lunes, 31 de octubre de 2016

pelicula: Km 666, desvío al infierno

Con la entrada de hoy se pone punto y final al especial de películas de terror, que han venido protagonizando las últimas reseñas de este blog. En la víspera de todos los santos vamos a reseñar una cinta, que marcó el inicio de una saga siendo la segunda parte estrenada en cines, y el resto hasta la sexta entrega fueron lanzadas de forma directa a DVD. Aquí se analizará la primera parte y que supuso la plataforma de lanzamiento para algunos de sus protagonistas a otros proyectos.

Dirigida por Rob Schmidt en 2003, la historia nos cuenta como Chris Flynn (Desmond Harrington) se dirige a una entrevista de trabajo cuando ha de coger un desvío a causa de un accidente. Yendo por el bosque tiene un accidente con un coche aparcado en mitad de la carretera, y que pertenece a un grupo de cinco amigos entre los que se encuentra Jessie (Eliza Dushku) que han ido a practicar senderismo. Al ir a buscar ayuda, los jóvenes serán objeto de caza por parte de una familia de caníbales. La lucha por la supervivencia ha comenzado.

Entretenido film slasher claramente influenciado por dos títulos anteriores, que tratan el mismo tema y que fueron objeto de sendos remakes. Me estoy refiriendo a La matanza de Texas de Tobe Hooper y a Las colinas tienen ojos de Wes Craven, en cuyo argumento se inspiró sin duda alguna Alan B. McElroy a la hora de crear el argumento de Km 666.

La cinta cumple cada unos de los clichés típicos de este género, por lo que no hay novedad ninguna. Todos los que ven este tipo de películas ya saben lo que van a encontrarse. Pero una vez más es la forma en que lo cuentas, o como visualizas las muertes de las víctimas lo que hace que un film pueda resultar más atractivo o no a los espectadores.

El punto fuerte de la cinta es, como no podía ser de otra forma, los efectos de maquillaje encargados de recrear cada una de las muertes de las víctimas ya sean con prótesis o mediante uso del CGI. Así como de los caníbales consiguiendo el efecto justo de ser repugnantes a la par que agresivos. No en vano la producción de la misma corre a cargo del fallecido Stan Wiston, uno de los mejores maquilladores de Hollywood y recordado por su labor en Terminator o Depredador.

La dirección de Schmidt resulta plana y ajustada a este tipo de producciones. No se aprecia la misma garra que demuestran otros realizadores de terror como Alexander Aja (Alta Tensión) o Rob Zombie (La casa de los mil cadáveres) que son capaces de crear una atmósfera y mantener en tensión a los espectadores. En esta cinta apenas hay nada de esto, Schmidt sigue el guión preestablecido careciendo de la habilidad de Aja y Zombie.

Los actores realizan el tipo de interpretaciones que se dan en los slashers. Pero su actuación resulta más plana que de costumbre, en ningún momento te llega a importar lo que les pase. Desde que comienza la película ya sabes cual será su destino. Al menos sirvió a algunos de ellos para participar en series de éxito, como es el caso de Harrington en Dexter y a quién veremos en el nuevo film de Nicolas Windin Refn The Neon Demon, o de Dushku, que venía de triunfar en Buffy: Cazavampiros, en Banshee o roles episódicos en The Bing Bang Theory o poniendo la voz a Hulka en Hulk y los agentes de Smash.

La película tiene una duración ajustada de poco más de hora y veinte, por lo que desde que comienza va directa al grano y no aburre. Lo cual es de agradecer. Además de las referencias arriba citadas a los filmes de Craven y Hooper, uno también puede adivinar el homenaje a las cintas survival en las que gente de ciudad ha de sobrevivir en un entorno natural. De esta forma a uno se le vienen a la cabeza Defensa de John Boorman o La presa de Walter Hill.

Un film para pasar el rato y que no tiene nada que aportar al género de terror. Tan pronto como uno la ve se olvida de la misma.

A continuación el trailer:




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