Dirigida en 1987 por John Carpenter la trama es la siguiente: un sacerdote, interpretado por Donald Pleasance un habitual dentro del cine del realizador de Halloween, convoca a un grupo de estudiantes de física a una antigua iglesia para aclarar el misterio que envuelve a una urna con líquido en constante movimiento que resulta ser la esencia del mal, Satanás en persona. Poco a poco comienza a poseer a los estudiante con la misión de traer a su padre de vuelta, una especia de Anti-Dios. El terror ha comenzado.
En el momento en que se estrenó esa cinta la llovieron palos, algunos de ellos justificados, otros no. En opinión de quién esto suscribe es un film que va ganando con el paso del tiempo y con los visionados. No es de esas pelis que te entren por los ojos la primera vez que la ves, hay que hacerlo un par de veces más para apreciar lo que verdaderamente nos quiere contar su director.
Y esto es que el mal nos rodea por todas partes, y que puede que dos mundos tan distintos como son la ciencia y la solución trabajando juntos sean capaces de derrotar a un antagonista que por mucho que se quiera no puede ser vencido así como así.
La acción transcurre en un corto espacio de tiempo, apenas un día si no recuerdo mal. Pero lo que Carpenter consigue que no perdamos detalle de lo que ocurre en pantalla en ningún momento. Para ello se vale de una atmósfera cuanto menos inquietante, a ello no ayuda que todo el grueso de la acción transcurra de noche, que aparezcan de la nada unos insectos convocados por Satanás o que rodeando la iglesia haya unos acólitos del señor del mal con intenciones no demasiado buenas y que se encuentran liderados por el cantante de rock Alice Cooper.
Es curioso que Carpenter enlazará dos fracasos tan seguidos como fueron Golpe en la pequeña China y el título que estamos analizando hoy aquí. Y más teniendo en cuenta que apenas un cinco años antes dirigió la que esta considerada por muchos, yo incluido, una de sus dos obras maestras como es el caso de La Cosa. De todas formas este realizador nunca se ha caracterizado por ser un rompe taquillas, es consciente que en el mundo donde mejor se mueve y mayores alegrías ha dado a sus fans es en la serie B, donde ha forjado la mayor parte de su carrera.
Una de las secuencias más recordadas es cuando uno de los protagonistas abandona la iglesia solo para encontrarse con los acólitos antes mencionados. Destacar también aquella que tiene lugar en el interior del edificio y donde los poseídos tratan de matar a aquellos que no han ingresado en su bando, hasta llegar a una conclusión o final abierto que deja con bastantes interrogantes, pero esto no es la primera vez que ocurre con este director, ya que algunas de sus cintas finalizan con más preguntas que respuestas.
Si todavía no la habéis visto dadle una oportunidad, seguro que no os arrepentiréis, y aquellos que ya visionasteis en su momento siempre es buen momento para volverlo a hacer.
Como es norma os dejo con el trailer de la reseña de hoy:
Espero que os haya gustado la entrada de hoy.
No hay comentarios:
Publicar un comentario