La novela escrita por Guillermo Tato nos cuenta la siguiente historia: Silvia y Ricardo son dos reporteros de una televisión local madrileña que en un reportaje sobre la gente que sufre el síndrome de Diogenes. Al llegar a Barcelona conocerán a Antonia, una anciana que sufre de esta enfermedad. Al llegar a la capital española y revisar las cintas se darán cuenta de un detalle que les llevará a investigar más a fondo a esta vecina. Poco imaginan la pesadilla que están a punto de vivir.
De esta forma se puede resumir este libro que desde sus primeras páginas te mantiene atrapado y ya no te suelta hasta que dejas su lectura. La novela se lee como un tiro, no se hace pesada en ningún momento e incluso consigue meterte en la trama que parece que estas con los protagonistas del escrito. Es tan absorvente que si alguien te da una palmada en ese momento del bote que pegas llegas al techo.
Según estaba leyendo la novela no podía evitar acordarme de un par de cintas que tienen en las brujas su elemento en común. Me estoy refiriendo a las dos primeras películas de la trilogía de las madres de Dario Argento como son Suspiria e Inferno y más recientemente Arrastrame al Infierno de Sam Raimi. Estos films nos presentan a las brujas como lo que son: unos seres grotescos y con poderes casi ilimitados y que asesinan a todo aquel incauto que osan hacerles frente y no dudan en hacerles la puñeta con tal de conseguir su objetivo.
El libro es un descenso hacía la locura por parte de la bruja a Silvia, la joven poco a poco irá perdiendo la noción de lo que es real y lo que no. Esto le acabará pasando factura tanto en su vida profesional, como familiar y sentimental. Todos los que la rodean ven como empieza a perder la cordura y se cuestionan si todo lo que está pasando es fruto de su imaginación y de la experiencia que ha vivido cubriendo el reportaje que se supone la debía lanzar a la fama.
El autor es fan y ha bebido mucho del cine de terror que tiene que ver tanto con las brujas como con los adoradores del diablo, uno de los ejemplos que se me viene a la cabeza es La semilla del diablo, en la que los inquilinos de un edificio pese a su avanzada edad son unos acérrimos seguidores del diablo. Este último elemento esta presente a lo largo del libro, y se nota todavía más con la entrada de un investigador paranormal y que resulta clave para poner a la protagonista en la pista correcta sobre quién es la bruja y lo que hay que hacer para acabar con ella.
Uno de los capítulos que más me gustó es el que tiene lugar hacía el final del libro, cerca de su conclusión y que narra el origen de la bruja. Vemos que no siempre fue mala, y que determinadas circunstancias que por supuesto no voy a desvelar, la convierten en el ser maligno que ha llegado a nuestros días. Tiene muchos años, digamos que cuando se convirtió en una malvada hechicera el Mar Muerto estaba enfermo. Esto hace que se confirma la ley que dice que un libro o película ha de tener un villano a la altura del bueno, en este caso se cumple con creces. Antonia merece estar dentro del Olimpo de nuestro terror patrio.
Terror, suspense y toques sobrenaturales en un viaje que seguro os deja sin respiración.
A continuación os dejo con el booktrailer de la entrada analizada hoy:
Espero que os haya gustado la entrada de hoy.
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