta nueva rama. Un libro imprescindible para todos aquellos que quieran saber más acerca del trabajo que desempeñan los hombres y mujeres encargados de la seguridad de los ciudadanos.
A día de hoy están surgiendo nuevas editoriales que están apostando por la literatura fantástica, de ciencia ficción y de terror, por lo que los aficionados a este género literario no podemos sino alegrarnos. Una de estas editoriales es Cerbero, la cual apuesta por el formato del bolsilibro. Pequeños en tamaño pero grandes en interés y en diversión. La entrada de hoy supone el debut de la editorial Cerbero en este blog, y de una autora de la que, si bien había leído microrrelatos y algunos de sus guiones para El Jueves, no había tenido oportunidad de leer nada suyo que no fuera tan breve. Y desde luego que la espera ha merecido la pena.
Escrito por So Blonde, la historia nos cuenta como en el pueblo de Cerrojazo en Texas está a punto de celebrarse la fiesta de la cosecha y la ayudante del sheriff Mónica Estanco está a punto de vivir una noche difícil de olvidar, cuando en el lugar se den cita una troupe de actrices porno, la población de Cerrojazo, las armas, el alcohol y la muerte provocada por unos extraños seres surgidos de la tierra.
La mejor palabra que puede definir a este libro es gamberra. En ningún momento hay que tomarse el libro en serio y disfrutar del juego que nos propone la autora. La escritora plasma en palabras el espíritu grindhouse, es decir, escenas y personajes pasados de rosca. Donde todo lo que puede ocurrir ocurre, sin tener en cuenta si lo que vemos o leemos es creíble o no. Se trata de pasar un buen rato y de arrancarnos de paso una sonrisa o unas buenas carcajadas. Algo que la autora consigue.
A lo largo de sus poco más de 160 páginas la autora no para de sorprender a los lectores. Justo cuando pensábamos que no podía hacer una salvajada o burrada mayor, al instante de pensarlo aparece. Y es que este es un libro de excesos, donde la escritora no se pone tope o freno para describir las peripecias por las que pasa la protagonista de su obra. Y es que Mónica no tiene nada que ver con las heroínas típicas de acción o las final girl de los films de terror: su físico no es el más adecuado para sobrevivir a la aventura que So le tiene preparada, no es popular entre sus vecinos y su carácter dista mucho de ser heroico.
Y a pesar de ello uno conecta con ella desde un primer momento. Y es que resulta fácil cogerle cariño a la protagonista. La autora pasa de presentarnos a la típica modelo curvilinea, antigua animadora etcétera etcétera, y nos presenta a una persona normal y corriente, con sus virtudes y defectos. Alguien que se ve sorprendido por una situación que le sobrepasa, y que tendrá que sacar fuerzas de donde no cree que las tenga para poder salir airoso del lío en que se ha metido.
La aventura va ganando velocidad poco a poco, hasta que en el tercio final de la novela la autora mete la quinta marcha, y sumerge a los lectores en una orgía de sangre y destrucción que poco tiene que envidiar a Commando o los tres últimos films de Rambo. Así podemos ver desmembramientos, cabezas aplastadas, explosiones...... todo ello aderezado con el sentido del humor que caracteriza a la autora. Sentido del humor que empieza desde que comienza la narración, hasta que la escritora pone punto y final a su libro. Y aún así la autora no puede dejar de bromear incluso en el epílogo, donde explica de donde saco parte de los nombres a la hora de dar vida a
sus personajes o la investigación que llevo a cabo para crear a los
monstruos o el sitio web que miró para informarse acerca de la troupe
porno.
Un libro ideal para todos aquellos que disfrutamos con las cintas de serie B, el género slasher o las cintas gamberras con un gran sentido del humor como los primeros títulos de los hermanos Farrelly.
Según reza un famoso refrán, lo bueno si breve dos veces bueno. Tal dicho sirve de ejemplo perfecto para la reseña de hoy, una colección de relatos ambientados en los años 20 y cuya extensión es corta. A pesar de esto, resultan ricos en detalles y ofrecen un retrato de las personas que vivían hace ya casi cien años en un pequeño pueblo de Oklahoma.
Escrito por George Milburn, el libro se compone de 36 relatos independientes entre sí en los que el autor nos aproxima a un pueblo perdido de la mano de Dios en Oklahoma. Un lugar donde la ignorancia, la xenofobia, la religión o los ecos de la primera guerra mundial forman parte del día a día de sus habitantes.
Leer cada uno de estos relatos es como beber un chupito de un aguardiente fuerte, o para el caso de bourbon. Los relatos son en su mayoría amargos, y a través de los mismos el autor nos presenta a los habitantes de un pueblo que albergan algunas de las peores características del ser humano. A las ya citadas en el primer párrafo, la ignorancia y la xenofobia, se pueden añadir la envidia o la crueldad.
No esperéis encontraros relatos amables o dulces, los mismos brillan por su ausencia. Las historias poseen un carácter seco, acorde con el tiempo en el que estas narraciones fueron escritas y con los protagonistas de las mismas. Muchas de estas crónicas fueron escuchadas por el autor durante su infancia, por lo que el libro posee tintes autobiográficos. Algo que se nota en el cuento que cierra el volumen, donde un aspirante a periodista abandona su pueblo para ganarse la vida en la gran ciudad.
Algunos de los protagonistas intentan cambiar su destino, mientras que otros les da igual lo que les tenga preparado el futuro. Aquí no hay lugar para el amor, el humor o los buenos sentimientos, los cuales parecen haber escapado de este lugar no pudiendo encontrar su lugar. Y cuando éstos aparecen, el azar no parece jugar a favor de aquellos que albergan estas amables sensaciones.
Un gran libro que hará las delicias de aquellos que aman las historias cortas y que, hasta el momento de su publicación, permanecían inéditas en nuestro país.
La entrada de hoy supone la vuelta de un autor que ha aparecido por aquí anteriormente. Y de nuevo vuelve a enclavar su obra dentro del género pulp. Aquí nos presenta a un personaje, en lo que espero que sea el inicio de las aventuras de esta nueva protagonista ya que la misma se presta a ello. Una explosiva aventura cargada de acción y adrenalina, que conseguirá atraparnos desde sus primeras páginas y que no nos suelta hasta que la lectura haya finalizado. Una vez más dar las gracias a la editorial por hacerme llegar un ejemplar para reseñar.
Escrito por Luis Guillermo del Corral, la novela nos cuenta como la población de Torres del Conde se encuentra atemorizada por una banda de motoristas femeninas conocidas como las Furias. Cuando la joven Aurora Onodera impide que ejecuten a una víctima, se convertirá en el objetivo de las criminales. Pero en esta ocasión han cometido un error, al querer enfrentarse a la Dragona de Obsidiana.
Luis Guillermo del Corral es un autor que sabe moverse como pez en el agua dentro del universo pulp. Ya lo demostró con su colaboración con el universo Weird West o con la saga de Vindius. El escritor sabe crear buenas escenas de acción, de forma muy cinematográfica todo hay que decirlo, y que consiguen que nos las imaginemos plasmadas en una pantalla, ya sea de cine o de televisión.
Uno de los primeros referentes que a uno se le vienen a la cabeza a la hora de leer este libro, es la protagonista de Kill Bill. Y es que Aurora poco tiene que envidiar al personaje encarnado por Uma Thurman en la saga de Quentin Tarantino. Al autor le bastan un par de pinceladas acerca del pasado de Aurora, pero que bastan para hacerse una idea aproximada del carácter del mismo.
Cuando conocemos a la protagonista, se nos presenta como alguien que ha querido dejar su pasado atrás, pero que a raíz de su enfrentamiento con las Furias tendrá que volver a hacer gala de sus habilidades, cuando alguien amenaza a aquellos a los que ama, en el caso de la
Dragona es Roberto. Un menor de edad que salvó de ser apalizado por unos
camellos, y el que parece ser el único punto débil de nuestra
protagonista.
Ya en el párrafo que inauguraba esta reseña indicaba que esta novela parecía la presentación del personaje, para que en el caso de que cuaje y tenga éxito sea la primera de muchas aventuras. Desde luego que Aurora se presta a ello, ya que parece un Ronin moderno. Un guerrero con un pasado extraño y quien seguro ha vivido multitud de aventuras, y que seguro vivirá muchas más en el futuro, antes de llegar a la situación en la que la conocemos por primera vez.
