Escrita por Tony Jiménez la trama es la siguiente: en Manhattan se alza el viejo edificio Chapel, en el que viven un variopinto grupo de personas. Entre los que se incluyen un matrimonio con una hija pequeña; una pareja de lesbianas; un antiguo policía; un escritor de éxito o un pintor. A todos ellos se les une un ex presidiario y poco más tarde lo hará un mendigo con su perro. Todos ellos intentarán sobrevivir a una terrible tormenta que durará siete días. Pero no viene sola, con ella traerá sangre y destrucción. Los vecinos intentarán sobrevivir a esta semana infernal, si es que quieren salir del lugar con vida.
Con estas pocas líneas se resume el argumento del libro. Por supuesto que hay más, pero he preferido contar solo lo esencial para que llame vuestra atención. Que Tony es un fan de la serie B es algo que se nota, si en anteriores obras rinde homenaje a Raimi o al pulp, en esta ocasión rinde homenaje a los nombres citados en el párrafo que abren la reseña de hoy. Y esto es muy evidente.
El autor se toma su tiempo para irnos presentando uno a uno a los personajes. Cada uno de ellos con sus demonios personales, y aún así no podemos evitar sentir mucho cariño y aprecio por ellos. Salvo en dos casos, a los que les deseas el peor de los destinos por ser tan malos y cabrones. El resto se hacen de querer, y les llegas a considerar parte de tus conocidos.
Pese a que el tomo alcanza las casi 700 páginas, no se hace pesado en ningún momento. Cierto que hay partes más tranquilas que otras, pero esto es algo evidente y que tiene que pasar. En caso contrario, nos daría un ataque al corazón. Ya que los instantes de acción nos dejan prácticamente sin aliento, por lo que estos respiros se agradecen. Así nos da tiempo a que nuestras pulsaciones vuelvan a relajarse, pero tampoco hay que confiarse demasiado, puesto que es un tiempo muerto ante lo siguiente que nos tiene reservado el autor.
Como he mencionado en el párrafo anterior, hay multitud de secuencias de acción a destacar, pero no voy a hacerlo. De esta forma no os reviento nada. Lo que si haré será nombrar el momento más chulo a nivel visual y narrativo, tranquilos que no es spoiler. El instante es el siguiente: a los pocos días de empezar esta tormenta de sangre, los inquilinos asisten atónitos al nacimiento desde un charco de sangre de un vampiro que se unirá a sus hermanos para hacer la vida imposible a los habitantes del edificio.
En no pocos instantes de su lectura, llegué a acordarme del autor y no para bien. Ya todos los seguidores de este blog, así como los que me conocen en persona, ya conocen la teoría del gato. Pues bien, aquí Tony ha debido de dejar al lomo del animal con menos pelo que la cabeza del profesor X de los X men. E incluso rompe una de las reglas no escritas dentro del terror, en un momento muy duro que no voy a desvelar, pero que los que hayáis leído la novela sabréis a que me refiero.
Esta novela confirma el buen estado de forma del terror patrio. Los autores consiguen meternos el miedo en el cuerpo, e incluso que dejemos la lectura a la mínima que oímos un ruido en el lugar donde estamos leyendo. Así de adictiva resulta, sobre todo en su tercio final cuando Tony mete la directa y no podemos dejar de leer hasta que llegamos a la página final.
Los vampiros que nos describe Tony, recuerdan a los imaginados por Del Toro más una mezcla de las criaturas de The Descent. Son una panda de cabrones, cuyo único objetivo es el de matar a cuantos más mejor, y desde luego que no van a parar hasta que los protagonistas de la novela estén más secos que un bacalao.
Muy entretenida, adictiva, si os gustan las novelas de terror donde los personajes están bien construidos, y con una trama adictiva desde la primera página, no lo dudéis y haceros con la novela. Seguro que no os arrepentiréis.
Espero que os haya gustado la entrada de hoy.
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