Muy buenas a todos. Cómo he mencionado en la entrada anterior hoy volvemos a reseñar un libro infantil, pero esto hay que ponerlo entre comillas. De base puede considerarse para niños, pero uno según avanza en su lectura se da cuenta que tiene partes bastante oscuras y duras para los infantes. Pero aún así es una lectura que pueden leer los nenes a partir de 8 años, más jóvenes les puede impactar y no es coña en absoluto. Ahora en el siguiente párrafo os contaré la trama del mismo, pero primero pongamos la portada de la entrada de hoy. Venid conmigo en un viaje que cambiará el mundo de Leo Circus para siempre y en el que su forma de ver el mundo será complemente distinta a cuándo inició su periplo. Allá vamos.
El libro, escrito por Joe Alamo y Roberto Malo y con ilustraciones de Verónica Leonetti nos cuenta la siguiente historia: Leo Circus nació sin párpados, pero para sus padres no es inconveniente para que le quieran con todo su corazón. Cuando nuestro protagonista pierde a sus padres se embarcará en una aventura en la que se topará con unos personajes tan peculiares como una bruja, un ladrón o un hombre lobo. Paralela a esta trama está la del circo, en la que un maestro de pista nos presenta a diversos personajes con una característica especial.
Este libro consiguió emocionarme y llegarme a la patata. Es todo un homenaje a Neil Gaiman, el autor inglés que es capaz de crear mundos imaginarios tanto para niños como en Coraline como para los adolescentes/adultos. En este último caso podemos citar dos ejemplos como Stardust, los hijos de Anansi o American Gods, por supuesto no hay que olvidar a una de sus máximas creaciones dentro del mundo de los comics como es Sandman.
Este es un libro en el que los cuentos que forman parte de la trama secundaria consiguen emocionar tanto o más que la principal. Son estas historias las que contienen la mayor carga emocional, sobre todo una de ellas consigue que las lágrimas luchen por salir de nuestros ojos. El que no consiga emocionarse minimamente con la historia de impávido y amapola ha de hacérselo mirar, ya que consigue llegar al corazón sin ser empalagoso ni demasiado almibarada.
De Alamo había tenido la oportunidad de leer otras obras ya reseñadas como las de Tom Z o El enviado, y en breve aparecerá por esté blog como es Lado extraño y que entra dentro del mundo de la fantasía juvenil. En lo que respecta a Roberto Malo esta es la primera vez que he tenido la oportunidad de leer algo suyo, y espero que no sea la última.
En lo que respecta a las ilustraciones y que sirven de complemento perfecto a la historia son obra, tal y cómo se ha indicado un par de párrafos atrás de Verónica Leonetti. Son impresionantes, aunque en un primer vistazo puedan parecer simples, basta una segunda mirada para ver que no es así. Los trazos están muy bien hechos y el color que les acompaña oscilan entre los cálidos y los fríos. Estos dibujos sirven para ilustrar de mejor forma las historias que nos cuentan los autores, están pensadas para ambos públicos. Tanto para el adulto como para el más joven, y que les sirve de ayuda para que puedan comprender mejor los cuentos que forman parte del libro.
El libro según creo se está vendiendo bastante bien, algo que no me extraña en absoluto viendo el resultado final del libro.
La editorial Kelonia de un tiempo a esta parte nos está brindando sorpresas bastante agradables, tanto en los libros de temática adulta como en los de carácter infantil/juvenil. Los que somos amantes de la literatura nos frotamos las manos con las múltiples sorpresas que nos tienen reservadas en la recamara, tened por seguro que futuras publicaciones aparecerán por este blog.
Espero que os haya gustado la entrada de hoy, dadle una oportunidad al libro. Y si tenéis familiares infantiles no dudarlo y haceros con la novela.
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