Muy buenas a todos. Tal y cómo indiqué en la entrada anterior, hoy volvemos a reseñar otra obra de microteatro. De nuevo, vuelve a estar enclavada dentro de la 5ª edición de gastrofestival que se celebra estos días en Madrid. En esta ocasión, la representación es una comedia, pero bastante negra y que te deja un regusto amargo una vez ha acabado la función. Pero no adelantemos acontecimientos todavía, acompañadme a degustar un autentico menú preparado por un gran chef. Listos? Allá vamos.
Con texto y dirección de Francho Aijón, la trama es la siguiente: un famoso chef, rol de Darío Frías, se dispone a preparar en directo a una audiencia selecta un verdadero menú africano. Para ello se dispone a cocinar en directo a un inmigrante de nombre Abdul, interpretado por Jean Cruz. Entre ellos hay una historia, de la que hacen participes al público antes de que ocurra el fatal desenlace.
Este es uno de los ejemplos en los que uno se ríe de la situación, pese a que sabe de lo que está viendo no tiene la más mínima gracia. Pero así de cabrón es el ser humano. En la representación hay unos cuantos instantes de humor negro, y disfrutamos de ello, pero la sonrisa se nos queda congelada en el rostro en los instantes finales de la obra. Y no podemos sino sentirnos culpables, por haber sido tan malas personas de reírnos de la desgracia ajena.
Salvando las distancias, el guión de Aijón recuerda a las comedias negras españolas como El Verdugo; El Cochecito o El Pisito, o más cerca en nuestro tiempo a algunos golpes de humor negro que hay en el cine de los hermanos Coen. Sabemos que lo estamos viendo no es nada gracioso, pero la forma en que nos lo presenta consigue arrancarnos una carcajada.
Los dos actores están geniales. Pero antes de proseguir me gustaría hacer un pequeño inciso, el día que vi la obra Frías no pudo acudir por estar pachucho, por lo que la entrada de hoy va dedicada a él. Así, el creador del texto se puso en la piel del personaje que creó. Y lo hace muy bien, el rol que interpreta es un cabronazo de padre y muy señor mío, pero cae bien debido al carisma que desprende.
Pero hay que destacar la labor que lleva a cabo Cruz. Simpático desde el momento en que entra en escena, se mete a todo el público en el bolsillo. Pero en el momento en que conocemos su historia y se derrumba, con lágrima incluida, hace que se te forme un nudo en el estómago. Sobre todo cuando antes de cumplir su destino, nos cuenta sus miedos, esperanzas y lo que para él ha significado la aventura que ha vivido.
La sala estaba ambientada como si de un programa típico de Teletienda, que abundan en las madrugadas de las televisiones se tratase. Uno parecía estar de verdad en un plato.
Durante toda la obra, tal y cómo he venido hablando, hay mucha mala leche. Se ríen del racismo, de la inmigración pero nunca sin faltar al respeto. Incluso se permite hacer una broma macabra con el plato de la semana siguiente, que no será otro que desahuciados al Oporto con salsa de Bankia. Pese a que es ficción, imaginad por un momento que esto se llega a convertir en realidad. Da miedo verdad?
De nuevo no se pueden sacar fotografías durante la representación, pero de nuevo ambos actores estuvieron muy amables al acceder a hacerse una foto con un servidor, y que os pongo a continuación:
Os recuerdo que la obra hoy reseñada y la anterior estarán únicamente hasta el día 8 de este mes. Para más información pinchad el siguiente enlace: http://microteatromadrid.es/la-programacion/
Si podéis ir a verla, seguro que os gusta.
Espero que os haya gustado la entrada de hoy.
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