sábado, 12 de diciembre de 2020

libro: Sucedió en España (Crónica negra y hechos históricos en el cine español)

Según reza un viejo refrán, la realidad a veces supera a la ficción. Pero, en no pocas ocasiones, la ficción se nutre de la realidad para trasladar a otros medios, ya sean cinematográficos, televisivos o literarios, aquellos sucesos que, por desgracia, ocurrieron de verdad y que parecen sacados de la mente creativa de algún creador. En la entrada de hoy, seremos testigos de algunos acontecimientos que, por desgracia, han quedado marcados con letras de sangre, violencia y muerte en nuestra historia, y que fueron reflejados en pantalla, ya sea grande o pequeña en nuestra cinematografía. 


Escrito por Luis Martínez Vallés, y con prólogo a cargo de Jesús Callejo, el presente ensayo recoge algunos de los sucesos más famosos dentro de nuestra crónica negra, y que fueron reflejados en la gran pantalla en la mayoría de los casos. El escandalo del aceite de colza; el caso Almería; el crimen de Cuenca; la matanza de Puerto Hurraco; el huerto del francés o Yoyes, por citar algunos ejemplos, se dan cita en éste volumen que recorre aquellas noticias que, por desgracia, forman parte de la historia reciente, y no tan reciente, española.

Impresionante. Esa es la primera palabra que a uno se le viene a la cabeza según avanza en la lectura del libro. Si bien ya conocía algunos de los sucesos que aquí se narran, ya sea de oídas o de haber visto su correspondiente adaptación, otros me eran completamente desconocidos. Una vez leídos, uno se pregunta en que estaban pensando los perpetradores de algunos crímenes o sucesos sangrientos, para cometer los sucesos que hicieron de ellos famosos. Se ve que ese día, nadie iba al volante en sus cabezas.

Pasión, celos, envidia, venganza.... Son los principales actos que movieron algunos de los crímenes más horrendos. En otros, negligencia por parte de sus máximos responsables. Lo que de verdad importa es que, con sus acciones, se llevaron un puñado de vidas por delante, y de paso, destrozaron las de los familiares más cercanos a sus víctimas. En algunos casos, como con el aceite de colza, o en Puerto Hurraco, las consecuencias todavía llegan hasta nuestros días.

Lo mejor del libro sin duda es, la extraordinaria labor de documentación que ha llevado a cabo el autor. Sin duda ha tenido que ser bastante laboriosa, ya que ha tenido que bucear bastante en hemerotecas, para traer a los lectores la información más completa acerca de los sucesos que se comentan en el ensayo. Además, por supuesto, de verse las correspondientes adaptaciones de los sucesos que nos cuenta.

Lo bueno, es que de las películas nos da su opinión, breve y concisa. Apenas un par de líneas le bastan para conocer su opinión. Lo que de verdad importa del libro no es la cinta en si, ni su adaptación, sino conocer los sucesos que las inspiraron. Algunos de ellos ocupan más páginas que otros, como es evidente. Por ejemplo, los casos correspondientes al crimen de Cuenca, al del caso Almería o al del aceite de colza, ocupan bastantes páginas. 

Otro de los puntos a favor es que, en cada uno de los sucesos, alguien, además del propio autor, da su opinión acerca del mismo. Ya sea porque se vio implicado en él mismo de una manera u otra, siendo descendiente de los implicados, o porque es un gran entendido en el tema que se trata, los lectores podrán conocer otro punto de vista más con los que enriquecer la lectura.

El libro, como no podía ser de otra forma, se encuentra con los correspondientes posters de las cintas, algunos fotocromos y alguna que otra anécdota ocurrida durante el rodaje. Algunas de ellas divertidas, otras no tanto, pero que, sin duda, harán las delicias de aquellos que, como un servidor, les gusta conocer los entresijos de lo que ocurre entre bambalinas y que, muchas veces, no salen a la luz.

Uno de los capítulos que más me gustó, fue el correspondiente al del crimen de Cuenca. Y es que éste capítulo, daría para otro libro aparte. Las dificultades que tuvo la fallecida Pilar Miro para estrenar su film, fueron sin duda numerosas. No solo por la censura, por las conocidas secuencias de tortura a la que se ven sometidos los protagonistas, sino también por la Guardia Civil que no quería que el cuerpo saliera mal parado. Tan solo recordar que, por esa misma época, tuvo lugar el caso Almería, y que la opinión pública no tenía una buena opinión del cuerpo. Y por supuesto del ministerio de Cultura, que no veía bien que una cinta de esas características se estrenase, ya que podía dar lugar a tumultos, como acabó ocurriendo en algunos cines donde se estrenó.

Un ensayo bastante ameno, a pesar del tema que trata, pero que en ningún momento cae en la morbosidad. En todo momento, el análisis que lleva a cabo el autor es bastante profesional y neutro, cuando lo fácil hubiera sido dejarse llevar y buscar la carnaza en lo desagradable. Algo que, por fortuna, no ha ocurrido. Y eso es de agradecer.

Si os gustan los ensayos en los que se reflejan los sucesos llevados a la gran pantalla, y que están escritos de manera objetiva, sin duda éste es vuestro libro. Y no me cansaré de recomendar a la editorial, cuya labor a la hora de sacar el volumen es de chapó. Tanto por las ilustraciones, como por la maquetación, como a la hora de ofrecer a sus lectores un producto de calidad. 

Tanto Dilatando mentes como Applehead, saben cuidar a sus lectores con libros muy cuidados, con temas interesantes, ya sean de ficción o no, y que merecen reivindicarse. De hecho, algunos de ellos, ya sea de una editorial u otra, han sido galardonados con diversos premios, e incluso han sido mencionados en televisión y programas de radio. Lo que demuestra el buen hacer de ambas editoriales a la hora de editar su material, que, como digo, es mandanga de la buena.

domingo, 22 de noviembre de 2020

Libro: Páginas desde el averno (Pesadillas olvidadas de los 70,80 y 90)

 Ah, el terror. Como nos gusta disfrutar viendo o leyendo una buena historia que nos mantenga en tensión, que nos de un susto de vez en cuando y, por supuesto, nos salpique con buenas dosis de sangre. Si bien el terror ha evolucionado desde los tiempos de Poe y Lovecraft, hasta nuestros días, los autores más famosos como King, Koontz, Barker, Campbell o Hill han formado parte de nuestras pesadillas, por citar tan solo a algunos de los más conocidos. Pero, durante tres décadas, las que comprenden de los años 70 hasta los 90, algunos escritores no tuvieron la misma suerte que King o Barker. El presente ensayo, y la entrada de hoy, se encarga de descubrirlos y recuperarlos para aquellos lectores, entre los que me incluyo, que apenas habían oído hablar de ellos.

Con prólogo a cargo de Javier J. Valencia, apéndices a cargo de V.C. Randolph y escrito por Víctor Castillo Rodríguez, este ameno ensayo se encarga de descubrir, a autores que, pese a contar con una audiencia fiel, y llevarse premios tan prestigiosos como el Stoker, no han logrado alcanzar la fama que si han hecho otros compañeros de letras.
De esta forma, a lo largo de sus páginas, los lectores que se acerquen al presente ensayo, podrán descubrir a autores como Shaun Hutson, Graham Masterton, Jack Ketchum o Robert R. McCammon por citar a algunos. Pero de lo que no hay duda, es que el creador del ensayo cumple con el objetivo con el que fue creado, y es el de fomentar la lectura de las obras imaginadas por éstos escritores.

A tenor de los resúmenes que acompañan a cada uno de los autores, y de las obras que forman parte de sus creaciones, es que dan ganas de acercarse a ellas. Puesto que, a tenor de lo que nos cuenta Víctor a lo largo de las páginas del ensayo, y en algunos casos más que otros, dan muchas ganas de comprarse los libros que aparecen mencionados.
Si por algo destaca la entrada de hoy, es el tremendo curro que ha tenido que meterse el autor entre pecho y espalda, y especialmente ojos, a la hora de afrontar la creación de su obra. Puesto que no ha debido de ser una tarea fácil, aunque si placentera, pero no en algunos casos a tenor de los resúmenes, a la hora de afrontar cada una de las lecturas, y son unas cuantas, que forman parte de la numerosa producción de los escritores.

Cada uno de los autores que desfilarán a lo largo de las páginas del ensayo, poseen su propio estilo a la hora de crear sus historiar de terror. Algunos acuden a lugares ya conocidos, como posesiones, demonios, vampiros, psicópatas o espíritus venidos del más allá, mientras que otros echan mano de animales como las ratas o serpientes para crearnos escalofríos.
De lo que no hay duda, es que cada uno de ellos no duda en meter más o menos sangre, ser más o menos explícito en las escenas violentas o sexuales, a la hora de describir las acciones que acompañan a los protagonistas de sus obras.
Si las obras reseñadas en el ensayo, fuesen platos culinarios, algunas de ellas llevarían más o menos picante, cuando no serían pura cayena, y el resto puro acompañamiento, como ocurre en el caso de Ketchum, bastante explicito a la hora de describir la violencia y sexo, amén de dar lecciones de como preparar unas salchichas que, sin duda, aprobaría el mismísimo Hannibal Lecter.

El lenguaje utilizado por Víctor es bastante sencillo y ameno, apenas utiliza lenguaje técnico. Nos cuenta los libros tal y como si estuviésemos en un bar con él, tomando unas cervezas y tapeando. Como en una conversación informal, y el tema de los libros surgiera en mitad de la charla. Es como si dijese a sus lectores, oye y has oído hablar de estos autores? Pues mira, te recomiendo éstos, y estas obras que van de esto, esto y esto.

En los apéndices a cargo de Randolph, es donde aparece un humor, como decirlo, bueno hace que la sangre de Alien parezca Nenuco. Y es que el autor no duda en criticar a todos aquellos que no han comprado sus obras, y que, además, no han sabido hablar de los autores que son mencionados en el libro. Y es que Randolph, acompaña a modo de epílogo a cada uno de los capítulos donde son mencionados los autores que son analizados en el ensayo.

