miércoles, 23 de marzo de 2016

libro: Sherlock Holmes y las sombras de Whitechapel

Muy buenas a todos. Hoy os traigo una entrada de la que aporte capital para que saliera adelante mediante crowfunding. No era muy caro y hay que apoyar a estos autores que sacan sus obras mediante la financiación o ayuda de gente que confía en ellos. Las cantidades a aportar variaban y me decidí por una que se ajustaba a lo que quería. El libro tenía como protagonista a Sherlock Holmes, una de mis debilidades literarias en uno de esos pastiches que suelen salir de tanto en cuando. Pero no adelantemos acontecimientos todavía, acompañadme en un viaje que enfrenta a uno de los mejores detectives, contra uno criminal que causó estragos en Londres en 1888 y cuya identidad a día de hoy sigue siendo un misterio. ¿ Listos ? Allá vamos.

Escrito por Carmen Moreno, la historia nos cuenta como Scotland Yard recurre a los servicios de Holmes para intentar capturar al escurridizo asesino conocido como Jack el destripador. Pero además de la investigación llevada a cabo por Holmes, el que fuera su padre literario Arthur Conan Doyle investigará por su cuenta la desaparición de la esposa del príncipe Alberto, y que puede tener relación con el famoso criminal. Mientras tanto, los irlandeses empiezan a formar un grupo que daría mucho que hablar en años posteriores.

Curioso libro y un homenaje en toda regla a la famosa creación de Doyle. Me gustó el ejercicio de metaliteratura que nos plantea la autora, haciendo que personaje y creador interactúen e intercambien opiniones sobre quién puede ser el misterioso criminal. En un ejercicio de juego literario que podrá gustar o no, decidir si es original o todo lo contrario, la autora juega con los lectores y les plante un divertimento entretenido.

Uno de los peros que se le puede poner a la obra, es que resulta demasiado corta puesto que tiene una extensión de poco más de 130, lo que puede saber a poco para los aficionados al famoso detective londinense, si hubiera tenido algunas páginas más el resultado final hubiera sido más satisfactorio sin duda alguna, pese a ello deja un buen sabor de boca. Otro de los factores negativos es que en la introducción, llevada a cabo por Juan Mari Basaorda, coordinador de los encuentros de literatura negra " Bruma negra " comete un error al citar una de las obras en la que se ha inspirado la autora a la hora de dar vida a su libro. Así, Basaorda confunde a Christopher Lambert con Christopher Plummer al citar la película " Asesinato por decreto " de la que la presente novela toma unas cuantas referencias.

Otra de las cosas que no me acabó de gustar, fue que de vez en cuando se cometen erratas gramaticales y en una ocasión la autora se confunde a la hora de establecer un diálogo entre dos personajes, que puede confundir en un principio hasta que avanzas en su lectura y te das cuenta de lo que nos quería decir.

Pero hasta aquí los errores, los cuales quedan compensados por los aciertos. Uno de ellos es que los capítulos son cortos, no da respiro al lector quien no llega a aburrirse en ningún momento. Carmen disfruta jugando al despiste, e introduciendo una trama secundaria con los ya citados irlandeses que resulta interesante, y a la que se le podía haber sacado algo más de jugo a la historia, que guarda relación con el misterio principal.

Otro de los aciertos fue la inclusión en la trama de los irregulares de Baker Street, banda de pillos conocida por los seguidores de Holmes, y que tienen cosas que aportar a la trama, como se demuestra en unas cuantas páginas del libro. Un homenaje en toda regla a estos pequeños delincuentes que ayudan a Holmes y que llegan a aquellos sitios donde no puede hacerlo el genial detective. Y como no podía ser de otra forma, Mycroft Holmes se deja caer en un par de momentos en su habitual club Diógenes, donde pasa la mayor parte de su tiempo.

Otro factor positivo es el juego ya citado antes entre realidad y ficción. Puesto que además del ya citado Doyle, Carmen cita en sus páginas a dos autores coetáneos de Doyle como son Robert Louis Stevenson y Lewis Carroll, en una faceta bastante menos agradable y cordial de la que la mayoría de público tiene del que fuera padre literario de Alicia en el país de las maravillas. Y de igual forma, el inspector Abberline, personaje real, se deja caer en un par de ocasiones para intentar atrapar al destripador.

Pastiche divertido y que sin duda gustará a los que somos aficionados a las peripecias de Holmes y Watson, los cuales interactúan con su padre literario y que comenta sus obras aparecidas en Strand Magazine, periódico donde se publicaban sus aventuras, en un homenaje cuanto menos no cargado de ironía, como si realmente tanto el famoso detective como su ayudante hubieran existido en la vida real.

Espero que os haya gustado la entrada de hoy.


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