jueves, 1 de noviembre de 2018

libro: Y bailar sobre tu tumba

Tal y como avancé ayer, la entrada de hoy supone el punto y final al díptico compuesto por Reír en tu funeral y que, a diferencia de su predecesor, tiene un carácter más terrorífico y sangriento. Una vez más, el autor sitúa a los lectores y a sus protagonistas en una trama en lo que nada es lo que parece. Y donde antiguas leyendas aparecen al final para esclarecer los hechos que se han ido desarrollando a lo largo de las páginas.

Escrito por Ignacio Cid Hermoso, el libro nos cuenta la historia de Ismael un universitario no muy agraciado físicamente y al que sus compañeros, a excepción de Lili, suelen dar de lado. Todo cambiará para el joven con la llegada de Catalina, su nueva compañera de piso, y con la aparición de un extraño vecino.

A diferencia del título ayer reseñado, en la entrada de hoy el autor apuesta por un terror más conocido, más visceral y sangriento, sobre todo en su tercio final. Y desde luego que el riesgo ha merecido la pena. A medida que avanza la acción, también lo va haciendo su protagonista principal, quien va evolucionando hasta algo que no creía que podía ser.

A medida que avanzaba en su lectura creía que podía saber el papel que podía desempeñar el nuevo vecino. Pero bastó un giro por parte del autor, para que todas las suposiciones se vinieran abajo. Y es que hasta el momento de la sorpresa pensaba que el libro podía ir por unos derroteros que tenía pensado. Nada más lejos de la realidad, con la sorpresa que el autor tiene reservada a los lectores la novela gana más interés del que tenía hasta ese instante.

Según va avanzando la acción, la atmósfera que rodea al protagonista se va enrareciendo. Los sucesos sobrenaturales no dejan de sucederse, los cuales se encuentran relacionados con la religión y con los monstruos más conocidos, y usados, dentro del género de terror. De igual forma las pesadillas de nuestro protagonista, se irán haciendo cada vez más reales. Lo que poco a poco irá desembocando en la perdida de cordura de Ismael, a la vez que su timidez va desapareciendo para dar salida a algo que no creía ser, o poseer, hasta entonces.

La novela se puede comparar a un guiso casero. Es decir, el autor pone todos los ingredientes a cocer de forma lenta. Poco a poco va ganando calor, todo comienza a alcanzar un punto en el que los sabores se van integrando e intercambiando sabores. Hasta llegar al final, cuando todo rompe a hervir y los sucesos se acaban descontrolando. Es en el tercio final, cuando los lectores ya pueden degustar y terminar de disfrutar de la receta que ha preparado el escritor. Y el sabor que deja en el paladar de los lectores, no podía ser mejor.

Es en su parte final cuando Ignacio da rienda suelta a toda la violencia que, hasta entonces, tan solo se podía intuir. Y es que, a pesar de que la sangre y la brutalidad apenas ocupan un par de páginas, las mismas parecen traspasar las páginas y salpicar a los lectores. Hasta ese momento los lectores hemos asistido a muestras de crueldad que diversos personajes han mostrado hacia Ismael. En el instante de la revelación final, todo cobra sentido para el protagonista y decide aceptar el que será su destino.

El autor nos muestra un mundo en el que las apariencias engañan, y donde todo no parece ser lo que es en un principio. Los seres sobrenaturales que aparecen tienen, como ya he mencionado anteriormente, su origen en las leyendas que alguna vez hemos oído y con las que nos asustaban cuando éramos pequeños, y que posteriormente lo hacen siendo adultos en forma de terror. Ya sea mediante la literatura o en imágenes.

La frase con la que finaliza la obra, es la que da nombre a la misma. Y desde luego que el título no podía resultar más acertado. Sobre todo teniendo en cuenta lo que ha ido sucediendo hasta su conclusión. En ese momento las palabras utilizadas cobran todo el sentido del mundo, y explican la razón por la que la novela se llama de ese modo y no de otro distinto.

Con este nuevo libro, el autor nos traslada a un ambiente de pesadilla, donde las personas normales dejan salir el monstruo que albergan en su interior.

Una vez más la editorial sorprende a los lectores ofreciéndoles un libro de terror pequeño en tamaño, pero grande en interés. Si os gustan las novelas cortas, que se leen en un suspiro, y que apuestan por explorar nuevas facetas dentro del terror, no lo dudéis y dadle una oportunidad. Seguro que os arrepentiréis en absoluto.







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