La historia se resume a los continuos enfrentamientos entre Aurora y sus enemigas, amén de hacer frente a la líder de las Furias y al responsable de la entrada de drogas en la población. En este aspecto el autor no se ha complicado, no necesita de tramas o personajes secundarios que no aporten nada a la trama. Así la novela apenas concede un momento de respiro. Si tuviera que establecer una comparativa entre la obra y un film, sin duda el mejor ejemplo sería el cine de acción de los 80. De forma especial con la productora Cannon, cintas donde uno se dejaba llevar por el espectáculo y disfrutaba de las escenas de acción en las que los héroes de turno, daban su merecido a los villanos de turno sin apenas despeinarse. Algo que Aurora hace sin esforzarse mucho.
Con este nuevo título, la editorial Wave Books sigue apostando por autores patrios que nos ofrecen su punto de vista sobre géneros tan distintos como la comedia, el terror o la acción. Algo que hay que aplaudir, al no centrarse en un único género y diversificar su oferta de cara a los lectores.
Los genios son seres sobrenaturales que se dedican a cumplir los deseos de sus amos. El más famoso de ellos el de Aladdin. Pero también los hay muy cabrones y que les gusta hacer el mal, tal y como se vio en la cinta Wishmaster dirigida por Robert Kurtzman, en un capítulo de la serie Sobrenatural o en la entrada de hoy. Desde aquí dar las gracias a la editorial por hacerme llegar un ejemplar de cortesía en formato pdf para hacer la reseña.
Escrito por Maiquel Da Costa, el libro nos cuenta como un hombre con una existencia gris consigue en una tienda de baratijas una botella en la que está encerrado un Yinn. Lejos está nuestro protagonista de imaginar como su vida dará un giro total.
El término Yinn no me era desconocido, tal y como he indicado en el párrafo que abría la reseña. Por lo que cuando me llegó el ejemplar, ya sabía más o menos por donde iban a ir los tiros. Una vez más el autor vuelve a mezclar dosis de violencia con un acertado uso de un humor negro, en ocasiones negrísimo, sobre todo cada vez que el Yinn nos cuenta su historia hasta encontrar al que ahora es su amo.
Y es que una de las particularidades de este libro es que está narrado en primera persona, tanto por parte del protagonista como del Yinn. A través del punto de vista del genio, los lectores conocen algo de más de su personalidad y de como ve los acontecimientos que se van sucediendo. Y es que ambos puntos de vista no podían ser más distintos, mientras que la parte del protagonista es la que contiene la mayor carga dramática, con escasos momentos de humor, y los instantes más violentos. Por contra las partes protagonizadas por el Yinn son las que tienen la mayor carga de humor negro, no exentas de partes violentas también. De esta forma, la personalidad de los principales protagonistas queda retratada en su forma de narrar la historia. Más gris y anodina por parte del personaje principal, del cual desconocemos su nombre en todo momento, y la parte más alocada por parte del Yinn.
Una vez acabada su lectura, la cual se hace de forma rápida puesto que la extensión de la novela es breve, la conclusión que se extrae es que la ambición y nuestros deseos más íntimos nunca traen nada bueno. Algo que nuestro protagonista aprende por las malas, el genio le concede todo lo que quiera pero a costa de un gran precio y de ir acabando con su cordura. En este aspecto de querer lo que ambicionamos, aunque sea a un enorme coste, me recordó al relato corto de Richard Matheson Botón botón, adaptado tanto a televisión como a cine, en este último caso en la cinta protagonizada por Cameron Díaz The Box. Y es que el tema principal de la novela es como nuestros sueños y ambiciones pueden dar al traste con nuestra vida, sobre todo cuando se toma el cámino fácil y con atajos.
Si por algo se caracteriza el autor, tanto en esta novela como en su anterior obra Misión: eliminar al nuevo Mesías, es la narrativa que utiliza. El lenguaje resulta bastante ameno, y no duda en utlizar tacos o escenas de sexo, siempre justificadas eso sí, para hacer avanzar la trama. Los personajes que aparecen e interactuan con el protagonista, lo hacen con una justificación y no lo hacen de forma gratuita. Y tendrán su importancia en el devenir de los acontecimientos, sobre todo en su tercio final con la aparición de un peculiar exorcista y que precipitarán los sucesos hasta llegar al final, que queda abierto para una hipotética segunda parte.
A pesar de que el Yinn sea un cabroneiro, no resulta complicado acabar sintiendo cierto aprecio por él. El genio maligno es como es y lo justifica, no intenta en ningún momento que lo comprendamos o sintamos lástima por él. El Yinn es consciente que su objetivo es cumplir los deseos de su amo, y es lo que hace. Lo que no quita para que no sepa privarse de algunos placeres que tiene la vida, algo que disfruta de princpio a fin una vez es liberado de su cautiverio por su amo. Además, el Yinn disfruta puteando al protagonista y sus apariciones son de lo mejor del libro.
Una buena recomendación para vuestros momentos de ocio y que os arrancará alguna carcajada que otra a lo largo de sus páginas. Con este nueva obra la editorial Wave Books apuesta por autores con talento y que nos darán no pocas alegrías en futuros trabajos.
Hoy por primera vez en el blog reseñamos un pdf. Pero ya os advierto que no será la última vez, puesto que en breve aparecerá otra reseña en este formato. Esto es gracias a la colaboración con la editorial Wavebooks, a la que quiero agradecer desde aquí su atención y amabilidad a la hora de mandarme el ejemplar. Un libro cargado de humor negro, mala baba y que destroza de un plumazo el concepto del amor.
Escrito por Francis Novoa la trama nos cuenta como la ninfa Ninfea es enviada a la tierra, para dar caza a Cupido en nuestro país. Para ello cuenta con un mes, mientras espera paciente nuestra protagonista se cruzará con diversos personajes que le ayudarán a hacer más amena su misión.
El libro está narrado en primera persona y en forma de diario, de esta forma los lectores van siendo testigos de las diversas peripecias de nuestra protagonista y le acompañan en su particular cuenta atrás para completar su misión. A lo largo de sus poco más de 150 páginas, los lectores siguen a esta ninfa en sus correrías cargadas de sangría, karaokes y sobre todo mucha mala baba.
Este es un claro ejemplo de como desmontar todo el concepto romántico que la gente tiene acerca del amor. Aquí olvidaros de la sensación de oír música de violines o el sentir mariposas en el estómago cada vez que vemos a esa persona especial. Novoa coge todos esos conceptos y los pasa por la batidora para hacerlos cachos diminutos. Parte de la culpa la puede tener como nos presenta a Cupido, como alguien viejo, gordo y que se parece al Parchís: se come una y cuenta veinte. Su aparición en el tercio final del libro, y sus supuestas correrías amorosas causan bastantes carcajadas. Tanto por lo improbable de las situaciones y por como son descritas, dignas de cualquier película de destape o cualquiera de las aventuras de Torrente. Es decir, todo lo contrario a su idealización como alguien inocente y puro.
La novela ridiculiza mediante las aventuras de Ninfea a los hombres. Para la protagonista de la novela todos los hombres somos simples, que nos regimos y pensamos con lo que tenemos entre nuestras piernas. Ninfea es consciente de ello y no duda en aprovecharse de su belleza para usar a los hombres a su antojo, tal vez como aperitivo ante lo que le espera a Cupido.
Si bien el autor busca hacer reír a sus lectores, no es menos cierto que un par de momentos nos describe un par de escenas que, sin duda, descolocarán a los lectores con los estómagos más curtidos. Baste como ejemplo el capítulo que tiene lugar en la playa, donde las peores perversiones sexuales se dan cita. O los capítulos finales donde la violencia y el absurdo se dan de la mano, y causan la hilaridad al ser narradas de forma posterior.
La primera referencia que se me venía a la cabeza mientras avanzaba en la lectura del libro era Terry Pratchett. No sé si la intención del autor era rendir homenaje o no al fallecido escritor inglés, pero había instantes que recordaban al autor de El color de la magia. Sobre todo en el estilo bastante irónico y en el uso del humor absurdo a la hora de contarnos las situaciones por las que va pasando la protagonista.
Ninfea es el pilar sobre el que se sostiene toda la novela. Si ella falla, todo se desmorona como un castillo de naipes. El autor consigue que tengamos aprecio por su creación, a pesar de que si existiera en la vida real sería una cabrona de tomo y lomo al manejar a los hombres a su antojo, sin gota de decencia y con una absoluta falta de escrúpulos.
No hay que olvidar que la palabra ninfómana deriva ninfa. Así Ninfea no tiene problema alguno en liarse tanto con hombres como mujeres, le da igual ocho que ochenta. Ella provoca un deseo irrefrenable en todo aquel mortal que se cruza con ella, y es que no hay que olvidar que las ninfas podían hacer enloquecer o enamorar a cualquier hombre que la viera desnuda.
