Dirigida en 1996 por Peter Jackson, la trama era la siguiente: Frank Bannister, rol de Michael J. Fox, se gana la vida como cazafantasmas en Nueva Zelanda. Pero en realidad estos espíritus están aliados con él. Poco imagina este hábil timador que su poder le será útil, cuando misteriosas muertes empiezan a ocurrir en su ciudad y todas las pistas apuntan a su persona.
Muy entretenida cinta dirigida por el realizador neozelandés, en la que contó con un presupuesto más holgado a la hora de afrontar la producción. Ello no solo se notó en una mejora de los efectos especiales, si no también con que pudo contar con un buen reparto de caras conocidas, para que le ayudarán a llevar a buen puerto su nueva propuesta. Al ya mencionado Fox, añadir a Jeffrey Combs, Trini Alvarado; Dee Wallace Stone o en un desternillante cameo R. Lee Ermey, retomando su papel de La Chaqueta Metálica.
Recordar, toda la pasta para mi
Todavía me acuerdo cuando vi esta peli en el cine. Era un Domingo y fuimos a la primera sesión mi padre y yo. No había mucha gente y pudimos ver la cinta tranquilos. Aún recuerdo la carcajada que solté cuando vi a Ermey haciendo su aparición. Desde luego demostró sentido del humor, al parodiar el papel que le lanzó a la fama allá en los lejanos 80.
Jackson es de esos directores que sabe conjugar muy bien instantes cómicos, con los puramente terroríficos. Baste recordar la aparición del villano, La parca, que hace estragos cada vez que hace de las suyas. Pocas veces se ha visto en la gran pantalla, una figura que imponga tanto. Otro instante a rescatar es el final, que por supuesto no voy a desvelar, en la que los malosos tienen su merecido y su muerte es de todo menos bonita.
Es una pena que este film no sea más reinvindicado. Tal vez no sea una obra maestra, dista mucho de serlo, pero al menos su guión si que tiene apuntes interesantes y sus actores son creíbles. Los malos hacen su papel la mar de bien, son odiables y solo deseas que la palmen cuanto antes mejor. Otra cosa son los buenos, quieres que salgan airosos de las numerosas peripecias por las que van pasando a lo largo del metraje.
Jackson con esta cinta demostró que podía pasar a la división A de directores. Poco tiempo después, se encargó de cierta trilogía con enanos, elfos y demás que le hizo ganar el Oscar al mejor realizador, cuando dio carpetazo al final de la saga imaginada por Tolkien. El resto como se suele decir, es historia.
Recomiendo verla para que compareis como ha ido evolucionando el estilo de este oriundo de Nueva Zelanda, en una carrera con altibajos en taquilla y críticos, pero de lo que no hay duda es que es adorado por legiones de fans de la fantasía épica. Si la habéis visionado, siempre es un buen momento para darle una nueva oportunidad y ver si os sigue gustando igual o menos.
A continuación el trailer:
Espero que os haya gustado la entrada de hoy.
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