Si hay un autor que durante los últimos 40 años ha dominado la literatura de terror, este es sin duda alguna Stephen King. El escritor oriundo de Maine ha sido el padre de no pocas creaciones, que han causado pesadillas y escalofríos a todo aquel que se ha acercado a su obra en alguna que otra ocasión, bien sea leyendolas o viendo alguna adaptación de las mismas. La presente entrada es el primer volumen de dos, que abarca sus comienzos desde 1974 hasta el año 1989.
Escrito por Tony Jiménez, el presente volumen supone un análisis bastante exhaustivo de la obra de King y que quedará completado en un segundo tomo. Aquí el autor del ensayo abarca desde Carrie hasta La mitad oscura, pasando por las novelas creadas por Richard Bachman (Carretera maldita, El fugitivo, Rabia, Maleficio y La larga marcha), el álter ego del maestro del terror.
El libro cuenta con una pequeña introducción seguida de una breve biografía de King, puesto que la autobigrafía del autor de Maine se encuentra editada con el nombre de Mientras escribo. Lo que Jiménez hace aquí es sintetizar la vida del maestro del terror en pocos capítulos y se centra más en su primera etapa, en la que nos regaló algunas de sus mejores creaciones. Todo ello sin dejar de mencionar las adicciones al alcohol y drogas del escritor de Maine.
Con una extensión de casi 400 páginas, que se pasan en un suspiro, Jiménez nos ofrece su punto de vista y opinión tanto de las novelas como de las adaptaciones que se han hecho de las mismas. Todo ello con un lenguaje coloquial y que nos atrapa desde las primeras páginas. King es una de las pasiones del autor de Cinco tumbas sin lápida, algo que no oculta en ningún momento, por lo que en alguna que otra ocasión su fan interior queda por encima del ensayista. Lo que le permite ser magnánimo con filmes menores dentro de las adaptaciones a la gran pantalla, como ocurre en el caso de Maximun Overdrive (La rebelión de las máquinas) adaptación del cuento Camiones incluído dentro de la antología de relato El umbral de la noche, que supuso el debut como King de realizador y que se saldó con un fracaso en taquilla. Aunque aquí yo coincido con Jiménez, puesto que también me lo paso pipa cada vez que la veo. E incluso comparto su opinión cuando considera que con el tiempo se ha convertido en un film de culto dentro de la serie B.
Cada uno de los capítulos ordenados de forma cronológica y de publicación, se encuentra acompañado con la fotografía de la portada correspondiente de la novela analizada, algunas de ellas de Plaza y Janes lo que supone un ejercicio de nostalgia. Fue con esta editorial con la que muchos descubrimos al autor estadounidense. Además, aquellas obras que han sido adaptadas se encuentran acompañadas por las caratulas y fotografías de las cintas, así como de las anécdotas que rodearon tanto a unas como a las otras.
El libro supone tanto un acercamiento a aquellos lectores que quieran acercarse por primera vez al autor de Maine, como para aquellos que quieran saber más sobre la creación de sus obras y de las relaciones y guiños que existen entre unas y otras, tanto las nombradas en este tomo como por las que están por venir en el siguiente. De esta forma Randall Flagg es nombrado en un par de ocasiones, llegándose a pensar que es el villano central de gran parte de la obra de King o el padre Callahan de El misterio de Salem´s Lot que más tarde aparecerá en La torre oscura son nombrados en alguna que otra ocasión.
Una de las pequeñas pegas que se puede poner al volumen es que nos desvela el final o la sorpresa de las obras, tanto literarias como cinematográficas. Algo que a los lectores habituales de King, así son denominados los seguidores del maestro del terror, no les importará pero que molestará a aquellos que todavía no las habían leído, y las tenían en lista de libros pendientes por leer.
Un ensayo muy entretenido y completo en el que el autor contagia a los lectores su pasión por King. Si el objetivo de Jiménez era conseguir atrapar más lectores y convencerles de que leyeran al escritor de Maine, este libro sin duda lo consigue. Además que dan ganas cuando uno deja de leerlo de ponerse a releer algunas de las novelas del autor estadounidense que uno tiene por casa, o hacerse con aquellas que le faltan. Es sin duda alguna el complemento perfecto a la autobiografía del maestro del terror.
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