lunes, 8 de abril de 2019

cortometraje: Lobisome

Dentro de nuestra filmografía fantástica, hay una figura que destaca por encima del resto. Me estoy refiriendo a la figura de Waldemar Daninsky, inmortalizado por el ya fallecido Paul Naschy. Y es que el mito del hombre lobo, ha sido protagonista de diversas adaptaciones a la gran pantalla. Y ahora es protagonista de la nueva propuesta de Juan De Dios Garduño, que vuelve al cortometraje tras su exitoso debut en Fe . Así pues, veamos con que nos sorprende el escritor de y pese a todo

Dirigido por Juan De Dios Garduño, que también se ocupa del guión junto a David J. Skinner, la trama nos cuenta como en los baños de un aeropuerto Iván, Jorge Pobes, y Jorge, Enrique Villén, tienen que entregar un maletín a Claudia, Laura Toledo, y Andrei, Alberto Jo Lee. Lo que en un principio parecía un encargo sencillo, no tardará en convertirse en una pesadilla. Mientras tanto David, Pablo Chiapella, permanece en uno de los inodoros ajeno a lo que está ocurriendo.

Tal y como he indicado en el párrafo que inauguraba esta reseña, este cortometraje resulta todo un homenaje a la figura de Naschy. No solo por la figura del hombre lobo, sino por los dos divertidos  guiños que se le rinden en los escasos 11 minutos de metraje, los cuales no desvelaré para no reventar la sorpresa a aquellos que aún lo hayan visto.

Una de las cosas que más me gustó del corto, es que la acción tiene lugar en un único espacio y que dura lo mismo que el corto. Por lo que casi desde que empieza, hasta que comienzan a desfilar los títulos de crédito finales, apenas concede un momento de respiro a los espectadores.
La sensación de claustrofobia, se acrecienta al transcurrir la acción en un único espacio, en donde nuestros protagonistas tendrán difícil escapar de la maldición que les aguarda oculta en el maletín. Algo que no puede ser detenido con armas normales, o con artes marciales.

Otra de las cosas a destacar del corto, es la utilización de los fx de maquillaje, los cuales corren a cargo de Pedro de Diego e Irene Puche. Ambos son los encargados de dar vida a la criatura que da nombre al título del corto. Y es que el aspecto de la misma recuerda, y mucho, al que tenía el licántropo que aparecía en Una pandilla alucinante. Ignoro si la intención de los autores de los fx era rendir homenaje o no al diseño creado por el maestro Stan Winston para la cinta de Fred Dekker. En todo caso, el monstruo es una autentica pasada.

Los actores están correctos, y saben aprovechar la escasa duración del cortometraje para dar lo mejor de si. Al tratarse de un cortometraje de terror, todos deciden entrar en el juego que nos propone el director y pasárselo lo mejor posible. Y de paso transmitir esa sensación a los espectadores. Huelga decir que consiguen el resultado.

Pese a tratarse de su segundo cortometraje, al director se le nota más cómodo que en su primer trabajo. Y se nota su querencia al cine de los ochenta de terror,  y que viene del campo de la literatura de este género. Esto se nota en como sabe crear la atmósfera necesaria para saber atrapar a la audiencia, tanto aquí como en su anterior trabajo, y que, como en este, también transcurría en poco tiempo y en poco más de dos localizaciones.

Tal y como se puede ver por el poster, el cortometraje ha sido presentado a diversos festivales especializados, y según tengo entendido por comentarios del propio director parece ser que la criaturita lupina está gustando bastante allá por donde va.

Una muestra que en nuestro país el cortometraje de terror está gozando de buena salud, y esperemos que siga así durante mucho tiempo. Ahora tan solo hay que esperar a que el director se anime, y de el salto a la dirección a la gran pantalla.




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