jueves, 7 de diciembre de 2023

libro: El cineasta se rebela

Todos los que crecimos en los ochenta, pasamos buena parte de nuestra infancia cinematográfica en los videoclubs. Fue gracias al distribuidor José Frade, y a sus míticas carátulas, como pudimos descubrir un buen puñado de cintas del director que protagoniza la entrada de hoy. Todavía me acuerdo, de visitar estos lugares y quedarme flipado con los carteles de 1990: Los guerreros del Bronx, o mi favorito de todos, Tiburón 3. Así pues, veamos que nos depara la autobiografía de este director italiano.


Escrito por Enzo G. Castellari, a lo largo de sus pocos más de 600 páginas, los lectores que se acerquen al presente volumen, podrán disfrutar no solo de unas memorias bastante divertidas, sino también conocer como resolvía el realizador de Keoma, las múltiples dificultades que se le planteaban en sus rodajes. Algunas de ellas las supo resolver, otras, por el contrario, no pudo salvarlas pese al empeño que le ponía.

Algo que me sorprendió, fue descubrir que la inicial G, corresponde al apellido Girolami. Director conocido aquí en nuestro país, sobre todo gracias a sus cintas Jaimito no perdona, y Jaimito contra todos, a pesar que, en su país de origen, era más reconocido por otros títulos alejados de la comedia picante.

A lo largo de las dos partes, en las que se encuentra dividida su autobiografía, Enzo nos va desvelando su infancia, juventud, el como llegó a conocer a su gran amor, así como su introducción no solo en el mundo del boxeo, sino también en el mundo del cine. Donde fue dando sus primeros pasos, primero como ayudante de su padre, y luego con otros cineastas. De esta forma, aprendió a conocer el medio en el que iba a ganarse la vida, mientras estudiaba Bellas Artes en la universidad, título que, como se podrá comprobar, le serviría de gran ayuda en no pocas ocasiones.

Para los que, como un servidor, nos gusta descubrir más sobre la vida de cineastas que nos gustan, este libro cumple las expectativas, e incluso, me atrevería a decir que incluso las supera. Gracias al presente volumen, he podido descubrir no pocos títulos de un realizador, que además del cine de acción, también se manejo en el poliziesco con títulos como La policía detiene, la ley juzga o el ya citado western Keoma, uno de sus filmes favoritos y, en mi opinión, uno de los mejores dentro su larga filmografía, ambos junto a Franco Nero, uno de sus intérpretes fetiche.

Uno de los peros, por así decirlo, que le puedo poner al volumen, es que si bien se sigue bien, no le habrían venido mal diversos apartados que ayuden a entender mejor el conjunto. Ya que salta, sobre todo en la segunda parte, de un rodaje a otro, sin apenas conceder un respiro a los lectores. Como digo, no es algo que moleste, pero si que hubiera sido mejor, al menos en opinión de quien esto suscribe, que hubieran añadido diversos apartados.

A medida que avanzaba en su lectura, no pude sino sorprenderme de la cantidad de estrellas que, a lo largo de su vida, ha conocido el bueno de Enzo. Desde una primeriza Sofía Loren, pasando por Charles Bronson, Robert Redford, Paul Newman o nuestros Fernando Rey y Joan Manuel Serrat por citar algunos ejemplos. Con algunos de ellos pudo trabajar, mientras que con otros, por unas razones u otras, esos proyectos no salieron adelante, a pesar de lo atractivo de la propuesta. Que es lo que ocurrió con los casos de Bronson, Newman o Redford.

Lo que sorprende de las memorias, es el tono que emplea Castellari a lo largo de sus páginas. Da la impresión de ser alguien bastante simpático y cercano, pero al que si te le cruzas no le vas a caer bien a pesar de tus esfuerzos. Y también ocurre el efecto contrario, ya que actores que le habían avisado por su carácter complicado, como Jack Palance o Lou Ferrigno, demostraron llevarse a las mil maravillas con él.

Una de las partes que más me gustaron, además de las ya nombradas durante los rodajes, fue el como se apañaba con el poco presupuesto que solía tener en la mayoría de ocasiones, o su famoso juicio contra la Universal por Tiburón 3. Ya sabemos que Italia, en esto de crear falsas secuelas, son unos artistas. Baste citar los ejemplos de Terminator 2, nada que ver con el film de James Cameron, o Nueva York bajo el terror de los zombies, y que también se conoce como Zombie 2, dirigida por Lucio Fulci.

Y, por supuesto, muy divertido su encuentro con Quentin Tarantino, gran admirador de Castellari y a quien homenajeó con Malditos bastardos, basado en su título Aquel maldito tren blindado, que se distribuyó en USA como The Inglorious Bastards.

El libro además, cuenta con un álbum de fotos extraído del archivo personal del propio realizador, donde no solo podremos ver fotografías personales, sino también de sus rodajes y de las personas que participaron en los mismos.

Si crecisteis y disfrutasteis, como un servidor, con títulos como Los nuevos Bárbaros o Fuga del Bronx, sin duda también lo haréis con este volumen. Que a pesar de su extensión, se disfruta de principio a fin.

Una vez más, dar las gracias a Applehead, por publicar este tipo de títulos que nos permiten descubrir más sobre directores que forman parte de nuestra infancia cinematográfica.

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