Novela entretenida y de lectura rápida, a pesar de que tiene mucha más chicha de lo que aparenta en un principio. Buen debut de esta editorial y que espero, desde aquí, que siga manteniendo el nivel mostrado en este primer lanzamiento.
Novela recomendada para todos aquellos que no creen en el amor. Ya seáis seguidores de la mitología o del humor negro, este es un libro que merece una oportunidad.
Con la entrada de hoy se pone punto y final, por ahora, a la colección pequeño formato de la editorial Cazador de ratas. También hoy se reseña por primera vez a un autor al que hace tiempo tenía ganas de leer. Y ya estoy deseando leer más trabajos suyos, puesto que esta primera lectura me ha dejado muy buen sabor de boca. Una novela en el que la carga dramática tiene un peso bastante importante, y donde el elemento sobrenatural hace acto de aparición en las páginas finales y en el que el frío es un personaje bastante destacado y tiene un papel de vital importancia.
Escrito por David Jasso la novela nos cuenta como a principios del Siglo XX en Fuendetodos, población que vio nacer a Goya, viven Rosa y Eliseo, dueño de una fábrica de hielo en crisis. Manuel, uno de sus empleados, acaba de perder a su esposa dejándole con dos niños a su cargo. El matrimonio al ofrecer su ayuda al reciente viudo comenzarán, sin ellos saberlo, una espiral donde el amor, los celos y la tragedia harán acto de presencia.
Sin duda este libro supone la guinda a esta colección pequeño formato. Una historia dura y trágica con dos partes bien diferenciadas. En la primera, que ocupa la mayor parte del libro, el autor nos presenta a los personajes y poco a poco nos va poniendo en situación. Una vez los conocemos, como si se tratara de un estofado, Jasso pone a cocinar todo y dejar que la trama vaya cogiendo sabor, hasta que llega un momento en que todo rompe a hervir hasta llegar a su conclusión.
Final que supone un punto y seguido, puesto que la trama da un salto en el tiempo en el que conoceremos a una familia que pasa unos días en el lugar donde años ha vivieron Rosa, Eliseo y Manuel.
Es en esta segunda mitad donde el elemento sobrenatural hace acto de presencia. Pero lo hace de forma anecdótica y rindiendo homenaje a la literatura gótica, donde los fantasmas hacían acto de presencia y ligaban su destino al de los nuevos moradores del que fuera su hogar.
Una novela que no resulta de lectura fácil, puesto que en un par de ocasiones nos vamos a encontrar con un par de escenas que nos pondrán los pelos de punta y hará que nos mordamos las uñas por la tensión del momento. Aquí vuelve a quedar demostrado que el peor monstruo es el ser humano, capaz de cometer las mayores atrocidades sin apenas pestañear. Jasso no necesita de sangre o escenas muy violentas para conseguir incomodar al espectador, tan solo le basta con describir de forma muy visual escenas de carácter bastante angustioso.
La primera parte de la obra me recordó a Los santos inocentes, por la descripción que hace el autor de los hombres del campo y de las duras condiciones por las que tenían que pasar para poder ganarse la vida. El retrato que hace Jasso de la vida de Eliseo, Rosa y Manuel me recordó a las situaciones por las que pasaban los protagonistas de la inmortal obra de Delibes. Unos tiempos en los que la pobreza era evidente y el ganarse la vida era muy complicado.
El autor nos describe el duro día a día de los protagonistas y es, en esta normalidad, donde surgen los instantes más terroríficos. Y basta un pequeño incidente para que todo salte por los aires, y todo aquello que los personajes se estaban guardando explote.
El frío, tal y como he dicho unas líneas atrás, es otro de los grandes protagonistas dentro del libro. No solo en su forma física en forma de hielo, sino también en forma de nieve, viento y sobre todo en los sentimientos. El frío que sienten los protagonistas no es el típico que se pueda curar con líquidos calientes o fuego. La apatía que está instalada en su interior ha de salir en algún momento, y es el amor el que hace saltar todo. Pese a tratarse de un sentimiento cálido, en esta ocasión derrite todo y hace que los acontecimientos se acaben precipitando.
Una gran novela a pesar de su pequeño formato, y la prueba de que los pequeños libros tienen mucho que decir. Si las futuras publicaciones, ya sea en esta editorial o alguna otra, mantienen el nivel mostrado por esta editorial, nos esperan nos pocas alegrías en un futuro cercano.
La codicia es uno de los grandes defectos del ser humano. Si a ello le sumamos una total falta de empatía por los que te rodean, grandes dosis de egoísmo y ganas de putear al personal el resultado que nos daría sería el protagonista de la entrada de hoy. Un personaje que no cae simpático desde el momento en que es presentado a los lectores, quienes le desean que el karma le devuelva todo el mal que ha ido haciendo a lo largo de su vida.
Escrito por Javier Trescuadras, el libro nos cuenta como Román Viniegra es el propietario de un viejo edificio en Murcia y que ha hecho su fortuna a base de explotar a los que fueron sus inquilinos. Ahora en su vejez planea abandonar el inmueble, tan solo tendrá que cumplir una norma: encender la luz para ahuyentar a los fantasmas que hay en la oscuridad de la vivienda.
Novela corta que tiene en el miedo a la oscuridad y en su ambiente claustrofóbico sus grandes bazas, además de un protagonista muy bien construido. El ser humano desde el principio de los tiempos ha temido la oscuridad, no sabe lo que se oculta en ella y lo que puede salir. Por ello con la invención del fuego, y posteriormente con la luz, los hombres y mujeres pudieron vivir algo más tranquilos e iluminar aquellas zonas que permanecían en penumbra. Y aún así se la sigue temiendo, no se sabe que acecha agazapado dispuesto a saltar sobre nosotros. Trescuadras juega esta baza de forma bastante inteligente, nos atrapa y ya no nos suelta hasta que finalizamos su lectura. El autor nos hace pasar un buen rato, pese a que resulte paradójico el entretener haciendo pasar miedo a los lectores. Pero en ello consiste el terror, el de entretener pasándolo mal.
El edificio es otro de los grandes protagonistas. Su estructura ha sido mudo testigo de las atrocidades que ha cometido Viniegra con sus inquilinos y su decadencia es solo comparable a la bajeza moral por parte su dueño y propietario. Tal vez por ello tenga taras, quizá sea su forma de mostrar rebeldía ante las situaciones que ocurren en su interior y ante las que no puede hacer nada.
Por último el protagonista principal es lo que tiene más chicha. Alguien que no duda en utilizar su poder sobre los inquilinos que no pueden pagar para satisfacer sus deseos más oscuros. Para Viniegra el dinero es importante, pero lo es más el hacer daño a aquellos inquilinos que no cuentan con los suficientes medios para pagar el alquiler. Román es un personaje que no parece tener ningún objetivo en su vida, salvo el de putear a todo aquel que se cruce en su camino y el de ganar dinero. Es el reverso tenebroso de Mr. Scrooge, el que fuera protagonista de la obra de Charles Dickens Cuento de navidad.
La novela cuenta con una extensión de unas 120 páginas por lo que se lee en un suspiro. A medida que Viniegra va descendiendo pisos para escapar del edificio, los lectores van conociendo más a los fantasmas que persiguen al avaricioso propietario del edificio. Una vez los lectores han acabado la lectura, y conocen los motivos que han llevados a los espectros a vengarse de Viniegra, uno no puede evitar ponerse de su lado. Algo que resulta raro dentro de la literatura de terror, en donde los lectores tienden a ponerse del lado del bien. Pero de vez en cuando surgen obras en donde ocurre todo lo contrario, y es el mal el que cuenta con el favor de los lectores. Este es uno de esos raros ejemplos.
El libro cuenta con una atmósfera bastante agobiante, el autor consigue que acompañemos a Viniegra en su descenso y que sintamos la misma sensación de miedo que siente él. Para ello Trescuadras no abusa demasiado de los sustos fáciles, cuando lo podía haber hecho, y se vale del miedo y la claustrofobia para conseguir que los lectores, de vez en cuando, levanten la vista del libro y tengan que mirar en los rincones más oscuros donde estén leyendo el libro, para asegurarse que allí están ellos solos.
Un buen libro de terror y con muy bien narrado. Con este libro el autor nos da una nueva visión a un tema tan trillado como es el de los fantasmas. La historia no es novedosa, pero es como la cuentas lo que hace que pueda gustar más o menos.
