Esta semana, se estrenó uno de los acontecimientos cinematográficos del año, el otro es Oppenheimer de próxima aparición en el blog. Una cinta en la que tenía ciertas expectativas puestas, y que, una vez vista, me gustó pero no me acabó de convencer del todo. Tal vez me esperaba una cosa, y me encontré otra distinta, o, tal vez, tenía el listón demasiado alto, para lo que al final me acabé encontrando.
Dirigida por Greta Gerwing, realizadora de Ladybird, que también firma el guion junto a Noah Baumbach, la trama nos cuenta como Barbie, Margot Robbie, vive feliz y sin preocupaciones en Barbieland junto al resto de Barbies, Ken, Ryan Gosling, y el resto de Ken. Pero, cuando empieza a cuestionarse su existencia, todo se vendrá abajo y decidirá salir al mundo exterior para encontrarse a ella misma.
Además de los intérpretes mencionados, en el reparto también aparecen Kate Mckinnon como Barbie rara; Will Ferrell dando vida al presidente de Mattel; America Ferrara en el rol de Gloria antigua propietaria de Barbie; Rhea Perlman en el crucial papel de Ruth o Helen Mirren como la narradora.
La cinta está bien, con una buena dirección y un guion que, sin ser excesivamente gracioso, si que tiene unos cuantos instantes que arrancarán a los espectadores, alguna que otra carcajada. Y he aquí el principal problema que le veo al film, que se toma demasiado en serio a sí misma. Me esperaba una película más gamberra, que desmontara el mito de la muñeca Barbie tal y como la conocemos.
Lo que han hecho tanto Gerwing, como Baumbach, ha sido ofrecer una crítica bastante ácida, y demoledora a la vez, sobre lo que significa ser una Barbie o un Ken en nuestros días. Personas que creen vivir en su mundo ideal, donde nada ni nadie puede hacerles daño, hasta que, por algún detalle, todo su mundo salta en pedazos, y se empiezan a cuestionar su rol.
Una vez que Barbie y Ken salen de Barbieland, y llegan a nuestro mundo, lo que se encuentran choca con todo aquello que creían. Aquí la gente sufre, llora, no son perfectos en absoluto, algo que le remarca a la protagonista Sasha, encarnada por Ariana Greenblatt, hija de Gloria. Que tanto ella, la Barbie estereotipo,como el resto de sus compañeras, hicieron creer a las niñas que cualquiera podía ser como ellas.
Uno de los aciertos de la cinta es, sin duda alguna, Gosling. Que demuestra una gran vis cómica, que debería explotar más a menudo, tal y como demostró en esa maravilla llamada Dos buenos tipos. Su rol como Ken hace que, cada aparición suya, consiga robarse la película. No solo por pasar de la inocencia a la estupidez en cuestión de segundos, sino que consigue que te rías con él, que no de él, cuando intenta transmitir lo que ha visto en el mundo real al resto de Ken, con lo que consigue desestabilizar Barbieland tal y como se conocía.
El otro gran acierto es, como no podía ser de otra forma, Robbie. No se me ocurre otra actriz que pueda dar vida a la mítica muñeca, con tanto desparpajo, pero que también, consigue emocionar a los espectadores cuando todo su mundo, se viene abajo. Es en estos momentos, cuando la intérprete de El lobo de Wall Street, demuestra sus dotes como artista.
La pega es el bajón que da en su segunda mitad. Aquí el film pierde algo de gas, y hace acto de aparición el drama, quedando en ocasiones por encima de la comedia, que había sido la tónica predominante hasta ese momento.
A lo largo de la cinta, encontramos algún que otro guiño a otras cintas de la historia del cine. Incluso sus máximos responsables, se permiten bromear en un determinado momento con La liga de la justicia de Snyder. Detalle que no me esperaba en absoluto, y que hizo que soltara una carcajada.
Lo que al final queda, es un sabor agridulce. Tanto para los protagonistas, como para la propia audiencia. Quien, en no pocas ocasiones, puede verse identificada con ese mundo vacío que es el de las Barbies y Kens, que circulan a día de hoy por las redes.
No es una mala cinta, es más, recomiendo su visionado. Pero no esperéis un film en el que hay carcajadas cada dos por tres. Hay golpes de humor, te ríes, por supuesto, pero no es una producción que vaya a buscar la risa simple. Sus máximos responsables se han arriesgado, y, en mayor o menor medida, han salido ilesos de la apuesta.
Tanto si sois seguidores de sus actores principales, como de la directora, es un film que hay que ver, puesto que todos ellos se han esforzado en sacar un producto adelante que, guste o no, no dejará indiferente una vez se haya visto. Es de estos casos en los que, o amas la propuesta, o la odias.
A continuación, os dejo con el tráiler de la entrada de hoy:
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