Si os gustan los autores de terror poco conocidos, descubrir nuevas obras, o aunar ambos factores en un divertido ensayo, sin duda éste es vuestro ensayo.
Desde aquí, felicitar una vez más a la editorial, por ofrecer a los lectores un producto cuidado, con unas ilustraciones impresionantes, y que permite al lector disfrutar de una lectura muy amena.


jueves, 12 de noviembre de 2020

Libro: Empire. El cine de Charles Band. Vol. 1

 Los años 80, y parte de los 90, fueron la época dorada de los videoclubs. En sus estanterías los aficionados al cine podían encontrar desde clásicos, hasta los últimos estrenos, y pasando por las diversas exploits, por citar algunos casos. Pero sobre todo, era la época dorada de dos productoras de serie B que hicieron las delicias de los que crecimos en esta época. Una es la Cannon, la otra, es la que voy a reseñar en la entrada de hoy. Bienvenidos a la Empire.


Con prólogo a cargo de Xavi Sánchez Pons, y escrito por John Tones, el libro nos cuenta como surgió la productora Empire, y hace un recorrido por sus producciones más conocidas, como Ghoulies; Dolls; Robot Jox; Re-animator o Re-sonator, así como algunas de las menos famosas, y que no consiguieron alcanzar el estatus que si alcanzaron estos films. En esta segunda categoría, podemos encontrar Territorio enemigo; Un parking muy especial o Movida en Wall Street, por citar algunas.

Si algo caracterizó a Charles Band, fue su absoluto morro a la hora de abordar y dar luz verde a las producciones. Daba igual si el guión estaba escrito, o si no tenían suficiente presupuesto, o si trabajaban tan solo sobre el esbozo de una idea. El amigo Charles quería producir cuantas más cintas mejor. Esto hizo que en algunas ocasiones sonará la flauta, mientras que en otras, el tiro le salió por la culata.

Y es que, si bien en ocasiones como en la ya citada primera aventura del Dr. West, o con los bichejos cabroncetes que surgieron de una invocación de un brujo, contaron con un presupuesto más o menos holgado, sobre todo en el caso del reanimador creado por Lovecraft, lo que se nota en el acabado final, en otras ocasiones el presupuesto era mínimo y, claro está, al final salía un churro. Ojo que hay producciones que con poco presupuesto, pero que con grandes dosis de imaginación han salvado los muebles, pero eso es algo que, por desgracia, no ocurría en la mayor parte del catálogo de Band.

Algo que sorprende en este ameno ensayo, es saber que algunas figuras de Hollywood, como Viggo Mortensen, Stan Winston, Renny Harlin, Lance Henriksen o Helen Hunt, por citar algunos ejemplos, dieron sus primeros pasos cinematográficos de la mano de Band, en alguna de sus producciones. Se podría decir, salvando las distancias claro está, que Band fue una especie de Roger Corman moderno, bajo cuya ala empezaron a despuntar Scorsese, Coppola, Bogdanovich, DeNiro o Nicholson, por citar los casos más famosos.

El presente ensayo está bastante bien documentado, y si bien el autor en algunas ocasiones parece haber disfrutado del visionado de según que cintas, en otras no parece haber pasado lo mismo. Algo que nos confiesa en algunas de las producciones, que son analizadas en este extenso primero volumen. Supongo que no se debe disfrutar igual de Re-animator, que de Escuela de princesas por ejemplo. 

Lo que más me gustó del ensayo, aparte de descubrirme lo de las figuras arriba mencionadas, fue el enorme número de carátulas que acompañan a cada una de las películas que se analizan. Algunas de ellas de videoclub, e incluso alguna que otra que hizo soltar un ¡Hostias, que recuerdos! al recordar ver según que cinta expuesta en las estanterías del videoclub.

Si hubiera que ponerle una pega, por decir algo, es que en según que ocasiones el autor utiliza un lenguaje demasiado coloquial. Algo que particularmente no me molesta demasiado, pero que a alguien más purista del lenguaje, y de los ensayos cinematográficos sobre todo, puede hacer que tuerza el gesto a la hora de leer según que expresiones.

Este es un tipo de libro que se disfruta de principio a fin. Y es que el autor sabe hacer participes del entusiasmo y pasión con el que ha escrito su obra a los lectores. Es algo que se nota, uno puede notar el cariño que ha puesto a la hora de transmitir las palabras que tenía en su cabeza sobre el papel. 

Además, el ensayo cumple la función de querer descubrir las pelis que se analizan, y comprobar por uno mismo si de verdad son tan malas, o en realidad no lo son. Con este tipo de libros de la editorial, cuando uno lo acaba, le entran ganas de agarrar un buen cuenco de palomitas, unos refrescos y acudir a su plataforma más cercana e intentar descubrir si, por un casual, estuviese disponible alguna de las producciones aquí citadas.

Una vez más, la editorial Applehead lo ha vuelto a conseguir. Lo digo y no es simple peloteo. Es una editorial que cuida su producto, a sus autores y lectores, ofreciendo un producto de calidad y que hace las delicias de los aficionados al cine, y sobre todo, de los que crecimos en la época de los videoclubs.

martes, 10 de noviembre de 2020

Comic: Matt Hunter. Venganza final

 En 1986 la Cannon estrenaba La fuerza de la venganza, una de sus producciones más divertidas. En ella, Michael Dudikoff y Steve James unían fuerzas para enfrentarse a Los Pentágonos, una organización ultraderechista. Su final, abierto, dejó a los fans de la cinta dirigida por Sam Firstenberg con ganas de más. Ahora, 34 años después, las preguntas que quedaron sin respuesta han quedado respondidas en ésta novela gráfica.

Con guión y dibujo de Marc Gras, el cómic nos cuenta como Matt Hunter sigue su guerra contra lo que queda de los pentágonos, a la vez que nuevas amenazas surgen en su camino, y que lo que creía extinguido, demuestra ser tan solo la punta del iceberg.

Impresionante, es la palabra que se me viene a la cabeza a la hora de definir a ésta novela gráfica. El nivel de parecido entre el Hunter del comic, con Dudikoff es increíble, así como el de diversos personajes de la anterior entrega que aparecen en forma de flashback. El trabajo llevado a cabo por el autor, es digno de ser aplaudido.

El cómic está en blanco y negro y, salvando las distancias por supuesto, por estética, nivel de violencia y lenguaje, me recordó al de otras otras obras que tienen en la ausencia de color, el punto en común con la reseña que hoy analizamos aquí. De esta forma, mientras leía esta novela gráfica, se me vinieron a la cabeza Sin city, Una historia de violencia o Camino a perdición.

Ya desde la primera página, Gras nos mete en situación, aprieta el acelerador y no lo suelta hasta que hemos llegado al final. El cómic contiene secuencias brutales, e incluso rinde homenaje a su predecesora en alguna que otra ocasión. Y por supuesto, el nivel de violencia no tiene nada que envidiar al que vimos en la película de Firstenberg.

Tan solo hay que ponerle dos pequeñas y minúsculas pegas. La primera, que tiene muy pocas páginas, por lo que en un suspiro te lo lees. Y es que desde que comienza, como he dicho en el párrafo anterior, no puedes dejar de leer, y cuando acabas deseas saber que hará Hunter a continuación.

Y eso me lleva a la segunda pega. En el final del cómic, que por supuesto no voy a desvelar, Hunter parte en busca de la nueva organización, y de sus nuevos responsables. Esto supone un homenaje a como acaba La fuerza de la venganza, en donde Hunter partía en busca del resto de los pentágonos. 

Tan solo esperemos que no haya que esperar casi 40 años para volver a tener nuevas aventuras de Hunter, las cuales se prometen bastante interesantes.

Una vez más, la editorial Applehead vuelve a dar en el clavo ofreciendo a los lectores una aventura que, sin duda, hará las delicias de los fans, entre los que me incluyó, de la cinta de Dudikoff.

Si os gustó La fuerza de la venganza, y queréis saber como continúan las aventuras de Hunter, no lo dudéis y haceros con el cómic. Sin duda, no os arrepentiréis en absoluto.


sábado, 31 de octubre de 2020

serie: House of cards

 Angela Channing; JR; Gus Fring; El Gobernador, son nombres, por citar algunos ejemplos, de algunos de los grandes villanos que ha dado la historia de la televisión. Pues bien, todos ellos, más los que me he dejado en el tintero, quedan como niños de teta, inocentes angelitos, comparados con el protagonista de la entrada de hoy. Un cabronazo que consigue hacer que Cersei Lannister o Meñiique, queden como simples aprendices a la hora de putear a los que le rodean. Bienvenidos al mundo de la política, bienvenidos a House of cards.


Creada por Beau Willimon, la trama nos narra el ascenso al poder del ambicioso políitico Frank Underwood, Kevin Spacey, que, tras haber sido ninguneado como secretario de estado, planeará su ascenso al poder con ayuda de su mujer Claire, Robin Wright.

Si bien en El ala oeste de la Casa Blanca, se nos narraba el día a día del presidente encarnado por Martin Sheen, así como los miembros del gabinete que  le rodeaban, y nos mostraba una cara más amable de la política, lo que aquí se nos cuenta son las alcantarillas del poder, los tejemanejes que hay en éste mundo, y de lo que son capaces de hacer los que aquí se mueven, a la hora de alcanzar sus  objetivos, caiga quien caiga.

Desde aquí se puede afirmar que, el personaje encarnado por Spacey, es de los más cabronazos e hijos de puta que ha dado la historia de la televisión. Para alcanzar sus objetivos, Underwood no dudará en utilizar el chantaje e incluso el asesinato, para lograr convertirse en el hombre más poderoso del mundo. Y es que aquí Spacey, hace gala de un carisma arrollador. La audiencia sabe que es el villano, que no le daría la espalda aún a riesgo de que le clave un puñal, o incluso que no permitiera que le haga ningún favor, puesto que se lo cobrará con creces.

Y aún así, las cosas como son, el tío sabe llevarse al público a su terreno. A ello ayuda la solida labor de Spacey como intérprete, algo que se ha visto reflejado con sus dos Oscar en su carrera, y su Emmy como Underwood. Y por supuesto no me olvido de Wright, quien hace tiempo que dejó de ser la inolvidable Buttercup, para demostrar que puede ser más que una solvente actriz, y directora. Suyos son algunos de los mejores capítulos de la serie.

