sábado, 1 de julio de 2023

película: Indiana Jones y el dial del destino

El pasado miércoles, se estrenó la nueva cinta del arqueólogo por excelencia. Iba con las expectativas algo bajas, a tenor de las críticas oídas en Cannes. Pero, una vez leídas las opiniones de amigos, y que iba subiendo su puntación, ya iba algo más tranquilo. Una vez vista, solo puedo añadir que me ha parecido un cierre bastante digno a la saga iniciada hace ya 40 años. Así pues, acompañemos a Indy en su última aventura.


Dirigida por James Mangold, que se encarga del guion junto a Jez Butterworth y John-Henry Butterworth, la trama nos cuenta como Indiana Jones, Harrison Ford, se embarcará en una nueva aventura acompañado de su ahijada Helena Shaw, Phoebe Waller-Bridge, para evitar que los nazis comandados por el temible Jürgen Voller, Mads Mikkelsen, se hagan con un dial ideado por Arquímedes que podría cambiar el rumbo de la historia.

A los actores arriba mencionados, se les unen Toby Jones como Basil, padre de Helena; Boyd Hollbrook dando vida a Klaber, la mano derecha de Voller; Jonathan Rhys-Davies retomando su rol de Sallah y Antonio Banderas interpretando a Renaldo, amigo de Indy y buzo.

Tal y como se puede ver por el argumento, Mangold no se aleja mucho de dos de las tres cintas originales de Spielberg, en las que el bueno de Indy se las tenía que ver con los nazis, queriéndose hacer con un artefacto que puede cambiar la historia. A pesar, de que en el dial la acción transcurre en 1969, poco después de la llegada del hombre a la luna.

Pero no todo es perfecto en este film. Algo de lo que se le puede acusar es del exceso de CGI, bastante evidente en algunas secuencias, sobre todo en el prólogo ambientado en 1944, con un Ford rejuvenecido digitalmente, o en la huida de Indy de sus perseguidores a caballo, donde se nota el doble de nuestro protagonista. Ford ya tiene una edad y no está para muchos trotes, a pesar que de vez  en cuando le veamos en acción.

Otro elemento que no me acabó de convencer, fue el rol de Helena. No es que la chica lo haga mal, pero nunca están del todo claras sus intenciones. No se sabe si se ha metido en esta aventura por dinero; por salvar la historia, o, simplemente, por tener dosis de adrenalina antes de sacarse su doctorado en arqueología. Pese a ello, su química con Ford es innegable.

Otra de las cosas que no me acabó de convencer fue el final, que por supuesto no voy a desvelar. Rompe gran parte del encanto que ha tenido la cinta a lo largo del metraje. Esos minutos que transcurren en otro lugar, hacen que chirrié un poco, y mientras lo veía, me preguntaba si  otra conclusión no hubiera sido posible, a pesar de que la puedes intuir en un determinado momento del film.

Habrá quien se queje de su duración, cercana a las tres horas, pero a mí no se me hizo pesada en ningún momento. se me hizo pesada. Cuando consulté el reloj, ya habían transcurridos casi dos horas. Por lo que apenas hay lugar para el aburrimiento.


Lo mejor de la cinta es, sin duda alguna, Harrison Ford. Pese a su edad, demuestra un buen estado de forma en las secuencias donde, más o menos, puede lucirse. A pesar que, como afirma en un determinado momento, tenga no pocas cicatrices y achaques propios de la edad. Nadie más que él puede ser el Indiana cinematográfico. Y este film, supone una despedida más que digna de uno de los personajes clave de su filmografía, junto a Han Solo y Jack Ryan.

Otro de los aciertos de la cinta es Mikkelsen. Pocos actores hay en la actualidad, que sepan saltar tan bien de superproducciones a cine más de autor. Ya sea encarnando al héroe o al villano, el intérprete danés da muestras de su talento. Algo que aquí vuelve a demostrar, dando vida a la némesis del protagonista. Por ponerle algún pero, se echa en falta un toque más oscuro a su personaje. Pese a ello, es una amenaza a tener en cuenta.

También hay que destacar el ritmo, que apenas decae. Los instantes de paz, nos preparan a una nueva secuencia que destila estilo y buen hacer en la dirección. No en balde, Mangold ya nos sirvió hace unos años la despedida, momentánea, de Lobezno en esa maravilla llamada Logan. En ambos casos, el realizador nos mostró a dos héroes crepusculares, cuyos mejores momentos ya habían pasado.

La nueva cinta de Indy, no solo nos da aventuras, sino también la faceta más humana del héroe. En varias ocasiones a lo largo del film, se pregunta si, tras todo lo vivido, ha merecido la pena por no tener una vida familiar, y no verse como se ve en el momento en el que se encuentra.

Tal y como ocurrió en sus anteriores entregas, Indy viajará de una parte del globo a otra, buscando pistas y evitando a sus enemigos, para hacerse con mencionado dial. Así, las partes que transcurren en Tánger o Sicilia, destilan pulp por los cuatro costados. Mangold ha tomado buena nota de Spielberg, y nos ofrece instantes que el realizador de Los Fabelman hubiese podido filmar perfectamente.

Los instantes finales, suponen el cierre perfecto. Sobre todo con esa imagen final, que supone la despedida del personaje. Un gran toque nostálgico, que es el adiós de un icono del cine. Esperemos que no hagan más cintas, ya que Indy solo hay uno. Y su sucesor, sin duda, tendrá mucha responsabilidad para encarnar al arqueólogo por excelencia del cine. No es como Bond o Holmes, creaciones que han sido interpretados por varios actores, sobre todo en el caso del segundo, y que en mayor o menor medida no se miran con tanta lupa. Pero el doctor Jones, ya son palabras mayores.

Tanto si sois fans del personaje, como del cine de aventuras, ésta es una ocasión ideal para ir al cine. Puro entretenimiento y diversión garantizada.

A continuación, os dejo con el tráiler de la entrada de hoy:



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