jueves, 11 de agosto de 2016

pelicula: Warlock el apocalipsis final

Muy buenas a todos. Hoy vengo a hablaros de una cinta por la que tengo una debilidad especial, no solo es la secuela de una de mis películas de serie B favoritas, si no que también aquí su protagonista principal se sale y es el verdadero motor del film. Un festival de fantasía con gotas de terror y gore que en nada se parece a su predecesora. Así pues, vayamos a la década de los 90 para conocer las nuevas peripecias de este brujo que vuelve a hacer de las suyas en nuestros días. ¿ Listos ? Allá vamos.

Dirigida en 1993 por Anthony Hickox, realizador de Hellraiser 3, la cinta nos narra como Warlock, Julian Sands, renace en nuestros días y se dispone a buscar unas piedras con las que traer a Satanás a la tierra. Pero los jóvenes Kenny, Chris Young, y Samantha, Paula Marshall, hijos con poderes de unos druidas tratarán de impedírselo.

Adoro esta película. Todavía me acuerdo cuando  la vi hace años en vídeo cuando la alquilé para pasar la tarde del fin de semana. Si ya era fan de la primera, de la segunda ni te cuento a pesar de que el tono de la secuela es más oscuro que el de su predecesora, más violenta y con más escenas sangrientas que las de su predecesora que tiraba más hacía la aventura.

El gran defecto que tiene esta cinta se encuentra en el apartado de los efectos visuales. Estamos hablando de una época en la que estos estaban empezando a ser revolucionarios, pero aquí no están bien utilizados y se notan una barbaridad, sobre todo en su tramo final. Esto es algo que desluce el conjunto global de un film que hasta que estos efectos aparecen estaba aguantando bien el tipo en lo que al apartado técnico se refiere.

Hay que ser conscientes que se trata de una producción de serie B, algo que no oculta en ningún momento. Todos los implicados dentro de la película saben que la única función de la cinta es el de hacer pasar un buen rato a los espectadores durante sus 90 minutos que pasan en un suspiro y desde luego que lo consiguen. Esta producción es un entretenimiento bastante decente y que tiene instantes para recordar y que aún hoy permanecen en mi memoria cinéfila.

Uno de estos tiene lugar cuando nace Warlock. Una escena bastante sangrienta, con mal rollo y que da algo de asco. A partir de ese momento, minuto doce de la película más o menos, la acción va como un tiro y no se detiene hasta el final. Todos esperamos con ansia la aparición del brujo, y desde luego que no decepciona en absoluto. Aquí Sands es más cabrón y sanguinario que en la primera película, aportando su carisma a un personaje al que estará siempre unido.




Otro de mis momentos favoritos tiene lugar cuando Warlock va a buscar una de las piedras que está en posesión de un coleccionista de arte. El brujo le propone cambiarla por una obra inigualable a lo que el incauto accede. El resultado, huelga decirlo, no era lo que el avaricioso se esperaba aunque desde luego Warlock no falta a su palabra.

Y por supuesto la secuencia  de los espejos, en la que Warlock volverá a hacer de las suyas para hacerse con la piedra. Es un instante en que el brujo juega con la avaricia del posesor de la runa mágica y demostrando ser un maestro del engaño que no se detendrá ante nada ni nadie para conseguir su objetivo.

Aún hoy me sigue sorprendiendo ver el nivel de violencia y gore que exhibe esta cinta. Algo que solo parecía destinado hacia las producciones de terror y que no parece casar del todo con un film de tono fantástico. Pero ambos elementos casan y se complementan, para alegría de los amantes de los efectos sangrientos y no tanto para aquellos que tengan estómagos delicados.

El final de la cinta es el duelo entre los magos y el brujo, en el que los jóvenes tendrán que emplearse a fondo en el uso de sus poderes para evitar el fin del mundo. La conclusión dejaba abierta la vuelta del brujo, algo que acabaría ocurriendo en una tercera parte en la que por desgracia no estaría Sands, y sobre la que será mejor correr un tupido velo.

Película rodada de forma artesanal, sacando partido del  poco presupuesto del que dispone y que merece rescatarse del relativo olvido en el que se encuentra. No es una obra maestra, dista mucho de serlo, pero desde luego que producciones como esta ya no se hacen. Cintas con argumentos simples,  con una duración ajustada y que no necesita irse por las ramas para contarnos la eterna lucha entre el bien y el mal.

Si os gustó la primera parte y no habéis visto esta, nunca es tarde para descubrirla. Y si ya la visteis en su momento, nunca es tarde para volver a verla y ver que tal le ha sentado el paso del tiempo. En opinión de quien esto suscribe, salvo por los efectos digitales,  nada mal en absoluto.

A continuación el tráiler:


Espero que os haya gustado la entrada de hoy.

1 comentario:

  1. Yo también le tengo una cariño especial a esta película! Benditos vídeo-clubs!
    Gracias por rescatarla!

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