Este cortometraje pudo salir adelante gracias a una campaña de crowfunding y al mecenazgo de varias personas que aportaron diversas cantidades para que este sueño se acabara convirtiendo en realidad.
Más que interesante debut en la dirección de Juan De Dios Garduño cuya estética bebe del cine de los 80. No en vano el cortometraje está apadrinado por Tom Holland, director de Noche de miedo y Muñeco diabólico y a quién se rinde homenaje con la aparición de unas escenas de la primera película de Chucky al principio del cortometraje. El escritor demuestra saber como crear tensión, la cual va aumentando a medida que la historia se acerca a su final y que se ve apoyada gracias a la partitura creada para la ocasión por Josúe Vergara Blanco.
Varios son los elementos a destacar dentro del corto. Además de la dirección hay que destacar la historia. Pese a que en un principio la misma pueda recordar por su planteamiento a El Exorcista, nada tiene que ver con la misma. Cuando creemos que el argumento irá por los mismos derroteros que el famoso film de William Friedkin, el novelista nos sorprende con un giro final sorprendente que hace que nos quedemos con la boca abierta.
La elección de los actores es otro de los puntos a favor. Todos ellos realizan una gran actuación. Víctor Clavijo realiza un buen papel como sacerdote que acude incrédulo a la llamada de auxilio de una familia creyendo que su hija está poseída. El intérprete consigue meterse en la piel de un cura de pueblo, con ganas de ayudar y con grandes dosis de paciencia y humildad. Eva Isanta está muy bien en su rol de madre sufridora, que ama a sus hijos por encima de todo y a quién las circunstancias acaban por superarla. Jorge Cabrera se mete en la piel de un padre escéptico, nervioso con los acontecimientos y que no ve con muy buenos ojos la llegada del clérigo a su hogar demostrando una actitud hostil con él en todo momento.
En cuanto a los niños realizan una gran interpretación. Sergio Castellanos apenas pronuncia palabra en todo el corto, por lo que su actuación se basa en los gestos y miradas que en el lenguaje. Por último pero no por ello menos importante Aitana Serrano interpreta a una niña asustada y con miedo, algo que consigue transmitir a los espectadores con su voz.
Recalcar también la atmósfera y el uso de los decorados. Apenas dos localizaciones le bastan al director para conseguir crear en el espectador la sensación de que algo está a punto de ocurrir, pero que ignora.
Si acaso el único pero que se le puede poner es que te quedas con ganas de más. 10 minutos le bastan al director para dejar todo cerrado, y aún así me dio la sensación de que era el inicio de una película y que aún quedaba mucho por contar de los protagonistas.
Un buen debut en la dirección y que esperemos no sea la última vez que veamos el nombre de su realizador en unos títulos de crédito. Madera tiene desde luego. Ahora queda un largo recorrido por festivales de género fantástico, por lo que desde aquí le deseamos la mejor de las suertes.
En resumidas cuentas:
Lo mejor: todo.
Lo peor: que uno se queda con ganas de más.
La secuencia: el giro final.
El momento: la llegada del sacerdote a la casa.
La imagen: la que cierra el corto.
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