La serie se mantuvo en antena durante seis temporadas, a lo largo de las cuales los espectadores fueron testigos del ascenso, y posterior caída del personaje encarnado por Spacey, así como del ascenso al poder de su esposa. Quién demostrará ser, tan o más implacable, que su esposo.


La serie estuvo a gran altura durante sus seis temporadas, con algunos capítulos ciertamente sobresalientes. Pero, con la marcha de Spacey debido a sus escándalos, en la sexta temporada sufrió un ligero bajón, a pesar del buen hacer de Wright delante de las cámaras. Por ellos, en su capítulo final, tranquilos que no pienso desvelarlo, deja un amargo sabor de boca. La conclusión que decidieron darle sus creadores, queda por debajo de las expectativas que los espectadores habían depositado en la misma. Pero es algo normal con este tipo de programas. Que uno espera que acabe de forma satisfactoria, para acabar llevándose un chasco.

Basta citar como ejemplos de series que dejaron a los espectadores, con un sabor agridulce en la boca, cuando no directamente decepcionante, casos como Perdidos, Los Soprano, Dexter o 24, por citar algunos casos. Y es que nunca llueve a gusto de todos. Ya sea por unas cosas o por otras, no se puede concluir una serie, y satisfacer a todo el mundo. Siempre habrá alguien que se queje. En este caso, uno no puede sino adscribirse a los que están cabreados por como finaliza. Un par de episodios más no le hubiesen venido mal. Su conclusión es precipitada, y deja algún que otro cabo suelto.

Menos mal que sus virtudes, son mayores que sus defectos. Los diálogos, la dirección de algunos episodios a cargo de Fincher, la ya citada Wright, el ya fallecido Joel Schumacher, o James Foley, por citar algunos casos, hace que la serie rallé a gran altura. Amén del gran plantel de secundarios, entre los que brilla con luz propia Michael Kelly, mano derecha del personaje encarnado por Spacey, y que en no pocas ocasiones, logra robar escenas.

Con el avance de la serie, poco a poco se irían incorporando a lo largo de sus temporadas, intérpretes tan conocidos por el publico como Kate Mara; Neve Campbell; Mahershala Ali; Diane Lane o Patricia Clarkson, por nombrar algunos ejemplos. Cada uno de estos roles, tendrá un papel importante en el devenir de los acontecimientos.

Desde aquí, no vamos a entrar en la polémica que acabo con la desaparición del personaje encarnado por Spacey en su sexta y ultima temporada. Pero es cierto, que el show tiene un buen bajón con la desaparición de Frank, pese a que su mujer demuestre ser tan, o más mezquina, que su predecesor en el cargo.

Si os gustan las series donde importen los personajes, con buenos diálogos, y una buena dirección, ésta es vuestra serie. No esperéis escenas de acción, o enormes efectos especiales. Aquí lo que prima e importa son lo que dicen los intérpretes. Por ello es una serie que hay  que tomarse con calma, y paladear como si fuera un buen whisky añejo.

A continuación, os dejo con la introducción del show:



viernes, 23 de octubre de 2020

libro: La pena y la nada. Bajo un cielo color caramelo

 Si en la anterior entrada, su autor nos mostraba su faceta más divertida y desenfadada, en esta ocasión cambia por completo de género y estilo. Y es que, en la entrada de hoy, el creador de Marquitos Laguna, nos muestra su faceta más seria y filosófica, en donde temas como el amor, la vida y la muerte, así como la conciencia de los seres humanos, son parte importante de los dos pequeños relatos que integran el volumen que será reseñado hoy. Desde aquí dar las gracias a Darío por el libro con el que poder hacer la entrada de hoy.


Escrito por Darío Vilas, el libro se compone de dos mini historias, o pequeños relatos, independientes entre si, pero que se pueden considerar unidos por su temática, o al menos eso me lo pareció a mi. Algo que pienso explicar una vez haga un breve resumen, como viene siendo habitual, de las dos narraciones que conforman el siguiente libro, y que precisamente dan título al mismo:

- La pena y la nada: en un futuro incierto, David Valverde, protagonista del relato, decide suicidarse ya que ha llegado a la edad límite para que pueda seguir vivo en ese mundo distópico. Pero antes, intentará dejar arreglados sus asuntos pendientes.

- Bajo un cielo color caramelo: tras una fallida colonización de Marte, los integrantes de la expedición intentarán sobrevivir en un entorno totalmente hostil, y abandonados a su suerte.

Si la memoria no me falla, esta es sin duda la colección de relatos más breve de las que he reseñado en el blog. Pero como se suele decir, lo bueno si breve, dos veces bueno. A Darío le bastan casi 60 páginas, para lanzarnos una serie de golpes, dando todos en el blanco, y mandarnos a la lona. Y no es la primera vez que el autor gallego lo consigue. Si habéis seguido su obra, ya sabéis a que me estoy refiriendo.

Las dos historias son bastante duras, y con finales bastante negros, y para nada esperanzadores. Pero a cambio, Darío nos regala dos grandes protagonistas, y que se plantean cuestiones que todos, en mayor o menor medida, nos hemos planteado alguna vez en la vida. Sobre todo cuando tenemos el estado de ánimo bajo. Por eso, desde aquí, una pequeña  recomendación: si alguna vez no tenéis un buen día, no leáis este libro, puesto que su temática no es la mejor para leer cuando estáis de bajona.

Antes he mencionado lo de la temática, y de la independencia de sus historias. Pero una vez leído el libro, y dejado reposar un tiempo prudencial, ya que se da a ello, llegué a la siguiente conclusión: si bien ambas narraciones no tienen nada que ver, pensé que el final de la primera historia enlaza con la segunda, pese a que el protagonista de la primera, no tiene nada que ver con la segunda.

Pero es que el final de la primera, me llevó a pensar que su protagonista está viviendo su particular cielo, a través de una reencarnación, pero éste cielo, guarda su particular infierno, puesto que hace salir lo peor de las personas, tal y como nos confesará el protagonista a lo largo de una grabación, en donde nos irá desgranando lo que ocurrió con la fallida conquista del planeta rojo.

Si algo ha caracterizado las obras de Darío hasta la fecha, aparte de la buena construcción de personajes, de historias que te atrapan desde las primeras de cambio, es que los estallidos de violencia se caracterizan por ser bastante sangrientos y bien descritos. Algo que aquí no podía dejar de lado, sobre todo en los instantes finales de la segunda historia. En su conclusión, el protagonista tendrá que hacer frente a una amenaza, y la forma en que acaba con la misma, hace la ilusión que la sangre salga de las páginas, y parezca salpicar a los lectores.

Si os gustan las historias distópicas, que se leen en un suspiro, pero que te dejan huella, a la vez que te hacen reflexionar una vez has acabado su lectura, éste es vuestro libro.

lunes, 5 de octubre de 2020

libro: Buenos días quarantiners

Qué hay de nuevo viejo?; Hola gilipollas; Hola, holita vecinito, son solo algunos de los saludos más reconocidos del cine o la televisión. A estas salutaciones, ahora se le une Buenos días quarantiners, una forma de saludar que, durante los meses de pandemia y confinamiento que sufrimos, y que al paso que vamos estamos a punto de volver a sufrir, fue empleado por un grupo de vigueses para animarse en esa época. Ahora, y a modo de diario, ha sido recopilado en un libro cargado de buen humor, leves toques de terror, e incluso recetas bastante ricas. Bienvenidos a una nueva forma de saludar.

 

Escrito por Darío Vilas, el libro supone su primera incursión en el humor, tras haberse labrado una carrera en el género negro, con su bilogía sobre Marquitos Laguna; el terror y el suspense. Pero ahora decide cambiar de tercio, y arrancarnos más de una sonrisa, y alguna que otra carcajada, con las peripecias de un vecino durante el confinamiento, en forma de diario en los que conoceremos sus desventuras a lo largo del confinamiento.

Si bien Darío ya ha dado muestras de su humor, en ocasiones bastante negro (incluso más que la conciencia de Voldemort), aquí tira de ironía y de un sentido del humor bastante irónico, que en nada se parece del que hace gala en redes sociales. Aquí hace gala de un humor bastante blanco, pese a que en ocasiones bordee el gris, sobre todo cuando hace aparición una de las mejores creaciones del autor. Por supuesto, a los que hayáis leído el libro, me refiero a Mari Trini, la vecina cotilla y con grandes dosis de mala leche, que le hará pasar no pocas situaciones comprometidas a nuestro protagonista.

Si Darío hace gala de su sentido del humor, también es cierto que nos muestra su faceta de cocinillas, incluyendo un par de recetas que hizo durante el confinamiento forzado en nuestros hogares. Y hay que decir que sus recetas tienen una pinta estupenda, sobre todo para aquellos que sean más golosos. Y es que a uno le entran ganas de pedirle que mande muestras gratuitas, no solo de los bizcochos, sino también del pan. Lástima que nos tengamos que conformar solamente con las fotos, pero a tenor de las imágenes, sin duda el resultado debió ser impresionante. Aquí, más que nunca, se hace cierta la frase de que una imagen vale más que mil palabras.

Al libro no hay que ponerle pega alguna. El sentido del humor es bastante divertido, y además el autor nos regala unas breves dosis de terror y suspense, eso sí, sin violencia o gota de sangre alguna. Parece como si Darío se resistiera a dejar del todo el género que más alegrías le ha, y nos ha dado. 

 Según avanzaba en su lectura, la cual se hace muy amena y entretenida, me daba cuenta de que al autor el cambio de género le ha sentado bien. Tiene bien cogido el ritmo cómico, y el libro nos mantiene enganchados desde sus primeras páginas. Y que sin duda nos ha ayudado, y probablemente lo hará en breve, a afrontar con una sonrisa esta época tan dura en todos los aspectos.

