Hoy de nuevo vuelve a aparecer en el blog una colección de relatos. En los cuales nos vamos a encontrar desde vampiros a hombres lobo, pasando por aventuras más pulp o góticas, por lo que los seguidores de cualquiera de estos escritos se lo van a pasar en grande a la hora de leerlos. Si bien, tal y como voy a describir ahora, algunos me gustaron más que otros, algo normal al tratarse de una colección de historias, lo cierto es que la gran mayoría de ellos están bastante chulos. Desde aquí, dar las gracias a la editorial por hacerme llegar un ejemplar de cortesía con el que ha sido posible la entrada de hoy.
Escrito por Carlos Díaz Maroto, autor que ha aparecido en otras ocasiones en este blog, el presente volumen consta de 14 relatos, algunos más breves y otros más extensos, en los que el escritor nos da muestras de su talento a la hora de confeccionar historias. Como es norma habitual en el blog, haré un resumen breve de cada una de las mismas así como mi opinión sobre ellas:
- La muerte tiene ocho patas: ambientada en la segunda guerra mundial, un periodista y un grupo de soldados se pierden en una tormenta en el mar en la campaña de Guadalcanal. Cuando llegan a una isla, en apariencia desierta, están lejos de imaginar la pesadilla que están a punto de vivir. Interesante mezcla de pulp y terror, que va ganando en intensidad a medida que se aproxima a su final. Buena forma de comenzar la antología, puesto que nos va preparando ante lo que está por venir. Pese a la brevedad del relato, a Carlos le da tiempo para introducir alguna que otra escena sangrienta.
- El amanecer de los no muertos: narrado en primera persona, la acción transcurre en Madrid y tiene como protagonista a un vampiro. Todo parece transcurrir con normalidad, hasta que sobre la ciudad llegan unos seres de otro mundo. Historia breve, pero que pese a ello es como un buen chupito de whisky, puesto que nos deja con un agradable sabor de boca. Buena mezcla de terror y ciencia ficción, y que nos demuestra que incluso las criaturas del espacio exterior, pueden albergar buenas intenciones y no siempre vienen a conquistarnos, tal y como se verá en otro relato posterior.
- La gloria del conquistador: unos conquistadores espaciales llegan a un planeta, pero sus intenciones distan mucho de ser benévolas. No resulta demasiado complicado ver en esta historia, una crítica del autor a todos los imperios que, a lo largo de la historia, han tomado por la fuerza aquellos lugares que le eran de interés. Algo que queda más claro en la conversación final entre el jefe de la expedición y su superior más inmediato. Aquí el autor nos muestra la faceta más adulta de la ciencia ficción, donde las naves espaciales que surcan los cielos, así como su tripulación, distan mucho de ser héroes y están más cerca de ser los villanos.
- Pesadillas: una mujer se despierta todas las noches junto a su marido, soñando que muere de diversas formas. Poco más se puede decir de esta historia, salvo que su final nos pilla por sorpresa. Al menos al que esto suscribe lo hizo. Este tipo de relatos me encantan, que esperas que vayan en una dirección y, de repente, te meten un giro inesperado que te deja con la boca abierta. Pese a su brevedad, fue uno de los que más me gusto de la presente antología. Salvando las distancias, esta historia podía haber salido perfectamente en la serie En los límites de la realidad.
- Unicornio: tras la muerte de un familiar, un hombre recibe en herencia la granja de un tío suyo. Al llegar allí, su primera intención es vender la misma. Con el paso del tiempo parece cambiar de opinión, pero, un incidente hará que se replantee su primera opción. Historia que no está mal, pero que me dejó frío. No es que esté mal escrita, en absoluto, es solo que la historia no me acabó de enganchar, y eso que el título llamaba a ello. Cualquier historia o relato, que tenga un componente mitológico ya tiene mi atención, pero aquí las expectativas no acabaron de cumplirse del todo.
- Ya están aquí: un mendigo que en una vida anterior lo tenía todo, es testigo de la llegada de seres de otra galaxia que prometen prosperidad para la raza humana. Otro relato que me gustó bastante, y que, tal y como avancé unas líneas atrás, nos muestra a unos extraterrestres benévolos. Aquí volvemos a una ciencia ficción adulta. Carlos nos cuenta una trama bastante adulta, que no necesita de naves espaciales, salvo la de los extraterrestres, para hacernos soñar con viajar a lugares con los que, el que más y el que menos, ha soñado en alguna que otra ocasión. El final, que por supuesto no voy a desvelar, es bastante triste y nos deja algo tocados anímicamente.
- El Dios de los muertos: narrada en dos líneas temporales, la trama nos cuenta como el mundo ha sido asolado por una plaga de zombis que han acabado con la humanidad. Un hombre deambula solo por el mundo, hasta que un incidente le hace conocer a otro que guarda un gran secreto. Tal y como se puede ver por el resumen, es indudable que lo primero que a uno se le viene a la cabeza a medida que avanza en la lectura del relato, es Soy leyenda escrito por Richard Matheson. Ignoro si el autor tomó como base la historia de Matheson, pero el parecido acaba en cuanto uno sigue leyendo. Los muertos vivientes que nos presenta Carlos, poco se parecen a los que conocemos y su amenaza es bastante terrorífica. Otra gran historia y que me gustó bastante.
