Escrita por Edward Bunker en 1981, a quién los cinéfilos recuerdan por haber sido Mr. Blue en Reservoir Dogs de Tarantino, la trama del libro de tintes autobiográficos nos narra la historia de Alex Hammond en los años de la gran depresión y de las diversas peripecias que pasa entre familias de acogida, centros juveniles y manicomios a lo largo de 6 años de su vida, comprendidos entre los 11 y los 17.
Muy buena novela en la que el autor, que pasó gran parte de su vida entre rejas por lo que nos narra lo conoce de primera mano, nos desgrana la vida de un chico en el que hay gran parte de su infancia reflejado. Desde las primeras páginas, intuimos cual va a ser el destino del protagonista. Es como si ya estuviera escrito lo que va a ocurrirle, como si no tuviera escapatoria de lo que le aguarda.
Es un libro duro, en el que el autor no escatima en lenguaje soez, drogas o escenas violentas para narrarnos este período de tiempo en la vida de su protagonista. Todo lo que le ocurre te acaba dando pena, ya que ves que aunque en un par de ocasiones quiera escapar de lo que le aguarda al final de su camino, es como si no pudiera escapar del mismo. Lo que puede ser una broma cruel, como si alguien ya tuviera escrito lo que va a ocurrirle.
En un momento de la novela, nuestro protagonista cruza su camino con el otro protagonista de otra novela de Bunker Max Dembo, que protagoniza No hay bestia tan feroz. Y no será la primera vez, ya que unas páginas más tarde vuelven a encontrarse en un reformatorio donde entablarán una relación más cercana de amistad.
Todo el libro es un ir y venir de Alex de centros institucionales, salvo en una ocasión en la que va a vivir con unos familiares, pero es un instante breve en el que la felicidad no dura. Bunker parece insistir en su novela que muchas veces, las voces autoritarias ya sean médicos, guardias penitenciarios o los familiares, muchas veces parecen no ser la mejor ayuda para los jóvenes que tienen problemas con la ley y/o la autoridad.
Es un libro muy duro, ya que en no pocas ocasiones uno no puede evitar ponerse del lado del protagonista del mismo. En el fondo, es un chico que solo busca encontrar alguien que le quiera y con el que pueda entablar una relación cercana, pero esto es algo que solo puede conseguir con gente como él, que se ha criado en la calle y que vive en instituciones penitenciarias.
Una novela que no deja indiferente una vez has acabado su lectura. Se podría decir que se trata del lado oscuro de algunas de las novelas de Dickens, que trataba del mundo de la delincuencia dando esperanza a sus protagonistas, algo de lo que carecen las personas que aparecen en la reseña de hoy. Tal vez con esta novela Bunker quiera dar un toque de atención a todos aquellos jóvenes que quieran ser delincuentes, como si les mostrará lo que les puede ocurrir si no encauzan sus vidas.
Muy dura en ocasiones, es como recibir un directo de Tyson. Te deja groggy y a punto de caer, y justo cuando crees que te estas recuperando, recibes un impacto todavía mayor que te deja al borde del KO. Y esta es la gran virtud del libro, que con un lenguaje sencillo y de la calle, consigue ser muy adictivo y que te atrapa desde sus primeras páginas.
Esto tal vez sea por la fascinación que la gente siente por los fuera de la ley, y su modo de entender la vida, como si todo les importara un bledo y nada les importara. Y es aquí donde Bunker hace especial hincapié, al mostrarnos que tal vez detrás de su conducta haya motivos que les haya impulsado a comportarse de esa forma.
Muy recomendable es una lectura que no podéis dejar pasar y que yo pude descubrir gracias a un amigo a quién le compré el libro al tener dos copias del mismo, y al que desde aquí le doy las gracias por haberme hablado del mismo.
Espero que os haya gustado la entrada de hoy.
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