Renovarse o morir. Suele ser una de las máximas de todos aquellos que se dedican a la literatura. Con cada nuevo trabajo no quieren quedarse estancados en el género que les dio la fama, para demostrar a sus seguidores que son capaces de seguir imaginando y creando nuevas historias. Algunos casos que se me vienen a la memoria, los encontramos en El hijo del Mississippi de Juan De Dios Garduño, La chica que oía canciones de Kurt Cobain de Miguel Aguerralde o No existen los monstruos de Víctor Blázquez por poner algunos ejemplos. Ahora Babujal de Darío Vilas viene a sumarse a estos libros, en los que deja aparcado el terror, pese a que el mismo se puede intuir con breves pinceladas a lo largo de la trama, para ofrecernos un drama que transcurre a lo largo de 40 años y en tres épocas distintas.
La trama del libro nos cuenta como Ana, que ahora vive en el París de los años 70, recibe en una misma noche dos llamadas que harán que su vida cambie. En la primera le comunican que será abuela, mientras que la segunda es para transmitirle la muerte de su padre. Al llegar al caserón donde transcurrió su infancia, se encontrará con un pasado que ha querido olvidar pero al que no tendrá más remedio que enfrentarse.
Según las definiciones, ambas de origen cubano, que se pueden encontrar en el diccionario el Babujal es "espíritu maligno que, según creencia vulgar, va por los campos y se introduce en el cuerpo de las personas" o "persona que tiene un pacto con el diablo".
Los espíritus que aparecen aquí no necesitan ser invocados mediante conjuros. No tienen un aspecto terrorífico o presentan una forma etérea. Pero en algunas ocasiones los peores espíritus residen en el interior de las personas, y son capaces de cometer las peores atrocidades.
Pero que no os engañe la definición de arriba, puesto que el terror que aquí nos ofrece Darío aparece en contadas ocasiones. Lo que el autor nos describe es la historia de Ana, de las relaciones que tuvo con su familia y de forma muy especial con Hada la sirvienta de la casa. De como buscaba en ella y en Tomasa, la cocinera, el cariño, la confianza y el compartir secretos que no tenía con su madre Teresa. Ana ha de enfrentarse a esta ausencia de su pasado, que le sigue persiguiendo tanto en sus recuerdos como en el presente, a la hora de poder seguir adelante son su vida.
La historia de Ana transcurre en tres épocas distintas, dos de ellas en el pasado y otra en el presente en el que está ambientada la novela. En la primera se nos narra la historia del padre de nuestra protagonista durante la Guerra Civil. De como sobrevivió junto con su hermano herido tras la batalla en Belchite. Esta es una de las mejores partes del libro y cuya parte final es, sin lugar a dudas, la parte más terrorífica del libro y que nos sacude con mayor fuerza.
En la segunda ambientada en los años 50, el autor nos describe la adolescencia de nuestra protagonista, y del acontecimiento macabro que tuvo lugar en la comunión de sus hermanas gemelas. Aquí el autor nos habla de los primeros amores, de como las apariencias lo eran todo en un momento donde las diferencias entre pobres y ricos eran notables. Del racismo que había en aquella época y el rol que tenía la mujer en la sociedad.
En la historia del presente nos encontramos con una Ana, que verá como el viaje que le ha llevado de vuelta al hogar de su infancia le cambiará. De como los recuerdos le hacen replantearse su vida actual. El periplo que emprende Ana es más espiritual que físico. El trayecto que ha iniciado le puede servir para no volver a cometer los errores que tuvo su madre.
El miedo y el terror que aquí aparecen son más psicológicos que físicos. La violencia tan solo aparece en momentos puntuales, siendo dos de las veces en las que hacen acto de presencia bastante viscerales, sobre todo el que tiene lugar en la Guerra Civil.
Con esta obra Darío consigue su obra más madura hasta la fecha. Pese a que la novela tiene constantes saltos del pasado al presente, estos no molestan ya que son necesarios para el devenir de los acontecimientos. A lo largo de la historia el autor nos va dando las piezas de un puzle, que tan solo cobran sentido una vez que hemos llegado al final. Cuando encajan y podemos ver el todo.
Con este nuevo trabajo Darío llegará sin duda a un público más amplio y demuestra que es una de las mejores voces dentro de los jóvenes autores de la literatura española.
No hay comentarios:
Publicar un comentario