- La aventura del gran calor: Holmes y Watson, reciben la visita del profesor Lidenbrock y su sobrino Axel para que les ayuden a encontrar a la némesis de Lidenbrock, Kisselbach, quien se ha aliado con Moriarty con oscuros propósitos. Es oír nombrar a Holmes, y ya la historia o relato tiene bastantes puntos ganados para gustarme, algo que aquí ocurre pese a que la historia como tal tarde en arrancar. En los primeros instantes del relato, asistimos a una historia muy parecida a Viaje al centro de la tierra, con el añadido de las creaciones de Conan Doyle. Es en el tercio final, cuando Carlos pisa el acelerador y la historia toma tintes bastante pulp. En su conclusión es cuando el autor de la antología, nos acaba de conquistar. Es imposible no aplaudir estos momentos, cuando rinde un gran homenaje no solo al inmortal detective, sino también al pulp más clásico. Un gran entretenimiento sin lugar a dudas.
- La noche del sudario: tras planificar el asesinato de su esposa, un marido no saldrá indemne de su hazaña. Creo que este es el relato que más me gustó del presente volumen. Tanto por su ambientación como por como está narrado, es una historia que podía haber sido escrita por Becquer o Poe. Ya que es innegable acordarse de ambos escritores, una vez se ha concluido la lectura del mismo. Una trama sencilla, que hemos visto más de una vez dentro de la literatura gótica, pero que es la forma en la que está narrada lo que hace que la misma nos atrape o no. Aquí desde luego lo hace más que de sobra.
- El espectro de los hielos: la trama arranca justo tras el final de Frankenstein de Mary Shelley, con el monstruo preparándose para su muerte, pero el destino tiene preparado para la criatura algo distinto a lo que se esperaba. Vaya dos relatos más buenos seguidos, si ya en el del sudario Carlos homenajea a Poe, aquí hace lo propio con Lovecraft y con la inmortal creación de Shelley. Historia que se va volviendo más y más angustiante, a medida que acompañamos al monstruo en su viaje por el Polo Norte, donde hará frente a unas amenazas que no son de este mundo. La forma en la que está escrito es bastante cinematográfica y daría para un corto bastante chulo, puesto que la narración se presta a ello.
- La mansión Velasco: tras casarse con Justo, Amparo cree haber encontrado la felicidad. Pero su dicha no tardará en torcerse, cuando acompañe a su marido a la casa familiar en Galicia donde conocerá a su familia. Una vez más, una historia bastante gótica pese a estar ambientada en los años 60 del pasado siglo. Trama que tiene no pocos tintes dramáticos, pero que, en su final, nos mete un giro que nos pilla con la guardia baja y en la que la carga trágica gana bastante peso. Un relato bastante chulo ambientado en nuestro país y en una localización, Galicia, que se presta a este tipo de leyendas gracias a cuentos tan populares como los de la santa compaña.
- Los moradores de la cripta: tras encontrar trabajo como guardián del cementerio, Sinesio se encontrará con unos seres que pondrán a prueba su cordura. Algo tendrán los cementerios, que se prestan a mil y una historias en las que el camposanto, en mayor o menor medida, tienen una importancia clave. Una trama en apariencia sencilla, pero que consigue engancharnos al poco de empezar. Pese a la brevedad de páginas, el autor vuelve a introducir una escena sangrienta que en nada tiene que envidiar a las que aparecen en cualquier slasher.
- Los engendros de Nergal: nuestro protagonista acompaña a su amigo en su expedición de un planeta lejano, pero una vez que encuentren unas extrañas capsulas, el horror está a punto de desatarse. Si algo nos ha enseñado la ciencia ficción, y el cine de terror, es que si te encuentras con algún extraño artefacto, lo mejor es pillar las de Villadiego y no mirar atrás. Algo que aquí no ocurre y que hará que los acontecimientos se precipiten. Ya desde que somos testigos del descubrimiento de estos objetos, sabemos que nada bueno pueden traer. Sospechas que se confirman al instante. El final, que no voy a desvelar, nos muestra un futuro nada halagüeño para los habitantes de las galaxias cercanas. Aquí de nuevo Carlos hace un homenaje, nada disimulado, a Lovecraft ya que el autor de Providence se presta a las aventuras espaciales con criaturas de otros mundos de por medio.
- Otoño: nuestro protagonista es testigo de como el mundo se va aproximando a su final. Si bien los relatos anteriores me dejaron un gran sabor de boca, la historia que pone punto y final a la antología no hace lo mismo. No me gustó mucho. Ya sea por la forma en la que está narrada, o por la trama en sí, hizo que la antología no tuviese el final que me hubiese gustado. Pero esto lo digo de manera objetiva, tal vez otros que ya lo hayan leído piensen de forma distinta a la de un servidor.
Una más que interesante antología que, salvo un par de excepciones, está bastante chula y que supera el notable. Carlos ya es un perro viejo a la hora de escribir y este bagaje se nota cuando cuenta las historias. Ya sea con tramas más terrenales, como con otras más fantásticas, el autor nos conduce por mundos, algunos más cercanos que otros, que ya hemos visitado en alguna que otra ocasión.
Pero, tal y como he dicho en otras ocasiones, es como lo haces lo que consigue que lo que nos cuentas nos guste más o menos.
Desde luego hay que admitir que esta editorial, Yeray, está suponiendo una agradable sorpresa en el panorama actual de la literatura de género. Esperemos que sigan manteniendo el nivel mostrado hasta ahora, puesto que si lo hacen, nos va a seguir dando alegrías a los amantes del terror, suspense y pulp.