Dirigida por David Canóvas que se encarga también del guión junto con José Amaro Carrillo y Alberto García Martín, y basado en la obra de Antonio Tabares la película nos cuenta como en una gran empresa se producen tres suicidios, por lo que Sofía Cuevas (Maribel Verdú) alta ejecutiva de la misma es enviada a realizar una investigación interna y elaborar un informe para esclarecer los motivos que los rodean. A medida que va entrevistando a los trabajadores, se dará cuenta de las circunstancias y las prácticas abusivas que ahí se practican.
Todavía me acuerdo de cuando vi esta película en el cine, creo recordar que estaba yo solo en la sala lo que es una verdadera pena. Esta es una muy buena cinta y que demuestra la buena salud del cine español, que este año ha disfrutado de filmes tan interesantes como Que Dios nos perdone, Tarde para la ira o El hombre de las mil caras por destacar tres y que curiosamente han sido nominados a los Goya en diferentes categorías.
Uno de los elementos a destacar es la interpretación de Maribel Verdú, que va evolucionando a medida que avanza la trama. Cuando se nos presenta el personaje es alguien duro y sin sentimientos, pero según avanza el film la coraza que parecía tener poco a poco se va desmoronando, hasta mostrarnos a una mujer con capacidad de empatía y que no es la misma que cuando comenzó la cinta.
En el apartado de secundarios destacar la interpretación llevada a cabo por Fernando Cayo, Carmelo Gómez, Álex García y Bárbara Goenaga. Cayo a quién los telespectadores recuerdan por su papel en Manos a la obra, Mar de plástico o cintas como La corona partida o El desconocido, tiene a su cargo el personaje de jefe déspota. Gómez es el sindicalista que sueña con unas condiciones de trabajo mejores para los trabajadores de la empresa y aprovecha sus escasos momentos en pantalla para robar cada una de las escenas que comparte con Verdú.
Goenaga tiene a su cargo un papel breve como una empleada frágil, y que resulta esencial en la conclusión de la trama y García como un ejecutivo estresado que es más de lo que parece en un principio. Todos ellos sirven como perfecto contrapunto a Verdú en sus respectivos roles como los diversos trabajadores que puede haber en las grandes empresas.
El film es un drama donde apenas hay espacio para el humor, salvo en un par de ocasiones que ayudan a aligerar una trama que no es si no el reflejo del mundo empresarial de hoy. En el que importan más los beneficios y el balance de fin de año que el trato a los empleados, pese a que el mismo incluya prácticas cuanto menos abusivas como se refleja en esta cinta.
Quizá una de la cosas que se le puede achacar a la historia es la moralina final, algo que no termina de casar del todo con el tono que ha sido predominante a lo largo del film, que nos muestra un mundo en el que, por desgracia, no hay lugar para los finales felices.
Una película recomendable con una duración de hora y media, con lo que no existen tramas secundarias que puedan entorpecer el ritmo.
A continuación el trailer:
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