Si os gustan los libros cómicos, con una historia divertida, y que tal y como cantaban los Monty Python nos hagan ver el lado brillante de la vida, éste es vuestro libro sin duda.

jueves, 3 de septiembre de 2020

libro: La otra Disney. Volumen 1 (1946-1967)

 Cuando uno piensa en Disney, lo primero que se le viene a la cabeza son sus cintas de animación, que marcaron y alegraron la infancia de no pocos niños a lo largo de décadas, y las cuales lo siguen haciendo, si bien ahora la productora del ratón se inclina más hacia la realización de películas animadas por ordenador, y tiende menos a hacerlas de forma clásica. Pero, hubo una época en la que la factoría de los sueños, se dedicó a hacer filmes con personas reales, algunos de los cuales cosecharon más éxito que otros. Precisamente, de eso es la entrada de hoy, un completo ensayo en el que su autor se dedica a descubrirnos aquellas producciones de imagen real, algunas más conocidas que otras, que ayudaron a forjar lo que es el gigante que conocemos hoy día.

Escrito por Alberto Corona, y con prólogo a cargo de John Tones, el ensayo realiza un recorrido nostálgico, y en ocasiones cargado de mala baba y también de cierta crítica hacia el estudio del ratón, sobre una serie de producciones que marcaron el devenir del mismo. Como no podía ser de otra forma, no están todas las que se hicieron, a pesar de que se nombran al principio del libro. Lo que hace el autor, es mencionar las más clásicas, o aquellas que permanecen más desconocidas para el gran público.

Tal y como se puede apreciar en su portada, el autor ha destacado tres de las producciones que marcaron lo que es Disney hoy día,lo cual queda más que confirmado al encontrarnos en la contraportada con fotografías de otros títulos de imagen real, con los que el estudio del ratón quería diversificarse, y atraer a un público más amplio, a la vez que quería labrarse una reputación de que podía hacer algo más que cintas de animación.

Y la primera ocasión que tuvo de demostrarlo, con Canción del sur, no anduvo exenta de polémica. Y es que, a no pocos puede extrañar que un estudio, en apariencia tan familiar como el creado por Walt, fuese capaz de realizar una producción con una fuerte carga racista. Si ya fue polémica en el momento de su estreno, imaginad que se vea hoy día, o incluso que se llegue a realizar de nuevo. Algo totalmente impensable, es por ello que incluso en su plataforma, no la hayan incluido. Al contrario que ha pasado con otros títulos que si se mencionan en el presente ensayo.

Y es que en el, por otra parte muy bien documentado capítulo, y uno de los mejores, al menos en opinión de quien esto suscribe, el autor no da puntada sin hilo sobre el título arriba mencionado. A uno le puede extrañar que Disney quisiera debutar de esta forma, en las producciones de imagen real, si bien con partes en las que personajes animados interactuan con seres humanos, pero desde luego la polémica está servida. Si bien fue un éxito de taquilla, las iras que levantó no fueron pocas.

El ensayo supone un viaje a la infancia, a alquilar las cintas blancas de Disney, llamadas así por el color de la caratula en las que fueron editadas en nuestro país por Filmayer, y dejarse llevar por los recuerdos. Recuerdo que, mientras leía el libro, en más de una ocasión una sonrisa se dibujaba en mi rostro, al recordar parte de las cintas que aquí se mencionan, y que seguramente alguno de vosotros habréis visto en alguna que otra ocasión. Así, películas como Pollyana; Un sabio en las nubes; Tú a Boston y yo a California y, por supuesto Mary Poppins, entre otras, son mencionadas a lo largo de las páginas del ensayo.

También, como no podía ser de otra forma, los lectores se encontrarán con datos desconocidos sobre alguna de estas producciones, y de la gente que formó parte de las mismas. Para un aficionado al cine como yo, sin duda me alegró y me sorprendió encontrarme con nombres que uno, en un principio, nunca asociaría a la factoría del ratón. Por citar tan solo un par de ejemplos, los lectores se encontrarán con los nombres de Connery, poco antes de ser Bond, o de Vera Miles. 

Sin duda, la labor de investigación que ha debido llevar el autor ha debido ser bastante ardua, ya que algunos títulos me eran completamente desconocidos. Pero a la vez, y esto es tan solo una mera opinión, ,también creo que ha debido disfrutar al revisionar alguna que otra cinta, tal y como se destila en sus comentarios. Pero no creo que haya sucedido lo mismo con otras, las cuales no sufren el mismo destino que aquellas que sufren una mejor opinión.

Si acaso el único pero que hay que poner, es que en no pocas ocasiones el autor usa un lenguaje demasiado coloquial. En lo personal a mi no me importa, pero puede haber personas que se acerquen al ensayo y que ciertas expresiones le puedan echar para atrás, o que también, tal y como he mencionado en el párrafo anterior, el autor muestre más sus preferencias por según que cinta.

Pero tal y como digo, es un detalle sin importancia. Y es que las cosas a favor, tal y como la maquetación, las numerosas fotografías que acompañan a cada una de las cintas, el entusiasmo y esfuerzo volcados por el autor, hace que este ensayo nos permita descubrir la cara algo más oscura, adulta y deprimente del estudio creado por Disney.

Una vez más, la editorial nos ofrece un volumen que hace las delicias de los aficionados al séptimo arte, y que nos permite ver, conocer y descubrir, producciones más adultas y lacrimógenas, que ayudaron a sentar las bases de lo que es, a día de hoy, un gigante del entretenimiento.

Dadle una oportunidad, sin duda no os arrepentiréis en absoluto.

miércoles, 29 de julio de 2020

libro: Born to be bad (Nacidos para ser malos)

Bad to the bone, Born to be wild, ambos himnos del rock se pueden aplicar a la entrada de hoy. Y es que estas dos canciones, reflejan a la perfección el carácter de los protagonistas del libro, quienes en una serie de entrevistas, desvelan a los lectores como fue su participación en algunos de los títulos clave del cine de acción de buena parte de los años 80 y 90, e incluso en algunas joyas de los años 70. Un volumen plagado de anécdotas, que, sin duda, hará las delicias de los aficionados a los cotilleos.

Con introducción a cargo de Steven E. de Souza, guionista de clásicos como Commando o Jungla de Cristal, y escrito por Timon Singh, el libro se encuentra dividido en 5 partes:  los pesos pesados, en donde entrevista entre otros a Benny Urquidez, el villano de Los Supercamorristas; Sven-Olen Thorsen, la mano derecha de Thulsa Doom en Conan; Vernon Wells, el inolvidable maloso de la ya citada Commando o Martin Kove, el sádico instructor de Karate Kid.

También entrevista a los dos villanos de Superman 2, y que acompañaban al personaje de Terence Stamp, uno de ellos, Jack O'Halloran, desvela a los lectores que era hijo de un importante jefe de la Cosa Nostra, dato que desconocía en absoluto, y que me dejo con la boca totalmente abierta.

En la tercera parte, el autor entrevista a los terroristas que acompañaban a Hans Gruber en su ataque al edificio Nakatomi, uno de ellos Andreas Wisniewski, también fue villano en Bond, y como curiosidad, de pie de mujer nada. Aquí el buen señor calza un 46, por lo que el chiste de Willis, ahora que sabes la verdad, tiene, si cabe, mucha más gracia ahora que sabes la verdad. Y por supuesto, el escritor no deja la oportunidad de entrevistar a Clarence Gilyard Jr, quien luego se pasaría a las fuerzas del bien siendo el compañero de Chuck Norris en la serie de Walker y por supuesto a Al Leong, más conocido por todos como: "el chino que muere en todas las películas".

En la cuarta parte, denominada los descastados, Singh se dedica a entrevistar a aquellos actores más de carácter, que sin duda se las hicieron pasar canutas a sus adversarios. Como no podía ser de otra forma, uno de los que tenía que estar en esta categoría era David Patrick Kelly, el inolvidable villano de The Warriors, o el grimoso Billy Drago, quien con su sola presencia ya daba bastante mal rollo.

El último capítulo, está dedicado al final boss. Aquellos actores reservados al final, ante los que el héroe de turno tenía que hacer frente, ante que los títulos de crédito comenzasen a desfilar. Entre estos jefazos finales, los lectores se encontraran a Ronny Cox, más conocidos como Cohagen o Dick Jones, por sus roles en Desafío Total y Robocop respectivamente; Paul Freeman como Belloq en En busca del arca perdida o Steven Berkoff en Rambo 2.
Por supuesto que estos intérpretes hicieron más roles a lo largo de sus carreras, pero estos papeles son por los que mucha gente los recuerda.

El libro supone un autentico divertimento, ya que está plagado de multitud de anécdotas, algunas bastante divertidas, otras no tanto, pero que en general dejan con muy buen sabor de boca. A uno le hubiera gustado estar presente durante las entrevistas, ya que de lo que no hay duda es que tanto unos como otros se lo debieron de pasar genial durante las mismas. Al menos esa es la sensación que me queda después de haber disfrutado de su lectura.

Ya al comienzo del libro, el autor avisa que no están todos los villanos que le hubiera gustado entrevistar, ya sea porque algunos fallecieron, o porque pidieron una morterada de pasta por ser entrevistados, o porque no fue posible localizarlos. Personalmente, entre los que me hubiera gustado ver por éstas páginas: Patrick Kilpatrick; Bolo Yeung o Rutger Hauer. Sin duda, sus anécdotas hubieran sido bastante interesantes.

El libro está bien maquetado, y se encuentra bastante bien ilustrado con fotografías de los actores a los que se les entrevista. Ya sea de una cinta en particular, o con una instantánea suya en la actualidad. Para algunos el tiempo no parece haber pasado, mientras que para otros, no parece haber sido tan amable. Pero lo que realmente importa del libro son lo que nos cuentan sus protagonistas, y es ahí donde está la chicha y la importancia del libro.

