sábado, 5 de octubre de 2024

película: Joker: Folie à Deux

Ayer se estrenó la tan esperada secuela de Joker, que le supuso el tan ansiado Oscar a Joaquin Phoenix. Si bien iba con las expectativas algo bajas tras leer varias opiniones, que intenté que no me influyeran, una vez iniciada la proyección no pude sino estar de acuerdo con las mismas. Al salir de verla salí bastante cabreado por lo que había visto, ya que pocas veces una cinta ha conseguido enfadarme de esa forma. En los siguientes párrafos voy a explicar el motivo de mi descontento.

Dirigida como la anterior por Todd Philips, que se encarga también del guion junto a Scott Silver la trama nos cuenta como tras los sucesos de la anterior entrega Arthur Fleck, Joaquin Phoenix, alias el Joker se encuentra en Arkham a la espera de su juicio. Un día, mientras va a a conocer a su abogada, Catherine Keener, coincide de manera fortuita con Harleen Quinzel, Lady Gaga, mientras está con el coro. La chispa entre ambos no tardará en surgir.

Dentro del reparto también nos encontramos con Brendan Gleeson, dando vida a un guardia de Arkham; Zazie Beetz retomando su rol de Sophie, el interés amoroso de Arthur en la primera parte; Leigh Hill que vuelve como Gary, el amigo de Arthur; Sharon Washington como la trabajadora social de Arthur; Steve Coogan es Paddy Meyers, un periodista que entrevista a Arthur en Arkham y Harry Lawtey interpreta al fiscal Harvey Dent.

Cuando se anunció que la secuela de Joker sería un musical, no fuimos pocos, entre los que me incluyo, que alzamos una ceja de incredulidad. No tengo nada en contra de los musicales, es más, algunos de ellos como Cantando bajo la lluvia, Moulin Rouge, La la land o West side story, por nombrar ejemplos se encuentran dentro de mis favoritos. Pero es que aquí, el gran problema del film son, precisamente, los números musicales.

Algunos de ellos están bien integrados, pero la mayoría de los mismos no. Lo que hace que en no pocas ocasiones te saquen de la película. Lo que cabrea, una vez te puede pasar, pero que, de forma constante, metas una escena musical porque te apetece hace que te provoque hastío y estés deseando que se acabe para que la trama avance.

Y es que, la película podía haber funcionado perfectamente si el director hubiera prescindido de los números musicales. O, por lo menos, no haber abusado de los mismos. Si me metes alguno que otro, para indicar las partes oníricas de los personajes principales, te lo compro. Pero que, y perdón por el ligero spoiler, que en una conversación entre Joker y Harley en la sala de visitas el personaje de Gaga se ponga a cantar por que sí, pues mira, no te lo compro. Más que nada porque no viene al caso, Philips debió de pensar que quedaba bien, o por lo menos en su mente quedaba estupendo, y la puso.

Todo lo bueno que hizo Phoenix en la anterior entrega, aquí lo echa por la borda. Vuelve a repetir los mismos tics y gestos que le hicieron ganador del galardón al mejor actor. En vez de llevar su interpretación un paso más allá, se limita a hacer lo mismo. Debió de pensar "para que esforzarme, si ya tengo lo que quería" y está con el piloto automático la mayor parte del tiempo, salvo algún que otro instante en el que nos demuestra lo buen actor que es.

Lo de Gaga es tema aparte. Tan solo se luce en las partes en las que canta. Sobre su interpretación más vale correr un tupido velo. Por ahora no ha hecho nada destacable, si he decir que me sorprendió en La casa Gucci, ya que Ha nacido una estrella no la he visto aún. Pero hasta ahora no me está diciendo nada como actriz, espero que en futuros proyectos me haga cambiar de opinión. Pero, hasta ahora, Margot Robbie se la come como personaje, y también Kaley Cuoco, que le presta su voz en la serie de animación.

Puedo entender que quieras ofrecer otro punto de vista sobre ambos personajes, el explorar nuevas posibilidades. Pero, lo que no logro entender del todo, es que le des la vuelta del todo a la relación que mantienen Joker y Harley, que es el caso más claro de amor tóxico. Aquí los roles se invierten, vale, eso te lo puedo comprar, pero lo que no me gusta es que aquí pinten todo el rato a Arthur como alguien manipulable, cuando en los cómics no es así en absoluto.

