viernes, 4 de diciembre de 2015

libro: los numeros de la fe

Muy buenas a todos. Después del libro de ayer, hoy toca analizar otro, pero está vez de carácter mucho más ligero que el anterior. La entrada de hoy he podido hacerla gracias a la colaboración de la editorial de la obra, que me hizo llegar un ejemplar de cortesía para ser analizado, desde aquí una vez más les doy las gracias. Un escrito donde las matemáticas juegan un papel esencial en la ciudad de Sevilla. Pero no adelantemos acontecimientos todavía, y acompañadme en una aventura en la que se verán envueltos unos jóvenes estudiantes. Listos? Allá vamos.

Escrito por Rafael Ayerbe, la trama es la siguiente: en Sevilla Cristóbal es un joven recién ordenado sacerdote que es enviado por su orden Los testigos de la cruz, para que investigue el misterio que rodea a un escrito publicado por matemáticos en una revista. Lejos está de imaginar el vuelco que está a punto de dar su vida, sobre todo cuando conozca a Helen, que tambaleará sus cimientos.

Libro curioso y ameno y que se lee en un suspiro, debido a su breve extensión de poco más de 100 páginas, por lo que el autor no se anda por las ramas y va al grano casi desde el principio. Apenas se toma un par de líneas para describir a los personajes, por lo que le basta para hacernos una idea de cómo son y la forma en la que piensan.

El libro es la primera obra de su autor y eso se nota, tanto para lo bueno como para lo malo. En el segundo aspecto aún le falta pulir el estilo narrativo y corregir según que expresiones, ya que la expresión cabreo se puede sustituir por otras como hastío o enfado, que vendrían a significar lo mismo. El cabreo se utiliza más para lenguaje coloquial.

Tiene un par de momentos que te hacen pensar, esto es imposible ya que lo que tenía de real la novela se echa a perder con ese par de instantes. Que no niego que no puedan ocurrir, pero resulta demasiado deus ex machina, sobre todo en una novela que mantenía el tono realista en su mayor parte.

En la parte buena es que los capítulos son breves, no da tiempo a aburrirse y a nada en que te pongas a leerlo y le des caña te lo acabas en un par de horas, que es lo que ocurrió en mi caso. El autor es consciente de ello, y así lo avisa en la introducción. Lo que es un ejercicio de sinceridad en toda regla, lo que se agradece ya que va de frente y no engaña en ningún momento.

El libro resulta un homenaje a las aventuras creadas por Dan Brown, en el que hay que resolver un misterio con siglos de antigüedad. Y esto es un peligro, ya que por un lado es una ocasión para poner el cerebro en modo off y dejarse llevar por una trama más o menos adictiva. Pero por el lado contrario todos aquellos que tengan unos mínimos conocimientos de lo que narra el escritor, así como de la ciudad de Sevilla pondrá en duda todo lo que narra y le hará soltar sapos y culebras por su boca.

Es un libro inofensivo, en el buen sentido de la palabra. Entretiene en la medida de lo posible y por lo menos nos presenta unos personajes a los que es fácil cogerles cariño. Tiene un giro de guión, que por supuesto no voy a desvelar, pero que más o menos se ve venir si sois lectores de las novelas de misterio. Esto ha de tenerlo en cuenta el autor para futuros trabajos, se le ve madera, pero hoy día en el género del thriller casi todo ha sido inventado o escrito.


Si os gustan los libros ligeros, que se leen en un suspiro y ambientados en nuestro país con personajes reales de carne y hueso, echadle un vistazo. Puede que os sorprenda.

Espero que os haya gustado la entrada de hoy.





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