Si a cualquier aficionado al cine de terror, le preguntasen por los tres principales del asesinos del género, lo más seguro es que nombre a Freddy, Jason y Michael Myers. Tal vez alguno cite al protagonista de la entrada de hoy, y que fue el primero de todos ellos, puesto que su película se estrenó antes de la llegada de todos ellos. Armado con su fiel motosierra, ha hecho estragos a lo largo de sus cintas, ya sean secuelas, reboots o remakes. Así pues, veamos que nos depara este libro.
Escrito por Andrés Paredes, que ya apareció por aquí hablando de la saga Psicosis ahora hace lo propio con La matanza de Texas. en un ensayo en el que, a lo largo de diez capítulos analiza cada una de las cintas pertenecientes a esta serie de terror. Donde encontramos una pequeña introducción sobre como encender una motosierra, y dos entrevistas a Marcus Nispel, director del remake de La matanza de Texasdel 2003, y a Edwar Payson, realizador del documental In search of all American Massacre: The lost Texas Chainsaw film y que cuenta con su correspondiente apartado.
El primer capítulo, está dedicada a la figura que inspiró no solo a Cara de cuero, sino también a Norman Bates o Hannibal Lecter. Por supuesto, ya habréis adivinado que me refiero a Ed Gein. Un psicópata de carne y hueso, que hizo de las suyas y cuyos crímenes, a día de hoy, siguen siendo bastante salvajes.
Es a partir del segundo capítulo, y uno de los más extensos del ensayo, donde se empieza a desgranar la génesis de la saga. Y es que, poco podía imaginar Tobe Hooper cuando hizo su film más conocido, además de Poltergeist, que sería no solo el inicio del nacimiento de un icono del terror, como he mencionado en la introducción, sino también el comienzo de una saga que, en mayor o menor medida, ha aterrorizado a generaciones de espectadores a lo largo de las décadas. De lo que no hay duda, es que el rodaje fue un autentico infierno, tanto a lo ajustado del presupuesto, como a las condiciones a las que se vieron expuestos los actores, sobre todo la pobre Marilyn Burns.
En los siguientes apartados, el autor nos irá desgranando de forma amena, las posteriores producciones que siguieron a la original. En el capítulo dedicado a la secuela, otro de los más extensos, Paredes desvela que el hacer la segunda parte, también tuvo su miga. No solo por los múltiples problemas de derechos, sino también por las constantes intromisiones de sus productores. No hay que olvidar que fue la Cannon, la encargada de poner el dinero para que la tardía segunda parte, hecha más de diez años después de la original.
Algo que desconocía por completo, y que me sorprendió leer en un par de capítulos, era que se hicieron una película inacabada, All american massacre, y que ha sido objeto de un documental como he mencionado anteriormente, además de un film en 3d y de dos filmes donde se nos narraba el origen de Cara de cuero, siendo el segundo de 2017 y dirigido por la dupla de directores franceses responsables de Al interior, film no apto para todos los estómagos. Una vez leído el libro, me ha picado la curiosidad y me ha tentado verlo.
Cara de cuero ha ido evolucionando con el paso del tiempo, al mismo tiempo que lo han hecho sus filmes. A cada nueva entrega, sus responsables se encargaban de darle una nueva capa a este psicópata. Algunas de ellas más acertadas que otras, he de decir, una vez leído el ensayo. Pero, si en algo coinciden cada una de las encarnaciones de este personaje, es su fascinación por la motosierra y el martillo.
El problema que tiene una saga tan larga, es que, en no pocas ocasiones, se suelen contradecir una a otra, salvo en el caso de las dos primeras entregas. Y que se dará en las estrenadas a partir de la década de los 2000. Algo que no puedo entender, ya que, a mi modo de ver, no cuesta nada ponerse en contacto con los responsables de la anterior entrega y ponerse de acuerdo con lo que tu vas a contar. De esta forma, a medida que se iban estrenando las nuevas entregas, conocíamos a más miembros de la familia, pero también se nos cambiaba lo que habíamos visto en la predecesora, lo que puede resultar lioso.
Otro problema que he visto una vez acabada su lectura, es que si bien el autor ha hecho un gran esfuerzo a la hora de ver toda la saga, es que no todas merecen la pena el verlas, al menos en opinión de quien esto suscribe. Algunas de ellas parece que se hicieron por hacer, tan solo por no perder los derechos del personaje, y sin importar si el producto final podía resultar más o menos interesante a la audiencia a la que iba dirigido.
Como viene siendo costumbre en los ensayos de Applehead, encontramos multitud de anécdotas y numerosas fotografías, de cada una de las cintas analizadas.
Tanto si sois fans de la saga, como si queréis saber más acerca de la misma, este es un libro que no deberíais dejar pasar. Una vez más, Applehead vuelve a dar en el clavo a la hora de ofrecer un producto bien cuidado y que satisface la curiosidad de los seguidores de uno de los personajes clave del cine de terror.
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