Dirigida por Lian Lunson, el documental intercala entrevistas a Cohen donde el canadiense nos desgrana su vida a través de recuerdos, junto con las actuaciones musicales de los artistas arriba mencionados a la vez que expresan sus opiniones acerca de lo que significa Cohen para ellos.
Más que interesante film para los que somos seguidores de los documentales acerca de grandes figuras de la música. Baste recordar los ejemplos recientes de cintas como Amy, la chica detrás del nombre; Janis, little girl blue; When you´re strange sobre los Doors; Lemmy sobre el líder de Motorhead o Searching for sugar man acerca de la misteriosa figura de Sixto Rodríguez y que ganó el Oscar al mejor documental en 2013, lo que demuestra el tirón que tienen este tipo de películas dentro de los amantes de la música y que nos permiten saber más sobre ellos.
Pude descubrir a Cohen gracias a la película Asesinos natos, en donde aparecían Waiting for the miracle al principio de la cinta y The future al final de la misma. Quedé intrigado por la profunda voz de este cantante, no fue hasta años después cuando supe su nombre gracias a un buen amigo que también era seguidor de su música, y empecé a oír más temas suyos. Fue en ese momento cuando me convertí en un gran fan de su trabajo. Además tuve la gran suerte de verle en directo en sus últimas actuaciones en nuestro país, en donde a pesar de su avanzada edad se marcó tres horas de concierto para alegría de sus seguidores.
Con una duración de 104 minutos, el film se beneficia de un montaje ágil y que hace que la cinta pase en un suspiro. Incluso en las partes más sosegadas de la cinta, aquellas en las que Cohen nos desvela sus recuerdos, tanto los más agradables como los amargos, entre los que se incluyen la muerte de sus padres o la traición por parte del que fuera su representante al robarle, uno no puede sino admirarse ante el aura que desprende el canadiense.
Siempre he mantenido que Cohen no es un cantante para todo el mundo. El canadiense más que cantar, recita las canciones como si fueran un poema. A ello ayuda la profunda voz de la que hacía gala en cada una de sus creaciones. Por eso siempre he dicho en forma de broma, que para oírle hay que vestir de negro, como solía hacerlo él, estar a oscuras con un paquete de cigarrillos y una botella de whisky para que nos guíe a través del desencanto y el desamor, dos de los grandes temas a lo largo de su discografía, mientras nos dejamos seducir por su voz.
Los artistas aportan su particular estilo a la hora de interpretar algunos de los temas más famosos del canadiense. Algunos con mayor fortuna que otros, pero cuando hasta el propio Cohen admite que la visión que ha aportado Rufus Wainwright sobre su canción Chelsea Hotel #2, dedicada a Janis Joplin y a la noche que Cohen pasó con la cantante, es que algo has hecho bien. A continuación pondré ambos temas para que podáis comparar y decidir:
Un documental imprescindible tanto para los amantes de la figura del cantautor canadiense, como para aquellos que quieran saber más sobre la figura del mismo. Si acaso la única pega que se le puede poner es que Cohen no nos desvele más aspectos sobre su vida, pero era muy reservado en lo que respecta a su privacidad. Los más puristas de los documentales musicales podrán decir que se abusan de las actuaciones musicales. En mi opinión todo queda compensado y deja con muy sabor de boca.
A continuación el trailer:
A modo de despedida, quiero compartir con vosotros otra de las grandes versiones del documental y una de mis favoritas, espero que os guste:
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