martes, 15 de noviembre de 2016

película: Ángeles sin cielo

De vez en cuando suelen estrenarse cintas que pasan desapercibidas, pese a contar en su reparto con caras conocidas para el público o contar una historia simple pero a la vez interesante. Este es el caso de la entrada de hoy, que nos muestra la cara más amarga de los Estados Unidos, tierra de oportunidades y donde cualquiera puede conseguir el tan ansiado sueño americano. Salvo para los protagonistas del film, que debido a su condición social solo pueden aspirar a tener su propio sueño.

Dirigida en 1993 por Tim Hunter y con guión de Lyle Kessler, la trama nos cuenta como Matthew (Matt Dillon) un joven esquizofrénico va a parar a un refugio para indigentes, después de ser derruido el edificio donde vivía. Allí coincide con Jerry (Danny Glover), un veterano de Vietnam que le salvará de ser robado por Leroy (Ving Rhames). Desde ese momento se establecerá entre ambos una relación de amistad.

Todavía me acuerdo cuando descubrí esta película. Fue en Canal + hace muchos años, la pille de casualidad y debido a que sus dos actores me resultan simpáticos le di una oportunidad. No sabía nada de ella y me encantó. Es una de esas historias que te mantienen con un nudo en la garganta, es una cinta dramática sin llegar a ser lacrimógena. Su objetivo no es el de hacer llorar, sino el de conseguir emocionar a los espectadores. Y desde luego lo consigue.

Dillon da muestra aquí una vez más su talento interpretativo, como ya hiciera en Crash, Drugstore Cowboy, La trampa del caimán o Solteros. Glover demuestra que es algo más que el personaje de Arma Letal, interpretando a uno de los personajes más amables dentro de su larga trayectoria profesional que incluye títulos como Bopha, Grand Canyon o Rebobine por favor. Por su interpretación en esta cinta, Dillon se alzó con el premio al mejor actor en el Festival de cine de Estocolmo.

Dentro del apartado de secundarios encontramos caras conocidas como Aida Turturro (Deep Blue Sea), Nina Siemaszko (Ilusiones de un mentiroso) o los ya fallecidos Joe Seneca (Cruce de caminos) y Rick Aviles (Ghost), quienes comparten algunos minutos en pantalla con estos actores. Por lo que todo el peso interpretativo cae sobre Dillon y Glover, que superan esta prueba con nota.


La carrera posterior de su realizador se ha desarrollado en su mayoría en la televisión, habiendo dirigido capítulos para series como Hannibal, Mad Men, Carnivale o Revenge. 

Sorprende ver en una cinta claramente independiente, que la partitura de la misma haya sido compuesta por James Newton Howard (Los juegos del hambre, Batman Begins junto a Hans Zimmer) más acostumbrado a grandes producciones que a un film más pequeño.

La película nos habla de la amistad de dos hombres que lo han perdido todo, que no tienen nada salvo a si mismos y sus relaciones de amistad se limitan a aquellas personas que se ven en su misma situación. Pese a que apenas tienen ingresos, cuando los obtienen los ahorran con vistas a montar juntos un futuro negocio o a compartirlo con sus amigos indigentes. El director nos ofrece un retrato crudo, pero a la vez esperanzador de dos personas que no se resignan a su destino y buscan escapar del mismo en busca de un futuro mejor.

Lo que juega en contra de la producción es el aspecto de telefilm que hay en todo momento, lo que no quiere decir que sea malo en absoluto. Es solo que en todo momento, uno tiene la sensación de ver la típica película de los fines de semana por la tarde en Antena 3. Lo que es una verdadera pena, si la cinta hubiera contado con más medios el resultado final hubiera sido sin duda alguna mucho más satisfactorio.

Una cinta desconocida pero que sin duda merece una oportunidad. Si os gustan las películas con buenas interpretaciones y con historias que llegan al corazón, darle una oportunidad. Seguro que no os vais a arrepentir.

A continuación el trailer:


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