sábado, 4 de febrero de 2023

película: Llaman a la puerta

Ayer fui al cine a ver la nueva propuesta de Shyamalan, debido a que el libro que adapta La cabaña del fin del mundo de Paul Tremblay, me gustó bastante. Tanto por su argumento, como por los personajes. Pero, ay amigo, el realizador ha echado por tierra mis expectativas. Y no es la primera vez que lo hace, puesto que volvió a hacer lo mismo con Tiempo. Empieza bien y la caga a la hora de cerrar la cinta, algo que aquí tiene más delito.


Dirigida por M. Night Shyamalan, que se encarga del guion junto a Steve Desmond y Michael Sherman. La cinta nos cuenta como el matrimonio gay formado por Eric, Jonathan Groff, y Andrew, Ben Aldridge, junto a su hija adoptada Wen, Kristen Cui, reciben la visita de cuatro extraños liderados por Leonard, Dave Bautista, quien les informa que están ahí para detener el Apocalipsis, y que ellos son la clave para evitarlo.

La novela me gustó mucho, por lo que tenía grandes esperanzas en su adaptación a la gran pantalla. Tenía todos los ingredientes para hacerlo, pero me decepcionó bastante. No es culpa de los actores, entre los que sobresalen Groff y un sorprendente Bautista, sin duda lo mejor de la cinta y un perfecto Leonard, si habéis leído la novela es su perfecta encarnación física.

Pero a la hora de llevarlo a la gran pantalla, tanto el director como los guionistas no se han atrevido a llevarla tal cual al cine. Y es que en el libro, suceden un par de momentos que difieren de lo visto en la adaptación que vi ayer. Por supuesto no los voy a desvelar, pero uno de ellos me sorprendió al leerlo y el segundo tiene que ver con el final, totalmente diferente al que ha llevado a cabo Shyamalan.

Todos los que hemos leído libros adaptados a la gran pantalla, o en formato de serie, sabemos que los cambios son algo normal. Bien sea para aligerar el material original, o porque hay tramas que no son tan importantes y, si se quitan, no afectan en absoluto al resultado final. En otras ocasiones, el director realiza su propia versión ya que el libro tiene elementos que le sobran, otros que le atraen, y decide hacer su visión. El caso más claro lo tenemos en El resplandor de Kubrick.

Pero aquí el caso es más grave. Más o menos va bien hasta mitad de film, muy fiel al libro. Pero, se ve que en ese momento el hermano maligno de Shyamalan tomó el mando, y decidió salirse por la tangente. Hasta ahora se había manejado bien la tensión, estabas atento, pero de repente algo hizo clic en el cerebro del realizador indio, y se ve que en el de los guionistas también, y la cagada es monumental.


Durante la mayor parte del metraje, tanto los espectadores como los protagonistas del film, se preguntan si lo que está sucediendo es real, o todo forma parte de una cruel broma o no. Hay pistas que así lo indican, tal y como menciona en un momento el personaje de Andrew, pero, poco a poco, lo que parecía irreal se va tornando en una terrible realidad.

Este es el punto fuerte de ambas versiones. Pero donde una se hace fuerte y va cogiendo peso a medida que avanza la trama, la otra se desinfla a medida que pasan los minutos. Eso me cabreó, tenía la esperanza que se respetase el material original. Que bonita es la inocencia. Si hubieran respetado el libro, sin duda estaríamos hablando de un film completamente distinto, y podría haber estado, sin duda, entre las mejores cintas de su realizador.

Pero no todo va a ser malo. Las escenas apocalípticas que ven por televisión están bien hechas, que no tengan posibilidad alguna de comunicarse con el exterior debido a la situación de la cabaña, no hace sino aumentar la sensación de tensión y claustrofobia. En esto al menos, demos gracias, Shyamalan y sus guionistas han sido fieles.

Shyamalan es un director con no pocos altibajos. Si, su nombre sigue atrayendo al gran público, entre los que me incluyo. Pero, entre su anterior trabajo y este, lleva una racha que tela. Tal vez debería tomarse un descanso y reponer fuerzas, y plantearse si introducir sus ya famosos giros han de hacerse o no. 

A continuación os dejo con el tráiler:




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