Dirigida por John Flynn en 1989 nos contaba la siguiente historia: Frank Leone, Stallone, es un preso modelo que vive en régimen abierto y al que solo le quedan 6 meses para recobrar su libertad por completo. Pero un antiguo enemigo, encarnado por Sutherland, hará de esos 6 meses restantes un infierno cuando nuestro protagonista es trasladado a la prisión de máxima seguridad de Gateway donde ha de sobrevivir contando tan solo con pocos aliados y su fuerza de voluntad.
Este es uno de los títulos donde el fornido actor mejor actúa, no se limita a ser tan solo una montaña de músculos, también le vemos derrumbarse en más de una ocasión, algo que pocas veces le hemos visto a lo largo de su filmografía. Tal vez su papel no sea merecedor del Oscar, pero tampoco para nominarle a los antioscars, pero desde luego no está tan horrible como nos hacen creer.
Pude ver esta cinta primero en video y luego en su pase por televisión, es una de esas pelis a las que tienes un especial cariño y no sabes bien porque. Tiene una dirección correcta, unos actores que se limitan a cumplir con sus roles, especialmente Sutherland ejerciendo de villano sádico y pasándolo en grande mientras lo hace, un guión que sigue más o menos a pies juntillas los filmes ambientados en las cárceles y sobre todo una buena banda sonora compuesta por Bill Conti, cuyo tema principal os paso a continuación para que lo escuchéis:
Durante todo el metraje, y casi desde que comienza la cinta no podemos evitar ponernos del lado de Sly y desear que pase a la acción para demostrarle al resto de presos y al cabroneiro del alcaide que es mejor no tocar las narices al fornido actor. Mientras tanto somos testigos de como intenta hacer todo lo posible por cumplir la condena de la mejor forma posible y evitar meterse en líos, pese a las constantes provocaciones por parte de uno de los presos fieles al mandamas de la prisión y que cuenta con los rasgo de Sonny Landham, a quién los aficionados al fantástico recordamos por ser Billy en Depredador.
Aquí Stallone demuestra que si se le sabe dirigir puede ser un actor bastante apañado, pese a lo que sus muchos detractores se nieguen a ver. Tal vez, como he indicado unos párrafos más atrás no sea merecedor de premios, pero ha salido airoso de su enfrentamiento actoral con pesos pesados como Robert deNiro y Harvey Keitel en Copland, donde Sly no dudó en ganar peso para dar forma a un policía harto de su trabajo y al que todo el mundo toma por el pito del sereno.
Una buena maratón sería ver primero esta cinta y luego disfrutar de Plan de Escape, o viceversa. Así podemos ver a Sly por partida doble en una prisión donde intentará hacer todo lo posible por sobrevivir a una situación que se le pone cuesta arriba en más de una ocasión.
Como viene siendo norma os dejo con el trailer de la entrada de hoy:
Espero que os haya gustado la entrada de hoy.
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