Pero, lo que me acabó de enfadar del todo, fue una frase. Solo UNA FRASE le ha bastado a Philips y a Silver para cargarse al personaje del Joker. Un villano con 84 años de historia, que ha puteado de manera constante a Batman, que es su némesis principal y un psicópata en toda regla, queda humillado con pocas palabras. No sé si ha sido intencionado o no, pero, en caso de no serlo, desde luego que los guionistas se han lucido.

Si tan solo el film hubiera sido normal, y hubiera prescindido de los números musicales, el resultado hubiera sido del todo distinto. Ya que, cuando es una cinta normal, nos consigue mantener atentos, puesto que tiene elementos para hacerlo. Pero, cuando las canciones hacen acto de aparición, todo el interés que había se desvanece como un azucarillo en un vaso de leche.

Si os gustó la primera parte o si os interesa el personaje del Joker, dadle una oportunidad. Yo ya he avisado que los números musicales son totalmente prescindibles, y solo sirven para entorpecer el metraje, que se va hasta casi las dos horas y media. Por lo menos no aburre, que si lo hubiera hecho, hubiese sido para enmarcar.

A continuación el tráiler:


Espero que os haya gustado la entrada de hoy.

miércoles, 2 de octubre de 2024

película: Megalópolis

El pasado viernes se estrenó la que, seguramente, sea la última cinta dirigida por Coppola. Era un proyecto que ha tardado en materializarse cuatro décadas, y ahora por fin se ha hecho realidad. Ahora bien ¿Merece las críticas destructivas que se está llevando, o en realidad no se merece tantos palos? Una vez vista, puedo decir que me ha sorprendido gratamente, a pesar de que, tal y como voy a expresar a continuación, tiene sus pequeños defectos. Así pues, viajemos a esta fábula de ciencia ficción que nos ha preparado el realizador de Rebeldes.


Escrita y dirigida por Francis Ford Coppola, la trama nos cuenta como en una América moderna con una fuerte base romana César Catalina, Adam Driver, con la habilidad de parar el tiempo pretende cambiar el diseño de la ciudad con el Megalón un nuevo material, por lo que no duda en enfrentarse al corrupto alcalde Franklyn Cicero, Giancarlo Esposito, que quiere que todo siga igual. Pero, cuando Julia, Nathalie Emmanuel, la hija de Cicero se enamora de César, se encontrará en mitad del conflicto entre ambos.

Además de los actores arriba citados, en su reparto también nos encontramos con Jon Voight encarnando a Hamilton Craso III, millonario y tío de César; Shia LaBeouf como Clodio, primo de César; Aubrey Plaza dando vida a Wow Platino, reportera y amante ocasional de César; Laurence Fishburne en el rol de Fundi Romaine chófer de César; Talia Shire es la madre de César y Dustin Hoffman interpreta a Nush, consejero y amigo de Craso. 

Tal y como se puede ver, tanto por el argumento como por su potente reparto, la cinta tenía todos los números posibles para convertirse en un taquillazo. Pero, por desgracia, el batacazo en taquilla ha sido considerable. Con un presupuesto de 125 millones de dólares, apenas ha recaudado más de 4. Lo que es una verdadera pena, puesto que el film tiene elementos para llamar la atención de todos aquellos espectadores a los que les gusta el cine.

Uno de los mismos es su guion. Coppola ha sabido combinar una trama que podía haber casado perfectamente con parte de las tramas vistas en Espartaco o en la serie Roma, en lo que a las luchas de poder se refiere, con una ciencia ficción distópica, en la que sigue existiendo la lucha de clases y las diferencias entre ricos y pobres es más que evidente. 

Otro aspecto a destacar es su reparto, en el que sobresale de manera especial LaBeouf, ofreciéndonos un rol desatado e histriónico. El que fuera intérprete de la saga Transformers, da vida a un personaje trepa, carismático y al que no le importa traicionar a su propia familia, con tal de hacerse con la alcaldía de la ciudad. No es que el resto de reparto lo haga mal, ya que Driver, Emmanuel, Esposito y un divertido Voight también destacan en sus respectivos roles, pero es LaBeouf el que se lleva el gato al agua.

El aspecto visual destaca tanto para bien como para mal. En el aspecto positivo, Coppola nos regala imágenes bastante potentes, sobre todo cada vez que el Megalón hace acto de aparición o César hace uso de su habilidad. También la ciudad ideada por César, que en no pocos momentos recuerda a los diseños de Metrópolis de Fritz Lang, hace que uno aplauda el guiño que el realizador de Apocalypse Now hace a esta obra maestra de la ciencia ficción.

Pero también el aspecto visual y el uso de los efectos digitales, en no pocos momentos le juegan alguna que otra mala pasada. Ya que se nota el uso de la pantalla verde, pero esto no es algo que pase aquí ya que en otras superproducciones con el doble, o más, de presupuesto han hecho que se le vean las costuras digitales.

Otro problema es que el film sufre de altibajos. Tan pronto te engancha, como que de repente se va por otros derroteros y hace que te descoloque por completo. Luego hay personajes que, sin saber como, desaparecen sin apenas haber aportado nada a la trama. Según leí, parece ser que el montaje original era cercano a las cuatro horas, y la versión que nos ha acabado llegando es de casi dos horas menos, por lo que esos cortes se notan y hace que en ocasiones uno se pierda.

Coppola parece haber querido contar mucho en poco tiempo, lo que engancha con lo que he dicho en el párrafo anterior. Es como si se hubiera puesto trabas a si mismo, no hay que olvidar que ha sido el propio director el que ha puesto el presupuesto para sacar adelante su sueño, por lo que la apuesta era bastante arriesgada. Por desgracia, no ha salido todo lo bien que hubiera querido, por lo que este film se añade a otros batacazos en taquilla del realizador.

Ya aviso que esta es una película que no gustará a mucha gente. Ya sea por su historia, por la rallada que en ocasiones es o por su duración tranquila y pausada, no va a enganchar a la audiencia. Ayer éramos 10 personas en la sala, todos adultos. Por fortuna, nadie abandonó la sala. Tanto mi acompañante como yo, coincidimos en que tenía las virtudes y defectos que os he mencionado. En otro aspectos en lo que estábamos de acuerdo, es que dentro de unos años posiblemente Megalopólis sea un film de culto. No sería la primera vez que, producciones que en el momento de su estrenó fracasaron y no gustaron y, años más tarde, se han convertido en obras de culto. Los casos de Blade Runner o La cosa son un buen precedente.

Si os gusta el director, o si os gustan las historias de ciencia ficción distópica que se salen de lo habitual, no lo dudéis y dadle una oportunidad. Estamos hablando de una producción que puede ser el testamento final de su director.

A continuación el tráiler:


Espero que os haya gustado la entrada de hoy.

domingo, 29 de septiembre de 2024

serie: Heels

Como aficionado a la lucha libre, no pude sino alegrarme cuando me enteré del estreno de la serie de hoy, la cual he tardado en ver, pero la espera ha merecido la pena. Ya que, a pesar de durar solo dos temporadas, debido a su cancelación. llama bastante la atención como para reivindicarla a pesar que tan solo han transcurrido dos años desde que acabase. Esperemos que, en un futuro, alguien se decida a darle esa tercera temporada, sobre todo teniendo en cuenta como finaliza la segunda.

Creada por Michael Wandron, la serie nos narra como en un pequeño pueblo de Georgia, Jack Spade, Stephen Amell, y su hermano Ace, Alexander Ludwing, representan los papeles de heel, villano, y face, héroe, respectivamente en la división de lucha creada por su padre Tom, David James Elliot. 

Además de estos intérpretes, en el reparto también nos encontramos con Alison Luff dando vida a Staci, esposa de Jack; Kelli Berglund interpretando a Crystal interés amoroso de Ace; Mary McCormack en el rol de Willie, mano derecha de Jack en el negocio o Chris Bauer como Wild Bill Hancock, antiguo amigo de su padre y estrella en declive del negocio del wrestling.

Serie bastante interesante donde se nos muestran los entresijos de la lucha libre. Tanto en la relación que se establece entre los luchadores, como por los apuros que pasan para llevar adelante su modo de ganarse la vida, lo que creará no pocas tensiones entre los protagonistas principales. Ya sea por su forma de ver el negocio, como por sus relaciones personales.

Los que somos aficionados al mundo del wrestling, no podemos sino alegrarnos de que se hagan serie como esta, no solo por ver algunas acrobacias típicas de este mundo, sino también por la aparición de algunos luchadores reales como CM Punk, que aparece con su nombre real Phil Brooks o Mick Foley, aquí interpretando a Dick Valentino, un podcaster.

Uno de los aspectos a destacar de la serie, es la interpretación de sus protagonistas principales. Amell tiene no pocas ocasiones para lucir sus dotes dramáticas, y demuestra que es algo más que una cara bonita, lo mismo se puede decir de su compañero de reparto, un Ludwing ya alejado de su rol como Björn en Vikingos.

En no pocas ocasiones, las tensiones entre ambos hermanos son el motor principal de la trama principal de la serie, debido a su forma de ver el negocio. Mientras que Amell lo quiere tener todo controlado, y hacerlo más familiar, Ludwing apuesta por hacerlo más para adultos, lo que causará no pocas fricciones entre ellos. 

Otro de los elementos que me llamaron la atención, fue que es una serie destinada a un público adulto puesto que en no pocos momentos veremos desnudos, tacos, violencia y, en un par de ocasiones, temática que toca el suicido. Es decir, aspectos que no se suelen ver en las series destinadas para toda la familia. En este aspecto, hay que aplaudir la valentía de sus responsables a la hora de mostrarnos estos matices que no suelen estar presentes.

Pero no solo hay drama, también nos encontramos con instantes de acción y, de vez en cuando, humor que sin duda supone un alivio para los espectadores, lo que ayuda a aligerar la trama. Y, como no podía ser de otra forma, veremos como los actores en sus roles de luchadores, ensayan sus escenas de lucha con las que luego harán las delicias de la audiencia que irá a ver su espectáculo en directo.

Es una pena que la serie sufriera una cancelación, sobre todo teniendo en cuenta como finaliza la segunda temporada. Tranquilos que no voy a decir como es la conclusión, pero nos deja con no pocos interrogantes y nos hace querer saber como va a continuar ya que deja con un par de cabos sueltos que, de haberse producido la tercera temporada, hubieran sido bastante el motor principal de la temporada siguiente.

No es la primera vez que una serie sufre una cancelación, dejando en el aire tramas y futuros eventos. Ahora mismo se me viene a la cabeza los casos de Carnivale o, de forma más reciente, Chucky. Esto es algo que cabrea, puesto que en no pocas ocasiones nos dejan con la miel en los labios. Pero ya sabemos que esto es un negocio, en donde lo que prima son los beneficios y, si las audiencias no acompañan, pues se cierra el grifo y a otra cosa mariposa.

Ambos personajes lo hacen genial, pero el resto del reparto no se queda corto en absoluto. Resulta complicado escoger a un favorito, puesto que cada uno de ellos tiene su instante de lucimiento, ya que tienen que lidiar con sus propios problemas alejados del ring, aunque algunos de los mismos estén relacionados con el espectáculo con el que se ganan parte de su sueldo.

Tanto si os gusta el mundo de la lucha libre, como si os gustan los protagonistas principales, esta es una serie que no deberíais dejar pasar.

A continuación la intro:


Espero que os haya gustado la entrada de hoy.

lunes, 16 de septiembre de 2024

serie: Martial law

En el verano de 2001, Antena 3 estrenó la serie que hoy voy a reseñar y a la que le tengo un aprecio especial. No solo por acompañarme en esas tardes de estío, sino también por que su protagonista principal ha participado en algunas cintas de artes marciales clásicas. Si además, tenemos en cuenta que la mezcla de acción, comedia y unas gotas de drama funcionan bien, el resultado no podía ser otro que el de entretenimiento asegurado. Así pues, veamos que aventuras le esperan a nuestro protagonista.

Creada por Carlton Cuse, la serie nos narraba las aventuras de Sammo Law, Sammo Hung, un policía chino que persiguiendo a un señor del crimen llega a la ciudad de Los Ángeles, donde entrará a formar parte de su unidad anticrimen y buscará a su alumna infiltrada en la organización criminal Pei Pei, Kelly Hu. Allí hará equipo, y amistad, con otros oficiales, entre los que se encuentran Terrell Parker, Arsenio Hall, y Louis Malone, Louis Mandylor. Sammo estará bajo las ordenes del capitán Winship, Tom Wright, en la primera temporada y de Amy Dylan, Gretchen Egolf, en la segunda.