Si os gustan las historias de fantasmas ambientadas en nuestro país dadle una oportunidad. Seguro que no os arrepentiréis en absoluto.
Simetría es una isla creada por Darío Vilas y Rafa Rubio, y que alberga lo peor de lo peor en ella. Todos los que van ahí acaban contagiándose de su atmósfera malsana, capaz de sacar lo peor que anida en nuestro interior. En Simetría apenas hay lugar para las buenas personas y sus calles sucias, oscuros callejones y tugurios son mudos testigos de las atrocidades que allí se cometen. Uno de sus habitantes más peligrosos es Marquitos, el que fuera protagonista de El hombre que nunca sacrificaba las gallinas viejas. La entrada de hoy nos sirve para reencontrarnos con él, a la vez que permite a los lectores conocer más datos sobre su pasado.
Escrito por Darío Vilas, el libro con una extensión de poco más de cincuenta páginas está compuesta por los siguientes relatos que giran en torno a Marquitos:
- La rosa púrpura de Simetría: un fotógrafo llega a la isla, y no tarda en empezar a ejercer su trabajo. Claro que lo hace de una forma bastante peculiar. Buena forma de empezar esta antología de relatos, y en donde, una vez más, el autor gallego vuelve a hacer gala de una narrativa ágil y eficaz. Pocas páginas le bastan al autor para volver a llevar a los lectores a esta ínsula.
- Calle de sentido único: Marquitos se dirige a la ciudad para encontrar una nueva víctima y en su pub habitual se encuentra con Catalina, hermana de la que fuera su pareja Maite. Vilas hace que un viaje en coche se transforme en algo malsano. Una actividad tan usual como un trayecto en coche, se torna en algo enrarecido por la personalidad de Marquitos. Incluso cuando entra al local y sale de él, los lectores perciben el peligro y locura que transmite Marquitos.
- Nací, crecí y ahora estoy aquí: relato que nos sirve para conocer a Catalina y su encuentro, nada intencionado, con Marquitos. De nuevo otro pequeño relato en donde el realismo más sucio, y las partes más oscuras de los seres humanos, salen a flote. Catalina tiene una personalidad oscura, pero muy alejada de la de Marquitos. Algo tan simple como puede ser ver una mujer arreglarse e irse a pub a esperar al hombre que fuera pareja de su hermana para obtener su venganza, Vilas lo transforma en un buen ejercicio de tensión.
Antes de proseguir con el resto de relatos un pequeño inciso. Estas tres historias se encuentran unidas entre sí, cada una de ellas son un punto distinto de vista y que confluyen en un mismo punto. Y el autor decide parar en ese momento justo, nos deja con la miel en los labios y hace preguntarnos lo que va a ocurrir a continuación. Que destino le aguarda a los tres implicados y como se va a resolver todo. Tres pequeñas historias que forman parte de una sola.
El resto de los 7 relatos que conforman Simetrías, se encuentran recopilados bajo el título de Piezas desequilibradas. Los nombres de estas pequeñas piezas son: borracho; no me olvides, nena; ninguna elección fácil; morir por dentro; Dios está en la radio; ¿Dónde has dormido esta noche? y despierta. Cada una de estas historias breves permiten a los lectores adentrarse algo más en la personalidad de Marquitos, para conocer su pasado y su relación con Maite. Cuando conocimos a Marquitos, los lectores ya sabían que su relación con ella ya había acabado. Ahora parte del tiempo que pasaron juntos queda desvelado, no todo por supuesto. Y hay que decir que la mujer no era tan inocente o tan víctima como podía parecer en un principio, algo que queda reflejado en los dos últimos relatos.
Estas pequeñas historias cuentan con poca extensión, apenas un par de páginas en algunos casos, pero dan para mucho. Estos relatos son como chupitos de un buen whisky, uno lo saborea rápido pero luego el líquido baja fuerte por nuestra garganta, salvo que en este caso lo saboreamos por los ojos. Son pequeñas historias que resultan fuertes, que golpean duro y no dejan indiferentes. Tal y cómo ocurre con su protagonista, una de las mejores creaciones de su autor y que le ha deparado, y seguramente le deparará, no pocas alegrías.
Una vez más Darío consigue atrapar a los lectores con su narrativa, no exenta de violencia y sensualidad. El autor maneja bien los momentos de suspense y da a los lectores un par de piezas más, del complicado puzle que es la personalidad de Marquitos. Y pese a esta nueva aportación, aún quedan muchas por aportar para conocer más a este personaje.
Con este nuevo trabajo el autor vuelve al universo que creó y demuestra que el realismo bizarro, término creado por Vilas, es el ambiente en el que mejor se mueve. Darío presenta a los lectores los peores aspectos de un ser humano, nos presenta personas y ambientes que hay en nuestras ciudades y que permanecen ocultos ante nuestros ojos. Pese a que están ahí nunca los hemos visto, o no los hemos querido ver, táchese lo que se prefiera.
Si disfrutasteis con El hombre.... y otras obras que transcurren en Simetría, sin duda también lo haréis con ésta.
Según reza el famoso dicho, las mejores esencias vienen en frascos pequeños. Este refrán es la mejor definición para la entrada de hoy. Tres relatos breves en donde el amor, la nostalgia y los celos entre otros elementos son el motor que mueve a los protagonistas de los mismos. Esta es la primera entrega de la colección pequeño formato, y que ha sido publicado por la editorial Cazador de ratas. También es la primera vez que la autora aparece por este blog, pero no será la última. Así pues, veamos que historias nos aguardan en la reseña de hoy.
Escritos por Elia Barceló y con una extensión que apenas supera las 50 páginas, la autora nos ofrece las siguientes historias:
- La luz de las noches: una bella y misteriosa joven sale a cazar a su presa de cada noche. Buena forma de iniciar este formato, con un relato breve y con una extensión de unas 8 páginas. Esto le basta a la autora para contarnos una historia sencilla, que no simple, que nos atrapa desde sus primeras líneas y supone el mejor ejemplo de Eros y Tánatos. Una narración breve y contada de forma ágil, lo que hace que nos quedemos con ganas de más que es de lo que se trata a la hora de crear un relato.
- La belle dame sans merci: de nuevo nos volvemos a encontrar con una vampira, salvo que en esta ocasión se ve perseguida por la pareja su última víctima. A diferencia del relato anterior, el amor y la muerte eran los únicos elementos, aquí entran en juego además la soledad y la venganza. Tristeza por parte de la aparecida al no tener a nadie con quién compartir sus días y resarcimiento por parte de la que fuera compañera sentimental de su último muerto. En dos historias la autora nos presenta las dos caras de una misma manera, al mostrar a los lectores a los vampiros como seres que también sienten como si fueran humanos y que hacen lo que hacen por que está en su naturaleza.
- Una comida en el campo: un nonagenario, y exitoso profesor y ensayista, vuelve a donde pasó su infancia, con motivo de una comida homenaje a cargo de un maestro gran seguidor de su obra. El mejor relato de los tres que componen estos cuentos crueles y el que más disfruté. El amor y nostalgia se dan la mano para ofrecer los lectores un viaje a través de los recuerdos lejanos del viejo educador. La autora no solo hace viajar a su protagonista por sus recuerdos, sino también a los lectores al hacerles rememorar aquellas evocaciones que creíamos olvidadas y vuelven a nosotros de golpe mediante un olor, sabor o visión determinada.
Esta era la primera ocasión en la que tenía la oportunidad de leer algo por parte de la autora, y he de decir que me ha gustado mucho su estilo. Rico en detalles, con una muy buena narrativa y en donde los personajes y sus motivaciones tienen una gran importancia.
Elia Barceló ha desarrollado gran parte de su carrera literaria dentro del género de la ciencia ficción, lo que le ha hecho acreedora de diversos galardones. Pero también ha probado suerte en diversos géneros alejados de la ciencia ficción, como el terror o la literatura juvenil en donde también ha cosechado diversos éxitos.
Una vez más vuelve a demostrarse el dicho que lo bueno, si breve, dos veces buenos. Tres historias le han bastado a la autora para conseguir que quiera leer otras obras suyas. Un trío de narraciones en los que a uno le basta, pero que se queda con ganas de conocer más peripecias de sus protagonistas. Pero en ello reside el encanto de los relatos, el querer saber más de los personajes. Por ello escribirlos no resulta fácil, los autores han de crear una historia con un planteamiento, nudo y desenlace en un determinado número de páginas. Y los autores que han ido apareciendo por aquí han demostrado tener talento de sobra a la hora de crear estas narraciones cortas.
