jueves, 13 de agosto de 2015

libro: gespenst

Muy buenas a todos. Tal y como avancé en la entrada de ayer, en la de hoy vuelve a repetir autor, con un nuevo trabajo suyo que se publicó este año. Este nuevo libro, a diferencia del anterior, si que toca más el género de terror, más concretamente el de los fantasmas, y el thriller que en nudos de cereza. Un pantano esconde un secreto en su pasado, y que tiene una estrecha relación con el presente. Darme la mano y acompañadme en un viaje, donde los espectros pueden tener la clave para resolver el misterio de la trama. Listos? Allá vamos.


La trama, escrita por Ignacio Cid Hermoso es la siguiente: Marcos y Alicia están dando una fiesta, para celebrar el éxito profesional de Alicia como pintora. Todo parece ir bien, pero Carlos el hijo de ambos desaparece en los pantanos de nueva  Luarma y no se le vuelve a ver. Pronto empezarán a investigar su desaparición, los amigos del muchacho parecen saber más de lo que la gente cree y los sucesos del pasado volverán de nuevo al presente, ya que están muy relacionados ambos misterios y que arrancan durante la postguerra.

De nuevo Ignacio lo ha vuelto a hacer, ha cogido una formula que se ha dado una y mil veces tanto en cine como en literatura, para ofrecernos su particular punto de vista.  Historias de fantasmas y espectros las ha habido, y las seguirá habiendo, ya que es uno de los pilares de la literatura fantástica y de terror. Y de nuevo está en la forma en la que lo cuentas, lo que hace que el argumento te enganche, y este lo hace desde sus primeras páginas.

Una vez más, el autor une pasado y presente para contarnos una trama, en la que la venganza, el amor, la locura entre otros elementos se dan la mano para ofrecernos una historia, que en no pocas ocasiones consiguen que levantemos la vista de sus páginas para comprobar que estamos solos  en el lugar donde estamos leyendo la novela. Así de adictivo resulta.

Ignacio apenas abusa de la sangre, ya que lo que nos importa son los personajes. Por supuesto que hay sustos y escenas sangrientas, pero estas no son lo esencial. Son los protagonistas los que adquieren verdadera importancia, según los vamos conociendo podemos empatizar con ellos, desearles el peor  de los destinos o lástima, que es lo que acaba ocurriendo en no pocas ocasiones,  y más cuando encajamos las piezas sueltas del puzle que el autor  ha ido componiendo para los lectores.

El autor vuelve a jugar con el pasado y el presente, tal y como he mencionado unos párrafos más atrás. Parece ser una constante en su obra, y  por ahora hay que darle las gracias, ya que parece ser su sello identificativo. Desde las postguerra, hasta pocas semanas antes de la fiesta y del misterio que rodea a la separación del joven, todo queda en apariencia inconexo, hasta que llegamos al tercio final donde vemos la luz al final del túnel y todo queda explicado y aclarado.

De nuevo, los verdaderos monstruos vuelven a ser los seres humanos. Si bien son capaces de crear maravillas en cualquier campo, salvar vidas o de dar amor entre otras características, no es menos cierto que también han sido autores de verdaderas masacres y  aberraciones. Si cualquiera de los psicópatas y asesinos famosos de la historia del cine existiese, quedarían como niños de teta si lo comparamos con las atrocidades que han cometido algunos hombres y mujeres.

Una historia clásica, que se lee enseguida y de la que da pena despedirse una vez se ha acabado de leer. Os la recomiendo si os gustan las tramas de terror y suspense, y buscáis algo que se aleje de las típicas historias que hayáis leído hasta la fecha.

Ahora solo queda esperar al nuevo trabajo del autor, al que espero que le sigan acompañando las musas, como ha ido ocurriendo hasta ahora.

Espero que os haya gustado la entrada de hoy.


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