Dirigida en 1993 por Russell Mulcahy y con guión de William Osborne y William Davies el argumento nos cuenta como tras haber pasado 6 años en prisión tras un golpe fallido a causa de un chivatazo, Helen McCoy (Kim Basinger) quiere rehacer su vida junto a su hijo. Pero Jack Schmidt (Terence Stamp) culpable del encarcelamiento de Helen en prisión no se lo pondrá fácil al chantajearla con un último golpe. Para salir airosa de la situación nuestra protagonista contará con la ayuda de J.T. Barker (Val Kilmer), un experto conductor en huidas de atracos.
Film entretenido sin más que tuve la oportunidad de ver hace años por Canal+. Me resultó interesante su temática, además de poder ver a una Basinger en el apogeo de su belleza. Me dejó un poso tanto en mi memoria, como en mi corazón cinéfilo y desde que la vi por su pase no volví a visionarla. Años después, unos 20 más o menos, he vuelto a hacerlo. Y la verdad es que me ha dejado algo frío, se puede ver pero supongo que la nostalgia aquí juega un papel importante y hace que la vea con cariño a pesar de sus carencias cinematográficas.
En primer lugar la labor llevada a cabo por Mulcahy es plana. Lejos quedaron aquellos tiempos en los que estaba considerado un realizador a tener en cuenta tras títulos como Razorback, Los inmortales o Ricochet que hizo tan solo un par de años antes de Extremadamente peligrosa. Después poco más hay que destacar, salvo La sombra o Resurrección, con Christopher Lambert. Luego de su colaboración con Lambert en el título ya mencionado, la carrera de Mulcahy se ha desarrollado en su mayoría en televisión, salvo un par de incursiones en la gran pantalla para dirigir las olvidables Resident Evil: Extinction y El Rey Escorpión 2: El nacimiento de un guerrero.
En segundo lugar la química entre Basinger y Kilmer es inexistente. Cierto es que con los roles que tienen asignados poco más pueden hacer, pero es que apenas se esfuerzan por mostrar algo de chispa. Es como si actuaran desganados, haciendo que los espectadores no consigan empatizar del todo con la situación por la que atraviesa el personaje de Basinger. La actriz sabe que este es un film hecho para su lucimiento, y no termina de aprovechar del todo la oportunidad que se le brindó.
Menos mal que Terence Stamp es de lo poco que se salva de la cinta. Pese a que en algunas ocasiones sobreactua algo, parece ser el único consciente del tipo de producción en el que está. Nos ofrece un villano de opereta, al que únicamente le falta la chistera y el amplio bigote para resaltar lo malo que es.
Cuando llega el momento del atraco uno espera más espectáculo, un mayor brío a la hora de rodarlo, de sentir la tensión y nervios que conlleva y que ocurre si tienen un fallo. Aquí no hay nada de eso, el realizador se limita a rascar en la superficie. Lo que tenía que haber sido el momento principal de la cinta, lo que esperaba todo el público se queda en agua de borrajas.
Es una cinta que se puede resumir en un quiero y no puedo. Hay buenas intenciones, pero es una cinta muy fallida. Tiene buenos elementos y que no terminan de explotar del todo. Cuenta con unos actores que han demostrado que son capaces de ofrecer actuaciones muy solventes y con un director que ha demostrado que sabe situar la cámara. Pero aquí todo eso no vale, se encuentran perdidos y lo que tenía que haber sido un buen film de atracos se queda en algo que no es ni chicha ni limona.
Al menos se deja ver, resulta más o menos entretenida. Según se ve se olvida.
En resumidas cuentas:
Lo mejor: Terence Stamp.
Lo peor: La nula química entre química Kilmer y Basinger, la nula labor tras las cámaras de Mulcahy, un guión al que se le podía haber sacado más partido.
La secuencia: por destacar alguna, el ya citado momento del golpe.
A continuación el trailer:
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