La editorial cazador de ratas no había podido comenzar con mejor pie esta nueva aventura con el pequeño formato. Seguro que nos irá deparando no pocas alegrías en un futuro próximo.
Si sois seguidores de los relatos que se salen de lo habitual, este es vuestro libro.
La entrada de hoy supone el debut de este autor en el blog, y espero que no sea la última debido al buen sabor de boca que me ha dejado el libro que he leído. Tras una trayectoria en la novela negra, este escritor decidió aventurarse dentro de la literatura zombi. Y el resultado no podía haber sido mejor, puesto que tiene todos los elementos necesarios de este género: grandes dosis de acción y violencia, sangre y vísceras. Pero además decide incluir grandes dosis del cine kinki, que tan famoso se hiciera a finales de los 70 y principios de los 80 en nuestro país. Así pues vamos a conocer a nuestros protagonistas, que se ven envueltos en un apocalipsis con los muertos vivientes y con la semana santa de por medio.
Escrito por Claudio Cerdán, la trama nos cuenta como tras salir de la cárcel Juande, delincuente de raza gitana y apodado el Perrolobo, se ve obligado a hacer un trabajo para la persona responsable de su estancia entre rejas. Para ello reclutará a su antigua banda formada por el Señorito, la Chunga, el Mosca, el Cani y el Matraca Pero nuestro protagonista se guarda un as en la manga e intentará dar su propio golpe, a la vez que procurará dar esquinazo a dos personas relacionadas con su pasado y que desean su muerte.
Hay libros que uno no puede leerse en el momento de su publicación, ya sea por tener mucho acumulado o por dejar que se pase la fiebre por un título en concreto por citar dos ejemplos. Esto es lo que ocurre con la entrada de hoy. Si bien ya había leído otras reseñas y opiniones de la gente, decidí esperar un poco hasta poder hincarle el diente. Y, como se suele decir, la espera ha merecido la pena. Este título ha cumplido las expectativas que tenía puesto en él.
Una de las características de la novela, y que puede chocar en un principio es su narración no lineal. Del capítulo 1 se pasa al preludio, para luego volver al 2 etcétera. Esto, lejos de resultar lioso, hace que la trama se siga con atención ya que hay giros que se desvelan una vez se ha leído el episodio correspondiente.
El ambiente que nos presenta Cerdán es el típico de las cintas del cine kinki. Apenas hay lugar para las buenas personas y la delincuencia, la corrupción policial, las drogas y la violencia forman parte del día a día de cada uno de los personajes. El ambiente en el que se mueven los protagonistas es marginal, donde la única manera de sobrevivir es siendo más duro que los demás y teniendo más cojones que tu enemigo. Todos aquellos que quieran huir de este mundo son mal vistos por los delincuentes habituales.
Los protagonistas, salvo dos personajes, son criminales y con un pasado delictivo detrás. No tienen nada a lo que aferrarse, salvo a un presente bastante oscuro que no hace sino tornarse más negro con la invasión de los muertos vivientes, hasta que el regreso de el Perrolobo les hará seguir adelante y afrontar con otro ánimo su futuro inmediato. Y pese a ello, el autor consigue hacer que desarrollemos simpatía e incluso lástima por ellos, tal y como hicera Rob Zombie al final de Los renegados del diablo. A pesar de que sus acciones distan mucho de ser nobles y están teñidas de violencia.
El Perrolobo es un personaje sin apenas escrúpulos, marcado por un pasado violento y con una única posibilidad de redención en la figura de su hijo. Y no piensa desaprovecharla.
El sentido del humor negro, en ocasiones negrísimo, es uno de los elementos esenciales en la trama. Los golpes de humor están bien medidos, y van desde la parodia del género a frases cortantes que parecen salidas de cualquier film de Tarantino o del cine de acción protagonizado por los duros del género.
Pese a que es una obra ligera, el autor nos regala algún instante que otro bastante crudo, y nos recuerda que, en no pocas ocasiones, los verdaderos monstruos no provienen del infierno o poseen un carácter sobrenatural. Y es que muchas veces los seres humanos son capaces de cometer las mayores atrocidades.
A lo largo de la novela el autor va soltando diversos homenajes, teñidos de una buena dosis de parodia, a obras de compañeros de letras, grandes marcas comerciales o a cintas del género zombi estrenadas en nuestro país. Estos guiños sirven para que la trama avance, y no están por estar ni se realizan de forma gratuita. A lo largo de sus páginas nos encontramos, entre otros guiños, con cierto padre con afinidad con los muertos vivientes, a dos antiguos amigos ahora enemigos o cierto edificio donde ha tenido lugar una plaga de muertos vivientes.
También hay que destacar la labor de documentación llevada a cabo por el autor, a la hora de recopilar información sobre el funcionamiento de una maquina de una cantera y en el uso del idioma caló que habla el Mosca, uno de los miembros de la banda de Perrolobo.
En definitiva, una obra que hará las delicias de los amantes de la literatura Z.
El pasado 18 de agosto Netlix estrenó la serie Los Defensores, que supuso la unión de los héroes protagonistas de sus cuatro series y su enfrentamiento con un enemigo común y que amenaza a la ciudad de Nueva York.
Escrita por Douglas Petrie y Marco Ramirez, la serie nos cuenta como Daredevil (Charlie Cox), Jessica Jones (Krysten Ritter), Luke Cage (Mike Colter) e Iron Fist (Finn Jones) unen sus fuerzas contra La Mano y su despiadada líder Alexandra Reid (Sigorney Weaver).
Además de los intérpretes citados, nos encontramos con la asidua en las series de héroes de Netflix Rosario Dawson, que retoma su papel de Claire Temple y los secundarios habituales en las aventuras de Daredevil como Scott Glenn como Stick y Elodie Yung como Elektra; Jessica Henwick como Colleen Wing en Iron Fist, Rachael Taylor como Trish Walker en Jessica Jones o Simone Missick como Misty Knight en Luke Cage.
Serie entretenida y con altibajos, lo que parece ser marca de la casa de las series de superhéroes de Netflix. Lo que significa que alterna momentos de gran interés, con otros que pueden hacerse algo tediosos al no ocurrir nada. Uno de los problemas del show lo volvemos a encontrar en Finn Jones, que resulta soso y falto de carisma como Iron Fist. Por lo menos las escenas de acción que protagoniza se le ve más suelto y cómodo que en su serie individual.
Otro problema es que, a pesar de tener tan solo 8 episodios, hasta el tercero no empieza la chicha de verdad. Los dos primeros capítulos son de transición y sirven para ir enlazando los caminos de los protagonistas hasta su reunión. Eso sí una vez los héroes unen sus fuerzas, a pesar de la desconfianza inicial, la serie recupera el tiempo perdido en lo que a escenas de acción y peleas se refiere.
Sin duda, al menos en mi opinión, lo mejor de la serie son Charlie Cox y Elodie Yung que retoman sus papeles de Daredevil y Elektra. La química entre ellos es más que evidente y sus escenas de acción están muy bien coreografiadas. El resto de actores poco pueden hacer ante el carisma de Cox y Yung.
Otro de los elementos a destacar es la interpretación de Weaver, que se lo pasa en grande interpretando al villano de la función. La intérprete de Alien es lo suficientemente amenazadora, como para poner en jaque a nuestros héroes en varias ocasiones. Su presencia resulta intimidante no solo por el peligro que representa, sino también por la relación que le une con cada uno de los protagonistas, especialmente con Iron Fist y Daredevil.
La serie toma elementos que habían ido apareciendo en cada uno de los shows individuales de los protagonistas, para unirlos en este proyecto. De esta forma nos vamos encontrando con los héroes justo donde finalizaron cada una de sus series. En este aspecto la continuidad está bien conseguida, ya que nos encontramos a los protagonistas asumiendo las consecuencias de sus aventuras en solitario.
El final de la serie traerá consecuencias para cada uno de los protagonistas en sus aventuras individuales, sobre todo en lo que respecta a Daredevil. Su tercera temporada promete ser espectacular, si se deciden a adaptar, según rumores, el arco argumental Born again. Según concluye Los Defensores, todo parece indicar que puede ser así.
Serie recomendable y que pone un punto y seguido a las aventuras de estos héroes. Si os gustaron los shows individuales, sin duda también os gustara su unión.
En resumidas cuentas: Lo mejor: los personajes de Daredevil, Elektra, Alexandra y las secuencias de acción. Lo peor: los habituales altibajos dentro de las series de Netflix. La imagen: Luke Cage recibiendo un puñetazo de Iron Fist. La secuencia: la pelea entre los héroes y los secuaces de La Mano en un pasillo. El momento: el encuentro entre los héroes.
