Hoy de nuevo vuelve a aparecer en este blog un autor que llevaba tiempo sin hacerlo, y uno de los que demuestra un mayor aprecio por el pulp, género en el que se ha visto enmarcada parte de su obra hasta la fecha. En el que es hasta ahora su última obra publicada, se atreve con el género de espada y brujería con un personaje femenino al que ha sabido dotar de una gran personalidad, y que recuerda a Sonja la Roja creada por Robert Howard, creador de Conan.
Escrito por Miguel Ángel Naharro la historia nos cuenta como Hundara, tras la masacre de su pueblo a mano de los romanos prometerá vengarse de ellos. En su camino conocerá a enemigos y aliados, se enfrentará a criaturas sobrenaturales y mitológicas y contará con la espada mágica Orna, un regalo de la diosa Agrona.
No hay duda que Miguel Ángel es un autor que ama el pulp, y consigue transmitir esa pasión a los lectores en forma de historias que no conceden un momento de respiro desde que comienza la aventura, hasta que la misma llega a su fin. El autor consigue transportarnos a una época donde el acero era más importante que las palabras, a una era dominada por las creencias en deidades poderosas en las que los guerreros y los romanos depositaban su confianza a la hora de entablar batallas contra el enemigo.
A la hora de reflejar las aventuras de Hundara, el autor utiliza una narrativa bastante cinematográfica. Resulta complicado no imaginarse la aventura de Hundara trasladada a la gran pantalla, o en forma de formato televisivo ya que la novela se presta a ello. Tenemos acción a raudales, escenas de violencia, druidas y magia. Elementos necesarios que ha de tener toda aventura de espada y brujería que se precie, ingredientes que el autor sabe mezclar para ofrecernos un gran coctel, que satisface las ansias de aventuras y acción de los amantes del pulp.
El homenaje a Howard se puede apreciar en el momento en que Hundara, se enfrenta a un hombre serpiente. Uno de los enemigos más conocidos de Conan y que fueron la némesis del Cimmerio tanto en su adaptación a la gran pantalla, como en la serie de animación de los 90.
Pese a enfrentarse a los romanos y a la aparición de los pictos, esto no es una novela histórica pese a que esté ambientada en este período. Es un libro cien por cien repleto de aventuras, acción y con gotas de fantasía.
Si hay algo que caracteriza al autor es el talento que tiene a la hora de crear personajes carismáticos. Ya lo hizo en dos ocasiones con las aventuras de la garra, a la espera de conocer su tercera aventura, y ahora lo ha vuelto a conseguir con Hundara. Ambos personajes son duros, marcados por las circunstancias de su pasado pero que no dudan en arriesgar su vida para ayudar a sus seres queridos.
Hundara no es indestructible y posee grandes habilidades para el combate, lo que no quita para que en un par de ocasiones en su aventura esté a punto de morir.
Algo que me sorprendió de esta nueva propuesta son las elevadas dosis de violencia que hay a lo largo de la aventura de Hundara. En no pocas ocasiones vemos enfrentamientos entre Hundara y sus enemigos, ya sean romanos o aquellos de aspecto sobrenatural. Miguel Ángel no se corta a la hora de narrar a los lectores como la protagonista hace estragos con su espada, cortando músculos, cuellos o atravesando los cuerpos de sus rivales sin piedad ninguna.
De nuevo vuelve a haber un problema con esta novela que imita el formato de los bolsilibros, tanto por tamaño como por su extensión de 100 páginas, y vuelve a ser el de su final. Durante todo el libro se nos prepara para algo épico, emocionante, y cuando llega el enfrentamiento cara a cara finaliza de forma abrupta. Pero esto es algo característico de este tipo de literatura, que su desenlace hace que te quedes con ganas de saber más sobre las aventuras del protagonista. Una posibilidad que el autor deja en el aire, y que desde luego será más que bienvenida si se produce en un futuro.
Una novela recomendable tanto para aquellos que hemos seguido la obra de Naharro, como para los que disfruten de los libros de aventuras situados en períodos históricos.
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