¿Conocéis esa sensación cuando uno ve un tráiler y piensas esto va a molar? Pues es lo que pensé al ver el avance de la entrada de hoy. Si ya de por sí tanto el director como su protagonista me caen bien, y han demostrado una excelente química en sus trabajos previos, aquí demuestran que su entendimiento es total logrando una gran cinta de terror que, sin duda, será uno de los grandes éxitos de la temporada cinematográfica. Así pues, veamos que peripecias le aguardan a nuestros protagonistas.
Escrita y dirigida por Ryan Coogler, la trama nos cuenta como en los años 30 los gemelos Smoke y Stack, Michael B. Jordan, regresan a su ciudad natal en Mississippi para inaugurar un club de blues. Lo que les servirá para encontrarse con su primo Sammy, Miles Caton, así como con sus viejos amigos Mary, Hailee Steinfeld, Delta Slim, Delroy Lindo o Annie, Wunmi Musako. Pero los hermanos están lejos de imaginar la amenaza que van a afrontar, cuando son asediados por una horda de vampiros liderados por Remmick, Jack O'Connell.
Vaya con Coogler. De un tiempo a esta parte se está labrando una filmografía la mar de interesante. Es capaz de pasar del cine Marvel como en la saga Black Panther a ofrecernos un spin-off tan agradable como Creed. En cada uno de estos filmes, ha contado como protagonista principal con Michael B. Jordan, por lo que, tal y como he dicho en el párrafo que inauguraba la reseña de hoy, su entendimiento es total. Ambos son capaces de juntar espectáculo con historias que consiguen ser interesantes, algo que aquí se confirma.
No será la primera vez, ni seguramente la última, que unos vampiros protagonicen una cinta. Ya sea en producciones más modestas, como en otras con más presupuesto, los chupasangres tienen algo que llaman la atención. Los monstruos que aquí se nos presentan son seres sanguinarios, ladinos, atractivos y con un sentido del humor bastante negro.
Lo interesante de la propuesta, es que el realizador mezcla con acierto el terror, con la acción y unas gotas de cine de denuncia y un poco de cine musical, aderezado este último elemento con leyendas de diversos países, que nos hablan de aquellas personas que son capaces, con su música, de traspasar mundos. De ahí que el personaje de Sammy tenga tanta importancia en el devenir de los acontecimientos y al que Remmick quiere echar mano a toda costa.
Algo que me sorprendió, fue el nivel de violencia mostrado por Coogler. Los instantes sangrientos están bien repartidos a lo largo del metraje, y no se corta un pelo a la hora de mostrar mordiscos, desmembramientos o disparos diversos con los que los protagonistas tendrán que hacer frente a la amenaza que suponen sus vampiros.
Que parte de la mitad de la cinta transcurra en una sola localización, el ya mencionado club, y en una sola noche es un acierto, puesto que poco tiempo le vale a su máximo responsable para contar una historia, sin necesidad de alagarla sin ninguna necesidad. Además, que a los cinéfilos más veteranos parte de su acción le recordará a La noche de los muertos vivientes o Asalto a la comisaria del distrito 13, por mencionar dos de los títulos más famosos en los que los protagonistas tienen que enfrentarse a un enemigo que les supera en número.
Un acierto es, sin duda, su reparto en el que sobresale, sin lugar a dudas Michael B. Jordan. El intérprete de Creed da muestras de un carisma brutal, algo que ya había demostrado en otros trabajos anteriores, pero aquí, además, tiene la oportunidad de lucirse dando vida a dos hermanos de carácter opuesto, lo que le permite al actor de Black panther darse el gusto de darle matices a cada uno de los gemelos.
También hay que destacar a Miles Caton, en un rol que supone su debut en la gran pantalla. Su interpretación es más que correcta, y pese a que en principio parezca no tener importancia, a medida que se desarrollan los acontecimientos tanto su personaje, como su interpretación, van haciéndose más fuertes. No parece que sea un debutante en absoluto, parece que ya lleve tras de sí más proyectos. Sin duda es una figura a tener en cuenta en el futuro.
Su duración, de poco más de dos horas, pasa volando. Cuando uno mira el reloj, y eso cuando uno puede despegar los ojos de la pantalla, se da cuenta que ya ha pasado cerca de una hora. Es lo que le pido a una cinta de terror y acción, que no aburra y que entretenga. Algo que aquí se cumple con creces, lo que demuestra que tanto su protagonista principal, como su realizador, le tienen cogida la medida al cine de evasión.
Si tuviera que destacar un instante, además de los consabidos enfrentamientos contra los chupasangres, sería el de Sammy tocando la guitarra, en el que la leyenda sobre aquellos que pueden comunicarse con otros mundos y tiempos se hace realidad. Un buen plano secuencia de corta duración, pero que consigue que nos quedemos con la boca abierta.
Dentro del film nos podemos encontrar con dos escenas postcréditos. La primera de ellas es a mitad de créditos, donde se nos desvela el destino de uno de los protagonistas, mientras que para ver la segunda hay que esperar a que se acaben los créditos del todo, en donde veremos a Sammy tocar la guitarra. Una escena simple, pero molona en la que el intérprete tiene la oportunidad de lucirse, una vez más, dando muestras de su talento con la guitarra.
Tanto si os gustan las cintas de vampiros, como si sois seguidores de los máximos responsables de la cinta, es una película que recomiendo ver.
A continuación el tráiler:
Espero que os haya gustado la entrada de hoy.