Muy buenas a todos. El año está a punto de cerrarse, en el que conviene hacer balance de lo vivido en este 2014 al que le quedan horas de vida. La entrada que cierra el presente año es, como no podía ser de otra forma, un libro que merece la pena reivindicarse. Tuve la oportunidad de asistir a la presentación del mismo en Madrid en Octubre, pero entre trabajos, estudios, exámenes y libros pendiente hasta hace poco no tuve la oportunidad de leerlo. Pero más vale tarde que nunca. Acompañadme a un viaje donde el terror y la mitología se dan la mano. Listos? Allá vamos.
Escrito por Allan J. Arcal, la trama es la siguiente: en el pueblo de Embla, cada diez años, los cinco sabios se reunen en el pozo de la luna para comprobar a quién habrá que sacrificar para asegurar la cosecha del lugar. Este año le toca a una chica, pero ella hará todo lo posible por escapar del sangriento futuro que le espera. Pero no estará sola, en su aventura le acompañarán su hermano y el borracho del pueblo.
Muy interesante libro que mezcla de forma hábil la mitología escandinava y el terror. Así, a lo largo de sus páginas somos testigos de como el autor, cita en numerosas ocasiones a Odín y compañía, de forma que estos mitos se mezclan de forma perfecta con los elementos de horror, de tal forma que ambos se complementan a la perfección. Se podría decir que uno no puede estar sin el otro, puesto que se necesitan para que la historia se enriquezca.
La historia está narrada de forma integra en primera persona, pero bajo el punto de vista de los personajes esenciales en la trama. Les acompañamos en todo momento, somos testigos mudos de lo que les pasa. Y aunque nos gustaría intervenir en más de una ocasión, no podemos. Esa es la trampa que nos tiende el autor, mirar pero sin tocar o intervenir, por mucho que nos fastidie.
Pero hay un momento, que por supuesto no voy a desvelar, en que se produce un ejercicio de metaliteratura. Ocurre cuando un personaje, sale de la trama para dirigirse al autor corrigiéndole sobre la forma que tiene de escribir. Tu cuándo lo lees te quedas como un conejo cuando le das las largas, extrañado. Pero dura solo un instante, te das cuenta que es una broma o pequeña licencia que Allan se ha tomado para tomar el pelo al lector, y de paso aliviar una situación en la que se ve envuelto el muchacho que es, cuando menos, tensa y terrorífica.
Es la primera novela que leo de este autor, su estilo resulta ágil y ameno. No puedes despegarte de las páginas una vez comienzas a leer. Y cuando quieres parar, el muy puñetero te deja con un momento de morderte las uñas, por lo que no te queda más remedio de seguir con su lectura. Así de adictivo resulta el libro hoy reseñado.
El libro, al menos en opinión de quién esto suscribe, me recordó a Wicker Man, la buena la de Christopher Lee, no la versión de Nicolas Cage. Me estoy refiriendo a lo de sacrificar a gente para salvar las futuras cosechas del pueblo, y que aseguren la supervivencia de los habitantes del mismo. En esto Allan no innova, pero al menos nos lo cuenta de una forma interesante y que hace que nos enganchemos desde que comienzan las peripecias de los protagonistas de su escrito.
Los únicos peros que se le pueden poner al libro son dos. El primero es el de la narración en primera persona, que he mencionado unos párrafos atrás. No molesta en absoluto, pero eso de que salte de un personaje a otro, para narrarte una situación bajo otro punto de vista funciona bien en el medio cinematográfico, en el literario cuesta. No digo que este mal ojo, pero si te choca. El segundo es su conclusión, que por supuesto no voy a desvelar. El final no podía ser otro, pero aún así uno no puede evitar preguntarse si otra posibilidad hubiera sido posible para cerrar la novela.
El autor apenas hace uso de la sangre. Eso sí, cuando aparece salpica las paginas de hemoglobina. Parece como si Allan se hubiera estado conteniendo durante largo rato, para luego dejar salir al asesino que todo escritor de terror lleva dentro. El escritor se preocupa más en crear la atmósfera concreta, que hacer masacres porque sí. Y eso los aficionados al terror lo agradecen.
Recomiendo leer el libro si sois fans de dos género literarios tan distintos, como son la mitología y el terror. Pero que aquí se dan la mano para ofrecernos un entretenimiento más que digno.
Espero que os haya gustado la entrada de hoy. Que tengáis una feliz entrada y salida de año, nos vemos en el 2015.
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