Este es, a grandes rasgos, el resumen principal de la serie. En cada uno de los episodios, Sammo intentará resolver el crimen de turno haciendo gala de sus habilidades marciales, hasta ir llegando a los capítulos en los que se resuelve la trama principal, la búsqueda del señor criminal en la primera y la lucha contra la organización Escorpio en la segunda, en la que se encuentra el hijo de Sammo.

A lo largo de sus 44 episodios, veremos a diversas estrellas invitadas entre las que se encuentran Mario Van Peebles; Neal McDonough; Tim Curry; Tzi Ma; Mako; Mark Dacascos; Mark Sheppard o James Hong por mencionar algunos ejemplos. Caras conocidas que alguna vez hemos visto, ya sea en otras series o películas, y que, salvo excepciones, suelen interpretar al enemigo de turno a detener por parte de Sammo y sus compañeros.

Incluso en un capítulo de la segunda temporada, hubo un crossover con Walker: Texas Ranger protagonizada por Chuck Norris. Ver a dos grandes artistas marciales en dos capítulos, tanto en la serie de Sammo como en la de Norris, es una gozada para los aficionados a las artes marciales. Me sorprendió gratamente y mi niño interior no pudo sino alegrarse de ver juntos a estos dos iconos repartiendo estopa en el nombre de la ley.

Lo mejor de la serie es, como no podía ser de otra forma, las escenas de acción en las que Sammo se luce. Pese a su físico nada convencional dentro de las artes marciales, Sammo demuestra estar en plena forma, haciendo gala de una agilidad inusual y de pegar hostias como panes. No resulta complicado ver el estilo de su amigo Jackie Chan, a la hora de pelear y de usar cualquier objeto que tenga cerca para incapacitar a sus enemigos.

La serie tiene una duración de unos 45 minutos por episodio, al final de cada uno de ellos podemos ver tomas falsas, en las que se ve a nuestros protagonistas metiendo la pata o a Sammo equivocándose en alguna coreografía. 

Son estas luchas, como he indicado anteriormente, el plato fuerte de show. Pero además, la química entre Hung y Hall es evidente. Esta no es la primera vez que vemos a una pareja de policías interraciales, puesto que en 1998, año en el que se estrenó en Estados Unidos esta serie, también se lanzó a la gran pantalla Hora punta, con Jackie Chan y Chris Tucker, quienes también demostraron entenderse bien.

Esta serie no va a ganar jamás Emmys o Globos de oro, ni lo pretende. Cumple a la perfección con el objetivo con el que fue creada, que no es otro que el de entretener. Sus capítulos siguen un patrón claro, presentación del caso, lucha y resolución del misterio. Poco importa que sus argumentos no sean elaborados, lo que queremos ver es a Sammo en acción repartiendo galletas, golpes de humor y ya. Para estrujarnos el cerebro en tramas complicadas, ya existen otras series.

Tanto si sois seguidores del cine de artes marciales, como de las series de acción, ésta es una serie que no debéis dejar pasar.

A continuación la introducción de la serie:


Espero que os haya gustado la entrada de hoy.


sábado, 14 de septiembre de 2024

libro: En busca de la luz

Oliver Stone es un buen director y guionista, algo que ha venido demostrando a lo largo de los años donde nos ha regalado un puñado de peliculones. Desde las oscarizadas Platoon y Nacido el 4 de julio, pasando por Un domingo cualquiera, JFK o Asesinos natos, por citar parte de su obra el cineasta neoyorquino nos presenta esta primera parte de sus memorias, en las que nos irá desgranando su infancia, sus adicciones y luchas por sacar adelante proyectos hasta alcanzar el éxito con su cinta sobre la guerra de Vietnam, que pone el punto y final a este primer volumen.

Escrito por Oliver Stone, el director y guionista nos va desgranando parte de sus recuerdos, desde su infancia, donde tuvo que asistir a la separación de sus padres, hasta su experiencia en la guerra de Vietnam, que le sirvió como base para su oscarizada Platoon sin olvidar sus adicciones o multitud de peripecias en los rodajes de El precio del poder, donde ejerció de guionista o Salvador, producción protagonizada por James Woods y que, sin duda, daría para otro libro aparte.

