El pasado viernes se estrenó la tercera parte de esta saga, a la cual tengo cierto cariño. Tanto por sus protagonistas, como por el género en el que está ambientado, ya que las cintas de robos me han gustado desde siempre. Si a eso le añadimos un reparto con carisma y sus golpes de humor, pues ya tenemos la combinación perfecta para pasar un rato muy entretenidos. Así pues, veamos que nuevas peripecias les aguardan a estos magos.
Dirigida por Ruben Fleischer y escrita por Eric Warren Singer, Seth Grahame-Smith y Michael Lesslie, la trama nos cuenta como los jóvenes magos Charlie, Justice Smith; Bosco Leroy, Dominic Sessa, y June McClure, Ariana Greenblatt, hacen un espectáculo de magia suplantando la identidad de los cuatro jinetes. Daniel Atlas, Jesse Eisenberg, uno de los jinetes contacta con ellos y les propone robar un valioso diamante, propiedad de la Veronika Vanderberg, Rosamund Pike. Ya en la fiesta de presentación de la joya, se les unirán de manera inesperada Merritt, Woody Harrelson, Jack, Dave Franco, y Henley el resto de jinetes. Nuestros protagonistas no tardarán en descubrir que tras el robo hay mucho más de lo que pensaban en un principio, por lo que tendrán que unir fuerzas si quieren salir airosos de esta nueva aventura viajando de una parte a otra del mundo.
En el reparto también nos encontramos con otros habituales de la saga como Morgan Freeman, retomando su rol de Thaddeus y Lizzy Caplan como Lula, la sustituta de Henley en la segunda parte.
Película que mantiene el tono de las anteriores, donde los trucos de magia, el humor y algún que otro giro de guion, pese a que sea previsible, consiguen mantener nuestra atención y mantenernos entretenidos durante sus casi dos horas de duración que es lo único que le pido a este tipo de filmes: que consigan divertirme.
Uno de los aspectos a destacar es la química que se establece entre sus protagonistas principales, ya sean los jinetes originales o la nueva generación. Casi desde que se conocen comienzan los habituales piques entre ellos, para ver quien es mejor. Pero no tardarán en descubrir que un grupo complementa al otro y unirán sus fuerzas contra un enemigo común, una divertidísima Rosamund Pike.
Esta no es la primera vez que Rosamund Pike interpreta al villano de la cinta. Baste recordar sus roles en Perdida de David Fincher o en Muere otro día del recientemente fallecido Lee Tamahori. Pero aquí, a diferencia de los anteriores, se lo pasa en grande dando vida al antagonista, una mala que uno no se puede tomar en serio en ningún momento, puesto que parece más una niña caprichosa que una amenaza a tener en cuenta.
Como en sus dos anteriores entregas, la cinta cuenta con un par de momentos en los que nuestros protagonistas se lucen haciendo trucos de magia, o dando muestras de sus habilidades para salir airosos del peligro. Aquí también ocurre en dos momentos determinados: cuando se juntan ambos grupos en la ya citada fiesta, y cuando tienen que huir de la policía en una casa en la que se han escondido. Son dos secuencias de acción muy bien rodadas y que consiguen que nos quedemos con la boca abierta en algún instante que otro.
Ya desde que comienza la peli, consigue llamar nuestra atención gracias al primer truco de magia que realizan el trío de jóvenes. Y es que, no importa que lo veamos en cine o en televisión algo tiene el ilusionismo que consigue captar nuestra atención y hacer que volvamos a ser niños pequeños con trucos que nos hacen preguntarnos como es posible que lo hayan conseguido. Pese a que aquí se nos muestra, lo que quita parte del encanto, no importa puesto que lo importante es que nos han sorprendido en no pocos momentos.
Como si se tratase de James Bond, nuestros protagonistas viajarán por todo el globo para cumplir su misión: ya se hacerse con el diamante o huyendo de la villana. Pero, a diferencia del famoso espía británico que cuenta con un montón de gadgets e inventos, nuestros magos tan solo cuentan con sus habilidades para salir airosos de las situaciones peligrosas en las que se ven envueltos.
Pero como siempre, tras el peligro llega la recompensa ya que, como hicieran en anteriores entregas, el objetivo de sus robos es el de los ricos que se han aprovechado de personas inocentes para su propio beneficio. Por lo que estos modernos Robin Hood no tardarán en darles un escarmiento por sus acciones pasadas.
El film contó con un presupuesto de 90 millones y, hasta la fecha, lleva recaudados casi 80 por lo que se puede considerar un ligero batacazo, que esperemos que no influya para una cuarta parte que, a tenor del final de la tercera, puede ser que ocurra ya que así nos lo hacen ver. Así pues, vamos a cruzar los dedos para que, por lo menos, recupere su inversión.
Tanto si sois seguidores de los filmes de atracos, como si os gustaron las dos anteriores, no lo dudéis y ved esta también. La diversión y el entretenimiento están asegurados.
A continuación el tráiler:
Espero que os haya gustado la entrada de hoy.
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