El detective paranormal John Constantine ya tuvo una adaptación a la gran pantalla en 2005, en aquella ocasión contó con los rasgos de Keanu Reeves. En 2014 el personaje fue de nuevo adaptado en formato de serie, la cual fue cancelada tras la emisión de tan 13 capítulos por falta de audiencia y dejando la trama abierta. Lo cual fue una verdadera pena, puesto que se estaba poniendo bastante interesante.
Creada por Daniel Cerone, emitida por la NBC y basada en el comic Hellblazer, la serie nos narraba la lucha de John Constantine (Matt Ryan) contra las fuerzas del mal. Pero en su camino no estará solo, puesto que contará con la ayuda de Zed (Angélica Zelaya) y Chas (Charles Halford).
Además de estos intérpretes, dentro del reparto también nos encontramos con Harrold Perrinau como Manny, un ángel; a Michael James Shaw como Papa Medianoche enemigo de Constantine o a Emmet J. Scanlan como Jim Corrigan, el alter ego de El Espectro, uno de los seres sobrenaturales más poderosos de DC.
Tal y cómo he indicado en el primer párrafo, es una pena que cancelaran la serie y nos dejaran sin saber como concluía. El final del capítulo 13 nos dejaba con la miel en los labios ante lo que estaba por venir. Pero las audiencias, por desgracia, mandan y la cadena decidió no emitir el resto de los 9 episodios programados.
Mientras veía la serie no podía evitar acordarme de Sobrenatural. Y es que ambos shows tienen un punto de partida similar: la lucha contra seres sobrenaturales. Pero la personalidad de los protagonistas no puede ser más distinta, mientras que el personaje de Ryan es fumador, mentiroso y manipulador los hermanos Winchester son todo lo contrario. Los tres personajes no podían ser más distintos entre sí, y aún así se puede decir que son complementarios: Constantine es el lado canalla y amoral, mientras que los Winchester son responsables y atados por lazos fraternales.
A pesar de no haber leído ningún comic del personaje, a partir del estreno del film de Reeves leí un par de artículos sobre Constantine. Por lo que más o menos sabía como era su personalidad, y he de decir que la interpretación llevada a cabo por Ryan me resultó más convincente que la hecha por Reeves. El Constantine interpretado por Reeves era la versión descafeinada del personaje, en donde no había rastro alguno del original del comic.
La serie cumple como entretenimiento, sus efectos especiales resultan efectivos y la trama se iba abriendo según avanzaban los capítulos hacia un arco argumental que abarcaría esta primera temporada inacabada, en la que nuestro protagonista se enfrentaría a La Brujería. Los personajes demostraban tener química entre ellos y los momentos violentos estaban presentes en cada uno de los episodios emitidos.
Otro motivo para darle una oportunidad es que uno de los creadores de la serie fue David S. Goyer, responsable junto a Nolan de la trilogía del hombre murciélago y bajo la dirección de algunos episodios estuviron Neil Marshall, realizador que nos ha traído títulos tan interesantes como Doomsday o The descent, o John Badham, Juegos de guerra o Cortocircuito. Ambos directores expertos a la hora de ofrecer a los espectadores cintas bastantes correctas. Pero por desgracia su participación no fue suficiente para la continuación de la serie.
Al menos nos queda el consuelo que la serie pueda recuperarse para CW, ya que Ryan se ha dejado caer por un par de capítulos de la serie Arrow y está prevista una web serie animada en que Ryan pondría su voz al personaje. Lo que no sería la primera vez, puesto que ya hizo lo mismo en la cinta animada de Warner La liga de la justicia oscura.
Una serie correcta y que supone una aproximación más adulta,nada que ver con la versión de Reeves, a este detective de lo paranormal y que hará pasar un buen rato a todos los que se aproximen a ella.
Con tan solo dos libros Patrick Rothfuss consiguió llamar la atención de losa aficionados a la literatura fantástica. A la espera de la publicación del tercer tomo de la saga de Kvothe, y que supondrá el punto y final a las aventuras de Kvothe, el autor decidió hacer la espera más amena con una novela con uno de los personajes ya aparecidos anteriormente en sus dos primeras obras. Y el resultado no pudo ser más decepcionante y aburrido, como pienso contar a continuación.
A lo largo de una semana, el autor nos narra el día a día de Auri.
Ya está, así se puede resumir el libro. Son unas 140 páginas en las que no pasa nada de nada. Hay ocasiones en las que la lectura llega a hacerse bastante tediosa. Toda la emoción, aventuras y situaciones que consiguieron enganchar a los lectores en las aventuras de Kvothe aquí brillan por su ausencia. Lo más emocionante que pasa, si es que se puede calificar así, es la elaboración de jabón por parte de su protagonista. No esperéis nada más.
El autor ya avisa en el prólogo que este no es un libro para todo el público. Uno puede pensar que se puede tratar de una broma, pero nada más lejos de la realidad. Todas las buenas sensaciones que había en sus dos primeras obras, aquí han desaparecido. Pocas veces suelo aburrirme leyendo un libro, esta es una de esas raras ocasiones. Tan solo quería acabar para pasar a leer algo más interesante y menos aburrido.
Un libro que no merece la pena leer, ni tan siquiera por curiosidad.
El thriller es uno de mis géneros favoritos del cine. Siempre me han gustado las historias de policías, ladrones, atracos.... elementos esenciales de todo buen thriller que se precie. Dentro de este género hay títulos más destacables que otros, y luego hay alguna que otra sorpresa agradable como ocurre con la entrada de hoy. Sin resultar novedosa en absoluto, puesto que la historia que nos cuenta se ha visto en multitud de ocasiones, merece rescatarse por la labor de su realizador y sobre todo por el trabajo de su intérprete principal.
Dirigida por John Irvin y escrita por Ken Solarz, la cinta nos cuenta como tras un atraco a una joyería el criminal Skip (Stephen Dorff) traiciona y mata a dos de sus tres socios. Tan solo escapa Roy (Harvey Keitel), quien buscará venganza por el asesinato de su hermano.
Tal y como se puede ver por el argumento, nada nuevo bajo el sol. Muchas cintas ambientadas en el thriller parten de esta misma premisa. Pero esta película cuenta con diversos elementos para tenerse en cuenta y darle un visionado. Además es poco conocida, por lo que merece la pena darle una oportunidad y de paso descubrirla.
El primer elemento a destacarse es la dirección. El realizador consigue captar nuestra atención a los pocos minutos de comenzar el film. Sin duda sabe como dirigir secuencias de acción y tensión, no en vano estuvo detrás de películas tan interesantes como Ejecutor, con Arnold Schwarzenegger, o Robin Hood el magnífico con Patrick Bergin. Suya es la primera versión de El topo, en la que aparecía Alec Guinness. Por lo que sabe como dotar de interés a la producción.
El segundo elemento es el trabajo de Keitel, este no era su primer thriller y se encuentra cómodo en su rol de criminal justiciero. Keitel aporta su buen hacer y sabe dotar de personalidad a un personaje, que en manos de otro actor podía haber resultado un cliché andante. Algo que por fortuna no ocurre con el intérprete de Reservoir dogs. A pesar de ser un criminal, el rol encarnado por Keitel demuestra tener su corazoncito al ayudar a la viuda de uno de sus compinches en el golpe.
El tercer elemento es la labor del resto del reparto, en la que destacan Famke Janssen, antes de saltar a la fama con X-Men y tras haber sido chica Bond en Goldeneye, y Stephen Dorff. Ambos cumplen de forma bastante digna su labor, y salen más o menos airosos de su enfrentamiento actoral contra Keitel. El caso de Dorff resulta, cuanto menos, curioso. Es un intérprete que es capaz de lo mejor, como en Enemigos públicos o Backbeat, pero también de lo peor, Alone in the dark. Dorff ha tenido una carrera con bastantes altibajos, lo que es una verdadera pena, ya que ha demostrado que cuando quiere puede ser bastante solvente a la hora de dar vida a roles más serios.
Además de estos intérpretes nos encontramos en roles más pequeños a Timothy Hutton, Michael Jai White o Lucy Liu, además de un sorprendente cameo de Elliot Gould como un criminal. Todos ellos aportan, en mayor o menor medida, al resultado final del film.
La película es entretenida sin más. No es de los mejores thrillers ni pretende serlo. Pero cumple con su función de sobra, que no es otra que la de entretener.
