Dirigida en 1995 por Paul W. S Anderson la trama es la siguiente: el dios Raiden, rol de Christopher Lambert, recluta a los luchadores Liu Kang; Sonya Blade y Johnny Cage, interpretados por Robin Shou; Bridgette Wilson y Linden Ashby respectivamente, para enfrentarse al brujo Sang Tsung, con los rasgos de Cary Hiroyuki Tagawa. Si el hechicero gana dominará la tierra, es misión de nuestros héroes impedirlo. La batalla ha comenzado.
Vamos a ser sinceros. Mortal Kombat es al buen cine lo que un Big Mac a la alta cocina. Te llena en el momento pero luego no te aporta nada. Pero de vez en cuando, hay que darle al cerebro y al gusto cinematográfico su ración de comida basura. De vez en cuando, a uno le apetece consumir filmes malos para luego poder apreciar mucho mejor las cintas de mejor calidad.
Todavía me acuerdo cuando vi esta peli en cine. Fue con mi hermana, hace años en el momento de su estreno y la vimos en La Vaguada. No había mucha gente, casi todos los que estábamos en la sala eramos adolescentes y empezamos a hablar antes de entrar, sobre que peli estaba mejor adaptada si Mortal Kombat o Street Fighter, que llegó poco tiempo antes de la reseña hoy analizada. Hay que decir que son distintas, pero que la cinta dirigida por Anderson es mucho más fiel a la fuente original, que el film interpretado por Van Damme y cía.
Los intérpretes de esta cinta no han llevado una carrera a destacar después de intervenir en este film, salvo en el caso del realizador. Anderson se ha convertido en un experto a la hora de trasladar videojuegos a la gran pantalla, además de la película hoy analizada, se han encargado de dirigir un par de partes de Resident Evil, o de adaptar bajo su peculiar visión clásicos como Los Tres Mosqueteros. Es un realizador apañado, ni es de lo peor que he visto pero tampoco de lo mejor. Digamos que con sus pelis no te aburres.
Una de las cosas que más me gusto de la peli de hoy, fueron sus efectos especiales. En aquella época molaban mucho, pero ha envejecido muy mal. Hoy día los efectos cantan la traviata, lo que es una verdadera pena. Es una de las cosas que lastran el resultado final de una producción que resulta, cuanto menos entretenida.
Mención aparte merecen los actores. Todos clichés con patas, pero el que resalta por encima de todos es el villano interpretado por Tagawa. No era la primera vez que tenía que asumir el rol de maloso, pero es que hay que reconocer que para una serie B como es esta lo hace genial. Tiene el punto justo de histrionismo y sabe caer mal, que es de lo que se trata. En cuanto al resto de actores, pues ni fu ni fa. Se limitan a hacer lo que pueden con un guión cuya trama y frases son más simples que el mecanismo de un chupete. Pero de donde no hay, no se puede sacar.
Vamos a soltar hostias como panes
A raíz del estreno de esta cinta, se hicieron un par de secuelas y una serie para televisión. Amén de las diversas continuaciones en videojuegos, que nos introducían a nuevos personajes tanto héroes como villanos. Huelga decir que las continuaciones son más nocivas, que una lechuga de Chernobyl aliñada con aceite de colza. Pese a que el fin de la cinta daba pie a una segunda parte, casi ninguno de los intérpretes repitieron, oliéndose lo que se les venía encima.
La recomiendo ver solo si no le hacéis ascos a una producción de serie B sin complejo ninguno. En caso contrario, mejor ni os acerquéis ya que echaréis pestes de la misma. El resto, pues como veáis. No se pierde nada, dura poco y se pasa rápido.
A continuación el trailer:
Espero que os haya gustado la entrada de hoy.
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