domingo, 7 de diciembre de 2014

pelicula: yakuza

Muy buenas a todos. Tal y como avancé en la entrada anterior, hoy analizamos la otra cinta homenaje al intérprete recientemente fallecido, Takakura Ken. En esta ocasión, se hablará de la cinta que le dio a conocer al público occidental. Un film que es una autentica maravilla, tanto en el apartado artístico como técnico, en lo que a guión y dirección se refiere. Pero no adelantemos acontecimientos, arranquemos el Delorean y viajemos al pasado para conocer más sobre la peli hoy reseñada. Listos? Allá vamos.


Dirigida en 1974 por el cineasta Sydney Pollack, la historia era la siguiente: Harry Kilmer, rol de Robert Mitchum, es un antiguo investigador que ayuda a un antiguo amigo llamado George Tanner, papel de Brian Keith, para que le ayude a encontrar a su hija que ha sido secuestrada en Japón. Al llegar al país del sol naciente, retomará el contacto con la que fue su mujer Eiko, interpretada por Keiko Kishi. En su aventura en la isla contará con la ayuda del hermano de su amor y antiguo yakuza Ken, con los rasgos de Takakura Ken. Pero como en todo thriller, no todo es lo que parece ser.

Qué puede decirse de este film que no se haya dicho ya? Probablemente poco, pero al menos el que esto suscribe va a aportar su granito de arena. Uno de los aspectos que sobresale de la cinta es su guión. Fue obra de dos de los mejores guionistas de la década de los 70, que a su vez dieron pie a dos de las obras maestras del cine como fueron Chinatown de Robert Towne, y Taxi Driver de Paul Schrader. O sea que de primeras, ya tenía la base para ser una película cuanto menos interesante, como acabó siendo.

Otro de las cosas a destacar es la actuación de sus dos actores masculinos. Mitchum sorprende con un rol de tipo duro, pero a la vez con sentimientos y atormentado por los sucesos de su pasado, que creía haber dejado atrás cuando se fue de Japón. Por otra parte, Takakura interpreta de manera sobria a un antiguo gangster, que tiene una deuda de honor con el personaje encarnado por Mitchum. Ambos hombres tienen cosas que los asemejan, pero también que los aleja, tal y como se irá comprobando a medida que avanza el metraje.

En cuanto a su realizador, Pollack vuelve a marcarse un thriller notable. Baste recordar una de sus incursiones en género como fue Los tres días del Condor con Robert Redford. En esta ocasión, el director de Memorias de África se marca un par de secuencias de acción, que no tienen nada que envidiar al cine que se hace hoy día, e incluso lo supera. Ambos momentos tienen lugar en su tercio final, el primero de ellos ocurre en la casa de de Ken, con tristes consecuencias, y el otro en la guarida de los malos, cuando ambos personajes deciden pasar a la acción y ejecutar a los responsables de la situación que han vivido.





La única cosa en común que tienen Black Rain y Yakuza, es que un policía va a Japón. Mientras que la cinta de Scott apuesta más por la acción, la de Pollack entra más dentro del género negro, pese a que tiene instantes espectaculares. Pero aquí se acaban las semejanzas. En la cinta de Mitchum, su personaje ha estado en el país del sol naciente, conoce sus peculiaridades y aún así le queda mucho por aprender. En la Douglas, su policía únicamente quiere cerrar el caso y le importa poco saber el comportamiento de la sociedad japonesa.

Ambas cintas pueden ser un perfecto programa doble, puesto que una complementa a la otra. Si no la habéis visto, ya estáis tardando en hacerlo. Es una autentica maravilla, donde todo funciona con el mecanismo de un reloj suizo. Los que ya hayáis visionado, siempre es buen momento para volver a hacerlo y ver que tal ha aguantado el paso del tiempo. En opinión de quién esto suscribe, no ha envejecido nada. E incluso ha ganado con el paso de los años.

A continuación el trailer:


Espero que os haya gustado la entrada de hoy.

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