Muy buenas a todos. Cerca de una semana después de su publicación llega la secuela de un libro que ya apareció hace unas cuantas entradas. Y desde luego que la espera ha merecido la pena. Vuelven los mismos personajes a vivir situaciones que los sobrepasan y ninguno de ellos está a salvo. Alianzas que se quiebran, otras que resurgen y por si fuera poco la amenaza constante de los muertos vivientes que no cejan en su empeño de acabar con los pocos seres humanos que son capaces de resistir ante esta plaga que ha asolado el mundo.Visitemos de nuevo la ciudad humana de Cartagena e intentaremos sobrevivir al caos que se ha adueñado del lugar. Listos? Allá vamos.
De nuevo escrita por Carlos Lluch retoma los hechos donde acabó la primera parte. Las alianzas entre los máximos dirigentes se tambalean y esto repercute en la relación entre los amigos Gonzalo y Alejandro, situación que acaba afectando a Carmela puesto que los dos hombres que más ama se han distanciado y se encuentra entre ambos. Por si esto fuera poco, dos enemigos aparecen para acabar de complicar las cosas todavía más.
Tenía curiosidad por saber como iba a continuar la historia, por conocer los derroteros que iba a tomar el autor. Lo que desde luego no me esperaba es lo que me he encontrado en la secuela. Pedazo de segunda parte que se ha marcado Lluch.
Así nos encontramos con un prólogo escrito a cuatro manos por Joe Alamo y Marta Junquera, en el que dos personajes que han ido sobreviviendo en su ciudad deciden embarcarse en una aventura para llegar a ciudad humana.
Mejor escrita que la primera parte, con una narrativa más ágil y con unos personajes que se van derrumbando a medida que avanza la acción. Los protagonistas están rotos, más psicológica que físicamente. Cada uno se acaba moviendo por sus propios intereses, lo que acaba repercutiendo en el clima de paz que se respiraba en la ciudad.
Así el libro comienza con un flashback en el que conocemos algo más acerca del pasado de Gonzalo, de Sir Conroy y de como fueron los primeros años en ciudad humana en su lucha contra los muertos vivientes. Interesante forma de comenzar un libro la verdad, sobre todo en la forma en la que finaliza el prólogo. Por supuesto que no voy a desvelarlo, para ello lo tendréis que leer.
De nuevo, tal y como ocurría en su primera parte, los muertos vivientes pasan a ser un elemento secundario en la historia. Por supuesto que aparecen a lo largo de sus páginas, lo hacen a cuenta gotas, pero cuando lo hacen la violencia hace acto de presencia. Lo que de verdad importa en esta saga son los personajes, conocer las motivaciones que les lleva a comportarse de la forma en que lo hacen, unas de ellas comprensibles y otras no tanto.
Lo que me enfada mucho de este tipo de novelas es que nadie se encuentra a salvo del autor. Cuando menos te lo esperas, pum hostia tipo Bud Spencer que te deja completamente KO. Has de leer el párrafo varias veces para convencerte de que lo que acabas de ver ha ocurrido y no lo has soñado. En este momento un montón de adjetivos acuden a tu mente, y ninguno agradable para los oídos del autor. Parece ser como si disfrutaran con este tipo de fallecimientos y que nos acordemos de sus ancestros y de todo el santoral que hay en los cielos.
La conclusión, que por supuesto no voy a desvelar, te deja con un nudo en la garganta. Y quieres que el autor se ponga enseguida con la última parte para saber como va a finalizar su saga. De lo que no hay duda es que este escritor viene pisando fuerte en lo que se refiere al género Z patrio.
Haceos con ella, es una excelente secuela que supera al original tanto en narrativa como en estilo. No es que la primera parte sea un horror, que no lo es en absoluto. Pero en la segunda parte el escritor ha madurado y mejorado su estilo y eso se nota.
Espero que os haya gustado la entrada de hoy.
Muchísimas gracias por tu reseña, Santiago. Un abrazo.
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