Muy buenas a todos. Hace poco tuve la oportunidad de ver en cine Infierno azul, dirigida por Jaume Collet Serra y protagonizada por la bella Blake Lively en donde se nos cuenta las peripecias de una surfista por sobrevivir al acoso de un tiburón en una pequeña isla. Por ello, decidí revisionar una cinta de temática ochentera con el windsurf y un escualo de por medio. Pero hasta aquí llegan las similitudes, puesto que en la entrada de hoy se podría hablar de plagio descarado de uno de los mejores filmes de toda la filmografía de Steven Spielberg, por supuesto me estoy refiriendo a Tiburón. Pero no adelantemos acontecimientos todavía, acompañadme en un viaje donde este depredador del mar hará de las suyas de nuevo. ¿Listos? Allá vamos.
Dirigida por Enzo G Castellari en 1981, la trama nos cuenta como un escualo hace de las suyas en un poblado costero donde se realizará una competición de windsurf. Tanto el escritor Peter Benton, James Franciscus, como el cazador de tiburones Ron Hamer, Vic Morrow, intentarán pararlo mientras el alcalde de la población hace oídos sordos a cancelar el evento, debido a su cercana candidatura como gobernador.
¿ Os suena el argumento ? No me extraña en absoluto, ya que es una copia nada disimulada del film de Spielberg. Pero esta no tiene nada que ver con la saga iniciada del realizador de Indiana Jones, es una película independiente, pero aquí el distribuidor español decidió bautizarla como Tiburón 3 adelantándose de este modo a la original que llegaría 2 años después.
Castellari es sin duda alguna un realizador apreciado dentro de las exploitation, cintas que copian de forma descarada el éxito hollywoodiense de turno, y de los fans de la serie B italiana. Es un director más o menos apañado, que con poco presupuesto y con unas interpretaciones más bien justitas, es capaz de ofrecer a los espectadores películas más o menos entretenidas cuyo único propósito es el de hacer pasar un rato entretenido a la audiencia. Para los que somos fans de sus cintas, es poco menos que un director de culto.
Aquí desde luego Castellari sabe sacar partido del material del que dispone. Sabe que tiene que medir las apariciones del escualo, y que cuando las mismas se produzcan están sean impactantes y sangrientas, ya que el animalito tiene que alimentarse. Así, no son pocas las víctimas que se va cobrando a lo largo de sus poco más de ochenta minutos de metraje, por lo que el puñetero se pone las botas.
No es difícil ver en el personaje de Morrow a un sosias del personaje de Robert Shaw en Tiburón, hasta le copia el look y todo. Pero sin el carisma que destilaba el desaparecido intérprete de El golpe. En cuanto al personaje de Franciscus, es como las ofertas del super puesto que nos regala un 2x1 aunando en su persona al jefe Brody y a Hopper, interpretados por Roy Scheider y Richard Dreyfuss respectivamente, así se ahorran un actor. Huelga decir que tanto Morrow como Franciscus carecen del talento y carisma de los protagonistas del film de Spielberg.
Pese a su evidente falta de presupuesto, guión flojo, una dirección tanto de secuencias como de actores justita, es una cinta que merece la pena ver. Yo la recuerdo con mucho cariño y se guardó un lugar en mi corazoncito cinéfilo, en primer lugar por su portada que tenéis más arriba y en segundo lugar por la secuencia en la que el tiburón hunde un helicóptero tirando del mismo hacia abajo. Imaginaos verla con poco más de ocho años, era para flipar y no es para menos.
Una cinta que hay que ver sin ninguna pretensión, tan solo el de pasárselo bien dejando de un lado los prejuicios cinematográficos que pueden surgir mientras uno la está viendo. La película es consciente de ello, no lo oculta en ningún momento y quiere que los espectadores entren en el juego que propone. De otra forma, aquellas mentes que solo admiten cine de autor con guiones sesudos echarán pestes mientras la están viendo. Los que aceptan entrar a formar parte del juego, se lo van a pasar genial sin duda alguna.
Una película menor dentro del género de monstruos acuáticos, pero que sin duda resulta mejor hecha y entretenida que la tercera parte de Tiburón bajo el sello de Universal, sobre la que será mejor correr un tupido velo.
Si os gusta la serie B exploitation italiana, hecha sin prejuicio alguno y con una duración ajustada, esta es sin duda una elección muy acertada. Si no la habéis visto, dadle una oportunidad y si ya la visteis en su momento, siempre es un buen momento para ver que tal le ha sentado el paso del tiempo. En opinión de quien esto suscribe, mejor de lo que esperaba.
Espero que os haya gustado la entrada de hoy.
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