Stone es un cineasta que me gusta, tanto por su estilo a la hora de rodar como a la hora de contar sus historias. Esto lo ha trasladado a estas memorias, utilizando un lenguaje sencillo y para nada técnico y que, sin duda, hará las delicias de todos sus seguidores entre los que me incluyo. Stone no se corta a la hora de utilizar lenguaje soez o confesar como a la hora de recoger su globo de oro por su labor como guionista por El expreso de medianoche lo hizo colocado y borracho.

Algo que desconocía, y que pude descubrir gracias a este libro, es que Stone tuvo como profesor en la escuela de cine a Martin Scorsese. Fue bastante chulo saberlo, puesto que no sabía que Scorsese fue profesor en dicho lugar. Es más, el realizador de Casino alabó un corto de Stone delante de toda la clase, diciendo que era bastante realista y que esto era lo que quería ver. Ya por aquella época Stone demostraba de lo que sería capaz años después.

A lo largo de sus 10 capítulos, Stone nos va guiando por su vida, e incluso nos adelanta lo que se puede incluir en el segundo volumen, que esperemos no tarde mucho en salir. Y es que, aquí viene la pega del libro, Stone se detiene en la noche en la que alcanzó el cielo con la ya citada Platoon. Dejando a los lectores sin saber como fueron el resto de sus producciones.

Filmes como JFK, Asesinos natos o Nacido el 4 de julio que, pese a ser nombrados muy de pasada, no nos explica nada de ellos. Si acaso se detiene en no pocas ocasiones en la cinta protagonizada por Tom Cruise, puesto que fue un proyecto largamente acariciado que estuvo a punto de volverse realidad en no pocas ocasiones. Es más, Al Pacino estuvo a punto de ser el protagonista cuando se iba a haber hecho a primeros de los 80. Sin duda hubiera sido interesante verle en el proyecto.

Una de las partes que más me gustó del libro, es cuando Stone nos narra las peripecias que sufrió para sacar adelante Salvador. No solo por el presupuesto, sino también por los incidentes que surgieron con el protagonista, un James Woods tocapelotas, así como con los problemas con el ejercito salvadoreño. Problemas que luego se vieron solventados con sus nominaciones al Oscar, pero que, aún así, costaron no pocos disgustos al cineasta neoyorquino.

Aflicciones que se vieron multiplicadas a la hora de sacar adelante Platoon. Ya desde que escribiese el guion, que podría pasar por autobiográfico, Stone quería ver este proyecto en pantalla grande. Pero hasta que encontró la financiación, recuperó su libreto que estaba en manos de un productor y pudo encontrar a los protagonistas adecuados pasaron largos años. Pero todo esfuerzo tiene su recompensa, la cual llegó a Stone en forma de Oscar al mejor director por su cinta sobre Vietnam.

Como no podía ser de otra forma, el libro viene acompañado de fotografías personales de Stone. Aquí me hubiera gustado que hubiera un cambio de papel, que fuese más grueso para diferenciarlo del resto del libro, algo que no ocurrió en otros libros de la misma editorial como el de Mel Brooks o los Blues Brothers donde si se apreciaba la diferencia de grosor.

Tanto si sois seguidores de Stone, como si os gusta saber más sobre como se hacen las películas, este es un libro que recomiendo a pesar de que, tal y como he venido diciendo, se quedé a medias y nos deje con la miel en los labios, puesto que no somos pocos los que queremos saber como continúan estas memorias. Esperemos que Stone se decida a sacarlas y saber como fueron los rodajes de sus producciones posteriores.

Esta editorial está sacando libros bastante interesantes, ya sean de cine o música, por lo que deberíais darle una oportunidad. Seguro que no os arrepentiréis.

sábado, 7 de septiembre de 2024

película: Bitelchús Bitelchús

Ayer se estrenó la secuela de Bitelchús, como amante de la primera entrega que soy, y que vi en cine en momento de su lanzamiento, decidí ir a verla. La sorpresa fue más que agradable, como pienso detallar a continuación. Esta segunda parte nos trae de nuevo al bioexorcista más irreverente de la historia del cine, por quien no parecen haber pasado casi cuarenta años. Así pues, veamos que nuevas peripecias le aguardan a este fantasma tan divertido.

