Dirigida en 1997 por David Fincher la trama es la siguiente: el día de su cumpleaños el millonario Nicholas Van Orton, rol de Michael Douglas, recibe la visita de su hermano pequeño y oveja negra de la familia Conrad, papel de Sean Penn. El benjamín de los Orton le regala una tarjeta de una compañía especializada en juegos adaptados para sus usuarios. Poco imagina Nicholas la aventura que está a punto de vivir.
Muy curioso thriller el que nos ofrece Fincher. Uno no puede apartar los ojos de la pantalla durante su proyección. A lo largo de su metraje no son pocas las sorpresas, que nos tienen preparadas tanto el guionista como su máximo responsable. Durante poco más de dos horas, somos testigos de las peripecias por las que va pasando el personaje encarnado por Douglas, algunas de ellas ciertamente duras de pasar y que están a punto de costarle la vida a nuestro protagonista.
La carrera de Fincher ha estado en su mayor parte de su filmografía, en mayor o menor medida, unida al thriller, género en el que ha demostrado encontrarse muy a gusto. De lo que no hay duda, es que el realizador de Seven, posee un talento único a la hora de narrar las imágenes en pantalla. Y que tiene un lenguaje visual que le coloca, con todo merecimiento, en los mejores realizadores que posee el cine actual hollywoodiense.
Todavía me acuerdo de cuando vi esta peli en cine. Fue con mis abuelos si no me equivoco, en un cine de Madrid y si la memoria no me falla, fue por la época de Navidades más o menos. A mi la cinta me encantó, y lo sigue haciendo puesto que la suelo ver de tanto en cuando, y creo que a mis abuelos y tíos también. Pero ya se sabe, que los gustos cinematográficos de los jóvenes y la gente mayor en el cine actual no suelen ser los mismos.
Sin duda Douglas está perfecto como millonario cabronazo que lo tiene todo en la vida, Penn vuelve a dar muestras de su enorme talento aportando carisma a un personaje y aprovechando sus escasos momentos en pantalla. En cuanto a la fémina del film, Deborah Kara Unger se limita a ser más que la cara bonita de turno, dando el toque justo de sensualidad y misterio a un sujeto que se ve envuelta de manera casual, en la aventura en la que se ve inmerso el protagonista de la cinta.
A partir de un momento del film, el personaje de Douglas decide pasar a la acción e investigar quién le busca y por que. Decide dejar de ser un personaje pasivo, se convierte en algo que no creía ser y sacar fuerzas de donde no las hay para enfrentarse a los peligros que le van acechando. Para muestra la imagen que hay a continuación del siguiente párrafo.
Ha llegado la hora de ponerse duro
Douglas vuelve a demostrar que no se le da nada mal los papeles que exigen cierta actividad física. Baste recordar sus incursiones, en el cine de evasión como Tras el corazón verde, La joya del Nilo o Black Rain. Lástima que no haya hecho más cine de este tipo, hubiera podido ser un héroe de acción pasable y que no necesita de grandes músculos a la hora de repartir estopa entre los malosos.
Si no la habéis visto os la recomiendo, seguro que no os decepciona en absoluto si os gustan los thrillers que te mantienen enganchados, desde que comienzan hasta que los títulos de crédito aparecen. Si lo habéis hecho ya, siempre es un buen momento para volver a hacerlo y ver si el paso del tiempo la ha tratado bien o no. En opinión de quién esto suscribe, ha ido ganando con el paso del tiempo.
A continuación el trailer:
Espero que os haya gustado la entrada de hoy.
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