Un libro ideal para leer en este verano y que, una vez más, confirma a su editorial como una de las grandes a la hora de cuidar a sus fans al ofrecer un producto de calidad. Cuidando el producto, y haciendo retroceder a los seguidores a la época de las cintas del videoclub. No me queda más que darles la enhorabuena una vez más, y animarles a que sigan por este camino que han iniciado, y del que espero que no se desvíen nunca.

miércoles, 15 de julio de 2020

libro: Un tipo casi normal, en una situación casi anormal

Dentro de nuestra cinematografía, y literatura negra española, existen varios nombres propios escritos con sangre y plomo: Toni Romano, Pepe Carvalho o Germán Areta son algunos de los más importantes. Ahora se les une Miguel Herrero, un tipo un tanto peculiar, puesto que si bien tiene habilidades de investigador, también las posee a la hora de meterse en situaciones bastante peligrosas. Desde aquí dar las gracias al autor por el detalle de regalarme su novela, que de paso debuta en este blog, y espero que no sea la última vez.

Escrito y autopublicado por Pablo Carnicero de la Cámara, el libro nos cuenta las peripecias de Miguel Herrero, antiguo policía ahora en paro, al que un antiguo compañero le ofrece un caso en apariencia sencillo: encontrar a una prostituta rusa para un acaudalado empresario. Pero como siempre, a medida que va investigando, nada es lo que parece.

Tal y como se puede ver, el autor sigue más o menos el ABC de las obras del noir más clásico, pero a su estilo. Y es que su protagonista dista mucho de ser un tipo duro. Es alguien normal y corriente, que te lo podrías cruzar la calle. Una persona con gustos frikis, amante de la cocina y del rock, pero con una gran habilidad para la observación, y  con una gran inteligencia, la cual le será de gran ayuda a la hora de resolver el caso.
Pero en su investigación no estará solo, ya que contará con la ayuda de Oli, un informático un tanto peculiar, pero que, sin duda, demostrará ser gran ayuda en no pocas ocasiones.

Algo que me sorprendió del libro es que la acción está situada, en su mayoría, en mi ciudad, Guadalajara, si bien también parte de la misma transcurre en Madrid. Un lugar poco dado a estar nombrado a la hora de enclavar situaciones llenas de adrenalina. Por ello, es de agradecer que se nos saque un poco del mapa, y que se vea que nuestra ciudad también puede ser enclave de novela negra.

El libro está escrito en un estilo ágil, con diálogos rápidos, y con varios instantes violentos, los cuales sorprenden por su contundencia, ya que si bien están espaciados, cuando aparecen uno se queda boquiabierto de ver como Miguel reparte estopa, ya que nadie diría que con ese aspecto es capaz de repartir leña.

A lo largo de sus páginas, el autor plasma sus gustos, tanto musicales, como literarios o cinematográficos, en la figura de Miguel. De esta forma, uno puede creer que el protagonista de la obra es una especie de alter ego del escritor. Puesto que comparte con su creación no pocas coincidencias, e incluso un sentido del humor un tanto ácido.

Miguel está lejos de ser un héroe, la definición que más se ajusta sería la de antihéroe. Si bien las acciones que hace, es para un bien mayor, está lejos de hacerla de forma gratuita. Y además es un celoso patológico, lo que le ha costado no pocas relaciones a lo largo de su vida.

Libro poco conocido, ya que fue autoeditado por el propio autor, y que sin duda merece rescatarse, puesto que posee elementos para pasar un rato bastante ameno, y ahora que se aproximan horas de calor, pues nada como poder evitarlas con lecturas tan refrescantes como ésta.

Si os gustan las novelas negras clásicas, pero que se apartan de lo normal, no lo dudéis y dadle una oportunidad, seguro que no os arrepentiréis en absoluto.


lunes, 13 de julio de 2020

libro: Cannonwood. Cómo (casi) conquistar Hollywood

Ah los dorados ochenta. La época de esplendor de los videoclubs, un tiempo donde uno se podía encontrar desde los grandes clásicos de Hollywood, hasta las producciones más de serie B, e incluso zetosas. Y es en éste tipo de productos, donde una productora brilla con luz propia, la de los primos Menahen Golan y Yoram Globus, que, con sus filmes, alegraron no pocas tardes a la muchachada con sus películas protagonizadas entre otros por Chuck Norris, Charles Bronson o Michael Dudikoff. Bienvenidos a la Cannon.

Escrito por Pablo García Naranjo, el presente libro supone una novelización de multitud de anécdotas de ambos primos, de como sacaron adelante su productora, de como alcanzaron el éxito, y como se fueron hundiendo poco a poco tras multitud de fracasos.

La novela es una verdadera gozada, y supone conocer anécdotas de la desaparecida productora. Si bien algunas de ellas, ya las conocía gracias a los dos anteriores libros dedicados a la productora, otras muchas me eran del todo desconocidas, y he de decir que algunas de ellas me arrancaron alguna carcajada que otra.
Y es que hay que reconocer que, de los dos primos, Golan era el más echao pa'lante, el más soñador y el que más ganas le ponía. Para ello, basta con leer su anécdota con Franco Nero, y como le convenció para interpretar el papel en la primera cinta de ninjas de la productora.
Por contra, Globus era el más sensato, el que solía pararle los pies a su primo y quien solía conseguir el dinero para poner en pie las producciones, algunas de ellas se llegaron a hacer, mientras que otras se quedaron en eso, pósteres de películas que no se hicieron, a pesar de que se anunciasen como el próximo gran estreno de la productora. Como ejemplo, baste citar el caso de Spider-man.

El libro supone un gran divertimento, y está hecho sobre todo para todos aquellos que crecimos en la época de los videoclubs. Y es que, si bien ambos primos pocas veces acertaban a la hora de acertar con la crítica, salvo en el caso de El tren del infierno y poco más, el resto de las películas de su catálogo pocas veces rozaban el aprobado. Pero eso a ellos no les importaba, ellos querían entretener al público, y, en honor a la verdad, lo conseguían.

A lo largo de sus capítulos, los lectores serán testigos de como algunas de las películas más conocidas salieron adelante. Y de las anécdotas que las rodearon, algunas de ellas divertidas, mientras que otras no tanto, algunas de ellas son especialmente duras, como la que rodea a la que fuera Emmanuelle, Sylvia Kristel, y sus problemas de adicción durante el rodaje de Mata Hari.

Mientras uno lee el libro, se echa de menos no tener a mano una lista de canciones o temas que adornaron los filmes de la productora. Y es que, la Cannon nos regaló un buen puñado de temazos que hoy día resultan auténticos cañonazos, y que suben el ánimo. Como ejemplo, se me vienen a la cabeza el de Delta Force, el de Fight to Survive de Contacto Sangriento, el de El Guerrero Americano o el Winner takes it all de Yo, el halcón, con el que a uno le entran ganas de emular a Stallone, ponerse la gorra hacia atrás y ponerse a echar pulsos.

En definitiva, un libro escrito con cariño y con el que uno recuerda su infancia. Una vez más, la editorial vuelve a dar en el clavo a la hora de ofrecer a los lectores un producto de calidad, con buenas fotografías y con un gran acabado. Si queréis saber más de la Cannon, no lo dudéis y haceros con el libro, seguro que nos arrepentiréis en absoluto.

Como regalo el tema antes citado de Yo, el halcón:





sábado, 20 de junio de 2020

libro: Magnifico día para un exorcismo

"Siempre nos quedará París; Alégrame el día; Yo soy tu padre;".... son algunas de las frases más famosas de la historia del cine, por citar a algunas. A estas, se podría añadir la que da titulo a la entrada de hoy, Magnífico día para un exorcismo, y que forma parte de una de las mejores cintas de terror de la historia del cine, El exorcista. En la reseña de hoy, vamos a comentar un ensayo en la que esta saga es analizada en profundidad.

Escrito por Raúl Toral, el presente ensayo, profusamente ilustrado, nos analiza toda la saga. Desde el caso real en el que se basa, hasta la serie recientemente cancelada. Entre medias, un largo camino recorrido en el que el autor nos da a conocer datos poco conocidos, a la vez que desmiente aquellos que creíamos ciertos y que ya conocíamos anteriormente.

Si hay una película que arrastra fama de maldita en la historia del cine, ésta es la cinta dirigida por Friedkin y basada en la novela de Blatty. Pero, una vez leído el ensayo, se ve que no era para tanto. Por supuesto que hubo accidentes, algo normal en cualquier producción que se precie, pero la leyenda que arrastra de cinta gafe, tiene más de mito que de realidad.

El ensayo comienza con el caso real en el que se basó Blatty, y que sin duda es mucho más terrorífico del que se acabó viendo en la gran pantalla. Posteriormente, el autor va desgranando a los lectores los diferentes procesos por los que fue pasando el film hasta llegar a ser la producción que hoy conocemos. Los diferentes directores considerados, así como las actrices y actores tenidos en cuenta para dar vida a los personajes que hoy conocemos, algunos de ellos los desconocía por completo, y, de haber sido ellos los elegidos, el resultado sin duda podría haber sido sin duda diferente a tal y como lo conocemos hoy.

El ensayo combina anécdotas, algunas de ellas divertidas, otras no tanto, y un estudio pormenorizado de todos aquellos que se vieron implicados en su creación: efectos especiales; banda sonora y las especialistas de voz y cuerpo, las cuales se implicaron bastante en la película y tuvieron no pocos problemas después de que se estrenase la película.

Un libro que a pesar de su volumen, casi 500 páginas, no se hace pesado en absoluto. Ya que cuanto más lee uno, más se entretiene. Y es que para los amantes del cine, y de esta cinta en particular, este ensayo supone una verdadera gozada. El autor no se corta a la hora de criticar, y con razón, las partes segunda y cuarta, en sus diferentes montajes, ya que son las peores de la saga.

Y, como no podía ser de otra forma, la gran protagonista de la cinta, cuenta con un capítulo para ella sola. En él mismo, se nos desgrana lo que pasó después de que interviniera en la película. De las diferentes producciones en las que intervino, secuela incluida, así como de las diferentes adicciones a las que tuvo hacer frente, y de los problemas al margen de la ley en los que se vio implicada. Su caso, no deja de ser uno más de aquellos juguetes rotos de Hollywood y que no supo enfrentarse a la fama, o que no supo gestionar la misma.

No me canso de recomendar esta editorial. No solo por como cuida el producto, sino también por como ilustra sus volúmenes, como cuida a sus lectores ofreciendo productos de calidad y, sobre todo, que la mayor parte de su obra son textos que permanecen inéditos en castellano, por lo que es un añadido más para hacerse con ellos.

jueves, 28 de mayo de 2020

libro: Tiempo muerto, hijo de puta

En estos tiempos de confinamiento, que ahora se están acabando, las lecturas nos han ayudado a pasar mejor estos momentos de permanecer encerrados. Una de las mismas, es la última obra publicada por el autor de la saga El cuarto jinete, pero en esta ocasión cambia por completo de género, y se adentra por completo en la novela negra, con unas gotas de ciencia ficción. Pero no adelantemos acontecimientos todavía, y veamos que nos espera en esta nueva novela.

Escrita por Víctor Blázquez, la obra nos cuenta como Rayhan Márquez, un detective se verá envuelto en la búsqueda de un asesino en serie, a la vez que un pasado del que quería huir volverá, y su conciencia le hará dudar entre el honor y el deber para proteger a su compañero y amigo.

Poco más se puede añadir, sin estropear algunos de los giros que nos tiene preparados el autor. Los cuales no son pocos, ya que si habéis seguido la trayectoria del escritor, sabréis que siempre se guarda algún as bajo la manga con el que sorprender a los lectores, un giro con el que pillar con la guardia baja a los lectores, y soltar un golpe con el que sorprendernos y noquearnos. Aquí vuelve a hacerlo en un par de ocasiones, lo que ya viene siendo un sello de marca por parte de Blázquez. Si no fuera así, no sería un libro suyo.

Los personajes están bien definidos, y todos juegan un papel fundamental en la obra. Poco importa si su aparición es de unas pocas líneas o no, todos ellos tienen un papel crucial en el devenir de los acontecimientos. A algunos se les coge mas cariño que a otros, ya sea por su personalidad o por como nos los ha descrito el autor. Mientras que a otros, cuando aparecen, les deseas lo peor, precisamente por como están definidos.

A medida que va avanzando la acción, uno se pregunta quien es el asesino, y los motivos que le llevan a cometer unos asesinatos bastante atroces. Una vez se ha descubierto la identidad del mismo, y sus razones, a uno se le viene a la mente la película Terminator. Y es que la novela se podría definir como el cruce entre la cinta de Cameron y Resurrection, el film dirigido por Russell Mulcahy, y protagonizado por Christopher Lambert, al que se le podrían añadir unas gotitas de Seven.

El libro juega con el presente de Rayhan, un pasado del que quiere huir y ahora vuelve para perseguirlo, y un futuro incierto. Es una línea temporal que no pinta nada clara para el protagonista, y que se vuelve más tormentosa cuando conoce las motivaciones del asesino al que está persiguiendo. Es en ese momento cuando la cordura de Márquez, ya frágil de por si debido a la tensión del caso y de las circunstancias personales, se verá más cerca del derrumbamiento que nunca.

Como buena novela negra, en ningún momento los lectores saben más que el protagonista. Las pistas son reveladas al mismo tiempo. Así, son sorprendidos a la vez que el investigador, y no pueden decir eso de: aha lo sabía, o ya lo sospechaba. He de decir, que el giro que da el autor con respecto a la identidad del asesino no lo esperaba en absoluto, y me sorprendió para bien. Una vez lo supe, uno puede tomar dos caminos: o entrar en el juego que nos plantea el escritor, y seguir leyendo, o abandonar la lectura sintiéndose engañado. Huelga decir que seguí en la lectura, ya que estaba intrigado, en saber como acabaría todo.

En la novela hay pocas escenas sangrientas, eso sí, cuando hacen acto de aparición la hemoglobina y la violencia salpican las páginas, y parecen querer salir del libro y querer salpicar a los lectores, puesto que son bastante explicitas. Lo mismo que ocurre en un determinado momento en una escena de acción, con un tiroteo, muy bien descrito y con las balas traspasando los cuerpos como si de un Medal of honor se tratara.

La vuelta de Blázquez supone un motivo de alegría para sus lectores, y nos demuestra que sigue en plena forma. En esta nueva publicación, nos demuestra que la novela negra no se le da mal, a la vez que nos presenta a un personaje que puede dar de sí en un futuro si las circunstancias acompañan. Una vez aparece, los lectores quieren que vuelva a aparecer, puesto que mola bastante. No solo por como lleva la investigación, sino también por la química que tiene con Rayhan.

Si os gustan las novelas negras que se salen de lo común, y además queréis conocer a un nuevo personaje que puede dar nuevas alegrías a los aficionados en el futuro, no lo dudéis y dadle una oportunidad. Seguro que nos arrepentiréis.




miércoles, 20 de mayo de 2020

entrevista: Daniel Lorenzo

Como complemento a la entrada anterior, os ofrecemos una entrevista al autor del libro que espero sea de vuestro agrado. Aquí la tenéis.


Antes que nada, muchas gracias por concederme esta entrevista, que espero sea de tu agrado.

Seguro que lo será. Estoy a gustísimo aquí contigo.

Al fin los fans de esta peculiar pareja tenemos un libro en castellano sobre su filmografía, ¿cómo se te ocurrió la idea?

El tema del libro, sí, el tema del libro nació con mucha gracia, además, en un momento de arte, de… de gracia porque estábamos escribiendo unos artículos esos amigos que habitualmente nos juntábamos en la web de Cinéfagos, nos contábamos nuestras cosas, tomábamos nuestras copitas.. y en ese momento que estábamos jugando la partida, pues entraron dos editores y vieron un artículo que yo había escrito sobre el cine de estos dos actores.

Y ya dije yo ¡Deja a los editores! Déjalos que caminen como ellos camelen. Si los editores camelan leer los artículos sobre Bud Spencer y Terence Hill, pues déjalos.

Total que cogí la nave, cogí el coche, me fui a una esquina, paré allí el auto, y empecé a escribir allí un capítulo, yyy fíjate como sería que a la media pues... lo tenía escrito. Total que volví a los editores  y les digo "mira, mira lo que he hecho, eeeh a ver qué os parece" y cuando vieron el lío dijeron

"Buah Dani, esto es un melocotonazo de miedo, no veas la que vas a armar con esto, uoh esto tiene un tirón enorme".

¿Cuáles son tus títulos favoritos, o tu particular top?

A ver, es imposible no hablar de Trinidad, porque fue la película que les lanzó al estrellato, su título más exitoso y la que estableció la fórmula que seguirían en un futuro. Pero si me preguntas por mis favoritas, tengo que mencionar …y si no, nos enfadamos, que me parece una comedia maravillosa y dos películas ya tardías, que al gran público no le dicen nada, pero que a mí me tienen ganado: Dos supersuperesbirros y Dos súper dos.

En la época del videoclub, por así decirlo ellos eran los más queridos, ¿Qué recuerdos tienes de aquellos tiempos?

Como yo tenía un Beta y no un VHS siempre me sentí un poco excluido de la cultura del videoclub. Pero lo cierto es que estas películas las emitían constantemente. Primero, en Televisión Española. Y, luego, cuando llegaron las privadas, rara era la semana en la que no echaban al menos una en Telecinco, que venía respaldada por capital italiano.

Bud Spencer, en mi opinión, es mejor peleador que Bruce Lee, Chuck Norris o Donnie Yen, todos ellos grandes artistas marciales o peleadores. Pero mientras que ellos necesitaban de varios golpes para acabar con un enemigo, a Bud solo le bastaba uno. ¿Opinas igual? ¿Y si se hubieran enfrentado, quién hubiera ganado?

Hubiéramos ganado los espectadores. Sería algo mejor incluso que King Kong contra Godzilla.

Lo cierto es que nunca he estado demasiado interesado en el cine de artes marciales. Suele tener un rollo de sacrificio, de estilo de vida, casi pseudofilosófico, que no me atrae en absoluto. Esos luchadores ascéticos, que parecen Santa Teresa.

Algo maravilloso del cine de Spencer y Hill es su mediterraneidad. Ellos luchan, pero también disfrutan de la comida y de un estilo de vida despreocupado, que es algo que no se permiten las estrellas de películas orientales y americanas.

Hace un par de años, salió un videojuego protagonizado por Bud y Terence, con estética de 8 bits llamado slaps and beans, si no recuerdo mal, y que imitaba los beat’em up. ¿Tuviste ocasión de jugarlo? ¿Y si es así, que tal lo pasaste mientras lo hacías?

Pues no lo he jugado, la verdad, porque no soy yo muy jugón. La única forma en la que he intentado ponerme en la piel de Bud Spencer ha sido a base de ingerir carbohidratos.

Tu libro supone un viaje a la nostalgia y al pasado, para todos aquellos que crecimos viendo a esta pareja precursora de las buddymovies. Mientras lo escribías ¿Qué sensación tenías? ¿Alegría, nostalgia?

Pues he sentido especialmente responsabilidad. Al no existir nada serio escrito en castellano sobre esta pareja, y conocer de primera mano la existencia de un fándom muy exigente y conocedor de muchos datos al respecto, había días en que pesaba la intención de intentar estar a la altura.

Por otro lado es inevitable sentirse muy contento por estar intentando dignificar el trabajo de gente que te ha hecho muy feliz en distintos momentos de tu vida.

Si tuvieras que definir que te transmiten las películas de esta pareja, ¿como lo harías?

Ganas de salir a la calle a dar unas hostias así a mano abierta a la gente que se lo merezca.

No sé dónde leí que Fidel Castro era gran seguidor de Bud y Terence, ya que sus películas no tenían violencia, y te hacían reír. ¿Conocías esto?

No lo conocía, la verdad, pero no me extraña. Spencer y Hill fueron figuras muy populares también en Hispanoamérica. Y en el tiempo en que Fidel tardaba en dar un discurso cualquiera podría revisar todas las películas que rodaron juntos.

Si tuvieses el Delorean o la Tardis, ¿Te hubiese gustado compartir mesa y mantel con ambos, y tener la oportunidad de entrevistarles, conocerles y sacarte fotos con ellos?

Desde luego. De lo que no me quedarían ganas, sospecho, es de pagar la cuenta.

Lo cierto es que intenté ponerme en contacto con Hill para la redacción de este libro, pero me resultó imposible.

Hace unos años, Joaquín Reyes hizo una imitación, en mi opinión muy divertida y respetuosa, de Bud Spencer en Muchachada Nui ¿Qué te pareció?

Muy divertida, como casi todo lo que hace Joaquín Reyes.

Las películas del dúo tenían temas bastante pegadizos, ¿Cuáles son tus favoritos?

Que tengamos tan presentes las canciones de las películas de Spencer y Hill es, esencialmente, mérito de Oliver Onions, que era el nombre artístico de los hermanos De Angelis, que fueron los autores de las canciones y la música de gran parte de sus películas.

Como curiosidad, cabe señalar que Oliver Onions son los autores de las canciones de La vuelta al mundo de Willy Fogg, Dartacan y los tres mosqueperros o Doraemon, por mencionar algunas de sus muchas canciones que alegraron la infancia de muchas generaciones.

Te diría que mis favoritas son las canciones de .. y, si no, nos enfadamos: Dune Buggy y  el Coro dei pompieri. Pero, por mencionar otro de los muchos temazos que nos ofrecieron sus películas, otro de mis favoritos es el Grau, grau, grau de Estoy con los hipopótamos.

 Aún años después, cada vez que se emite una película suya por televisión la gente sigue viéndolas, ¿A qué crees que se debe esto?

Pues en primer lugar, a las innegable química que desprendían. No eran actores interpretando a amigos, eran amigos que trabajaban juntos como actores, y eso se notaba. Uno siempre es feliz viendo a gente que es feliz cuando está junta. Y ellos lo eran.

Por lo demás, la comedia de contrastes siempre ha funcionado bien, y ellos eran una pareja de contrastes ideal y, además, con mucha química. Sus películas son muy familiares y eso también potencia el visionado conjunto y repetido. Y también señalaría al factor nostalgia, que es muy importante. Son títulos que nos recuerdan la felicidad que sentimos la primera vez que los vimos, la felicidad de la infancia, y por eso siempre nos apetece volver a verlos.

Y, en un último apunte diría que es que son películas muy buenas. Las malas películas no permanecen vivas y tan presentes en la memoria colectiva durante cincuenta años.

Muchas gracias por tu amabilidad
A ti, me alegra mucho saber que has disfrutado el libro y ojalá todos los lectores también lo hagan.

martes, 12 de mayo de 2020

libro: Más fuerte muchachos. El cine de Bud Spencer y Terence Hill

Ah la infancia. Que bonitos recuerdos nos trae a los que crecimos con los videoclubs. Esas tardes de viernes, o sábados por la mañana esperando a que trajesen la novedad correspondiente para ser el primero en verla. Pero también, antes de poder alquilar los grandes estrenos, cuando éramos pequeños, solíamos acompañar a nuestros padres para alquilar alguna peli para el fin de semana. Y si no había ninguna que me cuadrase, ellos estaban ahí, el gordo y el flaco de las camisetas sudadas y las judías en sartén, los maestros de los sopapos. Los grandes Bud Spencer y Terence Hill.

Escrito por Daniel Lorenzo, con prólogo a cargo de Jesús Manuel Pérez Molina, apéndice de Ismael Rubio y unas ilustraciones bastante chulas obra de Alberto Peral, el presente volumen supone el primer ensayo en castellano, que analiza la filmografía al completo, y por separado, de estas dos figuras que hicieron, y aun siguen haciendo, las delicias de grandes y pequeños con sus películas, con una carrera que abarca cerca de tres décadas.

Este libro es una gozada, y que te mantiene con una sonrisa casi permanente mientras lo lees. Mientras uno avanza en su lectura, a la vez que el autor va desgranando cinta por cinta todas las películas en las que colaboraron. Nos ofrece una sinopsis del argumento, las escenas más destacadas y, nos descubre anécdotas sobre lugares de rodaje, compañeros que colaboraron con ellos, etcétera. He de decir que desconocía la mayoría de ellas, por lo que este libro cumple su función de entretener y enseñar de forma amplia.

Pero por muy fan que el autor, y un servidor sea del dúo, también hay que reconocer que, si bien uno se lo pasa bien viendo sus cintas, algunas son más recordadas que otras. Y es lo que el autor nos recalca, bien sea por el argumento, o por la dirección, lo cierto es que algunas películas aquí citadas no llegan a ser tan recordadas como otras. De esta forma, basta citar como ejemplo los casos de Dos misioneros o El corsario negro.
Algo que no ocurre con sus títulos más recordados como Le llamaban Trinidad, Dos superpolicias, Par/impar o Y si no, nos enfadamos.

El libro, como no podía ser de otra forma, se encuentra profusamente ilustrado con numerosas fotografías, posters y fotocromos de las películas en las que intervinieron juntos este genial pareja de actores, y que fueron los precursores de las buddy movies. Y es que si por algo destacan sus cintas, es por la química que desprendían juntos. No solo por su contraste físico, sino también por su manera a la hora de afrontar las cosas. Si lo recordáis, todas las veces era Hill el que engañaba a Spencer mediante artimañas para conseguir lo que se propusiera. Mientras que uno usaba la fuerza bruta, el otro se servía de su agilidad y de cualquier objeto, amén de sus puños, para salir airoso de sus enfrentamientos contra los villanos.

Si hubiera que ponerle una pega al libro, por decir algo, es que no sea interactivo. Me explico. Cada vez que el autor cita una pelea, o escena graciosa, como por ejemplo la mítica pelea del gimnasio de Y si no, nos enfadamos o el recordado momento de los helados de Par/impar, es una lástima que en ese momento en que lo lees, no puedas acceder en ese mismo instante a esa escena en concreto para echarte unas buenas carcajadas.

Al igual que cuando algo tiene éxito, no paran de salirle imitadores que intentan seguir la estela, a Spencer y Hill le salieron dos competidores que intentaron seguir su éxito. Hay que decir que físicamente se parecían bastante, pero no eran lo mismo. Estos fueron Michael Colby, que hacía las veces de Hill, y Paul L. Smith, que hacía lo propio con Spencer. Prueba de ello, es que hoy casi nadie se acuerda de los títulos que hicieron de forma conjunta, y que constó de 5 filmes, algunos de ellos titulados Carambola o Les llamaban los hermanos de Trinidad.
Sin embargo, ambos son recordados por los aficionados al cine por otros filmes. En el caso de Colby, por ser el protagonista de esa maravilla llamada Supersonic Man. En el de Smith, por ser el Brutus del Popeye de Altman, o protagonizar Mil gritos tiene la noche, dirigida por Juan Piquer Simón, director entre otras de Supersonic Man.

Una de las cosas que más me gustó del libro, aparte de la breves biografías de ambos actores y de su análisis de su carrera por separado, son las ilustraciones en las que, ejemplo mediante, se nos explican los cinco golpes más característicos de ambos actores. Son muy divertidas, vienen acompañadas de un texto bastante gracioso y de su correspondiente onomatopeya.

Tanto si sois fans de la pareja, como si habéis oído hablar de ambos y queréis saber más, esta es una magnifica ocasión para acercaros a su cine y saber más de ellos. La editorial ha vuelto a dar en el clavo, sacando un libro que nos devuelve a nuestra infancia de videoclub.

Y a modo de despedida, dos de las escenas más recordadas de esta genial pareja:




miércoles, 25 de marzo de 2020

libro: Crónica de sucesos

Hoy de nuevo retomamos el terror, pero con matices. Y es que la autora de los relatos de hoy, que aparece por primera vez en este blog, y espero que no sea la última, nos causa pavor con sus historias si, pero también se vale de algunos de ellos para hacer una crítica, en algunos casos nada velada, sobre algunos aspectos de la sociedad de hoy día que, por desgracia, aparecen de vez en cuando en las noticias. Acompañadme pues, en un viaje a las crónicas que suelen inundar la parrilla televisiva en formato de bolsilibro.

Escrito por Tamara López, creadora de la web Chica Sombra, con prólogo a cargo de Tony Jiménez, ilustraciones a cargo de José Luis Sánchez de Cueto, que también se encarga de la conversación final con la autora del libro, el presente bolsilibro se compone de 13 relatos y microrrelatos, los cuales, como viene siendo norma habitual dentro del blog, paso a resumir y expresar mi opinión acerca de los mismos, sin destripar mucho debido a la brevedad de su extensión. Así pues, sin más preámbulos, vamos al turrón como decían en Humor amarillo:

- Maldito internet: narrado en primera persona por Julia, su protagonista, la historia nos cuenta como la joven tiene grandes problemas para controlar su carácter, y su única vía de escape es internet. Un día, cuando pierde el control, con graves consecuencias, su adicción a las redes sociales demostrará ser más peligrosa y adictiva de lo que creía. Buena forma de empezar esta antología, no solo por la historia, sino por la forma en que la autora hace una critica a la adicción que la juventud tiene a las redes sociales, y como parece que no puede vivir sin ellas. Un par de estallidos de violencia pillan por sorpresa a los lectores, pero son necesarios para explicar la adicción de Julia.

- Debilidad: al igual que la primera, está narrada en primera persona. En está ocasión la historia se encuentra ambientada en la Málaga de 1962, durante los años de la posguerra, y nos cuenta la historia de Isabel, una muchacha que entra al servicio de Rafael, médico y dueño del cortijo, para ejercer de institutriz de las hijas del galeno. Al poco de entrar, comienza a sentirse débil, lo que la lleva a investigar junto con Diego, el mozo de cuadras, la causa de su debilidad. A la hora de tratar el tema del vampirismo, hay varias formas de hacerlo. Y como lo ha abordado la autora me ha resultado, cuanto menos, bastante interesante. Se acerca al mito de una forma respetuosa, pero desde una perspectiva que rehúye el tema colmilludo. Uno de los relatos que más me gustaron de la antología.

