Dirigida en 1991 por Mark L. Lester, realizador de Commando con Chuache, nos contaba la historia de Chris Kenner, rol de Dolph Lundgren, y Johnny Murata, papel del tristemente fallecido Brandon Lee, que unen sus fuerzas para enfrentarse a la yakuza, comandados por el sanguinario Funekei Yoshida, interpretado por Cary Hiroyoki-Tagawa.
Película más simple que el mecanismo de un botijo. Diálogos chorras, unos actores pasándolo en grande, apañadas escenas de acción y la presencia de la guapisima actriz Tia Carrere, hacen de esta cinta uno de esos placeres culpables que uno disfruta.
Todavía me acuerdo de cuando vi esta cinta, fue en una de esas tardes donde uno va al videoclub sin nada mejor que hacer y la portada te llama la atención. Sin nada mejor que hacer la alquilé, y la disfruté como un enano. Sin lugar a dudas lo mejor de esta peli son las escenas de artes marciales y peleas que protagonizan ambos actores, donde se nota que controlan del tema, y cuyos estilos son dispares: Lundgren utiliza la fuerza bruta, mientras que Lee es más partidario de la agilidad. Huelga decir que la química que se establece entre ambos ayuda a que la cinta, ya de por si de apenas hora y veinte de duración, pase en un suspiro.
Desde luego es una pena que Lee falleciese poco tiempo después de acabar su participación en esta cinta, puesto que lo tenía todo para ser una gran estrella del cine de acción: atractivo, carisma, y una facilidad pasmosa para dar hostias como panes. Pero al igual que ocurrió con su padre, pudo intervenir en pocas cintas antes de fallecer prematuramente, y tal y como pasó con su progenitor en extrañas circunstancias.
El director no era ajeno del todo al cine de acción, gracias a él además de la cinta de Chuache antes mencionada, tenemos Curso de 1999 u Ojos de Fuego, por lo que sin ser un gran realizador de cine de acción al menos si que sabía como entretener a la audiencia.
Es una pena que ya no se haga cine de acción como este, con peleas más o menos bien coreografiadas, con unos protas con mucho carisma y cuya duración sea en torno a la hora y media. Los que crecimos con este tipo de pelis cada vez que se estrenaba en video o en cine pelis de hostias ibamos raudos a verla, poco importaba que fuese buena o no, a lo que ibamos era a ver al cachas de turno a repartir hostias como aspas de molino, a ligarse a la jamona de turno y a dar pal pelo a los villanos. Ains, aquellos tiempos ya no volverán aunque de vez en cuando salen propuestas tan interesantes como The Raid, que más o menos intenta recuperar el espíritu de este tipo de producciones.
Como viene siendo habitual os dejo con el trailer de la reseña de hoy:
Espero que os haya gustado la entrada de hoy.
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