El fin del mundo ha sido una fuente de inspiración tanto para la literatura, como en Apocalipsis de Stephen King; La carretera de Cormac McCarthy o La guerra de los mundos de H.G. Wells, como para el cine con las cintas Armageddon de Michael Bay; Bienvenidos al fin del mundo de Edgar Wright o Mad Max de George Miller. La obra de microteatro que tuve oportunidad de ver ayer toma como base el fin de los tiempos para ofrecer una comedia que se toma a broma el fin de la humanidad. Desde aquí dar las gracias a los responsables de la sala por invitarme a ver la representación.
Dirigida por Diego Sanchidrián y con guión de Pedro Pablo Picazo, volviendo a coincidir en una obra tras haberlo hecho en El cielo espera ya reseñada aquí http://cinefagia80.blogspot.com.es/2015/03/microteatro-el-cielo-espera.html El argumento nos cuenta como en una oficina en Diciembre de 2012, Alfredo (Fael García) es llamado al despacho de su jefa Victoria (Paola Tombolan) para que le explique unos fallos en su informe. Cuando se dispone a corregirlos, el fin del mundo llega.
El director Diego Sanchidrián cuenta con una amplía trayectoria en el mundo del cortometraje, con títulos como Azar, El rayo y la sirena o El hilo de oro y en microteatro con obras como Rojo azafrán o Un presente inolvidable además de la obra arriba citada y una vez más vuelve a trabajar con Pedro Pablo Picazo, con quién ha vuelto a coincidir en Paraísos Artificiales, tras haberlo hecho de forma previa en El salto del tigre o Reencuentro. Demostrando una vez más que forman un buen equipo.
Esta era la primera ocasión que tenía de ver a los dos intérpretes actuar y espero que no sea la última. En todo momento ambos demuestran una gran compenetración. Mientras que la actriz se encarga de dar vida a la parte más seria de la obra, el actor representa el contrapunto cómico con lo que ambas personalidades quedan equilibradas.
A medida que avanza la obra el sentido del humor sigue presente, pero se nota un poso trágico. El tono que se saca de la representación es Carpe Diem, vive el momento y disfruta de la vida. Es lo que el personaje de Fael transmite, aprende a vivir de aquellos pequeños placeres del día a día. Algo que intenta contagiar a su jefa en todo momento.
Con un decorado muy simple ambientado en una oficina, los actores consiguen meter a la audiencia en situación desde el primer momento. Con pocos medios se consigue sacar gran partido de la actuación de sus intérpretes, que desde que comienza con la obra consiguen conectar con el público.
Paola da vida a una jefa cabrona y exigente, alguien que permanece en guardia en todo momento y que antepone el trabajo a su felicidad. Algo que irá cambiando según avanza la obra, demostrando que lo suyo es pura fachada. Dentro hay una mujer que quiere relajarse, dejar salir a su niña interior y hacer cosas con las que de verdad disfute, como por ejemplo el baile. Algo que tendrá gran importancia en el tercio final de la representación.
En cuanto a Fael es un empleado que se toma las circunstancias según le vienen, es el polo opuesto a su jefa. Hace sus informes por hacerlos, cómo si no estuviera del todo contento en su trabajo y en espera de una mejor oportunidad laboral. Tal vez el fin del mundo sea la ocasión que tienen ambos protagonistas para llegar a un entendimiento, cambiar su forma de entender la vida y acercar posturas.
Una obra muy divertida y que consigue arrancar unas cuantas carcajadas entre el público. Ya lleva tres meses en cartel, demostrando que el boca a boca ha funcionado entre los asistentes que han podido disfrutar de las peripecias de Alfredo y Victoria. Si tenéis ganas de ver esta representación, o alguna de las otras que se están desarrollando en El esconditeatro pinchad en el siguiente enlace y podréis encontrar más información: http://www.elesconditeatro.com/
Como viene siendo norma habitual, al final de la representación tuve la oportunidad de posar con los actores y el director para agradecerles su buen hacer durante la obra:
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