Dirigida por Alexander Payne, y escrita por David Hemingson, la trama nos cuenta como en los años 70, y durante las vacaciones de Navidad de un internado en Nueva Inglaterra el profesor cascarrabias de estudios clásicos Paul Hunham, Paul Guiamatti, se queda cuidando a un grupo de estudiantes que no tienen donde pasar las vacaciones, entre los que se encuentra el inteligente, pero rebelde, pupilo Angus Tully, Dominic Sessa. Entre los que no tienen donde ir, también se encuentra Mary Lamb, Da'Vine Joy Randolph, la cocinera del lugar y que acaba de perder a su hijo en la guerra de Vietnam Poco a poco, se empezará a establecer un vínculo especial entre estas tres personas.
Tal y como he dicho antes, no sabía nada del film. Y es de estas ocasiones, en que cuanto menos sepas de una producción mejor. No es la primera cinta que veía de Payne, ya que antes había visto Nebraska o Los descendientes, por nombrar tan solo dos de sus películas más famosas. Si algo caracteriza al realizador estadounidense, es la forma de contar historias que les pasan a la gente corriente. Aquí no esperéis ver al guapo o guapa de turno, son personas normales y corrientes, como cualquiera de nosotros.
Guiamatti está de dulce. Uno de esos intérpretes al que hemos visto en muchas producciones, ya sean blockbusters o cintas más modestas, pero que siempre llama la atención. Aquí logra uno de sus mejores roles con diferencia, No sería raro verle en la batalla por el Oscar al mejor actor, en la ceremonia que se tiene que celebrar dentro de poco. El antagonista de la segunda temporada de 30 monedas, logra una gran interpretación, dando vida a un profesor que se ha creado una coraza, y que, poco a poco, va demostrando a su estudiante como es realmente, logrando una unión especial entre ambos.
Mención especial a Sessa, el joven intérprete de tan solo 22 años y que debuta en el cine. Y menuda forma de hacerlo. Su interpretación es de aquellas que llaman la atención, y consigue salir bastante airoso de sus numerosos cara a cara con Guiamatti. En ningún momento se le nota nervioso, o que es un debutante, parece que lo lleve haciendo años, cuando no es así. Esperemos que en un futuro, nos siga brindando roles tan interesante como este. Esperemos que sea nominado como mejor actor secundario, sería sin duda una buena forma de empezar en el séptimo arte.
Ambos intérpretes, se encuentran bien respaldados por Joy Randolph, que tiene para si algunos de los mejores momentos de la cinta. Es una mujer que ha perdido a su hijo, por lo que no encuentra ningún consuelo ante esta enorme perdida. Esta es la primera vez que veo a la actriz en una cinta, si bien ya lleva tras de si unos cuantos roles entre cine y televisión. Fue ganadora, con todo merecimiento, del globo de oro a mejor actriz secundaria. Y de nuevo lo repito, ojalá también la veamos nominada para los premios Oscar.
Los actores es una de las grandes bazas para ver este film. Todos están magníficos. Pero además, también hay que destacar la dirección de Payne, que logra aquí una de sus mejores películas. Una vez más, el realizador vuelve a sus temas predilectos, como son las segundas oportunidades, el miedo a la soledad, el dar voz a los perdedores o enfrentarse a las adversidades con un sentido del humor bastante negro.
Y es precisamente este tipo de humor, el que está presente a lo largo del metraje. No son pocas las ocasiones, en las que algún chiste o momento ligero, nos dibuja una sonrisa en la cara, pero sin caer en la carcajada fácil. Pero, para compensar, a los pocos instantes, ocurre un golpe de efecto que hace que perdamos el rictus alegre, que hace un rato teníamos en el rostro.
Para los aficionados al séptimo arte, como quien esto suscribe, es un verdadero placer encontrarse con este tipo de cine. En el que dirección, guion e interpretaciones brillan por encima de los efectos especiales. No es que reniegue ahora de las superproducciones, todo lo contrario, soy de mente abierta y consumo cualquier tipo de film. Pero, si estuviéramos hablando de términos culinarios, la nueva propuesta de Alexander Payne sería un entrecot con patatas panaderas, y Los Vengadores: Infinity War, por poner un ejemplo, sería una hamburguesa con patatas. Es decir, de vez en cuando a uno le apetece comerse un buen filete, mientras que otras veces le llama más otro tipo de alimento.
Si os gustan las cintas con un ritmo pausado, pero que no se hacen pesadas en ningún momento. Si buscáis una producción que os sorprenda a pesar de una propuesta vista anteriormente, y si, sobre todo, queréis ver buen cine, no lo dudéis y dadle una oportunidad. Seguro que no os arrepentiréis.
A continuación el tráiler:
Espero que os haya gustado la entrada de hoy.
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