El único pero que se le puede poner es que empieza muy fuerte, para luego bajar un poco y remontar de nuevo en su tercio final. Algo comprensible si se tiene en cuenta que su primer tercio pasa en un suspiro. Esto no quiere decir que uno se duerma o aburra a mitad de película, tan solo que no consigue mantener la misma intensidad de sus primeros minutos.
Si sois fans de los thrillers de atracos dadle una oportunidad. Seguro que no os arrepentiréis.
En resumidas cuentas: Lo mejor: la dirección y Harvey Keitel. Lo peor: una pequeña bajada de ritmo en su segundo tercio. La secuencia: La del atraco. La frase: Sois todos unos cabrones (el personaje de Famke Janssen al personaje de Keitel)
Stephen King es uno de los autores más adaptados, ya sea para televisión o en la gran pantalla. Sus relatos y novelas han dado para grandes trabajos, como en Misery o Cadena perpetua por citar dos de los más famosos, pero también para otros menos acertados o directamente fallidos, como en El cazador de sueños o La ventana secreta. Ahora su gran saga La torre oscura viene a unirse a este segundo grupo. Y es que su adaptación al cine no podía haber resultado peor. En lo que debía haber sido el inicio de una serie de películas se quedará en una sola, debido al fracaso en taquilla y público.
Dirigida por Nikolaj Arcel y escrita entre otros por Akiva Goldsman, la cinta nos cuenta como el joven Jake Chambers (Tom Taylor) no para de tener sueños con el hombre de negro (Matthew McConaughey) y con un pistolero (Idris Elba), en un mundo apocalíptico donde se alza la torre oscura. Lejos está Jake de imaginar el papel que va a desempeñar entre ambos hombres.
Decepcionante y aburrida son los adjetivos que mejor describen a esta producción. Toda la acción, aventuras, emoción y drama presentes en la saga original quedan aquí diluidos por culpa del director y de un torpe guión. Y es que más que adaptar las 8 partes de las que se compone La torre oscura, lo que hace es hacer un batiburrillo con todos los libros. Como si de un monstruo de Frankenstein se tratara, el realizador toma elementos de varios de los libros, los une y el resultado final ha sido el que es. Una verdadera catástrofe, tanto a nivel de guión como de dirección.
Pese a durar poco más de noventa minutos, estos se hacen lentos. Y esto en una cinta de acción es pecado mortal. Mas que una película parece el episodio piloto de una serie. Tiene su misma duración y deja algunos cabos sueltos de cara a futuras secuelas, que parece ser que no se producirán a tenor de su batacazo económico. Los últimos treinta minutos parecen haber sido rodados a toda prisa, como si de repente el director hubiera querido meter más dinamismo en la parte final. Lástima que no lo hubiese hecho antes, el resultado hubiera sido, sin duda alguna, más interesante que el producto final que se ha acabado estrenando.
En primer lugar la dirección llevada a cabo por Arcel carece de interés o fuerza alguna. Es plana, aburrida y no hace justicia al trabajo de King. Un proyecto que fue largamente acariciado por diversos directores, como Ron Howard o JJ Abrams, ha ido a parar en manos de un realizador que tenía ante si una gran oportunidad para entrar en Hollywood y la ha desperdiciado. Una producción de estas características te pide a un director más familiarizado con el cine de evasión, que sabe dar con la tecla para entretener al público. Algo que por desgracia Arcel no ha sabido hacer.
En segundo lugar el guión es un verdadero despropósito. En primer lugar por mezclar al tuntún los 8 libros, los seguidores de la saga verán partes importantes reflejadas en la gran pantalla a modo de homenaje, algo que los que no la han leído no sabrán ver. Partes importantes como la final del sexto libro la meten cambiando protagonistas, otra del cuarto libro y esencial en la vida de Roland, el pistolero, aparece porque sí. Al adaptar una obra a la gran pantalla está bien meter cambios, no estoy en contra de ello, siempre que los mismos sean coherentes e intenten aportar algo nuevo. Algo que no ocurre aquí. La motivación de Roland aquí es distinta, le mueve la venganza y no la protección de la torre. Y ya lo de la habilidad de Jake es para mear y no echar gota
Otro de los grandes problemas de la cinta es la cantidad de guiños a otras obras de King. A lo largo del metraje el realizador decide meter, a saber porque, diversos homenajes a cintas como Cujo, Cadena perpetua, Christine o El resplandor entre otras porque sí. Si estos aportasen algo a la trama lo vería bien, pero es que no aportan nada. Parece que el realizador ha querido decir, eh mirad he leído a King y voy a meter referencias suyas a ver cuantas podéis identificar.
Otro detalle que no me gustó es que, en bastantes ocasiones, el protagonismo parece recaer sobre Jake dejando de lado a Roland y Walter. En los libros Jake es secundario, y Roland es el verdadero protagonista. Para que os hagáis una idea, es como si en Misery dejarán de lado a los protagonistas y se centrarán exclusivamente en la editora del personaje interpretado por James Caan. Menos mal que poco a poco el pistolero empieza a ganar más importancia, a medida que se van desarrollando los acontecimientos.
La película funciona por determinados momentos o instantes, y consiguen que no se haga tediosa. Pero estos son los menos, esto hace que la cinta avance a trompicones y sufra de constantes altibajos. Lo que en ocasiones, al menos en mi caso, te haga desconectar, o no prestar demasiada atención, a lo que está pasando en la pantalla.
Lo mejor de la cinta reside en su pareja protagonista. Elba y McConaughey se salvan de la quema. El inglés está muy bien como el pistolero. Poco ha de importar que se le haya cambiado la raza. El Roland de los libros es un homenaje a Clint Eastwood, nada que ver con Elba, quien aporta todo su buen hacer y por ese esfuerzo se salva de la quema. El propio King dio su visto bueno a Elba. Pese a su buena interpretación, no podía dejar de pensar en lo que hubieran hecho con el mismo papel Viggo Mortensen o Mads Mikkelsen, quienes fueron candidatos a interpretar al pistolero.
El mismo caso ocurre con McConaughey. El texano se lo pasa en grande interpretando al villano de la función, y tiene para si uno de los mejores momentos de la película. El ganador del Oscar también hace lo que puede con un pobre guión. Y las ocasiones en las que ambos intérpretes comparten pantalla son lo más destacado de esta producción.
Muy decepcionante y fallida, no recomiendo verla. Con ver el tráiler debería bastaros. Sin duda de lo peor del año.
En resumidas cuentas:
Lo mejor: Idris Elba y Matthew McConaughey.
Lo peor: la dirección y el guión.
El momento: Walter en casa de Jake.
La secuencia: Jake y Roland recitando el credo de los pistoleros.
La figura del Rey Arturo ha sido adaptada en diversas ocasiones, ya sea en imagen real o en forma de dibujos animados a la gran pantalla. A través de las diversas cintas hechas sobre su figura, los espectadores han conocido diversas facetas suyas, de la musical de Camelot, a la más divertida de Los caballeros de la mesa cuadrada y sus locos seguidores a la más épica, y famosa, de Excalibur. El pasado viernes se estrenó en nuestras pantallas el último acercamiento a este personaje, tras varios meses de retraso con respecto a su estreno norteamericano, un batacazo en taquilla y críticas negativas. Así pues veamos si es tan horrible como dicen o en realidad no es para tanto.
Dirigida y escrita por Guy Ritchie, la cinta nos cuenta como Arturo (Charlie Hunnam) es un joven huérfano criado en un prostíbulo y con contactos con los bajos fondos de Londinium. Al extraer la espada Excalibur de la roca donde está enterrada, Arturo tendrá que hacer frente a su destino y arrebatar el trono a su malvado tío Vortigern (Jude Law).
Tras las numerosas críticas negativas y batacazo en taquilla, el viernes fui a ver la película con expectativas bajas. Y he de decir que, si bien la cinta no es perfecta ni pasara a la historia del cine, en realidad no es tan mala como la pintan. Cierto que hay aspectos que mejorar, pero la película me entretuvo que es lo que le pedía. El acercamiento que Ritchie ha hecho a la figura de Arturo no está mal, el realizador inglés nos ha querido contar el origen de su leyenda y de como formó su alianza con los caballeros de la mesa redonda.
Como no podía ser de otra forma la magia está presente a lo largo del film, ya sea con un comienzo que recuerda, y mucho, a las dos últimas entregas de El señor de los anillos, con la magia negra de Vortigern, con la ayuda de la bruja encarnada por Astrid Bergés-Frisbey y por supuesto con Merlin, quien a pesar de hallarse ausente en la película es nombrado y resulta clave en la leyenda de Excalibur.
