Muy buenas a todos. De nuevo volvemos a comentar un libro a reivindicar y que tal y como ocurrió unas entradas más atrás, entra en una corriente puramente pulp como explicaré unas líneas más adelante. Como adelanto si que puedo decir que es una hábil mezcla de terror con historia de detectives en la tradición más grindhouse y gamberra de la literatura. El objetivo con el que fue escrita fue el de hacer pasar un buen rato al lector, y desde luego que lo consigue. Pero no adelantemos acontecimientos todavía, vamos a templar nuestros nervios puesto que nos harán falta para salir indemnes de esta aventura. Estáis listos? Allá vamos.
Escrita por Tony Jiménez la trama de la novela es la siguiente: en los años 30 los ciudadanos de Chicago se encuentran desbordados. Por si los enfrentamientos entre las bandas de criminales que quieren apoderarse del control de la ciudad mediante la distribución de alcohol, dos monstruos legendarios como son una momia milenaria, de nombre Imhotep, y el vampiro más famoso de todos los tiempos, el conde Drácula, han decidido conquistar la urbe para sus propósitos, tan solo un periodista y una detective alcohólica serán capaces de parar sus planes.
Muy divertida novela en la que los homenajes se suceden a lo largo de sus casi 500 páginas. Como si de una especie de juego se tratara, el autor va nombrando personajes que de una forma u otra ya están asociados al imaginario colectivo relacionado con el fantástico y el terror. Evidentemente no voy a decir los nombres, si habéis leído y visto cine de género no os costará mucho adivinar e identificar los personajes que van apareciendo a lo largo de sus páginas.
Pese al volumen del tomo indicado en el párrafo anterior, no se hace pesado en ningún momento. Desde que comienza el libro va directo a la acción, y no concede apenas momentos de descanso. Pese a que la trama no concede ningún momento de respiro, eso no quita para que los dos personajes humanos, es decir, la investigadora y el periodista, no estén bien definidos. Según vamos avanzando en su lectura, el autor nos va explicando más acerca de ellos, las razones que les han llevado a ser como son, lo que nos hace cogerles más cariño sin duda alguna.
Se nota que el autor es fan, o por lo menos, entendido en la literatura pulp. Un argumento tan puramente delirante y grindhouse solo puede ser obra de una persona que ama este tipo de género literario. Donde el único objetivo que busca es el de hacernos pasar un buen rato, aunque sea a costa de ver muertes a cascoporro.
Precisamente es en los fallecimientos donde el autor no se corta un pelo a la hora de describir las muertes que se van sucediendo: desmembramientos; desollamientos; decapitaciones; atravesamientos; tiroteos..... van salpicando las páginas, y nunca mejor dicho, a lo largo de la novela. Uno tiene la sensación de que en cualquier momento la sangre va a traspasar el papel y salpicarnos a nosotros.
De nuevo es una pena que este tipo de libros no sean más conocidos, puesto que son una verdadera gozada para los lectores que son amantes del terror. Cuando uno lee un libro de vampiros quiere ver como estos matan a sus victimas de las maneras más sangrientas posibles, como hipnotizan a bellas jóvenes hasta dejarlas más tiesas que la mojama y como los incautos que intentan pararles acaban mal parados. Esos son los chupasangres que nos gusta ver, no esos subproductos que brillan al sol y que se alimentan a través de sangre artificial.
Si queréis pasar un buen rato, no lo dudéis y aprovechad a haceros con este libro, la compra desde luego merece la pena.
Espero que os haya gustado la entrada de hoy.
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