domingo, 17 de julio de 2016

libro: La chica que oía canciones de Kurt Cobain

Muy buenas a todos. Hoy de nuevo vuelve a aparecer por este blog un autor que ya llevaba tiempo sin hacerlo, pero ya os aviso que no será la última vez que lo haga puesto que próximamente comentaré de nuevo otra obra suya. En la entrada de hoy, el escritor nos transporta a un ejercicio de nostalgia para todos aquellos que hemos sobrepasado la treintena, haciéndonos viajar al pasado a un momento triste para la música que supuso el suicidio del líder de Nirvana Kurt Cobain. Pero no adelantemos acontecimientos todavía, acompañadme a la década de los 90 y a la cultura popular de aquella época, mientras un joven descubre el amor. ¿Listos? Allá vamos.


Escrito por Miguel Aguerralde y publicado por la editorial siete islas, el autor nos describe las peripecias de Pablo, un adolescente con las inquietudes de un chaval de los 90 como el baloncesto, los videojuegos, la música, los dibujos animados o el pressing catch. Su vida da un vuelco cuando a su instituto de las islas llega una nueva chica llamada Layla, quien dará un vuelco a su vida y que será su primer amor y que tras un incidente, perderá la pista hasta 20 años después cuando ambos volverán a encontrarse.

Cuando un autor decide cambiar de género, tanto sus detractores como seguidores queremos ver que tal ha salido del paso el ver como se maneja en algo que le es ajeno. Los primeros para frotarse las manos en caso de que no salga bien, los segundos por todo lo contrario y que nos vuelva a demostrar su talento. En el caso de Miguel, aquí ha demostrado ser un escritor que sabe alejarse de las cosas truculentas, pese a que haya un momento en la novela inesperado con la que no deja del todo la violencia a la que nos tiene acostumbrados.

Mientras leía el libro, una sonrisa de nostalgia me acompañaba en todo momento en su lectura. En no pocas ocasiones me sentí identificado con el protagonista. Ya sabemos todos que a la hora de escribir, un autor suele poner parte de si mismo en sus creaciones y personajes, en este caso no sé cuanto habrá de Miguel en Pablo. Todas las referencias musicales y de cultura popular no serán del todo ajenas a todos los que hemos sobrepasado la treintena.

Es una novela juvenil, con romance y amor incluido. Llega a ser dulce pero no llega a empalagar, más bien es amarga en no pocas ocasiones, tal y como corresponde al primer amor que hemos vivido y que nos ha marcado para bien o para mal.

La novela consta de dos partes, en la primera ubicada en la adolescencia de Pablo y sus amigos, vemos como Pablo conoce a Layla y las diversas aventuras por las que pasan. Hasta que un incidente, que por supuesto no voy a desvelar, hace que sus caminos se separen y no sepan nada uno del otro hasta que sus caminos vuelven a cruzarse 20 años después ya adultos.

La segunda parte ocurre cuando nuestro protagonista ha crecido y tiene su vida resuelta, pero un extraño mensaje de su antiguo amor hará que la busque para resolver un misterio que quedó sin resolver 20 años atrás y que está relacionado con su antiguo amor.

Miguel vuelve a hacer gala aquí de una buena narrativa y de unos personajes con mucho encanto. Si no os gustan los libros que cada dos por tres meten referencias a la cultura popular no os aconsejo su lectura, puesto que cada pocas palabras o referencias las mismas aparecen. Esto supone que nuestra memoria y recuerdos viajen al pasado y nos acordemos de aquellos tiempos. Me atrevería a decir que más que para los jóvenes, que por supuesto la pueden leer, es más para los adultos ya entrados en la treintena.

El giro que ocurre a mitad del libro puede llegar a molestar por inesperado y que no llegue a convencer del todo, ya que puede descuadrar bastante que en una novela de temática juvenil ocurra un determinado suceso. Pero hay que saber entrar en el juego que nos propone el autor, a mi desde luego me descolocó y no me acabó de convencer del todo. Pero una vez uno lee más se puede justificar más o menos lo que se ha leído en anteriores páginas, y más teniendo en cuenta lo que sucede momentos después.

Cada uno de los capítulos viene precedido por una pequeña estrofa de Nirvana y de la canción que da título al capítulo correspondiente. En poco más de 200 páginas, hemos sido testigos de la vida de nuestro protagonista a través de una elipsis en la que han pasado 20 años, y que queda resumida en pocas líneas, lo que es de agradecer.

A modo de escena postcréditos, o en este caso bonus track, el autor nos regala una pequeña sorpresa que hace que se nos dibuje una sonrisa en la cara, dejándonos un buen sabor de boca cuando hemos acabado la lectura.

Una novela juvenil escrita con cariño, con sentido del humor, amor y sobre todo con mucha nostalgia que es un ejercicio valiente por parte de su autor. Dadle una oportunidad, seguro que nos arrepentiréis.

Espero que os haya gustado la entrada de hoy.

1 comentario: