lunes, 12 de agosto de 2024

película: La trampa

Según reza el famoso dicho "Si me engañas una vez, es culpa tuya. Si me engañas dos, es mía". Pues bien, esta frase de Anaxágoras se puede aplicar a Shyamalan. El cineasta hindú ya lleva tiempo engañándonos con sus nuevas propuestas, y eso que ya deberíamos ir con la mosca detrás de la oreja pero, el puñetero, sabe como vendernos sus películas. Algo que aquí ha vuelto a suceder.


Escrita y dirigida por M. Night Shyamalan, la trama nos cuenta como Cooper, Josh Harnett, un asesino en serie conocido como El Carnicero acude junto a su hija Riley, Ariel Donoghue, al concierto de la cantante de moda Lady Raven, Saleka Shyamalan. Pero, al poco de llegar nota la presencia de muchos policías, por lo que pregunta a un empleado de la venta de merchandising a que se debe tanto despliege. El vendedor le confiesa que todo es una trampa para detener al psicópata, y que todo el evento no es más que una trampa para poder apresarlo.

Además de los intérpretes arriba citados, en el reparto también nos encontramos a Hayley Mills, interpretando a la Dra Josephine Grant, la encargada de atrapar al asesino o a Alison Pil, dando vida a Rachel, la esposa de Cooper.

¿Verdad que el argumento mola? Llama la atención y pinta interesante. Pero se queda ahí. Tan solo se salvan sus primeros cuarenta minutos, y, una vez alcanzados, la cinta va cuesta abajo y sin frenos. Lo que es una pena, puesto que se le podía haber sacado mucho más jugo. Mientras visionaba la cinta, no le di importancia a unos cuantos detalles, pero, una vez acabada la proyección, empecé a repasar algunos de los, múltiples, agujeros que tiene la trama. Lo que hizo cabrearme aún más.

No es la primera vez que Shyamalan me engaña. Ya lo hizo en sus dos últimas propuestas, cuyas reseñas podréis leer aquí y aquí. Ya poco queda de aquel cineasta que logró sorprender a las audiencias de todo el mundo, con El sexto sentido y El protegido, sus dos mejores trabajos sin duda. Ahora, parece que corta la mayor parte de sus producciones por el mismo patrón. Con un giro de guion que intente sorprender, lo que ya parece ser su marca de fábrica. Pero alguien debería decirle que eso ya no funciona tan bien como antes.

Esto es algo que cabrea. Puesto que el punto de partida es prometedor, pero se queda en agua de borrajas. Y eso a pesar que cuenta con una buena interpretación de Harnett, cuyo rol como psicópata está bastante bien llevado. Sabe ser amenazador y encantador a la vez, pero, en los instantes finales, parece olvidarse de su actuación contenida, y nos ofrece alguna que otra cara de loco y muecas que echan al traste lo que había hecho hasta ahora.

Es de lo poco que salvo de la película, el resto es para olvidar. No hay tensión, no hay emoción alguna. Shyamalan visita terrenos que antes se nos habían mostrado en thrillers con asesinos en serie de por medio. De acuerdo hazlo, pero si me cuantas una historia que se ha contado antes, hazlo de una forma que resulte interesante para la audiencia.

Ya he dicho que salí cabreado de verla, algo que me ha pasado muy pocas veces cuando salgo de ver una película. Pues bien, Shyamalan lo consigue. No sé como se las apaña, y eso que ya iba con la mosca detrás de la oreja, a tenor de las críticas que iban saliendo. Si bien no tiendo a hacerles caso, a la hora de enfrentarme al realizador de Múltiple, ya iba sospechando.

No voy a reventar nada de la película, pero es que a nada que te pongas a rascar o a pensar, incluso mientras la estás viendo, no se sostiene por ningún lado. Es cierto que hay que dejarse llevar por la incredulidad, pero es que aquí el director trata a la audiencia como si fuera zote directamente.

Hay cosas mejores en las que perder la hora y cuarenta que dura la película. Yo no os la recomiendo ver, y, si lo hacéis, es bajo vuestra cuenta y riesgo.

A continuación, el tráiler:



No hay comentarios:

Publicar un comentario