miércoles, 27 de diciembre de 2023

película: Aquaman y el reino perdido

 

La semana pasada, se estrenó la cinta que pone el punto y final al universo cinematográfico de DC que conocíamos. Ya que, a partir de ahora, James Gunn estará detrás de los futuros proyectos de la casa de Batman y cía. El film que cierra este ciclo, es la secuela de la película estrenada hace un par de años y que supuso una sorpresa. ¿Está a la altura de su predecesora? ¿Es el desastre que muchos han dicho que es? La respuesta, a continuación.


Dirigida por James Wan, y escrita por David Leslie Johnson-McGoldrick, la trama nos cuenta como Aquaman, Jason Momoa, alterna su vida en la superficie junto a su esposa Mera, Amber Heard, e hijo y su reinado en Atlantis. Todo parece ir bien, pero cuando su antiguo enemigo Black Manta, Yahay Abdul-Mateen II, se hace con un misterioso tridente que pondrá en peligro a toda la humanidad, nuestro héroe se tendrá que aliar con su antigua némesis y hermano Orm, Patrick Wilson, para hacerle frente.

Además de los intérpretes arriba citados, también nos encontramos con Temuera Morrison y Nicole Kidman, que regresan como los padres del héroe; Dolph Lundgren que vuelve a interpretar al monarca Nereus y padre de Mera y a Randall Park, como el científico Stephen Shin.

He de decir, que iba sin apenas expectativas a ver este film, a tenor de las críticas que había estado oyendo. Pues bien, una vez vista, se queda en un termino medio. No es un horror, pero no llega al nivel de la primera parte. Cumple como entretenimiento, al menos es lo que pido al ver este tipo de producciones, pero poco más.

Si por algo se ha caracterizado el universo cinematográfico de DC, es que, salvo excepciones, no ha sabido dar en la diana. Ha intentado hacerlo todo deprisa, en vez de ir allanando el camino, tal y como ha hecho Marvel para desembocar en una gran cinta. Algo que se ha notado, y este film ha seguido el mismo camino.

La película tiene sus aciertos y fallos. Voy a empezar hablando de los segundos. Uno de los más claros, es que se notan las nuevas aportaciones. Se notan los cortes y nuevos rodajes que surgieron una vez concluida la producción. Esto no es algo nuevo, la gran parte de producciones, no solo del género de superhéroes lo hacen, pero al menos se hacen bien y dan un sentido a lo que estamos viendo. Aquí parece que haya sido rodada a cachos.

Otro de los defectos, y van unas cuantas ocasiones, es el uso de los efectos digitales. Algunos están bien integrados, algo normal tratándose de una cinta que ha costado más de 200 millones de dólares. Pero, en otras ocasiones, los mismos se notan bastante. Lo que hace que el resultado final desmerezca el esfuerzo, de aquellos que han puesto empeño en que todo saliera lo mejor posible.

También falla el clímax final. Si bien antes del cierre todo va bien, al llegar a lo que se supone va a ser el gran enfrentamiento, se queda en nada. Es como si los responsables hubieran dicho: oye tú, que esto se está acabando y aún no han derrotado al enemigo. Pues hacemos esto y ya. Eso no mola, es muy precipitado y hace que no te quede un buen sabor de boca.

En algún instante que otro, hace gala de un humor un poco tontorrón. Lo que puede llegar a desesperar aquellos que no les guste este tipo de humor, que en ocasiones puede llegar a ser un poco infantil.


En el lado positivo, lo mejor es la química entre Wilson y Momoa. Ambos se complementan bien, y sostienen el peso de la película. Saben alternar los momentos de comedia, como los breves dramáticos, y los de acción. En estos últimos, ambos demuestran estar en plena forma, y que se sienten cómodos en este tipo de género.

El villano también es bastante destacable. Demuestra ser lo bastante peligroso, como para poner en jaque a nuestro héroe. Ya en la primera parte, daba indicios de lo que podía dar de si en futuras entregas, algo que ha confirmado en esta segunda parte. Sin duda, es de los mejores villanos que ha tenido el universo cinematográfico de DC, y tiene para sí algunos de los mejores momentos para que pueda lucirse.

El film, no da un momento de respiro. Ya casi desde que empieza, va directa al grano. Nos hace abrocharnos el cinturón y, salvo algún instante que otro, no suelta el pie del acelerador. En esto hay que agradecer Wan que nos ofrezca un buen entretenimiento.

Tal y como se puede ver, tanto los defectos como los aciertos están parejos. De vosotros depende disfrutar o no de la propuesta de su realizador. Y de saber entrar en el juego que nos propone. Si os gustó la primera, puede que también os guste esta.

La cinta cuenta con una escena postcréditos, la cual, todo hay que decirlo, sobra. No aporta nada, y, si se la hubieran ahorrado, no hubiera pasado nada. Y es una pena, ya que aún sabiendo que cerraba este universo, lo podían haber resuelto de otra forma.

En resumidas cuentas, cumple y ya. Creo que tendrá complicado recaudar más de lo que costó, algo que pude ver en el pase donde la vi, y donde éramos poco más de diez personas. Otro fracaso más, a sumar a lista de las producciones de superhéroes de este año.

A continuación, el tráiler:


Espero que os haya gustado la entrada de hoy. Y felices fiestas.

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