- El pasillo de los desalmados: de nuevo, la autora se vale de la narración en primera persona para contarnos una historia de terror. En esta ocasión viajamos a Castle Rock en dos épocas. En la primera de ellas, en 1950, conoceremos al celador de un manicomio que nos va narrando las historias de los pacientes ya fallecidos mientras hace su ronda. En el tiempo actual, un grupo de futuros parapsicólogos azuzados por su profesor, se decide a pasar la noche en el psiquiátrico para obtener pruebas de que el lugar está encantado. Huelga decir lo que se encontrarán. Al estar ambientado en Castle Rock, ya sabemos a quien está homenajeando la autora, y no será la primera vez. Y es que, la sombra del autor de Maine es alargada, no solo en este relato, sino también en el resto de la antología. He de decir que la primera parte del relato me gustó más que la segunda, aún así, los instantes finales cuando los incautos empiezan a caer está bastante bien descrito.

- El día que me comí a Billy y Mandy: Tamara vuelve a recurrir de nuevo a la primera persona. Cloe es una canguro que en la noche de Halloween, se queda cuidando de los mellizos Billy y Mandy en la casa de los niños decorada para la ocasión. Tras acostarlos y hablar con la madre de los chiquillos acerca del payaso en la habitación de ambos, sube para investigar y darse cuenta de lo que ha ocurrido. Otro de mis relatos favoritos y un guiño más que evidente hacia It. Los instantes finales son bastante sangrientos, y sin duda, la autora da motivos a aquellos que sufren de coulrofobia para aumentar su miedo hacia estos bufones. Otro de los relatos que más me gusto, por como está narrado y por parecer la introducción a una cinta de terror de los ochenta.

- Game Over: una vez más, la escritora se vale de la primera persona para narrar a los lectores la historia de Marc, un huérfano que monta una tienda friki en un barrio marginal y que vive en la trastienda de su negocio y sumido en una profunda depresión, y queriendo acabar con su vida. Lejos está de imaginar que, a veces, los deseos se pueden hacer realidad. Por otro lado, una joven cumplirá su deseo de tener su propia tienda de comics. Relato que no está mal del todo, pero que no me acabó de convencer. No es que esté mal escrito dista mucho de estarlo, pero no me hizo mucho tilín.

- La salida: la protagonista, Daniela, nos cuenta en primera persona el horror que vive cuando va a pasar lo que en principio era un agradable fin de semana con su pareja y dos amigos. Tras quedarse encerrada en un teleférico, es testigo de las atrocidades que comete un psicópata con sus seres queridos. Relato que ya había leído tiempo ha y no me acordaba. En casi una única localización, la escritora logra transmitir a los lectores la angustia y la claustrofobia de la protagonista, al sentirse impotente de no poder ayudar a quienes ama.

- Con el corazón en la mano: primer microrrelato de antología, en el que la autora nos narra a través de una madre, y en primera persona, el crimen que ha cometido con su hijo zombi. Breve y dura historia, en el que el lector puede sentir la angustia de la madre al matar a su hijo, y la atrocidad que se ha visto obligada a cometer. En breves líneas, Tamara consigue encoger el corazón a los lectores.

- Papá te quiere: Lily se esconde de su padre, quien la busca por toda la casa, temerosa de que la encuentra. El giro final con que nos sorprende la autora no lo ves venir, y es por ello que este relato también me gustó mucho. Nos mantiene en tensión todo el rato, y la resolución hace que te quedes con la boca abierta y tu mandíbula llegue a tocar el suelo.

- Podría: segundo microrrelato en primera persona, y que me enfadó mucho. Una madre acuna en sus brazos a su hijo muerto. Mientras lo hace, le dice lo que podría haber hecho con él. No me enfadó la forma en la que está escrito, tampoco la historia, sino que lo hizo el tema. Es un tema muy triste y que hace que saque mi lado más furioso, puesto que temas como el de bebés muertos, maltratados o abandonados es algo superior a mis fuerzas.

- Vamos por partes: un pescadero en Vallecas, decide tomarse la justicia por su parte y ejecutar a todos aquellos hombres que maltraten a las prostitutas. Relato que en la forma en como está narrado puede recordar a la típica producción de la Cannon protagonizada por Charles Bronson. La conclusión me sorprendió, pero la historia me resultó entretenida.

- La descerebrada: la autora vuelve a utilizar la narración en primera persona. Tras sufrir el ataque de un zombi, Martha se convierte en uno de ellos y se refugia en un circo, donde se hará amiga del dueño, y encontrará cobijo y alimento. Pero el que sea un muerto viviente, no la ha privado de tener sentimientos, como podrá comprobar en un viaje a México. Relato que nos muestra que, hasta los monstruos, pueden ser a veces incluso más humanos que los propios seres humanos. Apenas hay momentos sangrientos, algo raro para tratarse de un tema tan dado a ello como es el de los zombis, y se centra más en la personalidad y sentimientos de la protagonista y de quienes la rodean.

- Mi monstruo particular: tercer y último microrrelato y que, tal y como ocurre con Podría, me enfadó mucho. La historia narrada en primera persona por una chica anónima, nos cuenta la violación que sufre por su padre. Es una historia muy dura, de tan solo unas breves líneas pero que bastan para ponerse bastante cabreado. Pese a ello, otro de los relatos que más me gustaron a pesar de su crudeza.

- Muerte feliz: relato que pone punto y final a la antología. Macarena trabaja para una compañía de seguros un tanto particular, con un buen sueldo, y cuyo seguro estrella se llama muerte feliz. Pero no todo es lo que parece en la aseguradora. Relato que actualiza el pacto con el diablo, y el precio que estamos dispuestos a pagar con tal de alcanzar el éxito y la fama. Es una buena forma de cerrar una antología que mantiene un buen nivel en la mayoría de las ocasiones.

El bolsilibro se cierra con una entrevista a la autora por parte de José Luis Sánchez de Cueto, en el que la autora nos desgrana como se introdujo en el mundo de la escritura, de donde viene su pasión por el terror y en especial por Stephen King. Resulta bastante amena y nos permite descubrir algo más acerca de ella.

Y no me olvido de nombrar las ilustraciones obra de Nicolás Martínez, bastante chulas, que acompañan a los relatos, y que a pesar de su sencillez molan bastante. Al igual que ocurren con los paratextos y parailustraciones obra de José Luis.

Tamara me ha sorprendido con su estilo, hasta ahora, salvo como he mencionado anteriormente, no había leído nada suyo. Y me ha sorprendido gratamente. Cierto que algunos relatos me han gustado más que otros, pero por lo general tiene madera para el terror. Espero que siga por este camino para seguir asustando.

martes, 24 de marzo de 2020

libro: Troll

Después de tres entradas dedicadas al terror, hoy dejamos los sustos apartados y nos centramos en algo un poco más amable, pero que en su parte final resulta bastante más amarga y cruel que cualquier cinta de horror, tal y como explicaré más adelante. Pese a ello, en su mayor parte resulta un canto a la imaginación y a la amistad en toda regla.

Escrito por Carlos Sisí, e ilustrado por Begoña Fumero, el libro nos cuenta la historia de Nils, un niño que vive en el pueblecito noruego de Tanem, y que posee una gran imaginación. Un día de sus vacaciones de verano, nuestro protagonista conoce a un troll herido al que bautiza como Berka, lo que supondrá el inicio de una amistad entre ambos.

Y como decían en el 1,2,3 hasta aquí puedo leer. Ya que poco más se puede decir de la obra, sin desvelar algunos de los giros que nos tiene preparados el autor, y que he de decir que me sorprendieron. Si bien alguno me sorprendió, otro no lo hizo tanto, sobre todo el que cierra el libro.

El autor ya ha demostrado que puede cambiar de género sin problema, baste citar como ejemplo su paso por el humor en Historias con alma, o la space opera en Panteón. Si bien es en el terror el terreno donde más alegría ha dado a sus seguidores, eso no quita para también sepa desenvolverse en otros ámbitos literarios y seguir demostrando su valía. Y aquí lo vuelve a demostrar.
Este libro, tal y como he indicado en el párrafo que inauguraba esta reseña, un canto a la imaginación y a la amistad. El protagonista no necesita de móviles o internet para vivir mil y una aventuras. Tan solo de su inventiva, y de su pasión por leer.
Esto me gustó bastante, que en los tiempos en los que estemos actualmente y en que muchos jóvenes y adolescentes están pendientes de sus consolas y móviles, el protagonista pase de utilizar la tecnología, pese a estar viviendo en pleno siglo XXI, y seguir leyendo libros y utilizar su imaginación para vivir mil y una aventuras.

Pero además, la obra nos habla acerca de la soledad. Primero por parte de Nils, que tan solo tiene a su madre, puesto que su padre los abandonó. Y ve en el troll, no solo un amigo, sino también la sustitución de la figura paterna que falta en su vida.
El mismo caso que se le puede aplicar a la madre de nuestro protagonista. Se encuentra sola, apenas se relaciona con nadie fuera del trabajo, y tan solo encuentra algo de diversión al salir de su oficio y tomar algo en el bar del pueblecito. Ella también está sola, pese a tener a su hijo, y saliendo a tomar algo puede mitigar algo esa soledad.
Por último el troll, se encuentra solo, desconfiado y herido cuando conoce a Nils. A medida que se van conociendo, una relación de amistad irá surgiendo y le hará ver que no todos los seres humanos son malos como pensaba en un principio.

A medida que avanza la novela, dos tramas paralelas se irán desplegando, ambas ambientadas en el mundo de los adultos, y que poco a poco se irán juntando hasta relacionarse con la principal de Nils y el troll. Estos dos argumentos secundarios son más amargos y duros, todo lo contrario que el principal, que demuestra ser más amable, humano y tierno.

Pero es al llegar a los instantes finales de la obra, cuando la realidad y el mundo de los adultos golpea de lleno a los lectores y a Nils. El final es como recibir un gancho de Mike Tyson, nos envía a la lona y tardamos en recuperarnos. Al acabar de leer, estaba impactado y cabreado. No podía creerme como había acabado. Pese a que unas páginas antes me lo podía oler, me esperaba otra conclusión. Aún así, es una gran obra.

Y no me olvido de las maravillosas ilustraciones a cargo de Begoña Fumero. Éstas son en blanco y negro, y sirven de perfecto acompañamiento a las palabras del autor de Los Caminantes.

Con este libro, Carlos demuestra que no hay género que se le resista.

Un libro recomendado para adolescentes, pero que no recomiendo para niños menores sobre todo por su duro final.