Dirigida por Tim Burton y escrita por Alfred Gough y Miles Millar, la trama nos cuenta como Lydia, Winona Rider, presenta un programa de entrevistas sobrenatural producido por su pareja Rory, Justin Theroux. Al enterarse del fallecimiento de su padre, decide viajar con su madre Delia, Catherine O'Hara, a arreglar los papeles en compañía de su hija Astrid, Jenna Ortega. Al llegar a la casa, su hija encuentra el papel con el que invocar a Bitelchús, Michael Keaton, que anda escondiéndose de su novia Dolores, Monica Bellucci, a la que conoció en la época de la peste negra y que anda matando a fantasmas, por lo que el detective Wolf Jackson, Willem Dafoe, decide seguirle la pista.

He de decir que no me esperaba mucho de la cinta, una vez acabado su visionado, tengo que admitir que me ha sorprendido gratamente. No solo por devolvernos al Burton más gamberro y gótico, sino también por ofrecernos un humor bastante negro y con un Keaton en estado de gracia, recuperando uno de sus personajes más icónicos.

Uno de los aspectos que más me gustó del film, fue el uso de efectos tradicionales junto a más modernos. Esto es algo que se puede apreciar en el instante de los gusanos de arena o cuando al famoso fantasma se le salen los ojos de las órbitas, que recuerda y mucho a los Looney Tunes. Los efectos más modernos no desentonan en absoluto, e incluso ayudan a la producción.

Sin lugar a dudas, lo mejor es Keaton. Pese a sus 73 años el intérprete demuestra estar en plena forma, volviendo a ofrecernos un Bitelchús por el que parece que no hayan pasado casi 40 años. Sigue siendo ese ente gamberro, al que todo le importa un pimiento que busca su propio beneficio, incluso cuando ayuda a los demás. Si lo hace, es por que le interesa.

Otra sorpresa agradable fue O'Hara, aquí mucho más disparatada que en la anterior entrega de la saga. Aquí se ha soltado la melena y muestra a los espectadores su faceta más loca y divertida. Baste citar como ejemplo el momento de su presentación, o el del cementerio por la noche. Instante que me arrancó unas buenas carcajadas por lo absurdo de la situación.

También hay que destacar los constantes homenajes a la primera parte. No solo por el uso de la banda sonora, de nuevo a cargo de Danny Elfman, sino también por el homenaje a Jeffrey Jones, que aquí vuelve en modo de animación, debido a sus problemas fuera de la gran pantalla, bastante chula todo hay que decirlo, como padre del personaje encarnado por Ryder.


Willem Dafoe sorprende gratamente, su rol de detective es bastante divertido y aprovecha cada ocasión en la que aparece, para robar escenas a aquellos intérpretes que comparten pantalla con él en ese momento. Dafoe no es la primera vez que aborda un rol cómico en su amplia carrera, baste recordar su participación en El gran hotel Budapest de Wes Anderson. Es una lástima que no se prodiga más en este tipo de papeles, puesto que ha demostrado su talento para hacer reír a las audiencias.

Hay un momento en el que Burton se permite homenajear a Mario Bava, con un flashback en el que se nos narra como Bitelchús conoció a Dolores. Rodado en blanco y negro, con un buen uso de la fotografía y con Keaton narrando la acción, es una gozada para todos aquellos que somos seguidores de uno de los maestros del terror europeo. No resulta ver extraño ver el enorme guiño que el realizador de Batman le hace a La máscara del demonio.

Si hubiera que ponerle un pero, sería al villano. Los pocos momentos en los que el personaje de Bellucci aparece, son bastante chulos. Lástima que la antagonista quede bastante desdibujada, puesto que cada vez que aparece demuestra ser una amenaza a tener en cuenta. Es una pena que Burton se haya fijado más en la historia de amor entre el personaje de Ortega y el de Arthur Conti, que interpreta al interés amoroso de la joven. Si tan solo Burton hubiera dejado de lado, o por lo menos no se hubiera centrado tanto en la misma, tal vez hubiera podido aprovechar más al personaje de Dolores.

Otra cosa que no me acabó de convencer fue el rol de Ortega. No es que la chica lo haga mal, pero parece una copia de Hacendado del personaje que encarnase Ryder hace casi 40 años. No tiene el mismo encanto que Ryder, puesto que salvando las distancias, son casi el mismo papel pero adaptado a los tiempos que corren.

Si os gustó la primera parte, sin duda recomiendo ver esta. Las dosis de humor negro aumentan, así también como una crítica, nada disimulada, a todos los instagrammers que buscan grabar el momento que están viviendo, en vez de guardarlo en su memoria. 

Una buena oportunidad de volver a ver a este fantasma tan divertido, en una vuelta a la gran pantalla que, en vez de ser innecesaria, ha supuesto la vuelta del mejor Burton en una de sus mejores cintas y que nos devuelve a ese cineasta gótico con una mirada especial que ahora, por fortuna, parece haber recuperado. Esperemos que siga así en futuros proyectos.

A continuación el tráiler:

Espero que os haya gustado la entrada de hoy.

miércoles, 4 de septiembre de 2024

película: Un vaso de whisky

Dentro de la filmografía española, existen pequeñas joyas y directores que merecen la pena reivindicarse. Es lo que ocurre con la entrada de hoy, donde el realizador nos ofrece una cinta que bascula entre el cine negro y el cine con moralina, lo que no está mal pero si el primer elemento hubiera primado sobre el segundo tal vez el resultado hubiera sido distinto. Lo que no quita para que nos acabemos encontrando con un filme bastante interesante.

Dirigida por Julio Coll, que se encarga del guion junto a José Germán Huici, la trama nos cuenta como Víctor, Arturo Fernández, es un joven vividor que no duda en aprovecharse de los demás, ignorando que con su conducta puede acabar haciendo daño a aquellos que le rodean. Entre quienes se encuentran su amigo Carlos, Carlos Larrañaga, Laura, Yelena Samarina, una joven enamorada de él o María, Rossana Podestà, dueña de un hotel cercano a la playa a quien Víctor conoce de manera fortuita tras una noche de borrachera que le lleva a su establecimiento.

Esta no es la primera película que veo del realizador, puesto que años antes vi Distrito quinto la cual recomiendo ver, y en donde vuelven a coincidir Arturo Fernández y Carlos Mendy, que en la entrada de hoy desempeña un rol secundario pero vital en el desenlace de la trama. Es en éste film de cine negro, antecesor a Reservoir dogs, donde Coll muestra su talento a la hora de dirigir cine negro.

Aquí Arturo Fernández vuelve a desempeñar ese rol de caradura vividor, por el que mucha gente le conocimos por La casa de los líos o Trúhanes. Pero, a diferencia de estas producciones donde su personaje es simpático, aquí es todo lo contrario. Es un interesado, no le importan las consecuencias de sus actos en absoluto. Vive al día, aprovechándose de las mujeres y pasando sus noches de barra en barra.

Es aquí donde el filme cojea puesto que quiere mostrar a los espectadores un filme moral, tal y como se nos advierte con los párrafos que hay antes de que comienza la producción. No hay que olvidar que estamos hablando de una cinta de 1958, realizada en Barcelona por lo que la moral y buenas costumbres estaban a la orden del día. Y si su protagonista va por la senda del mal camino, su final tiende a ser el esperado, para advertir a los espectadores de lo que les puede ocurrir si siguen igual.

La cinta está bien, donde lo que más destaca es la actuación de los actores, en donde todos rayan a un buen nivel, pero es Fernández quien se lleva el gato al agua. Su rol amoral hace que no te caiga simpático en ningún momento, es el polo opuesto al rol de galán pícaro y romántico que vino desempeñando en los últimos años de carrera.

Su duración, inferior a los 90 minutos hace que pase en un suspiro, a pesar de sufrir un pequeño altibajo hacia mitad de metraje, en los que Víctor parece encontrar el camino de la redención junto con María, pero, como se suele decir, la cabra tira al monte. Es como si la naturaleza de Víctor le empujase a hacer el mal, ya sea de forma voluntaria o no.

Lástima que Coll no hubiera tirado más por la faceta de cine negro, sin duda hubiera sido interesante ver como Víctor va enredando, aún más si cabe, a todos aquellos en su red. Pero, afortunadamente, aquellos que escapan de la misma han visto la luz, e inician su propio camino a la redención. Hilando muy fino, se puede decir que Víctor es una especie de demonio, tentando a todo aquel que se acerca a él.

Si os gusta descubrir cintas de cine español, sin duda la entrada de hoy es una buena oportunidad para hacerlo.

Espero que os haya gustado la entrada de hoy.