Uno de los aspectos negativos en la cinta resulta el uso del montaje acelerado y ralentizaciones, una de las señas de identidad del realizador inglés. Si bien éste funciona en otros filmes como Snatch o Lock and Stock, aquí no está acertado. Esto provoca que su uso en determinadas secuencias resulte fallido, y en ocasiones puede llegar a marear al espectador. Un par de veces no está mal, pero Ritchie abusa de uso varias veces a lo largo del metraje. Y esto hace que la película se resienta de ello.
Otro de los elementos negativos a destacar es el uso, y en ocasiones abuso, de los efectos digitales. Éstos se centran más en parecer espectaculares, cuando en realidad lo que hacen es restar enteros al producto. Aquí, como en muchas producciones actuales, se preocupan más en lucir bien y bonito que en cuidar la historia. Una película no es solo efectos creados por ordenador, ha de tener una trama más o menos interesante y que consiga enganchar a los espectadores. Aquí por desgracia no ocurre.
Y por último el protagonista no resulta muy carismático. Hunnam parece ser que esté interpretando a Jax, su personaje en Hijos de la anarquía, una vez más que en ofrecer su propio punto de vista acerca del monarca inglés. Aquí vuelve a interpretar a un macarra, salvo que en vez de hacerlo en el siglo XXI lo hace en el I. Es una pena, puesto que Hunnam ha dado muestras de su faceta más dramática en otros títulos como Hooligans o la más reciente Z: la ciudad perdida. Aquí no hay apenas progresión dramática, el personaje de Arturo apenas sufre evolución. Pasa de ser un proxeneta a ser rey en un abrir y cerrar de ojos. Esto hace que el personaje no resulte del todo creíble.
Pero no todo van a ser cosas negativas. En primer lugar hay que destacar a sus actores secundarios, entre los que destaca Aidan Guillen, inolvidable Meñique en Juego de tronos, Djimon Hounsou o un Eric Bana que aprovecha sus escasos momentos en pantalla como el padre de Arturo. Todos ellos aportan su buen hacer y resultan más carismáticos y creíbles que el protagonista, sobretodo en el caso de Guillen que con su carisma y cinismo roba cada una de las escenas que comparte con Hunnam.
En segundo lugar destacar la interpretación de Law. El intérprete inglés sabe dotar a su personaje de las dosis necesarias de maldad, carisma y sex appeal a un malo que es de lo mejor de la cinta. Tiene para sí algunos de los mejores momentos, y resulta lo bastante cabronazo para desearle la peor de las suertes. Un gran villano que se come al héroe.
Y por último es que no aburre. No es de los mejores trabajos de Ritchie, pero está lejos de ser el horror que muchos dicen. Cumple con su función de entretener, y con eso basta. También hay que ser conscientes de lo que se va a ver, es decir, cine palomitero y sin ninguna pretensión salvo la de hacer pasar un buen rato a la audiencia. Lo que no quita para que se hubiesen podido mejorar algunos aspectos de la producción. Si éstos se hubieran mejorado, el resultado final hubiese sido distinto y su batacazo, tanto crítico como comercial, menor.
Un blockbuster para pasar el rato y poco más. Si queréis ver a un rey Arturo en condiciones, nada como ver la cinta de Boorman Excalibur, donde se nos ofrece un gran acercamiento a esta leyenda.
En resumidas cuenta: Lo mejor: Jude Law y Aidan Guillen. Lo peor: la falta de carisma de Hunnam, el montaje de algunas escenas y el abuso de los efectos digitales. La suma: Juego de tronos + El señor de los anillos + Lock and Stock = Rey Arturo, la leyenda Excalibur. El momento: la entrada de Arturo en Londinium al ritmo de The devil and the huntsman de Sam Lee y Daniel Pemberton. La imagen: Arturo extrayendo Excalibur. La secuencia: la huida de Arturo y sus aliados por las calles de Londinium.
Los años 80 fueron una época dorada para el cine de acción y aventuras, infantil, drama y familiar. Numerosas producciones que se estrenaron en esta década son clásicos actuales. Pero también de vez en cuando, se estrenaban cintas bastante entretenidas que hoy día apenas son reconocidas. Es lo que ocurre con la entrada de hoy, que fue dirigida por uno de los cineastas más famosos de estos años y protagonizada por una actriz muy famosa en aquellos años, sobre todo a raíz de su participación en Karate Kid. Una película que nos muestra lo arriesgada que puede ser la profesión de canguro.
Dirigida por Chris Columbus, la cinta nos contaba como tras ser plantada por su novio la joven Chris Parker (Elisabeth Shue) accede a cuidar a unos niños. Lejos está de imaginar las aventuras que van a vivir, cuando la canguro decide ir a buscar a su amiga Brenda (Penelope Ann Miller) a la estación de autobuses de Chicago.
Es una pena que este film no sea más recordado. En la dirección tiene a Chris Columbus, que pocos años más tarde estaría a cargo de Solo en casa y su secuela, así como de las dos primeras partes de Harry Potter. Aventuras en la gran ciudad supuso su debut en la dirección, tras haberse hecho cargo de los guiones de Los Goonies o Gremlins, ambas apadrinadas por Steven Spielberg. Y desde luego que no podía haber debutado mejor. Algo se le debió de pegar a Columbus de trabajar al lado del rey Midas de Hollywood, puesto que sabe dotar de ritmo y humor a esta simpática comedia
Elisabeth Shue hace aquí uno de sus papeles más divertidos. La actriz está perfecta como canguro a la que la situación le sobrepasa, pero que sabe anteponerse ante las dificultades que le van surgiendo a lo largo de una noche difícil de olvidar. Desde que comienza la noche hasta que acaba el turno de cuidar a los niños, la canguro sufre una evolución y madura en un breve espacio de tiempo. Además resulta imposible no enamorarse de ella en la secuencia que abre el film, en la que hace un gran playback del tema Then he kissed me del grupo The Crystals. Dos escasos minutos le bastan a la actriz para meterse al público en el bolsillo, y de paso enamorar a los niños y adolescentes de la época tal y como se puede apreciar a continuación:
Shue es la cara más conocida de un reparto, en el que nos encontramos en roles secundarios a caras conocidas como la de Vincent D'Onofrio en el rol de Dawson y Bradley Whitford como Mike, la pareja que deja plantada a Chris. Si bien esta cinta no tiene más caras conocidas no importa, se basta del carisma de Shue y de los niños, que no resultan asesinables, para sostener una película con la que pasar un buen rato.
Una de las secuencias que mas me gustan de la película, es la que tiene en el club de blues en donde se refugian nuestros protagonistas huyendo de unos mafiosos. Para salir airosos del paso, la canguro y los chicos tendrán que improvisar un blues acompañados a la guitarra por Albert Collins tal y como podéis comprobar a continuación:
Esta es una cinta que me gusta mucho, el ritmo no decae en ningún momento, los golpes de humor están bien conseguidos y las breves escenas de acción consiguen mantener la atención al espectador. No necesita de nada más para resultar entretenida, es un tipo de cine familiar basado en una idea original y que no está basada en ningún libro. En los ochenta el cine destinado a un público familiar, se basaba en su mayor parte en una premisa original y que conseguía llamar la atención del público. Y esto desde luego se agradece.
Además en su banda sonora cuenta con canciones entre otros de Iggy Pop, los Rolling Stones o Muddy Waters. El encargado de la partitura es Michael Kamen, famoso compositor por haber compuesto entre otras Jungla de cristal o Robin Hood: príncipe de los ladrones.
No es ninguna obra maestra, ni pretende serlo. La película fue hecha con una sola intención, la de hacer pasar un rato entretenido. Y el objetivo lo cumple sobradamente. Es un film muy ligero, cuyo metraje pasa en un suspiro y que nos devuelve a los tiempos del videoclub. Cuando cualquier novedad en las estanterías era bien recibida, para comentarla al día siguiente con los compañeros en el patio y recomendar su visionado.
Un film a reivindicar, muy entretenido y una de esas pequeñas joyas ocultas dentro del cine de los 80.
En resumidas cuentas: Lo mejor: la dirección de Columbus y el trabajo de Shue. Lo peor: nada destacable. La(s) secuencia(s): además de la del club, la huida de la guarida de los famosos. Lo(s) momento(s): Sara colgada de un edificio y el encuentro con Dawson. La imagen: la que cierra el film. La frase: nadie sale de aquí sin cantar un blues (Albert Collins a Chris)